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PROMITENTE es el cofrade cuya devoción y especial amor a nuestras SAGRADAS IMÁGENES y a la cofradía lo lleva a contraer, libre y voluntariamente, la promesa o el compromiso de portarlas sobre sus hombros en sus respectivos tronos procesionales durante la procesión del Viernes Santo. Su particular idiosincrasia, complejidad y peculiaridades, unidas al elevado número de cofrades que integran este amplio colectivo, hacen que su estructura, organización y desarrollo se regulen y articulen en este protocolo de promitentes.

  1. 1. GRUPOS DE PROMITENTES

             Aunque los promitentes se adscriban a los diversos tronos, deben de estar dispuestos a cubrir   las necesidades de la cofradía y por tanto pasaran todos ellos a constituir el denominado COLECTIVO DE PROMITENTES DE LA ANTIGUA, INSIGNE Y REAL COFRADIA DE NUESTRO PADRE JESUS NAZARENO Y MARIA SANTISIMA DE LOS DOLORES.

  1. A)Promitentes de Santa Marcela (Verónica). Formado por mujeres que, habiendo solicitado portar el trono de Santa Marcela, se incorporan al mismo o se encuentran a la espera de que se produzcan vacantes.

  1. A)Promitentes de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Formado por los cofrades que, tras haber permanecido en las listas de espera correspondientes, portan el trono de Nuestro Padre Jesús.

  1. B)Promitentes de María Santísima de los Dolores. Formado por:
    1. Los promitentes adscritos por petición propia, de modo permanente, al trono de María Santísima de los Dolores.

  1. Los promitentes jubilados de Nuestro Padre Jesús que desean seguir portando a María Santísima de los Dolores.

  1. Los promitentes tanto de Nuestro Padre Jesús como de María Santísima de los Dolores que, al realizar su solicitud, expresen su deseo voluntario de doblar.

  1. Los promitentes en lista de espera

  1. 1.1.

  1. A)Con carácter general:
    1. Estar inscrito como cofrade en situación de activo, es decir, estar al corriente del pago de todos los recibos.

  1. Formalizar personalmente, cada año, la correspondiente solicitud en el plazo y forma que se establecen en el artículo 1.1.3 de esta normativa. En caso de no formalizar esta solicitud en tres años consecutivos justificando la imposibilidad de portar el trono que le corresponda, causará baja como promitente debiendo comenzar desde el principio, como nuevo promitente, en el caso de que deseara volver a formar parte de dicho colectivo .

  1. Cumplimentar el número de ensayos mínimo que para cada año haya acordado la junta de gobierno.

  1. No haber sido sancionado o inhabilitado para ser promitente, por cualquiera de las causas establecidas en los estatutos, el reglamento de régimen interno o el protocolo de promitentes.
  2. Ser mayor de edad y encontrarse en plenitud de facultades físicas que le permitan realizar el esfuerzo propio de su compromiso con total eficacia y sin menoscabo de su salud.

  1. Para el cómputo de la edad a que se refiere el párrafo anterior se tomará la edad real que tenga el promitente el día del Viernes Santo.

     No obstante, los mayores de 16 años y menores de 18 (a Viernes Santo) deberán ser autorizados por su madre, padre o tutor legal para ejercer como promitentes.


  1. B)Específicos para cada grupo: Además de los establecidos con carácter general, para su adscripción a cada grupo se deberán cumplir los requisitos específicos siguientes:

  1. Promitentes de Santa Marcela (Verónica).

  • Ser mujer.
  1. Promitentes de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

  • Se jubilarán aquellos promitentes que el año de medición cumplan 50 años de edad o en su defecto hayan portado el trono de Jesús 25 años. Para la determinación de la edad máxima o de la edad de jubilación, en cualquier punto que a la misma se refiera en esta normativa, se computará como fecha de referencia la del primer día del año en que se naciera, con independencia de la fecha real de nacimiento.
  • Acceder al trono con los criterios que se determinan en este protocolo.

  1. 1.2. ENSAYOS

La junta de gobierno establecerá anualmente las fechas en las que han de realizarse los ensayos para cada trono y la duración de estos, así como el número mínimo de ellos a los que será obligatorio asistir para obtener derecho a llevar los tronos que correspondan. Aquellos a quienes les resulte imposible asistir a alguno de ellos, presentarán excusa con los justificantes correspondientes para su valoración. El objetivo fundamental para el establecimiento de estos ensayos, además de la función propia del término, es el   favorecer la integración y convivencia entre las personas que conforman este colectivo, así como también entre los responsables de la coordinación del mismo.

  1. 1.3.PROCEDIMIENTO DE ADMISION DE SOLICITUDES: MEDICIÓN DE PROMITENTES

         El plazo de recepción de solicitudes para portar los tronos como promitentes, así como la inscripción o renovación en lista de espera como aspirantes, será cada año durante tres semanas, comenzando el primer día hábil siguiente al 17 de enero. La junta de gobierno podrá modificar dicho periodo según el calendario y fijar los días y las horas para este periodo. El citado plazo será comunicado con antelación por las redes sociales de la cofradía y en su caso por los grupos específicos creados para este colectivo (WhatsApp, listas de difusión…)

La solicitud se formalizará personalmente en las vocalías de la cofradía, sitas en calle Bernardo López nº. 2 de Jaén, cumplimentando el formulario que se establezca. En casos justificados, la solicitud se podrá realizar por correo electrónico, telefónicamente o por medio de algún representante designado expresamente por el interesado, que deberá aportar la talla medida a la altura de los hombros actualizada.

               Se constatará la situación de “cofrade activo” del solicitante; de no ser así, se le indicará que la   solicitud no podrá ser cursada hasta tanto se subsane dicho requisito, quedando cancelada si el último día de plazo no ha variado su situación.

             Los promitentes y aspirantes deberán estar al corriente en el pago anual de la cuota de cofrade el día de la entrega del correspondiente cartón acreditativo.

               Los promitentes y aspirantes que se hubiesen inscrito en años anteriores completarán, y en su caso actualizarán, los datos de la solicitud, que se habrá cumplimentado previamente con los antecedentes que constan en los archivos de la cofradía.

               Al formalizar la solicitud se indicarán el día y la hora fijados para la entrega de los correspondientes cartones de turno y el calendario de ensayos de los diferentes tronos

1.1.4       PROCEDIMIENTO DE CLASIFICACION, Y ADJUDICACIÓN DE TRONO Y TURNO

  1. A)Adscripción de promitentes a cada trono y lista de espera.

  1. 1)Serán rechazadas las solicitudes que presenten algún defecto no subsanable, tales como edad o cumplimiento de sanción. Aquellas que presenten algún defecto subsanable que no haya sido advertido en el plazo de recepción de solicitudes, podrán ser rectificadas en tiempo y forma siempre que el solicitante haya comunicado un medio de contacto (teléfono o correo electrónico) a través del cual se le indicará la necesidad de rectificación   en un plazo máximo de 48 horas y excluyéndose aquellas solicitudes que pasado dicho plazo no hayan sido subsanadas.

  1. 2)Se excluirán las solicitudes de quienes no hayan completado el número mínimo de ensayos establecidos para ese año. A tal efecto, la junta de gobierno valorará los motivos que se hubiesen alegado como causa de inasistencia con los justificantes presentados, incluyendo las que se estimen veraces y suficientes.
  2. 3)Con las solicitudes de quienes aún no son promitentes se formarán las listas de espera en orden descendente, según el número de años que hubiesen formalizado su solicitud. En el caso de que hubiere cofrades con igual número de solicitudes consecutivas formalizadas el criterio a seguir será la antigüedad del mismo como cofrade.

  1. 4)Las solicitudes de quienes ya fueran promitentes se agruparán en función del grupo a que pertenezcan, conforme a las definiciones establecidas en el artículo 1.1, teniendo en cuenta en cada caso el cumplimiento de los requisitos que para cada grupo se establecen en el artículo 1.1.1

  1. DETERMINACIÓN DE TURNOS PARA CADA TRONO

La junta de gobierno fijará cada año el número de turnos de cada trono y por tanto la duración de cada uno de ellos, así como el lugar donde se han de producir los relevos.

TRONO DE SANTA MARCELA (VERÓNICA)

Al realizar la solicitud pueden indicar su deseo de doblar.

Las solicitudes que excedan de las necesarias quedarán en lista de espera.

TRONO DE NUESTRO PADRE JESÚS

  1. Se tendrán en cuenta las solicitudes adscritas al grupo B) Promitentes de Nuestro Padre Jesús Nazareno, más las de los promitentes que, habiendo portado al menos tres años el trono de María Santísima, cumplan 50 de edad y, por lo tanto, adquieran situación de jubilados ese mismo año.  

                        

  1. Si una vez formalizadas las solicitudes de promitentes para portar el trono de Nuestro Padre Jesús faltasen algunos de ellos, para completar los distintos turnos, estos se cubrirán   con promitentes procedentes del grupo C) Promitentes de María Santísima de los Dolores que están esperando llevar a Nuestro Padre Jesús, conforme a una lista de mayor a menor por número de años portando a María Santísima de los Dolores.

   En caso de existir promitentes que hayan portado a María Santísima de los Dolores el mismo número de años los criterios de selección serán los siguiente:

  1. Promitentes que no han portado a Nuestro Padre Jesús y número de veces que han doblado turno con María Stma. de los Dolores .

  1. Promitentes que no han portado a Nuestro Padre Jesús.

  1. Promitentes según el número de veces que han doblado turno portando a Maria Santísima de los Dolores

  1. Número de cofrade de menor a mayor (antigüedad cofrade)

           Las solicitudes así seleccionadas se agruparán conforme a los turnos que llevaron el año anterior asignándoles el siguiente a ser posible. Las de nueva incorporación se adscribirán al que corresponda en función de la talla y las vacantes existentes en cada turno.

TRONO DE MARIA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES

       Se tendrán en cuenta las solicitudes del grupo C) Promitentes de María Santísima de los Dolores.

           Si faltasen algunos promitentes para completar los diferentes turnos, se tendrán en cuenta los de Nuestro Padre Jesús de menor edad, que doblarán dicho año.

     Si faltase un número alto de promitentes para completar los distintos turnos, la junta de gobierno atenderá a lo dispuesto en el apartado que se cita a continuación.

  1. C)En caso de falta de algún turno o turnos, y según lo dispuesto por la junta de gobierno se procederá de la siguiente forma:

-         Si faltase 1 turno, será suplido por el turno último de Nuestro Padre Jesús.

-         Si faltase un segundo turno, será suplido por el turno primero de María Santísima de los Dolores.

-         Si faltase un tercer turno, será suplido por el turno segundo de Nuestro Padre Jesús.

Los citados turnos doblarán dicho año.

  1. 2. SUPLENCIAS Y SUSTITUCIONES

Para cubrir las bajas que se puedan producir en cada trono después de la confección de las listas definitivas y antes de la Procesión, se adscribirá a los promitentes que se encuentren en lista de espera.

Las bajas de Santa Marcela (Verónica) se cubrirán teniendo en cuenta la lista de espera o quedarán vacantes.

Las bajas en el trono Nuestro Padre Jesús se suplirán con promitentes de María Santísima de los Dolores, conforme a una lista ordenada de mayor a menor por número de años portando el trono de María Santísima de los Dolores, según lo establecido anteriormente. Sólo formarán esta lista los promitentes que esperan pasar al trono de Nuestro Padre Jesús.

En caso de no poder ser sustituido por la talla, se quedará vacante.

De existir lista de espera al grupo C) Promitentes de María Santísima de los Dolores, el primero de dicha lista de espera ocupará el lugar que deja vacante el sustituto en el trono de María Santísima de los Dolores; si no existiese lista de espera, el sustituto llevará el turno que tenía asignado bajo el trono de María Santísima de los Dolores y el de la suplencia en Nuestro Padre Jesús.

Las bajas en el trono de María Santísima de los Dolores se suplirán con promitentes de la lista de espera al grupo C); de no existir dicha lista se quedará vacante.

Las incomparecencias y bajas de última hora que no puedan ser suplidas conforme al apartado anterior serán cubiertas al producirse el relevo, según criterio de listeros y fabricanos, entre los promitentes de turnos del trono o de otros tronos, Ntro. Padre Jesús o de María Stma. de los Dolores , que aporten su “cartón “o acreditación, y que sean más idóneos conforme a la talla del turno.

1.3. ACREDITACIONES DE TURNO O “CARTONES “ DE TURNO.

En las fechas previstas en el apartado 1.1.3, es decir, al formalizar la solicitud, se entregarán en las vocalías de la cofradía un o unos cartones o acreditaciones a cada promitente, correspondientes al turno o turnos asignado/s en cada trono; en él se indicarán trono, turno y lugar que ocupará dentro del trono, lugar de inicio y de fin de turno y duración aproximada del mismo.

La hora   aproximada para el relevo se comunicará por el canal de información de la cofradía

                    

Para recibir el “cartón” o acreditación el promitente deberá presentar el recibo que justifique el pago de la cuota anual de cofrade. Igualmente deberá estar al corriente de la papeleta de sitio; en caso contrario, no se le entregará el cartón o cartones correspondiente.

El cumplimiento del horario establecido para cada turno será obligatorio, y su incumplimiento dará lugar a sanción para todos sus componentes.

  1. 4. CÓMPUTO DE MÉRITOS

Solo se computarán como cumplidos los turnos realizados en todo su recorrido y duración, no admitiéndose justificación alguna que haga posible el cómputo de un turno no cumplido. No obstante, la junta de gobierno valorará el caso o casos que se puedan producir, para dar (o no) validez.

El cómputo del número de años máximo de pertenencia al grupo de promitentes de Nuestro Padre Jesús pasará a ser de 25 años y se considerarán, además de los años efectivamente cumplidos, aquellos en los que el promitente no haya realizado la solicitud en tiempo y forma y o habiéndola realizado no comparezca.

Si algún promitente no realizase la solicitud y durante la procesión, a instancia de los listeros y fabricanos, fuese necesaria su ayuda, la junta de gobierno valorará el caso. Igualmente se procederá para el caso de un no promitente.

  1. 5.NORMAS DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO DURANTE LOS TURNOS ESTABLECIDOS

El promitente que no pueda portar los tronos en los turnos que le correspondan deberá entregar el “cartón” o acreditación en la sección de Promitentes, y se procederá a cubrirla conforme a lo dispuesto en esta normativa.

Durante la formación de los turnos y en el transcurso de los mismos, los promitentes deben comportarse con el mayor recogimiento, respeto, silencio y fervor, siendo obligatoria además la observancia de lo siguientes requisitos:

     A)   No haber sido sancionado o inhabilitado para ser promitente por cualquiera de las causas establecida en los estatutos, el reglamento de régimen interno o el protocolo de promitentes.

         B) Acudir al lugar establecido para el relevo debidamente uniformados, esto es: los promitentes de Nuestro Padre Jesús y los de María Santísima de los Dolores, pantalón oscuro y calzado negro, y las promitentes de Santa Marcela, pantalón oscuro y zapatillas de lona blancas. En caso contrario no se podrá acceder al trono.

       Se recomienda encarecidamente el uso de la camiseta o sudadera de la cofradía.

       Los promitentes del primer turno deberán estar a la hora que se indique en el “cartón” o acreditación, y los restantes, con treinta minutos de antelación a la hora indicada por la vía de comunicación de la cofradía, para el comienzo del turno.

        En el caso en el que por cualquier circunstancia, fundamentalmente climatológicas, la junta de gobierno determinara realizar algún cambio en el recorrido de la procesión es responsabilidad y obligación del promitente estar pendiente durante todo el itinerario independientemente de que estos cambios les sean comunicados por la vía establecida con anterioridad que normalmente será por WhatsApp, siendo absolutamente necesario que el interesado incluya su número de teléfono en la solicitud realizada al inicio de las mediciones. De no cumplir esta premisa la Cofradía no se haría responsable de ninguna excusa por la incomparecencia en el turno asignado.

    

   C)   Mostrar el DNI y el correspondiente “cartón” o acreditación que da acceso al turno, donde se indican número y fila, siendo estos documentos personales e intransferibles, y causa de sanción su cesión a otra persona con objeto de suplantación. Sin la presentación de ambos documentos no se podrá acceder al turno.

   D) Cumplir las instrucciones de los listeros, fabricanos y demás responsables. Está totalmente prohibido ayudar o favorecer el acceso al trono de personas no designadas para portarlo fuera del turno correspondiente.

   F) Abstenerse de utilizar el teléfono móvil, cuya desconexión o puesta en modo silencioso será obligatoria. Queda prohibido, igualmente, tomar fotografías bajo el trono.

   G)   Atender y obedecer siempre las instrucciones del fabricano y los ayudantes de este.

     H)   Una vez completada la formación del turno, no podrá incorporarse ningún promitente que haya llegado con retraso, salvo por disposición del fabricano.

     I)   Cumplir con el horario establecido para el turno, obedeciendo fielmente las órdenes de los fabricanos, dirigidas a este fin. El incumplimiento del horario será causa suficiente para sancionar a todos los integrantes del turno.

1.6. RECONOCIMIENTOS

  1. Los promitentes de ambos sexos que hayan de jubilarse recibirán el homenaje de reconocimiento y gratitud de la cofradía en un acto que se celebrará ante nuestros sagrados titulares.

  1. Las mujeres promitentes de Santa Marcela (Verónica) que cumplan 5 años portando la imagen recibirán un diploma acreditativo, en fecha que la junta de gobierno dará a conocer con la debida antelación a las interesadas.

   1.7. FALTAS Y SANCIONES

Las conductas que se especifican seguidamente son constitutivas de faltas en el grado que cada una se determina.

Tras la comisión de la falta se llevará a cabo el procedimiento correspondiente, procediéndose en su caso a imponer la sanción establecida.

1.7.A.   A NIVEL INDIVIDUAL

             1.7. A .1 FALTAS LEVES

La sanción correspondiente a este tipo de faltas será de un año sin portar las sagradas imágenes.

  1. Ofender, injuriar, amenazar o acosar a cualquier cofrade por la labor, actividad, función o cargo que desempeñe en la cofradía, tanto si se produce con ocasión de alguna actividad de la misma como fuera de ella.
  2. . Dirigirse de manera desconsiderada o irrespetuosa a cualquier persona que participe o presencie la procesión aun habiéndose producido alguna provocación

1.7. A .2.FALTAS GRAVES:

               La sanción correspondiente a este tipo de faltas será de tres años sin portar nuestras sagradas imágenes, por los siguientes motivos:

               A. La descritas como faltas leves en el apartado a) anterior, si tienen lugar de manera reiterada o persistente, o si los términos empleados fuesen injuriosos u originaran escándalo entre el público, acaparando su atención en detrimento de la procesión.

     B. Desobediencia a las instrucciones de fabricanos y responsables de la organización que actúen en el desempeño de sus funciones, cuando tengan incidencia en el desarrollo u orden de la procesión.

             C. Facilitar o favorecer el acceso al trono de personas no designadas para portarlo fuera del turno correspondiente.

                     D. Incomparecencia al turno, sin causa justificada, o hacerlo tarde o bajo la influencia de bebidas alcohólicas u otras sustancias que impidan su correcto cumplimiento a juicio de listeros o fabricanos.

       E. Abandonar el turno sin comunicarlo al listero o fabricano con indicación del nombre y apellidos.

        

         1.7.A.3 FALTAS MUY GRAVES

                       La sanción correspondiente a este tipo de faltas será de cinco años sin portar nuestras sagradas imágenes y la expulsión del colectivo de promitentes, por:

A. Provocar, promover o favorecer desórdenes, algarabías (TÉRMINO TOTALMENTE INAPROPIADO, ENTRE OTRAS COSAS PORQUE NUNCA PUEDE SER PROMOVIDO POR UNA SOLA PERSONA), plantes o desobediencias. Si la conducta fuese premeditada o se hubiese preparado organizadamente, se impondrá la sanción en su grado máximo.

B.   Desobediencia al hermano o hermana mayor.

1.7.B A NIVEL COLECTIVO

                         Las sanciones correspondientes a este tipo de faltas serán de: -Turnos de Nuestro Padre Jesús, un año sin portarlo.        

                      

                           - Turnos de María Santísima de los Dolores y Santa Marcela, no se computará el citado año.

                               Por:

   A. Desobediencia a las instrucciones de los fabricanos y responsables de la organización que actúen en el desempeño de sus funciones, cuando tengan incidencia en el desarrollo u orden de la procesión.

           B.   Incumplir el horario establecido para el turno, aumentando su duración.

            SI LA DESOBEDIENCIA FUERA A LA HERMANA MAYOR O HERMANO MAYOR, LA SANCIÓN SERÍA DE 5 AÑOS SIN PORTAR NUESTRAS SAGRADAS IMÁGENES Y LA EXPULSIÓN DEL COLECTIVO DE PROMITENTES.

     1.8 SUSPENSIÓN DE LA PROCESIÓN

Si por causa de la situación meteorológica u otras, no pudiese realizarse la procesión, los promitentes conservarán su turno para el año siguiente, a ser posible y siempre que formulen en plazo la correspondiente solicitud, incluidos aquellos a los que procediera pasar a situación de jubilación por edad reglamentaria o años máximos de promesa.

1.9 PAPELETA DE SITIO

Con objeto de colaborar con los fines de la cofradía se establece la papeleta de sitio, cuyo importe fijará anualmente la junta de gobierno.

1.10 DISPOSICIÓN FINAL

                   El presente protocolo de promitentes entrará en vigor el día 1 de enero de 2024.

 

 

 

 

CARTEL MADRUGADA 2015

 

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Madrugada Cartel Madrugada 2013

 
 
 

 CARTEL MADRUGADA 2013

Autor:  César Carcelén

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XIX PREGÓN MADRUGADA

23 de febrero de 2018

                                                                   

No me mueve mi Dios para quererte

el cielo que me tienes prometido,

ni me mueve el infierno tan temido,

para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves Señor, muéveme el verte

clavado en una cruz y escarnecido,

muéveme ver tu cuerpo tan herido,

muéveme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme en fin tu amor y en tal manera,

que aunque no hubiera cielo yo te amara

y aunque no hubiera infierno te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,

puesto que aunque lo que espero no esperara,

lo mismo que te quiero te quisiera.

Hace 6 años, el XIII Pregón Madrugada comenzaba de esta misma forma. Mi padre, pregonero de ese año, eligió este soneto de autoría desconocida para comenzar a pregonar la madrugada del año 2013; una oración breve, sencilla, pero cargada de sentimiento, de un sentimiento de amor puro y desinteresado. Una elección en la que, sin duda, tuvo mucho que ver el recuerdo de aquellas veces en las que viajábamos a Granada e íbamos a ver a la Virgen de las Angustias, en el exterior de cuya Basílica, junto a una imagen de Cristo crucificado, se encuentra esta hermosa oración; y el recuerdo de cómo mi madre nos la leía a mi hermana y a mí, aún pequeñas, y nos explicaba cómo ha de ser el amor a Dios, un amor verdadero e intenso, y cómo debíamos querer también a los demás. Volver a escucharla en boca de mi padre, aquel 2 de marzo de 2013, me hizo regresar a aquéllos años, aquellos momentos compartidos en familia que, con el paso del tiempo y con las circunstancias vividas desde entonces, se han convertido en tan importantes para mí, para hacerme ser la persona que soy hoy día. Señor, no se me ocurría una mejor manera de dirigirme a ti para comenzar hoy este Pregón…

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Saludos

Muy Ilustre Sr. D. Antonio Aranda Calvo, Capellán de la Cofradía.

Ilmo. Señor Alcalde, Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Jaén.

Ilma Sra. Subdelegada del Gobierno de España en la Provincia.

 Sr. Teniente Coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil.

Sr. Hermano Mayor, miembros de la Junta de Gobierno y Cuerpo de Camareras de la Antigua, Insigne y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores.

Representantes de la Comisión Permanente y del Pleno de la Agrupación de Cofradías y Hermandades de la ciudad de Jaén.

Distinguidas autoridades.

Srs. Hermanos mayores, y miembros de las Juntas de Gobierno de las Cofradías y Hermandades de la ciudad que nos acompañáis.

Un saludo especial al pregonero Madrugada del pasado año.

Hermanos y hermanas cofrades

Queridos amigos, querida familia. Buenas noches y sed todos bienvenidos.

Lo primero que quería era agradecer muy sinceramente a la Junta de Gobierno de la Antigua, Insigne y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, y en particular a su Hermano Mayor, D. Ricardo Cobo, el haber pensado en mí como pregonera de la Madrugada de este año 2018. Pregonar la Madrugada de Jaén, además de una grandísima responsabilidad, es un enorme honor para cualquier cofrade, para cualquier devoto de Nuestro Padre Jesús y de su Madre de los Dolores; un honor absolutamente inmerecido en mi caso y por eso mis primeras palabras no pueden ser sino de profundo agradecimiento por darme la oportunidad de estar hoy aquí, en el lugar que antes han ocupado destacadas personalidades, muy importantes para el mundo cofrade de nuestra ciudad, para nuestra Cofradía y para mí personalmente.

Gracias también a mi presentador por sus cariñosas palabras. Manolo, es un placer conocerte y ha sido un honor ser presentada por alguien de tu trayectoria profesional y tu saber cofrade. Y un sincero agradecimiento, como no, a quienes me acompañáis en este viernes de Cuaresma. Sólo espero estar a la altura de tan solemne acto y ser capaz de transmitir, si quiera una mínima parte, del sentimiento, la emoción y el honor que supone para mí encontrarme hoy aquí ante ustedes.

Y, en último lugar, quería también pedirles que me permitiesen dedicar este Pregón a mi familia. A Jesús, el mejor compañero de vida que podría haber elegido y junto a quien la lucha del día a día se hace siempre mucho más llevadera; a mis niños, Sergio y Álvaro, que son mi motor, mi alegría y quienes me enseñan cada día a valorar las cosas verdaderamente importantes de la vida; a mi hermana, mujer fuerte y decidida donde las haya, ejemplo para mí de muchas cosas, y a mis sobrinos Alberto y Laura; a mi padre, el hombre más bueno y más fuerte que conozco y por quien estoy hoy aquí. Hace ya más de once años vivimos el momento más difícil de nuestras vidas, algo para lo que nunca se está preparado y con lo que nos tocó enfrentarnos de bruces, sin aviso. Desde entonces, él ha sido para todos un ejemplo de arrojo, de fuerza, de aliento, de saber estar, aún en los peores momentos. Sin ti, papá, remontar hubiese sido muchísimo más difícil para nosotras. Sé que hoy es un día especialmente importante para ti y quería dedicarte este momento. Y también a mi madre que nos acompaña desde el cielo. Siempre estás conmigo…

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La verdad es que cuando me llegó la propuesta de pronunciar este Pregón mi primera reacción fue de absoluto asombro e incredulidad. Y es que jamás podía haber imaginado encontrarme ante una situación parecida. Asombro, incredulidad, un sincero agradecimiento por el ofrecimiento pero también una negativa inicial, no verbalizada en ese momento pero sí bastante clara para mí. Debo confesar que esa noche me costó conciliar el sueño, bueno esa noche y bastante más de las que le siguieron. Quienes me conocen de verdad saben que soy una persona reservada, tímida, poco dada a manifestar exteriormente los sentimientos. ¿Por qué habías pensado entonces en mí, Señor?

Jesús, en mi casa siempre has sido un pilar fundamental. Uno de mis recuerdos de niña es el de tu imagen, en tu altar de la Catedral cuando iba a verte con mis padres. Me llamaban la atención tus manos grandes, quizás un poco descompensadas y que yo, con la inocencia de la infancia, pensaba que te harían más fácil, por eso de ser grandes, llevar la cruz. Y recuerdo también que me gustaba tu mirada, una mirada triste, pero también tranquila, serena, llena de resignación, de perdón, de profundo amor; una mirada ante la cual es imposible que no se conmueva el alma de quien la contempla. Señor, tú has sido y eres parte de mi familia; conoces todo de mi vida, a ti acudo siempre que tengo algún problema, buscando consuelo.

Pero ¿pregonar la Madrugada? La misión me desbordaba, la verdad. Fueron muchos, como sabes, los momentos de incertidumbre, de inseguridad, de diálogo silencioso contigo, intentando tomar la decisión más acertada. Pregonar significa “publicar en voz alta una noticia o un hecho para que sea conocido por todos”. Y nuestra relación es tan personal, tan íntima, te llevo tan dentro que se me antojaba imposible poder verbalizar los sentimientos que tu sola presencia me produce; intentar buscar las palabras suficientes y adecuadas para elaborar un pregón, con la calidad y la riqueza literaria que caracteriza a estos actos; imposible adornar verbalmente mi sentir y mi pensar.

Pero mi madre siempre decía que no creía en las casualidades, que las cosas suceden por algo, que todo tiene un sentido y una finalidad y a esa idea me agarré fuerte.

Tú me has ayudado tanto, Dios mío. Me has acompañado siempre en mi vida, incluso en momentos en que la rabia, la desesperación y la desesperanza ni siquiera me dejaban ver cuánto te necesitaba. Siempre has estado ahí. Nos has ayudado tanto, me has ayudado tanto, que no podía decirte que no. Te vuelvo a pedir ayuda ahora en este cometido. Aquí estoy, Jesús.

Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno.

Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad. Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan.

(San Ignacio de Loyola. Oración de entrega)

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Un año más Jaén se prepara para su Semana Santa, para esos días en que el Amor de Dios se hace aún más grande. De nuevo el incienso invade el aire, los actos y cultos de las distintas Cofradías y Hermandades se multiplican en este tiempo de Cuaresma, como camino de preparación para acompañar a Nuestro Señor en su Semana de Pasión. Tiempo éste de Cuaresma en que los cofrades volvemos a hacer nuestro, un año más, ese sentimiento al que se refiere Eduardo Punset cuando dice que “la felicidad se encuentra en la sala de espera de la felicidad”: la sublimación de lo que esperamos sentir, esas ganas de salir a la calle, de impregnarnos de sensaciones y emociones que nos evocan nuestras propias vivencias mezcladas con la pasión y el anhelo de vivir, de nuevo, aquello que ya hemos experimentado otras veces con sumo deleite.

Son días intensos de trabajo e ilusión, que visibilizan a la sociedad una vida cofrade que, no obstante, se desarrolla todo el año. Y es que son muchas las horas de trabajo desinteresado, de sacrificio, de renuncias personales y familiares, las que permiten que la profesión de fe, la catequesis pública sobre la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo se traslade, año tras año, a las calles de nuestra ciudad durante una semana.

Un trabajo y dedicación, insisto, desinteresados, en muchos casos, anónimos, y no siempre bien entendidos desde distintos sectores que, en ocasiones, no resultan tan alejados de nuestra fe y nuestras creencias. A menudo, se tacha a las Cofradías de quedarse en lo superfluo, en el exterior, en las formas, dejando en un segundo plano lo verdaderamente importante, el amor y el culto a nuestro Señor y a su bendita Madre. Crítica fácil ésta de quienes no conocen, o, peor aún, no quieren conocer y aceptar, qué es una Cofradía en realidad. Es cierto que nunca debe perderse la capacidad de autocrítica y que en más de una ocasión son las actitudes y comportamientos de nosotros mismos, los cofrades, los que permiten alentar esas opiniones negativas, pero, como humanos, todos tenemos errores y lo importante ha de ser –y es nuestra obligación-, tras asumirlos, esforzarnos por superarlos y mejorar.

Pero teniendo esto en cuenta, esas voces críticas “olvidan” de manera interesada la importante labor que en la Iglesia actual desempeñan las Cofradías y Hermandades. En una sociedad, cada vez más materialista, más individualista, más alejada de la fe y la espiritualidad, las cofradías son lugar de culto, de oración, de formación cristiana, de ayuda a los necesitados, de encuentro de jóvenes... ¿Acaso no es eso Iglesia? ¿Acaso no son esos valores los que instauró nuestro Señor?

La Iglesia –nos dice el Papa Francisco- posee una gran riqueza y variedad de expresiones en las que todo se reconduce a la unidad, al encuentro con Cristo. La piedad popular –nos recuerda- es un tesoro que tiene la Iglesia y, vivida dentro de ella, es una senda que lleva a lo esencial; constituye una forma legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia, una manera de ser evangelizadores y hay que acercarse a ella con la mirada del Buen Pastor, que no busca juzgar sino amar[1]. Por ello insta a las Cofradías y Hermandades a mantenerse activas en la comunidad católica, a desempeñar el papel de auténticos evangelizadores entre la fe y la cultura popular, a ser una presencia activa en la comunidad, a transmitir la fe a la gente, especialmente a los sencillos, a los que Jesús llama en el Evangelio «los pequeños».

«Amad a la Iglesia –nos dice a los cofrades-. Dejaos guiar por ella. En las parroquias, en las Diócesis, sed un verdadero pulmón de fe y de vida cristiana. Sed también vosotros auténticos evangelizadores. Que vuestras iniciativas sean puentes, senderos para llevar a Cristo, para caminar con Él. Y, con este espíritu, estad siempre atentos a la caridad. Cada cristiano y cada comunidad es misionera en la medida en que lleva y vive el Evangelio, y da testimonio del amor de Dios por todos, especialmente por quien se encuentra en dificultad. Acudid siempre a Cristo, fuente inagotable, reforzad vuestra fe, cuidando la formación espiritual, la oración personal y comunitaria, la liturgia[2].

Recordando estas palabras del Santo Padre, no pueden entenderse los recelos, las reticencias, las trabas que, en muchos casos, han de sortear las Cofradías en su día a día. Somos Iglesia, tenemos la responsabilidad de demostrarlo en nuestras actitudes y en nuestras actuaciones, hemos de trabajar incansablemente por conocer mejor a Cristo, por aumentar nuestra fe, por ser ejemplo de vida cristiana y por dar testimonio del amor y de la misericordia de Dios. A esto se deben dirigir nuestros esfuerzos y no a tener que justificarnos continuamente, intentando conseguir, o no perder, un espacio dentro de la Iglesia que nos pertenece por hechos y por derecho.

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“En seguida, de madrugada, habiendo celebrado consejo los pontífices con los ancianos, y el sanedrín entero, ataron a Jesús y le llevaron y entregaron a Pilato, que le preguntó: “¿Eres tú el Rey de los Judíos? Jesús le respondió: “Tú lo dices”. Como los pontífices le acusaban entonces de muchas cosas, Pilato le interrogó de nuevo. ¿No respondes nada? Mira de cuantas cosas te acusan. Pero Jesús no respondió palabra, tanto que Pilato se admiró.

En cada fiesta daba libertad a uno de los presos, el que pedían. Había entonces uno, llamado Barrabás, preso con los sublevados que en un motín habían hecho un homicidio. El pueblo que acababa de subir, comenzó a pedirle lo que él solía concederles. Pilato les dijo. ¿Queréis que os deje libre al Rey de los judíos? Pero los pontífices azuzaron al pueblo para conseguir que soltasen a Barrabás.

Pilato les habló de nuevo y les dijo: ¿Qué haré, pues, con el que llaman Rey de los judíos? Ellos gritaron otra vez: ¡Crucifícalo! Entonces Pilato, queriendo dar satisfacción a la turba, les dejó libre a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarlo, para que fuera crucificado.

Los soldados le condujeron dentro del palacio, le vistieron un manto de púrpura y le pusieron una corona que tejieron de espinas, y comenzaron a saludarle: “Salve, Rey de los Judíos”. Y le golpeaban además la cabeza con una caña, le escupían y le hacían reverencia doblando las rodillas. Después que se mofaron del Él, le desnudaron el manto de púrpura, le vistieron con sus ropas y le sacaron para crucificarle”.

(Marcos 15, 1-20)

Pregonar la Madrugada de Jaén es un cometido muy complicado. Es el momento en que Jaén se reencuentra con su Señor en las calles. Y resulta difícil ponerle palabras a los sentimientos, no sólo los personales, sino los de tanta gente… Intentar expresar la multitud de emociones que se engloban en ella resulta casi imposible, porque hay muchas Madrugadas. Para cada persona que esa noche decide acompañarte, Señor, en tu camino al Calvario por las calles de Jaén, la Madrugada significa algo diferente: devoción, agradecimiento, oración, súplica, penitencia… Y en todos esos sentimientos estás TÚ ¿Cómo expresar algo que se lleva tan dentro? ¿Cómo ponerle palabras al sentir de un pueblo, de una ciudad para quien eres tanto, para quien eres TODO?

Son muchos los recuerdos de la Madrugada de mi infancia: las interminables filas de negros nazarenos alumbrando tu camino; el olor a incienso; el tintineo de las tulipas que adornaban tu trono, envolviéndolo en un haz de luz; aquel señor –Juan Castro López- que cada año venía desde Barcelona para acompañarte, perfumando tu camino con su colonia, como si fuese el más preciado de los perfumes; los toques de corneta que te entonaba en Tribuna ese antiguo capitán de los soldados romanos a quien el paso de los años iba restando poco a poco fuerza, pero ni una pizca de sentimiento, fe y devoción; las saetas de Charo López, amiga y compañera de mis padres en sus años de juventud en Tejidos Gangas, los “viva el Abuelo” que, de manera incesante, te acompañaban todo el camino; la lluvia de pétalos en “lo alto de la Carrera”, donde siempre veíamos la procesión; las velas y cirios gastados por el paso de las horas; las túnicas llenas de gotas de cera; los pies descalzos de las promesas, doloridos y entumecidos por el frío… Muchos recuerdos, recuerdos de mi infancia que, lejos de ir diluyéndose en mi memoria, se han mantenido presentes con el paso de los años, adquiriendo un significado mucho más intenso, mucho más profundo.

Y todos estos recuerdos de mi niñez van ligados a mi padre. Todos los años -hasta veintidós fueron- él iba a ayudarte a llevar tu pesada cruz, como promitente. La mañana del Viernes Santo era un ritual en mi casa: mi madre siempre nos levantaba temprano para ir a verte. Y cuando a mi padre le tocaba uno de los turnos de mañana íbamos las tres a recogerlo cuando terminaba. Recuerdo cómo me gustaba cuando salía de debajo del trono, con su toalla, cansado, con las espalda y los hombros doloridos, pero satisfecho de haber podido cumplir otro año más su cita contigo; cómo, visto desde los ojos de una niña, me sorprendía la gran cantidad de hombres que portaban tu majestuoso trono, intentando aliviar la pesada carga de tu cruz y hacerte más llevadero el camino; cómo te rezaban y te mecían una y otra vez intentando alargar un poquito más el tiempo antes de dejar paso al siguiente turno; y cómo me impresionaba que, después del esfuerzo realizado, las caras de quienes iban saliendo de debajo del trono apenas reflejaban cansancio, sino alegría y profunda emoción por el deber cumplido otro año más.

Yo quería ser uno de esos promitentes. Y es que aún hoy día no llego siquiera a imaginar qué deben sentir tus promitentes cuando te llevan sobre sus hombros Debe ser una sensación, un sentimiento imposible siquiera de imaginar para quienes no lo hemos vivido. Ser tus pies, ayudarte con el peso de tu cruz, compartir contigo esos momentos íntimos de fe, de plegaria, de oración, de confidencias, solos, Tú y ellos; ser tus cirineos…

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“Cuando le conducían, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que venía del campo, y lo cargaron con la cruz para que la llevara detrás de Jesús. Lo acompañaba una gran muchedumbre del pueblo, y también mujeres, las cuales iban llorando y lamentándose por Él” (Lucas, 23, 26-27).

Imagino a Simón regresando de sus campos, apresurando el paso entre atajos y callejas, cuando, al doblar una esquina, se encuentra de pronto con una vía –a la que más tarde llamarán “Dolorosa”- cortada por la comitiva que conduce al suplicio a unos reos. En la calle se agolpa una muchedumbre excitada que pugna por ver de cerca el paso de los condenados. Son tres. Van a ser crucificados. Uno de ellos es el Nazareno, que acaba de caer al suelo bajo el peso de la cruz. “Jesús Nazareno, Rey de los Judíos”, reza la sentencia que le condena. Intenta incorporarse sobre las desgastadas losas y cargar de nuevo el madero, pero no puede, se derrumba de nuevo, agotado por la tortura física y el sufrimiento moral tras una noche atroz.

De pronto, el militar que dirige la comitiva señala a Simón y le grita. “¡Tú eres fuerte, cargadle la cruz!”. Él, con paso tambaleante, se acerca y aprieta fuerte sus brazos sobre la cruz, porque sabe que Tú ya no puede más; y te sigue de cerca, Jesús, con cuidado de no rozar con los extremos del madero las llagas de tu espalda, desgarrada. ¡Cuántos sentimientos se agolparían en aquel humilde campesino al encontrarse junto a Ti! ¿Qué sentiría cuando su mirada se cruzase con la tuya, Señor? Segura estoy que ese simple gesto, esa mirada de Dios hecho hombre bastó para darle la fuerza y el coraje necesario para llevar aquélla cruz con valentía.

¡Cuántas cruces se presentan en la vida! Cómo nos cuesta, a veces, cargar con ellas: accidentes, enfermedades, traiciones, fracasos, odios, envidias… A menudo nos fallan las fuerzas, nos vemos sobrepasados por el peso del dolor y la desesperanza. ¿Cómo podemos afrontar nuestras “cruces”? Cargar con ellas siempre es difícil,; nuestra naturaleza humana se rebela y, en ocasiones, esas experiencias negativas incluso nos alejan de Ti. Pero ahí estás Tú: es tu ejemplo el que nos ha de servir de guía frente a los reveses de la vida. “Todas las cruces son flores/si las sabemos llevar/Si os agobian soportadlas/que Jesús os sostendrá”, dicen los hermosos versos de Almendros Aguilar que aparecen en la inscripción de tu cruz.

Y es que Tú continuaste amando a pesar del odio, Tú te compadeciste de los demás encontrándote a un paso de la muerte, cuando cargado con tu cruz, viste llorar a esas mujeres camino del Calvario[3]; Tú fuiste capaz de perdonar en tu último aliento[4].

Cuando la vida golpea fuerte a veces nos cuesta un tiempo darnos cuenta de todo esto, por propia experiencia lo sé. No es fácil, no somos tan fuertes como Tú, el dolor y la rabia nos sobrepasan, nuestra propia debilidad nos ciega, nos impide ver más allá, y eso hace que nos rebelemos contra todos y contra todo. Pero Tú siempre estás ahí, Señor, esperándonos, para ayudarnos a sobrellevar las dificultades. “Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11, 28-30), nos dices. Como hizo Simón contigo, nos ayudas a cargar el peso de nuestras cruces por esa “vía dolorosa” en que, en algunos momentos, se convierte la vida y tu mirada se transforma en la fuerza y el aliento necesario para seguir. Siempre he pensado que debe ser muy difícil la vida para quienes no creen en nada (o piensan que no creen en nada, porque, en mi opinión, siempre se cree en algo). Esas personas que se identifican así mismas como “ateas” o “agnósticas”, esas personas que se rigen exclusivamente por la razón, por lo empírico, lo deben tener mucho más difícil; creo que su vida debe ser mucho más difícil, porque tú, Dios mío, con el nombre que cada religión te dé, eres consuelo y refugio, fuerza frente a las dificultades, aliento en los momentos difíciles. ¿Qué haríamos sin Ti?, ¿qué haría yo sin Ti cuando la vida se pone cuesta arriba?

Pero también nosotros hemos de ser cirineos en nuestro día a día y no mirar para otro lado ante las dificultades y problemas de los demás. La sociedad actual está cada vez más alejada del amor al prójimo. Cada vez somos más insensibles frente a la realidad que nos rodea. La consecución de los deseos e intereses individuales se convierte en objetivo prioritario, exclusivo en muchos casos, en nuestro día a día y asistimos, impasibles, a la continua normalización de la pobreza, la desesperanza, la persecución, el odio, la violencia, la guerra, las injusticias. No nos interesa mirar más allá a un panorama que altera nuestra” zona de confort” y continuamente buscamos excusas, intentando delegar en otros una responsabilidad que ha de ser compartida, que es de todos. Todos somos responsables de conseguir una sociedad más justa y todos hemos de trabajar y esforzarnos por alcanzarla. No se puede entender el amor a Dios sin el amor a los demás. Eso no es amor, sino una interpretación parcial, interesada y egoísta del mandato que Tú nos diste: “Amad a Dios sobre todas las cosas y a vuestros hermanos como a vosotros mismos”.

Como cristianos, como cofrades, como gente de bien, hemos, pues, ser cirineos en nuestra vida: para quienes carecen de lo básico para cubrir sus necesidades y las de sus familias en un mundo en el que hay recursos para todos, pero no interesa que se repartan de manera equitativa; para quienes se encuentran solos y desamparados, porque no hay peor soledad que la que la que se vive entre el gentío; para los inmigrantes y refugiados, que han dejado sus familias, sus casas, sus raíces, con la esperanza de conseguir una vida mejor y que se encuentran con una realidad muy distinta cuando llegan a nuestro, mal llamado, “primer mundo” al mundo “civilizado” (¡curioso término éste con lo poco que tiene de civilizado muchas veces!); para las víctimas de cualquier tipo de violencia (guerras, torturas, maltrato, violencia de género…); cirineos para los enfermos; para quienes han perdido la esperanza; para quienes necesitan una mano amiga que les ofrezca consuelo, o simplemente, compañía; para nuestros mayores; para nuestros niños…

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Con el paso de los años, la Madrugada adquirió una nueva dimensión para mí. Ya un poco mayor, la noche del Jueves Santo era de encuentro con los amigos para, todos juntos, ir a la Plaza de Santa María a ver salir la procesión. Quedábamos muy pronto, para encontrar buen sitio. Entre charlas sobre cómo iba la Semana Santa, matábamos el tiempo esperando que llegase la hora de ver abrirse la puerta del Perdón y, entre aplausos, aclamaciones y vítores, empezar a salir el cortejo. La alegría estallaba en el ambiente cuando, tras la intensa y preciosa lluvia de pétalos, se atisbaba tu presencia y, entre, la verdad, algún que otro desvarío que nunca entenderé, poco a poco, esa alegría se iba transformando en una profunda emoción que embargaba a las miles de almas que, un año más, esperábamos tu salida. Las largas filas de nazarenos comenzaban a formarse, sonaban las primeras notas de la marcha del Maestro Cebrián, banda sonora de nuestra Madrugada, y la procesión se disponía a recorrer otro año más las calles de tu Jaén.

Cuando, después de salir San Juan, la Catedral se cerraba hasta la salida de nuestra bendita Madre y la abarrotada plaza se iba despejando de gente, nosotros comenzábamos a seguir tu camino para verte de nuevo, intentando buscar el lugar más tranquilo, más íntimo, hasta el momento en que, al amanecer, nos dábamos cuenta de que tu cara parecía más cansada por el paso de las horas, como si la cruz se fuese haciendo más pesada; como si, para aliviarnos, fueses cargando con el peso de todas las cruces de quienes, a lo largo del trayecto, te íbamos pidiendo ayuda y fuerza frente a las dificultades de nuestras vidas.

Y en ese camino esperábamos impacientes, también, el momento del encuentro con tu Madre. Confieso que para mí todos los años ese momento era y es especial. Y es que en mi familia siempre hemos sentido una profunda devoción mariana. Mi madre nos decía desde pequeñas: “cuando estéis preocupadas, cuando necesitéis algo, pedidle a la Virgen, que el Señor escucha a su Madre, que Ella conoce el camino para llegar al Él e intercede por nosotros”. El amor a María me fue transmitido desde muy temprano y yo misma he ido experimentando lo grande que es tenerla como cobijo en mi vida.

Siempre, como digo, me ha gustado especialmente ese momento de la Madrugada en que, en el camino hacia el Calvario, Tú, Señor, te encontrabas con Ella. Pero, ¿sabes? desde que tuve a mis niños he de confesar que cambió mi manera de ver “el Encuentro”. Me resulta imposible imaginar lo que tuvo que sufrir tu Madre cuando, informada de tu condena a muerte, salió en tu busca por las calles de Jerusalén; se me encoje el corazón al pensar cómo sería ese instante en que tus ojos y los suyos se encontraron. Si las piadosas mujeres lloraban desconsoladamente, qué pudo sentir María al verte en ese estado: torturado, humillado por quienes, apenas unos días antes te aclamaban por esas mismas calles, cargado con la cruz, coronado de espinas camino de la muerte. Tú, que no habías hecho nada malo, Tú que sólo habías ido transmitiendo amor y paz, como camino de salvación, curando a los enfermos, devolviendo la vista a los ciegos, acogiendo a los rechazados, volviendo a la vida a quienes ya la habían perdido. ¡Qué inmenso dolor el de ese corazón de madre, roto, desagarrado al ver así al Amor de su alma!.

Mayor dolor que tú tienes

Nadie lo tuvo, Señora.

Con qué amargura tu vienes,

Que está llorando la aurora

Lagrimitas de claveles

(Francisco Moreno Calvache)

Desde el primer momento María aceptó la voluntad de Dios. “He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1, 38), le dijo al ángel. Ella sabía quién era su Hijo y cuál era su misión; conocía la profecía que le dijo el anciano Simeón: “A ti una espada te atravesará el alma” (Lucas 2, 35) y asumió la responsabilidad. Pero ¿tanto sufrimiento?, ¿tanta impotencia?, ¿ese dolor tan inmenso? Es absolutamente imposible de imaginar para quien no haya tenido la desgracia de sufrir la pérdida de un hijo. Si es sólo cuando enferman, cuando tienen algún problema y la angustia nos invade, y quisiéramos cambiarnos por ellos y poder aliviarlos ¿Qué se puede sentir al intentar imaginarse en una situación parecida? Mil veces hubiese preferido María ser tratada como su Hijo, y aún peor, y ser crucificada, con tal de que Él no lo fuese. Hubiese preferido morir con él, antes de vivir con su ausencia.

Jesús, todos intentamos consolarla cada Viernes Santo. Sus camareras la visten con primor; la adornan con el perfume de preciosas flores, la envuelven en aromas de cera y de incienso; y sus promitentes le gritan ¡guapa! y la llevan despacio, para que no se apague la candelería que ilumina su camino, no vaya a perder tu rastro, y la acarician con las suaves mecidas de su trono; y, al verla pasar, le decimos que la queremos, que no llore más, que no está sola, que somos sus hijos y que la vamos a acompañar y a consolar y a cuidar, como hizo Juan. Pero todo es en balde, no hay consuelo posible para Ella. Nada puede mitigar su angustia y su pena al verte, Señor.

Madre mía

Que no levanten tu paso,

que quiero ver bien tu cara,

y reflejarme en tus ojos,

y me destellen el alma

tus candeleros lucientes

brillando de cera blanca

Cuánto sufrirías Tú también, Jesús, de ver así a tu Madre, a la única persona que comprendía tu sacrificio, a quien te amaba y a quien amabas más que a ninguna otra en el mundo. Seguro que te hubiese gustado poder detenerte, siquiera un segundo, para consolarla, para limpiar sus lágrimas, pero no te lo permitieron. Ninguno de los dos pudisteis articular palabra al veros, pero un instante, una simple mirada bastó, seguro, para deciros todo cuanto queríais. No será hasta la cruz cuando volváis a encontraros, y ahí, en medio del dolor más inmenso que la naturaleza humana es capaz de soportar, sí le dirigirás unas palabras breves, pero cargadas de significado, cuando nos la entregues como Madre. Sólo su fe pudo sostenerla a pie de la cruz, frente al dolor profundo, frente a la oscuridad que cubrió la tierra en el momento de la muerte de su Hijo.

¡Cuánto falta nos hace en la vida el consuelo de una madre! María lo sabía y, pese al dolor y el sufrimiento extremo que le produjo verte camino a la muerte, no dudó un instante en salir a buscarte, a intentar reconfortarte, aunque fuese sólo un momento, con su presencia, con su mirada. Y seguro que lo hizo. Su entrega, su humildad, su fuerza, y su esperanza, aún en los momentos más difíciles, han de ser ejemplo para todos nosotros; ejemplo para querer de verdad, para ser sencillos, sin las complicaciones que nacen del egoísmo de pensar sólo en nosotros, para enfrentar los problemas y las dificultades que se presentan en la vida. Decía San Pío X que no hay camino más fácil y seguro para llegar a Cristo que María. A Ti acudimos y en Ti confiamos, Virgen Santísima, seguros de que, como Madre, siempre vas a estar ahí, acompañándonos en nuestro camino de la vida y dándonos el aliento necesario para sortear los problemas y dificultades que se van presentando.

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Con el paso de los años me di cuenta que necesitaba vivir la Madrugada de otra forma y comencé a participar en la procesión: como nazarena, como fiscal de orden, ayudando a organizar los turnos de promitentes de la Verónica, como hermana de luz, como promesa. Una visión distinta y preciosa de tu camino por nuestra ciudad, Señor, porque me permitió comprobar, más cerca aún, lo que significas para tanta y tanta gente. Y es que vivir la Madrugada desde dentro es diferente. Pese al bullicio, al gentío exterior, alumbrar tu camino como hermano de luz, como nazareno de vela, resulta una experiencia tan íntima, tan intensa, tan repleta de recogimiento, de oración…

Decía Antonio Machado que “el ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve”. Y es indescriptible lo que se percibe, lo que se siente tras el anonimato que proporciona el caperuz: las miradas, las plegarías, los sentimientos, los ruegos, oraciones sin palabras pero absolutamente ensordecedoras, lo puedo asegurar, de miles de almas que te esperan, año tras año. Escuchas las voces desgarradas de quienes cantando te rezan, oraciones sencillas que salen del alma y que llegan al alma. Y ves las miradas del resto de nazarenos, incapaces muchas veces de contener las lágrimas cuando tienen la oportunidad de pasar a tu lado a lo largo del recorrido. Y ves las caras de tus promitentes cuando te están esperando en el lugar previamente fijado para ayudarte a llevar la cruz y ven acercarse tu trono; y cuando, al terminar, con su clavel en la mano, te miran por última vez, despidiéndose hasta el año que viene y pidiéndote que les permitas volver a ser tus pies. Y vas viendo a tantas y tantas personas, cada una con sus circunstancias, con su manera de ser y de entender. Ves a las familias, a los niños agarrados de las manos de sus padres, a los grupos de jóvenes que te recuerdan a ti años atrás, a las personas con discapacidad, a la gente mayor que ya vivió otras semanas santas pero siguen buscando en ésta las explicaciones a las preguntas de la vida... Y a nadie deja indiferente tu presencia; en silencio los ves, con lágrimas en los ojos, emocionados sin pudor porque no saben que los miras, porque en ese momento nada hay más que Tú, sólo pueden mirarte a Ti.

Y es que contigo no hay ideologías, no hay distinción de clases sociales, de orígenes, de profesiones o de cargos. Has recibido las más altas distinciones de nuestra bella ciudad de luz, llevas contigo las espigas, símbolo de los labradores giennenses, las llaves de Jaén, la medalla de oro, pero nada es comparable, ningún reconocimiento puede hacer justicia a lo que significas, a los sentimientos que despiertas, al amor incondicional de un pueblo, de tu pueblo.

En esta etapa tuve la oportunidad también de comprobar lo complicado que resulta organizar la procesión. Si se trata de una tarea difícil en todas las cofradías, en ésta la dificultad es mucho mayor. A menudo se critica, con más razón unas veces, con menos otras, la falta de orden, los retrasos, el escaso lucimiento del cortejo… El problema no es que existan esas críticas, que, insisto, en ocasiones están fundamentadas, sino la intención de quienes las vierten, que, muchas veces no es, como debería ser, la de contribuir a ofrecer alternativas para mejorar, sino simplemente el daño gratuito, sin preocuparse siquiera por conocer la Cofradía, sus características y sus peculiaridades.

Entre todos hemos de esforzarnos por dignificarte, Señor, también en la calle. Incansablemente los distintos responsables de la Cofradía repiten, año tras año, la necesidad de vestir de manera digna el traje de estatutos, de mantener el respeto y el decoro durante todo el recorrido, de respetar las instrucciones de los encargados de la organización, tarea ésta no siempre sencilla, y lo digo por propia experiencia porque, incluso, hace años llegué a ver y a sufrir agresiones físicas por parte de los propios nazarenos cuando te dirigías a ellos para intentar organizar el tramo que te correspondía en tu labor de fiscal.

Hace ya, como digo, varios años de esto y cierto es que, aunque poco a poco, afortunadamente se va avanzando en el objetivo de transmitir la idea de que mantener el respeto y el orden durante la procesión no tiene otro sentido que dignificarte a Ti y a tu Madre. Es responsabilidad de todos (tanto los de dentro como los de fuera de los órganos de gobierno de la Cofradía) no conformarnos con el argumento de que no es posible hacer nada más, que “la procesión de Jesús” es así. Tu procesión son fabricanos, tronos, turnos, promitentes, miles de nazarenos, promesas, personas que te alumbran; señas de identidad de nuestra Madrugada, señas de nuestra identidad cofrade, a la que no debemos renunciar sólo por el simple hecho de pensar que todo lo que viene de otros lugares es mejor. Pero esto tampoco debe significar estar cerrado a mejorar, a buscar instrumentos para corregir errores, a seguir trabajando para que el cortejo luzca como merece, como Tú mereces, por las calles de nuestra ciudad.

Y, sobre todo, no se entiende que haya quienes, en defensa de una mal entendida tradición, se empeñen en poner trabas, incluso desde dentro, con el único objetivo de dañar a quienes, en cada momento, asumen la difícil responsabilidad de encontrarse al frente de la Cofradía. Siempre hay que hacer las cosas desde el respeto y el diálogo. Cualquier otra forma deslegitima la mucha o poca razón que pueda tenerse. Y a veces, parece olvidarse que lo importante, más allá de marchas, de enseres, de bandas, de formas de llevar un paso, eres Tú, que Tú estás por encima de todas esas cosas y que el objetivo común (el de los de dentro y el de los de fuera) no puede ser otro que el de glorificarte, dando realce y solemnidad a tu salida por las calles de Jaén y dejando a un lado cuestiones o intereses personales que generen una fuente de conflicto entre hermanos.

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Entre todas mis Madrugadas, la de 2007 fue la más difícil. Pocos meses antes habíamos perdido a mi madre. Ese año la Semana Santa estuvo pasada por agua y también la Madrugada. Nunca olvidaré las horas previas a la prevista para tu salida en la Catedral, pendientes del tiempo. Hasta entonces, esos momentos todos los años los habíamos vivido los cuatro juntos, pero ese año ya no estaba ella. Aun conociendo las malas previsiones meteorológicas, el ambiente en las naves catedralicias era el mismo de siempre: los cuatro tronos perfectamente preparados, los nervios a flor de piel, todo el mundo -promitentes; promesas; servicios de paso…- ocupando su lugar y los encargados de la organización esforzándose por tener todo listo para el momento de la salida. El ritual se repetía, como todos los años, pero yo no lo sentía igual. Sólo recuerdo confusión, silencio y una profunda tristeza, no paliada aun lo más mínimo por el escaso tiempo transcurrido. Fue un momento especialmente duro, muy difícil para nosotros, pero con el paso del tiempo me he dado cuenta que también fue reconfortante. Me resulta imposible olvidar el trayecto hasta la Puerta del Perdón delante de tu trono junto a mi padre y mi hermana, cuando la Junta de Gobierno, ante la imposibilidad de que la procesión saliese a la calle, decidió llevarte allí para que las miles de personas que te esperaban bajo la lluvia pudiesen verte. En esos momentos de profunda tristeza y de desesperación te sentimos, te sentí, más cerca que nunca, como si quisieses cargar sobre tu cruz parte del peso de la nuestra, intentando aliviarnos, siquiera un poco. Siempre te estaré agradecida, Jesús, a Ti y a tu Cofradía, porque en esos momentos fuisteis refugio y consuelo para mi padre, convirtiéndoos en uno de sus principales apoyos; entre todos fuisteis sus cirineos, ayudándole a llevar esa pesada cruz que nos deparó la vida. Y nunca podré agradecéroslo lo suficiente.

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A partir de ese momento, mis Madrugadas se siguen sucediendo año tras año, manteniéndose siempre como uno de los momentos destacados de nuestra vida como familia. Y ya no es una, sino tres las túnicas nazarenas que todas las Semanas Santas están preparadas en casa, esperando el momento de tu salida para acompañarte por las calles de Jaén. Desde el año 2009, ya desde tu casa, desde tu Santuario, desde tu Camarín, donde, por fin, pudiste volver en una gélida tarde de noviembre, otro de los momentos que, quienes te queremos, siempre tendremos grabado en nuestra mente y en nuestro corazón y que culminaba un largo y complejo proceso, dando satisfacción a un deseo común, muchos años añorado. Aunque ojalá no esté lejos el día en que, aunando voluntades, podamos volver a verte por las naves de nuestro Templo Mayor, a Ti, Jesús de la Salud, Jesús Salvador en su Santa Cena, Jesús orando en el Huerto, Jesús de la Piedad; a Ti, Jesús de la Caridad, Jesús Despojado, Cristo de las Misericordias; Divino Maestro, Jesús de la Caída, de la Clemencia, de la Humildad; Jesús Cautivo, Señor del Perdón y del Amor, Cristo de la Buena Muerte y descendido de la cruz; Jesús Preso, Cristo de la Vera Cruz, de la Expiración; Gran Poder; Cristo del Calvario, Muerto en el Sepulcro y Yacente; Jesús Resucitado, Nuestro Padre Jesús Nazareno. Ojalá podamos verte pronto, a Ti y a tu Madre, haciendo verdadera Estación de Penitencia en Jaén.

Van pasando los años, y con ellos mis Madrugadas, y te aseguro que soy incapaz de expresar con palabras la emoción que siento cuando veo a mis hijos, junto a su abuelo, acompañarte, Señor, hasta tu casa las mañanas del Viernes Santo, porque sé que esa imagen refleja mucho más que una tradición, es algo que une, identifica y enlaza a los miembros de mi familia con tal fuerza que nunca se romperá.

Ahora soy yo quien les intento explicar a ellos lo que, no hace tanto, me explicaba a mí mi madre. Y les hablo de la Casería de Jesús, del anciano que llegó pidiendo cobijo y que, al entrar, se fijó en aquel trozo de madera con el que saldría “un buen nazareno”; y de la leyenda de tu origen divino, porque ¿cómo puede ser obra humana ese cuerpo, roto por el dolor, esa pena que inunda tu rostro, y esa mirada…? ¿Cómo puede venir de la mano del hombre esa multitud de sentimientos y emociones que desprende tu presencia, ese infinito amor que repartes, esa paz que irradias al mirarte?

Y les hablo de Santa Marcela, de la Verónica, esa mujer valiente que, según la tradición, abriéndose paso entre la guardia romana, se acercó a Ti, en la Vía Dolorosa, para enjugar tu magullado y ensangrentado rostro. Esa preciosa imagen que todas las Madrugadas te precede en tu caminar por nuestra ciudad, intentando explicarnos lo que te han hecho, el castigo brutal que injustamente te han infligido, que vienes cargado con un madero que tus escasas fuerzas apenas te permiten sostener y que van a darte muerte como al peor de los malhechores, a Ti, que no has hecho sino el bien. Y nos muestra el lienzo donde ha quedado impreso tu Santo Rostro, permitiendo, así, que Jaén conserve el más preciado y divino tesoro que puede tenerse.

Y les hablo también de San Juan, el más joven de tus apóstoles, tu discípulo querido, el único que se atrevió a acompañarte en tu camino al Calvario; el único que permaneció a tu lado, que no te abandonó cuando todos los demás, presos de un sentimiento tan humano como el miedo, te dejaron solo; el único que acompañó a María hasta el pie de la Cruz, dándole consuelo, y asumiendo el sublime encargo que Tú le encomendaste, acogerla y cuidarla como Madre, y Ella a él como hijo. Juan ha de ser ejemplo para todos nosotros, en especial para los jóvenes cofrades. Ejemplo de amor y fidelidad a Dios, incluso cuando las circunstancias son adversas. En una sociedad incapaz muchas veces de admirar la belleza intangible de lo espiritual; en una época como la actual en que la manifestación pública de la fe no termina de estar bien vista en determinados ámbitos, como Juan no hemos de tener miedo de seguir a Cristo, de mantenernos a su lado, de dar testimonio de nuestras creencias, pese a que eso suponga, en ocasiones incluso, y aunque parezca mentira a estas alturas, tener que hacer frente a la incomprensión de nuestro entorno.

Más allá de las circunstancias que puedan acontecer, fruto de las modas y de las veleidades que, por desgracia, afectan también al mundo cofrade de nuestra ciudad, Juan siempre permanecerá junto a Ti, Señor, todos los Viernes Santos, como discípulo fiel, siguiéndote en tu camino al Calvario.

También hablo a mis hijos del enorme sacrificio que realizan las promesas que, cargadas con su cruz, siguen tus pasos y te rezan en silencio, para pedirte ayuda ante la adversidad o como agradecimiento por un favor recibido; de las bolsas de caridad, símbolo de la importante labor que desarrollan nuestras cofradías con las personas necesitadas; y de los pétalos y las saetas, profundo sentimiento de quien te reza cantando, para implorarte y glorificarte, porque la oración, si es cantada, te llega más pronto; y de la preciosa cara de niña de nuestra Virgen de los Dolores, de las lágrimas de cristal que caen por sus mejillas y que nos rompen el alma, de su rosario, de su corazón traspasado de dolor, de cómo, desolada, en silencio sigue a su Hijo hasta el final.

Y les explico que, cuando, tras la larga Madrugada, la procesión se encierra a mediodía del Viernes Santo, un grupo de cofrades intentan acercarte un poquito más a quienes, por motivos de salud, no han podido salir a verte por las calles, y llevan tus claveles a los hospitales, para que sean compañía, esperanza y consuelo en el dolor y en el sufrimiento para quienes se encuentran enfermos.

Intento transmitirles también que la Cofradía –las cofradías- no sólo son Cuaresma o Semana Santa, no sólo son procesiones, viacrucis, besamanos, conciertos o pregones, sino que la vida cristiana del cofrade debe desarrollarse durante todo el año. Que las Cofradías y Hermandades necesitan de un montón de mujeres y hombres comprometidos que dejan de pensar en el yo para trabajar en un nosotros y que, de manera desinteresada, desempeñan una labor constante, discreta, desconocida por muchos, ignorada por otros y no suficientemente valorada, pero de gran importancia en la sociedad actual y en nuestro entorno más cercano. Que es imprescindible, para entender esto, que exista una adecuada formación cofrade, una formación en valores, una formación que nos enseñe el auténtico significado de tu Mensaje y su adaptación al mundo actual y que nos permita desarrollar un verdadero sentido de Hermandad. La formación ha de ser una prioridad en las Cofradías, porque lo que mejor se conoce más se ama y porque sin ella corremos el riesgo de quedarnos en lo estético que, si bien no es malo cuando se hace con la finalidad de alabarte y glorificarte, por sí sólo no basta y no puede hacernos olvidar lo verdaderamente importante.

Y les digo que en esa labor diaria de las Cofradías ha de ocupar un papel particularmente destacado la ayuda a quienes lo necesitan.

“Te vi pasar y no te conocí,

Pasabas disfrazado de mendigo.

Fue de mi distracción duro castigo

No haberte en aquel pobre visto a ti.

¡Ya tantas veces me ha ocurrido así!

¡Te he llegado a tomar por enemigo…!

Sólo después, por reflexión, consigo

Darme cuenta de que has venido a mí.

¡Porque sueles venir tan disfrazado…!

¡Sueles, Señor, venir tan escondido!

Un superior que manda, un desgraciado

Que pide, un necio que nos ha ofendido…!

¡Y al darme cuenta, al fin, de que has pasado

Salgo tras de Ti, corriendo, y ya te has ido”.

(Fray Albino González Menéndez-Reigada)

No tiene sentido pretender alabarte y glorificarte, no tiene sentido preparar con primor tu salida procesional, los pasos, las flores, las bandas… si no nos preocupamos de quienes tenemos cerca. Tú no querrías eso, porque ya nos lo dijiste: “Cuando lo hicisteis con uno de mis hermanos, a mí me lo hicisteis” (Mateo, 25, 40). Nuestra prioridad, como cristianos y como cofrades, ha de ser estar junto a quien lo necesita. Nunca es suficiente cuando se trata de ayudar a los más desfavorecidos y también en eso hemos de esforzarnos, día a día, por ser ejemplo ante a la sociedad.

Y les explico también que todos somos hermanos, y que esa hermosa palabra, ese vínculo, ese sentimiento ha de adquirir una mayor dimensión, si cabe, en una cofradía, porque no pueden entenderse las envidias, las zancadillas, los recelos entre quienes, como hijos del mismo Padre, deciden unirse para darte culto y alabanza. Actitudes éstas que tanto nos alejan de Ti y que son fruto, en la mayoría de los casos, de intereses particulares que nunca habrían de anteponerse sobre el fin común, que no puede ser otro que el amor a Dios y a su bendita Madre. Las debilidades humanas y los desencuentros son normales en cualquier ámbito de convivencia, pero también lo ha de ser el arrepentimiento sincero y el perdón, perdón entre hermanos y perdón que Tú, en tu infinita misericordia, siempre estás dispuesto a concedernos, como perdonaste a quienes siendo tus elegidos, los más cercanos, te abandonaron en tu pasión, como perdonaste a quienes te condenaron, te torturaron y te dieron muerte de cruz.

Las cofradías han de ser, pues, espacio de acogida, de encuentro, de cercanía, de convivencia fraterna. Para ello han de adaptarse necesariamente a los nuevos tiempos, a las nuevas realidades y demandas sociales, permitiendo que toda persona que se acerque a ellas pueda sentirse integrada, se sienta partícipe y protagonista en la misión común de glorificarte y de dar ejemplo y testimonio público de tu Mensaje.  

Y sobre todo intento transmitirle a mis hijos el amor por Ti, Jesús, y por tu Madre, de la misma forma, con la misma intensidad y con la misma sinceridad con la que mis padres nos lo transmitieron a nosotras. Que la Madrugada se vive todo el año; que estás en tu casa, esperándonos, dispuesto a recibirnos y a escucharnos siempre; que eres Padre, confidente, compañero en los buenos y malos momentos y que nunca nos abandonas, por cuesta arriba que se ponga la vida.

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Sentada ante un cuaderno terminado,

vaciada y completada en tu oración,

a Ti, Señor, te honro y te pregono

humildemente y sólo con amor.

No hay más que sentimiento y tradición,

sólo emoción, recuerdos y experiencias

que, ya en temprana edad, en mi familia

arraigan dentro y fuerte, y son creencias.

Creo en Ti, mi Dios, y en Ti, mi Madre Santa,

me conmueve el dolor sin un pecado

que cargas Tú en tu cruz para salvarnos,

que sufres, Madre, en llanto desolado.

De dentro nacen hoy estas palabras,

mirándote con ojos de fervor,

sin más adorno que el amor profundo,

sin más reclamo que mi devoción.

Padre mío, ejemplo en nuestras vidas,

Nazareno entregado a tu pasión,

esta noche mi voz a ti se brinda:

Jesús de los Descalzos, BENDÍCENOS.

Ya voy terminando, Señor. La misión que me habías encomendado hoy ha llegado a su fin. Sólo quiero, para terminar, darte las gracias.

Gracias, Jesús, por haberme dado la oportunidad de estar hoy aquí, hablado de mis recuerdos, de mis vivencias y mis sentimientos, y hablando de Ti. Siempre guardaré esta experiencia en mi corazón,

Gracias por tantas cosas como me has dado: por la familia en la que nací y por la que he formado; por mis verdaderos amigos; por tener un trabajo suficiente para poder vivir con dignidad; por tener salud para poder enfrentar la vida. Gracias también por las cosas que he aprendido de los momentos duros y difíciles, porque me han hecho ser más fuerte, conocerme mejor y conocerte mejor también a Ti.

Gracias por la fe, fuerza y asidero, sobre todo en los momentos difíciles. Porque más allá de la muerte, del dolor, de la aflicción, nos estarás esperando, con los brazos abiertos, como un Padre a sus hijos, para compartir contigo la gloria de tu Reino, donde ya no habrá más oscuridad.

Gracias por acompañarnos, por protegernos y cuidarnos, por estar siempre con nosotros. Por habernos dado tanto.

Y quiero también, Señor, pedirte ayuda. Ayuda para saber hacer frente a las dificultades que se nos presenten en nuestro caminar por la vida; para que no nos falte nunca un objetivo, una ilusión que nos ayude a continuar y para que, cuando nos fallen las fuerzas, tengamos siempre un hombro que nos sirva de apoyo, una mano a la que agarrarnos, que enjugue nuestras lágrimas y que nos acompañe en el camino.

Ayuda para saber valorar las pequeñas cosas de la vida, porque, al final, son las más valiosas, porque en lo pequeño está lo inmenso, y la mayoría de las veces, con el ajetreo y la rutina del día a día, ni siquiera reparamos en ello.

Ayuda para que no seamos indiferentes ante las injusticias, para que no seamos duros de corazón ni de alma. Para que la vida no nos haga inmunes ante al sufrimiento de nuestros hermanos. Que no normalicemos el odio, la desgracia, la necesidad, la violencia; que nunca perdamos la sensibilidad frente a lo que sucede a nuestro alrededor.

Ayuda también para que seamos capaces de aliviar el peso de tu cruz y de las de quienes nos rodean, cambiando nuestras actitudes, ayudando a los demás, aunque, en ocasiones, no recibamos la respuesta esperada, aunque a veces no nos sintamos comprendidos. Tampoco te comprendieron a Ti esos mismos que te seguían, esos que esperaban un caudillo, un libertador que viniera a salvarlos y no entendieron que tu Mensaje de Salvación consistiese en un acto de paz y profundo amor.

Ayuda para saber aceptar a quienes piensan o sienten diferente. Ayúdanos a respetar, a ser tolerantes y a tener una mente y un corazón abierto que nos permita ver que en la mayoría de las ocasiones tenemos muchas cosas más en común con quienes nos rodean de lo que pensamos, porque todos somos hijos del mismo Padre.

Ayuda para saber perdonar los desengaños, los errores, las traiciones de quienes tenemos cerca, aunque en ocasiones nos resulte difícil sobreponernos a la decepción de alguien que creíamos amigo. Si Tú todo lo perdonas, ¿quiénes somos nosotros para condenar? Y ayúdanos también a saber pedir perdón a quien, por nuestras equivocaciones, hagamos daño, y no ser presos del orgullo absurdo, la vanidad, la soberbia y la arrogancia.

Y ayuda. Señor, para que seamos capaces de dar testimonio de Ti con nuestras vidas, de transmitir a los demás que Dios es Amor, un Amor infinito, y que quien permanece en amor permanece en Dios, y Dios en él (Jn, 4, 16).

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¿Qué hace que el pueblo entero esté frente a Él? Sólo tendrás que hacer una cosa para saberlo, un gesto tan simple como mirarle. Mirar cómo sus manos se aferran a la Cruz, como queriendo cargar con ella todos nuestros pecados; mirar sus pies descalzos que caminan sin descanso hacia nuestra salvación; pero, sobre todo tendrás que mirarle a los ojos y en esa mirada descubrirás una serenidad difícil de comprender, una calma que invadirá hasta el último vacío de tu alma. Y esa mirada te acompañará siempre.

Jesús, eres nuestro Señor, el Señor de Jaén. Eres nuestro referente, nuestro amor, nuestro consuelo, nuestro más preciado tesoro. Llevas el alma de nuestra ciudad sobre tus hombros. Llevas mi alma contigo.

Gracias, Señor mío, por haberme concedido el inmenso regalo de tener este año dos Madrugadas.

 


[1] Exhortación Evangelii gaudium (122-126),

[2] Homilía de la Santa Misa pronunciada con motivo de la Jornada de las Cofradías y de la Piedad Popular en el Año de la Fe (5 de mayo de 2013).

[3] “Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos” (Lucas, 23, 28).

[4] “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Mateo 27, 37; Lucas 23, 34).

XVI PREGÓN MADRUGADA

Pronunciado en el Teatro Darymelia, en la noche del 7 de marzo de 2015,

por don Manuel López Pérez, cronista de la Cofradía

Durante muchos, muchos años, fue costumbre inalterada que los actos comunitarios de la Cofradía de N. P. Jesús Nazareno se iniciaran con el rezo de un peculiar padrenuestro nazareno que compuso aquel impulsivo político republicano, venerable maestro de escuela, excelente poeta, fiel cofrade y ejemplar cristiano que fue don Manuel María Montero Moya.

Su  injustamente olvidado Padre Nuestro a Jesús Nazareno compuesto en 1878, quiero ponerlo hoy como indispensable exordio del XVI Pregón Madrugada, en súplica de que lo que va a proclamarse  desde este atril, no sea otra cosa sino el llamamiento de un ya viejo cofrade nazareno, para que sepamos vivir la próxima madrugada al jaenés modo y dando primacía a nuestra irrenunciable condición de cristianos sobre nuestra voluble y temporal condición de cofrades.

Os invito pues, a que interiormente os unáis  a esta oración que nos legó el poeta: 

 

Padre Jesús Nazareno, que en los cielos

te encuentras glorificado, 

tu nombre santificado 

sea por una eternidad.

  

Venga a nos tu excelso reino 

de gracias y de venturas; 

y por todas las criaturas, 

 hágase tu voluntad.

 

Así como el alimento del cuerpo 

 nos dan tus manos, 

el del alma también danos; 

concédenos tu perdón.

 

Del prójimo las ofensas 

perdona el corazón pío; 

Tú no permitas, Dios mío, 

caigamos en tentación.

 Mis primeras palabras han de ser de  forzosa y aunque  protocolaria, sincera gratitud. 

De afectiva gratitud a mi presentador por sus amables palabras de introducción, de las que quizás el único dato a retener sea mi  lejana filiación en la Cofradía.

Y como no, de gratitud, de profunda gratitud y reconocimiento, al Hermano Mayor, Junta y Gobierno de la Cofradía, por la desafortunada idea de traerme a este atril.  

En mi ya dilatada relación con el grupo rector de esta querida cofradía, he recibido múltiples e impagables pruebas de amistad, de fraterna generosidad, de auténtica hermandad nazarena, a las que ahora he de sumar esta grata encomienda pregonera. Que Jesús Nazareno os lo pague, hermanos. 

Pregonar, anunciar la Madrugada de 2015 a la que nos convoca ese bello cartel en que María del Carmen Martín-Grande Morgado ha captado uno de sus mas evocadores y persistentes momentos, es tarea gratificante para cualquiera, esencialmente, porque nos proporciona la ocasión de asomarnos a los balcones de la memoria para reencontrarnos con aquel tiempo, ¡ay! tan lejano, en que la intuición de lo religioso, de lo sagrado, empezó a tener vigencia en nuestra conciencia de niños a través de la imagen de Jesús Nazareno, un tiempo en que, sin duda, Cristo, el Señor, empezó a fermentar gozosamente en nuestras vidas. 

Dos de nuestros mas rigurosos conocedores de la Semana Santa andaluza, el periodista Antonio Burgos y el profesor y excelente comunicador sevillano Paco Robles, en algunos de sus certeros ensayos han puesto de manifiesto como la Semana Santa, aparte de la inexcusable significación religiosa, que solo atañe a las creencias de cada uno, nos pone cada año en el trance emotivo de reencontrarnos con el niño que fuimos, de volver mentalmente a los escenarios que sirvieron de telón de fondo a nuestras iniciales andaduras, a unas primeras experiencias procesionales a través de las cuales, sin advertirlo, la imagen de Cristo-Jesús se clavaba carne adentro en nuestra psique, en nuestra conciencia y nos ayudaba a tomar posesión de nuestra condición gloriosa de cristianos… y de jaeneros. A volver a escuchar las voces amadas que nos inculcaron el amor al Nazareno y que ya apagó el soplo sombrío de la eterna despedida. 

Esto es algo que el maestro ubetense Juan Pasquau, que lo vivió en sus propias carnes, supo explicarnos muy bien cuando desempolvando sus recuerdos escribía:

“…Aquella mañana, Jesús, agobiado bajo el azul de un cielo de golondrinas, recorría las calles de la ciudad impartiendo su lección de Dolor. Había una zozobra de cirios, un temblor morado en el aire, un lamento desolado de trompetas. Y la lección de amor del Nazareno llenaba todas las cosas de su belleza…

Con la visión de la procesión del Nazareno empezábamos a levantar  en nuestros adentros los cimientos de nuestra reserva espiritual.

Luego, cuando pasen los días y los años y el dolor muerda deseos incumplidos –insaciables- de felicidad…, cuando hombres a la intemperie la existencia nos flagele o maltrate, nos acordaremos de aquel lejano Viernes Santo en que establecimos contacto vivo con Jesús y tomamos posesión de nuestra condición gloriosa de cristianos…” 

Así es. Al menos en mi caso y supongo, razonadamente, que en el de muchos de vosotros. 

Porque cuando cada año llega la Madrugada, sin poder remediarlo, sin poder evitarlo, los recuerdos nos afluyen a borbotones, preparándonos para nuestro anual encuentro con Jesús, el Nazareno. 

Un viento antiguo de fervores trae ahora hasta mí el recuerdo desvanecido, delicuescente, del inconfundible lamento del Cucharillas / Cucharones  que interrumpía mis sueños infantiles cuando los bocineros iban a buscar a su casa de la Calle Tiradores, en la alta madrugada del Viernes Santo, a mi vecino don Carlos López Figueroa, el yerno de aquel gran gobernador de nuestra Cofradía que fue don Inocente Fe…O me despierta las emociones de un lejano Viernes Santo, 7 de abril de 1950, en que de la mano firme y sarmentosa de mi abuela formé por vez primera en el cortejo nazareno para cumplir el rito, tan devoto como jaenés, de alumbrar a Jesús. O me hace volver a escuchar con nitidez  las recomendaciones de mi buen padre mientras subíamos por  desusados y recónditos callejones a la Merced para acompañar a Jesús, vistiendo con aniñada ufanía la negra túnica que mi santa madre había cortado y cosido con sus laboriosas manos y pespunteado con su maternal amor.

La Madrugada, la auténtica y valedera Madrugada, la nuestra, que no esa artificiosa Madrugá que unos sueñan y otros exigen con desaforadas argumentaciones, mi Madrugada y pienso que la vuestra, está compuesta de la suma de esas vivencias individuales y colectivas que tras pasar por el cálido alambique de los años han destilado la esencia de lo que hoy es el momento álgido de nuestra Semana Santa, ese  añorado momento en que Jesús, el Nazareno, sale a la calle para venir a nuestro individual encuentro provocándonos el ansiado repeluco que llevamos esperando todo un año.  

Una Madrugada que tuvo muy diferentes etapas, cada una de las cuales fue moldeando su actual rito y en las que mas de una vez se le echó un pulso a la historia y por eso mismo aún pervive su esquema inicial, su música callada escrita en los pentagramas del sentimiento.  

Las primeras ordenanzas por las que se rigió la Cofradía, tomadas del estatuto-marco con que los PP. Carmelitas Descalzos fueron creando en sus conventos las cofradías de Nuestro Padre Jesús, denominadas entonces cofradías de “Santa Elena”, “de la cruz de Santa Elena”, “de las cruces”, o “de los nazarenos”, señalaban en su capítulo segundo y como manifestación principal de la cofradía, una devota procesión de penitencia.

“…Que todos nuestros hermanos –prescribían los Estatutos-  el Viernes Santo al amanecer salgan en procesión del Convento del Carmen, cada uno con su túnica, cruz y soga al cuello, como es costumbre y los pies descalzos. E irán con mucho silencio, sin llevar ninguna cosa por do puedan ser conocidos. Y delante vaya un estandarte morado pendiente de una cruz de madera, el cual llevará el alférez y pasado el primer tercio de la procesión, lleven la insignia de Cristo con la cruz a cuestas y al fin de dicha procesión lleven la insignia de Nuestra Señora. Y que no salga otra procesión si no es la del Viernes Santo…”

El rito de esta procesión nazarena de la amanecida, fundamentado en los rigores físicos de la penitencia y del ascetismo postridentino, se mantendrá inalterable a lo largo de todo el siglo XVII y con ligeras modificaciones se reglamentará en los nuevos Estatutos dispuestos en 1704 en cuyo capítulo décimo se diseñaba así la procesión:

A una hora prefijada del amanecer, saldrá  el alférez mayor con el estandarte, la cruz y dos maceros de escolta.

Le seguirán los cofrades, vistiendo túnica humilde de lienzo morado, soga de esparto a la garganta y cintura y una cruz al hombro. Porque en nuestra cofradía la cruz signó rotundamente sus inicios. En señal de penitencia y humildad los cofrades irán descalzos de pie y pierna y solo en caso de vejez o enfermedad podrán calzar sandalias frailunas o alpargatas de esparto. Todos irán en riguroso silencio, con la cara cubierta por el capuz y sin llevar guantes ni otro signo de lujo o humana distinción. Y en silencio. Arropados por ese silencio que nos ayuda a encontrarnos con nosotros mismos y nos facilita el llegar a los umbrales de otro silencio, el silencio inabarcable del Nazareno.

Detrás vendrá el gobernador de la Cofradía acompañado de sus oficiales, todos portando sus varas en señal de autoridad y le seguirán los hermanos de luz que no cumplan penitencia.

Cuatro cofrades portarán en andas la imagen de San José, titular del convento carmelitano que acoge a la Cofradía y otros cuatro a la Verónica, franqueadas ambas imágenes por nuevas hileras de nazarenos cargados con sus cruces. Algunos años la imagen de San José se reemplazó por la de San Elías, el fundador de la orden del Carmelo.

Centrará la procesión la imagen de Jesús Nazareno portada en andas por los hermanos quisgueros y  acompañada por “cuantos quiera y permita el señor obispo”. Tras ella caminará la Comunidad de PP. Carmelitas Descalzos portando hachas encendidas.

 

Cerrarán la procesión las imágenes de San Juan y Nuestra Señora de los Dolores. Para ordenar y regir las filas, se designaban unos cofrades bastoneros. Y tras las dos imágenes de N. P. Jesús y Nª Sª de los Dolores irán los palios de respeto, con una doble función, la simbólica de manifestar la realeza de Jesús y María y la práctica de proteger las imágenes en caso de imprevistos aguaceros. Razón por la que los hermanos palieros  se escogían entre los mas jóvenes, diestros y robustos, pues era precisa fuerza y agilidad para manejar las recias y altas pértigas de aquellos grandes palios.

 

Nada turbará el penitente discurrir de la procesión en aquellos años. Solo se escuchará rezar a los frailes las estrofas monocordes y lastimeras del Salmo 50, El Miserere que reza la liturgia católica en las Laudes de todos los viernes del año y que San Juan Pablo II definió como “…el mas intenso y repetido salmo penitencial, el canto del pecado y del perdón, la mas profunda meditación sobre la culpa y sobre la gracia…”, estrofas de religiosa simplicidad y gregoriana musicalidad, que durante muchos años acompañaron el paso de Nuestro Padre Jesús con la dulce armonía de otros motetes penitenciales que entonaba la capilla de música:

 

“…Miserere mei, Deus,

secundum magnan misericordia tuam…”.

“…Misericordia, Señor, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa…”

 

 

A partir  del siglo XVIII, al pendón de la cofradía lo acompañarán dos hermanos bocineros que en las encrucijadas del itinerario harán sonar sus bocinas con un doliente y prolongado son, para convocar a los vecinos a salir presurosos al encuentro de la procesión, a la cita con el Nazareno.

 

Desde sus inicios la procesión hacía su salida en una hora incierta e imprecisa, pero siempre al rayar el alba. Será a partir del siglo XVIII cuando la hora de salida se fije habitualmente entre las cuatro y las cinco de la mañana.

 

Y recorría un itinerario larguísimo que por la calle Maestra Alta y El Corralar la llevaba hasta la Magdalena, de donde retornaba por Maestra Baja, no sin antes hacer paradas en lugares tan señalados como el convento de Santa Ursula o el de Santa Clara, cuyas religiosas reclamaban con empeño la presencia del Divino Nazareno para gozar de su visión y favor, sabedoras de  aquello que se cantaba y se canta en los tradicionales Gozos para la Novena de Jesús Nazareno con una música tan pegadiza como entrañable:

 

“…Pues del humano furor

fuiste Jesús abatido,

quien te venera afligido

sienta siempre tu favor….”

Esta fue nuestra inicial Madrugada. Una madrugada pletórica de autenticidad nazarena y carmelitana. Una madrugada pensada, exclusivamente, para que el cofrade viviera la procesión en sus más recónditos adentros; para que los espectadores se sintieran impelidos a considerar los misterios de la pasión y muerte de Jesús y desde las callejuelas del viejo Jaén repitiera doliente el lamento de la saeta:

“…Por aquí pasó Jesús,

antes que el gallo cantara,

con una cruz en los hombros

de madera muy pesada…”

 

Una madrugada propicia para que año tras año se viviera y repitiera en los aledaños de la Puerta de Granada y los egidos de Santa Ana, algo que se repetía en muchos pueblos de España, la sencilla vivencia que tan certeramente glosó el poeta Gabriel y Galán  en uno de sus mas conocidos poemas y que tantas veces escuchamos en nuestros días niños:

 

“…Cuando pasa el Nazareno

de la túnica morada

con la frente ensangrentada,

la mirada del Dios bueno

y la soga al cuello echada,

el pecado me tortura,

las entrañas se me anegan,

las lágrimas me ciegan

en torrentes de amargura

y me hiere la ternura…

…Y detrás del Nazareno

de la frente coronada

por aquel de espigas lleno,

campo dulce, campo ameno

de la aldea sosegada,

los clamores escuchando

de dolientes misereres,

iban los hombres rezando,

sollozando las mujeres

y los niños observando…

 

¡Oh, que dulce, que sereno

caminaba el Nazareno

por el campo solitario

de verdura menos lleno

que de abrojos el Calvario!

 

¡Cuan suave, cuan paciente

caminaba y cuan doliente,

con la cruz al hombro echada

y el dolor sobre la frente

y el amor en la mirada!

 

Y los hombres, abstraídos,

en hileras extendidos,

iban todos encapados,

con hachones encendidos

y semblantes apagados.

 

Y enlutadas, apiñadas,

doloridas, angustiadas,

enjugando en las mantillas

las pupilas empañadas

y las húmedas mejillas,

viejecitas y doncellas,

de la imagen por las huellas

santo llanto iban vertiendo…

 

¡Como aquellas, como aquellas

que a Jesús iban siguiendo!

Y los niños, admirados,

silenciosos, apenados,

presintiendo vagamente

dramas hondos, no alcanzados

por el vuelo de la mente,

caminábamos sombríos

junto al dulce Nazareno,

maldiciendo a los judíos,

que eran Judas y unos tíos

¡que mataron al Dios Bueno!...”.

 

Antigua y primitiva madrugada de Jaén, huérfana de músicas, de bullicios, de profanas adherencias. Desprovista aun del ornato, pompa y esplendor con que luego la arropó el barroco distorsionando, en parte, su inicial mensaje carmelitano.

 

Antigua y primitiva madrugada de Jaén, preparada al alimón entre los frailes descalzos y los cofrades nazarenos, forjada y diseñada por unas gentes que tenían algo de lo que hoy estamos ayunos, una sólida formación cristiana y espiritual que les hacía obrar en consecuencia.

 

Antigua y primitiva madrugada de Jaén, acariciada de pies descalzos, signada de rústicas y pesadas cruces penitenciales,  rebosante de nazarenos silencios.

¡Nazarenos silencios! Cuanta falta hacen en la madrugada de hoy silencios que arropen y acaricien a Jesús Nazareno. Silencios que nos lleven de la mano hasta los íntimos rincones en donde quizás tenemos olvidadas la eternas verdes que sirvieron de piedras angulares a la madrugada jaenera.

Un querido sacerdote diocesano, don Antonio Lara Polaina, experimentado conocedor de nuestros adentros cofrades, nos lo ha dejado expuesto con meridiana claridad en su  luminoso ensayo El silencio en la Liturgia, en donde entre otras cosas nos advierte:

“…Solo podemos acercarnos a Dios silenciando los ruidos que hay dentro de nosotros y también a nuestro alrededor, para que Dios pueda seguir hablándonos. Hay que saber callar para que hable Dios y para hablarle nosotros a Él…(…)…Todos debemos iniciarnos en el silencio. Pero no olvidemos que el silencio es una cuestión de fe y cuando hay fe, se hace necesario el silencio. Necesitamos del silencio sagrado, del silencio que nos lleva a participar en las celebraciones, que nos introduce de lleno en el Misterio en el interior de nuestras casas de oración, que prolongamos en la calle, en la piedad sencilla de las estaciones de  penitencia…”

Que bueno sería el que en determinados momentos, en determinados escenarios del discurrir de nuestra procesión, los jaeneros, los que forman en las enlutadas filas nazarenas y los que esperan expectantes en las aceras o encaramados en la gratuita tribuna de los cantones, supiéramos asumir aquel silencio piadoso y carmelitano que envolvía nuestras primeras madrugadas.

Tal vez entonces, acallados los vítores estentóreos, el rumor de las conversaciones, el enojoso repiqueteo de los móviles, la hiriente agudeza de esos absurdos chiflíos que hemos convertido en signo distintivo de nuestra madrugada, al paso de Jesús Nazareno podríamos reencontrarnos cara a cara con ese Dios que quizás se nos perdió en la bruma de nuestras terrenales querencias, un Dios como el  que soñaba desde su agnosticismo el bueno de don Antonio Machado:

“…El Dios que todos llevamos,

el Dios que todos hacemos,

el Dios que todos buscamos

y que nunca encontraremos…”

 

La piedad silente y recogida de la madrugada jaenera perduró sin sensible quiebra hasta que el barroquismo imperante en la primera mitad del siglo XVIII fue acumulando sobre ella profanos añadidos que acabaron por sobreponerse a la espiritualidad del Carmelo y a la orientación doctrinal con que se habían reformado en 1704 los viejos estatutos.

Un mal entendido espíritu corporativo empieza a provocar frecuentes disensiones entre la cofradía y la comunidad de PP. Carmelitas Descalzos. La humana vanidad motiva  que quienes asumen gustosos el gobierno de la Cofradía lo hagan mas que por espíritu cristiano por  afán de evidenciar cierta posición social y desahogado acomodo, al poder hacer frente a los gastos que generaba la procesión.

Por otra parte, en el simple cofrade de fila se va creando una cierta desviación integrista que en no pocas ocasiones transforma la devoción en vulgar superstición. Esta crisis, que no solo afecta a Jaén sino a la mayoría de las ciudades españolas, motivará que Carlos III, a petición de algunos obispos, dicte severas normas para reconducir la celebración de las procesiones penitenciales e incluso en 1783 decrete una drástica supresión de hermandades y cofradías.

 

La nuestra consigue salvar aquellos escollos jurídico-canónicos manteniendo la procesión de la madrugada. Pero dotándola de un preámbulo no muy edificante.

Con el pretexto del madrugón y al socaire de fijar puntos de cita para las escuadras que formarían el cortejo, se impone la costumbre de en las salas bajas y en los amplios zaguanes de las casas del Gobernador y oficiales de la cofradía se dispongan ciertos refrescos  o convites, en los que si inicialmente se trata de fortalecer las fuerzas de los hermanos quisgueros que portarían las andas o las insignias de la cofradía, pronto se extienden a compromisos, amistades y allegados, a los que se ofrece con generosidad jícaras de chocolate, ochíos y magdalenas y tonificantes copitas de anís o resolí. Todo ello deviene en una animada tertulia impropia de día tan señalado como el Viernes Santo, que rompe el hieratismo luctuoso que hasta entonces tuvo la madrugada y que además motivaba que, con el exceso de libaciones, mas de un cofrade llegaba a la procesión un tanto alegre, “faltando al respeto al santo templo de Dios y causando escándalo en las calle públicas…”. Algo a lo que contribuían por su parte los populares armaos, grupo antecedente de nuestros Soldados Romanos, que con sus atrabiliarios uniformes y sus rudos modales, en lugar de añadir rigor al cortejo provocaban no pocos incidentes.

 

El propio Gobernador de la Cofradía, don Bernabé López Bago, en la Junta General de 1790 se quejaba de la reprobable práctica de “…que en la mañana del Viernes Santo, con motivo de madrugar para la procesión, había la costumbre de que muchos de los individuos de la cofradía se iban a sacar de su casa al Gobernador y éste administraba a los concurrentes varios licores, bizcochos y chocolate y otras viandas, con las que se discurre que el ánimo de un día tan santo en que se presenta al público la memoria de la Pasión de nuestro Redentor, se quebranta…”

Hay pues en los años del tránsito entre los siglos XVIII al XIX un cierto y documentado deterioro de la madrugada que guarda paralelismo con nuestros días, quizás por aquello tan verdadero de que “los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”. O porque nuestros antepasados, equivocadamente, comenzaron a pensar que ya se había quedado obsoleto el trípode sobre el que se asentó en sus albores la madrugada: el silencio, la oración y la penitencia.

La profunda convulsión social, política, económica y religiosa que genera la invasión napoleónica y la ocupación francesa de los años de 1808 a 1814 y la subsiguiente incertidumbre motivada por la llegada del ideario liberalista que culminará para las cofradías con la diáspora causada por la desamortización eclesiástica y la supresión de conventos decretada en 1835, habrá de incidir muy significativamente en nuestra cofradía dando lugar a una nueva y muy diferente madrugada.

Huérfana de la dirección espiritual de los PP. Carmelitas, será ahora un sector influyente de la nueva burguesía provinciana quien acaudille e impulse la renovación de la procesión, algo en lo que habrá de influir notoriamente el gobierno del Marqués del Cadimo don Fernando Cañabate y Gámiz, que rige la cofradía en los fecundos años de 1846 a 1849.

Sin abdicar por completo de los usos y costumbres tradicionales en la cofradía desde sus años fundacionales, a partir de la definitiva radicación de la hermandad en el abandonado Convento de la Merced, en 1846, se emprende una profunda renovación de la procesión de la madrugada.

El Marqués del Cadimo y buena parte de sus compañeros de Junta, eran personas ilustradas, pudientes, que frecuentaban otras latitudes, que pasaban temporadas fuera de Jaén y conocían bien la celebración de la Semana Santa en Granada, Córdoba y Sevilla. Es por ello por lo que, aunque no sin resistencia en el cuerpo de la cofradía, empiezan a hacer propuestas y a tomar acuerdos para que la procesión de Jesús Nazareno se acomode al sevillano modo.

Se modifican los Estatutos en 1848 adaptándolos a la legislación civil y suprimiendo normas que ya se consideraban caducas. Se adoptan nuevas túnicas “a la sevillana”  con caperuz alto,  larga cola y sin esparto en el cíngulo. Se reemplazan las andas por un carro triunfal –de ahí viene el vocablo carro con que tradicionalmente se han designado en Jaén a los tronos- y se suprimen los antiguos hermanos de cruz, unificando a los cofrades en dos tramos de hermanos de luz, unos con túnica y otros –la mayoría- sin túnica. Se incorporan bandas de música y escoltas militares y se dignifican las insignias.

Son los años en que también empiezan a aparecer las promesas, en su mayoría gentes que participan en la procesión con los pies descalzos y un reducido grupo que sigue el paso del Nazareno cargando rústicas y pesadas cruces, unos en petición de favores, otros en señal de gratitud y todos haciendo del silencio partitura desde la interpretar la oración de aquella  saeta que años después escribiría Amelia Fe Olivares, una fiel cofrade con vocación carmelitana:

 

“…Déjame seguir contigo

el camino del Calvario.

Déjame ser Cirineo

de la cruz de mis pecados…”

 

Porque aunque pasen los tiempos y los ritos cambien, la cruz ha sido una de las constantes mas persistentes en la procesión de Nuestro Padre Jesús. Unos la llevaron –y la siguen llevando-  por promesa, en súplica del auxilio divino en momentos de humana desesperanza como aquellos recogidos en la doliente saeta:

 

“…Padre Jesús de mi vida,

consuelo de mis pesares…

¡Que no me olviden mis hijos!

¡Que no se muera mi madre!...”

 

Otros, fieles a la tradición, cargaban y cargan con su cruz en testimonio de gratitud por los favores recibidos del buen Jesús, conscientes y sabedores de que la auténtica Verdad, la rotunda Esperanza, está encarnada en esta doliente imagen que desde hace cuatro largos siglos carga pacientemente con su cruz…¡y con las nuestras!.

Todos, unos y otros, verán en esa cruz que portaron en la procesión tras el trono del Nazareno, un signo visible y tangible de redención.

Benito Mas y Prast, que tan minuciosamente recogió las costumbres andaluzas de su tiempo, anotaba al respecto:

“…Tras las imágenes del Nazareno se ven en las procesiones un sinnúmero de penitentes, que sin hacer ostentación de sus propósitos llevan pesadas cruces durante la estación entera. Yo he visto muchos de esos penitentes abrazados a su cruz, llegar a sus casas transidos de hambre y de fatiga y depositar el pesado leño sin exhalar siquiera una queja. Esas cruces que aún se ven clavadas en los anchos pasadizos de los corrales y casas de vecindad, asombran por su proporciones y han causado terribles padecimiento a los que las llevaron…”

Y Rafael Ortega Sagrista, tan profundo conocedor de los entresijos de Jaén y su Semana Santa, también dejo esta anotación sobre el tema:

“…En nuestra ciudad, los nazarenos, terminada la procesión de Jesús, colocaban amorosamente su cruz en el portal o zaguán de la casa. Era muy corriente ver, al entrar en una casa, una tosca cruz colgada de la pared. Era un testimonio de fe y gratitud: promesa cumplida. Gratitud permanente del que la llevó con esfuerzo y con dolor, emocionadamente. Quizás su peso sobre los hombros no lo sintieran tanto como imaginamos porque la fe en Jesús Nazareno les serviría de providencial Cirineo…”

Alguna de esas cruces penitenciales llegué a ver yo en el amplio zaguán de la casa señorial de la familia Solá Moreno, en la Carrera de Jesús, esquina a la de “las Recogidas”, o en ciertos portalones empedrados del barrio hortelano y labrador de San Ildefonso.

 

En definitiva, con el siglo XIX se acomoda la procesión de la madrugada al marco estético y ambiental que llega desde Sevilla y que se expande por toda Andalucía al compás de las modas que impone el movimiento romántico tan exaltado por los hispanistas franceses e ingleses en su libros de viajes.

En el delicioso tratado costumbrista La Tierra de María Santísima, Benito Prast y Mas nos describe a la perfección los sentimientos que despertaba en nuestros antepasados esta peculiar madrugada.

 

“…Entre las cofradías penitenciales que mas llaman la atención de los curiosos, -escribe-  no por sus pasos ni por su lujosos aditamentos, sino por el carácter especial que las distingue, cuéntanse las nombradas de la Madrugada, cofradías que son sin duda de muy antigua prosapia y que se titulan así por hacer su estación como la hacían los flagelantes, a las altas horas de la noche recogiéndose con las claras del Viernes Santo.

No ya los extranjeros sino los mismos naturales se perecen por estas procesiones nocturnas y hallan en ellas encantos que faltan a las que lucen sus bellezas artísticas y sus costosos guardarropas a la luz del día y bajo el palio de arreboles de nuestro privilegiado horizonte.

El mayor misterio preside a estas procesiones fantásticas y es ver como la multitud silenciosa hasta cierto punto, se escalona y apiña ávida de verlas desfilar por las acostumbradas carreras. Las calles, ora oscuras como boca de lobo, ora iluminadas a giorno por farolas, hachas y guardabrisas, prestan un aspecto extraño y digno de estudio. En esos momentos en que la aurora tiende sus primeras gasas y los cirios de los pasos esparcen en torno raudales de amarillo fulgor, la paleta mas atrevida procuraría en vano fijar las tintas o copiar las siluetas que se presentan naturalmente. Las estrellas del cielo y de la tierra, que no otra cosa  parecen las llamas de las hachas escalonadas entre la bruma, palidecen mutuamente a la proximidad del alba y van dejando ver grandes masas de color en todos los términos; recórtanse las figuras y se mezclan las tintas; debilítanse los focos de luz y se vigorizan los reflejos; diríase que la multitud de los edificios están cubiertos por dobles velos luminosos que van levantándose poco apoco, acentuando mas y mas las líneas y las agrupaciones. Nada más curioso que el estudio de las figuras de este cuadro originalísimo. Miradas desde el punto de vista pictórico, apenas si son fantasmas indecisos que se pierden en las profundidades de las callejuelas; siluetas que se destacan por oscuro sobre las paredes o ejércitos confusos que se ordenan y cubren  los ángulos extremos, los huecos de las casas y las partes bajas de las fachadas monumentales. Cuando adelanta un paso radiante de luz o se juntan en haz los ciriales y las candelas, iluminase una parte de aquella multitud que hormiguea en las sombras y aparecen los conjuntos mas heterogéneos y extraños. Vese a la joven ideal y bellísima al lado de la celestina asquerosa; al pollo atildado cerca del terne de ancho sombrero; al rubio extranjero junto a la morena gitana, al pilluelo mezclado con el niño de casa grande y a las sencillas mozas de la sierra en paz y concordia con las peripuestas damas provincianas. Crece la bulla, se duplican los pisotones hasta que al fin la cofradía se adelanta silenciosa y pausada con sus mudos nazarenos y sus lujosos estandartes recordando la tan conocida y preciosa saeta:

 

Luceros de dos en dos,

estrellas de cuatro en cuatro,

van alumbrando al Señor

la noche del Viernes Santo…”

Fidedigna y exacta descripción de aquellas madrugadas decimonónicas que vivieron tan intensamente nuestros abuelos.

Es en esta segunda  manifestación de la Madrugada, admirablemente eternizada en un óleo de José Nogué Masso fechado en 1928 que se exhibe en el Museo Provincial,  cuando la procesión de N. P. Jesús se transforma en un rito peculiarmente jaenés que sin apenas variaciones perduraría hasta nuestros tiempos.

La procesión  fija su salida en las cuatro de la madrugada y por unos momentos transfigura la Plaza de la Merced en un reducto donde la multitud se apiña estremecida como debió de apiñarse en aquella hora

¡Salida de Jesús Nazareno! La plaza apenas puede contener en sus limites a un gentío que asciende por las ventanas de la Casa de los Mártires, que se cuelga de las rejas bajas del Palacio de los Quesada, que inmune al vértigo se aposenta en las pétreas cornisas de la Fuente Nueva.

¡Plaza de la Merced! ¡Salida de Jesús Nazareno! ¡Seguro que muchos de vosotros la recordáis! Perpetuada en un evocador dibujo de José María Tamayo, cantada por la voz del pueblo en aquella inspirada saeta:

 

“…Al alba del Viernes Santo,

la Plaza de la Merced,

mas que una plaza parece

el corazón de Jaén..”

Desde allí Jesús Nazareno empezaba a recorrer su lento e interminable itinerario que acabará cuando ya el sol esté muy alto.

 

Don Antonio Alcalá Venceslada, cofrade de Jesús desde 1.927 y luego durante muchos años dirigente de su cofradía, no se resistió a romancear este instante con aquella su peculiar sensibilidad:

 

 

“…Luceros de dos en dos,

estrellas de cuatro en cuatro,

van alumbrando al Señor,

la noche del Viernes Santo…

 

Esta saeta modulan

con fervor los finos labios

de una mujer cuyos ojos,

que están al cielo mirando

mientras la cantan se velan

con los preludios del llanto.

 

Es que a la puerta del templo

y enmarcada con el arco,

 está la famosa imagen

de Jesús de los Descalzos,

con majestad tan sencilla,

con poder tan sobrehumano,

que al aparecer convierte

los pechos en  santuarios.

 

 

Va Jesús hacia la calle

sobre su artístico carro

que adornan luces y flores

y que es en parte  llevado,

durante la estación toda,

por animosos hermanos

que así lo prometerían

en trances tristes o aciagos.

 

Va Jesús hacia la calle

y en su rostro sacrosanto

todos los ojos se fijan

y se embelesan mirándolo

y hay un revuelo en la gente

y hay un rumor apagado,

pues lo que sienten los pechos

no lo pronuncian los labios.

 

 

En el cielo las estrellas,

entre los nublos rasgados,

emiten luces fulgentes

y parece que el espacio

quiere dejar, para unirse

con las luces que aquí abajo

dan los cirios en dos filas

y cumplir fielmente el canto:

 

 

Estrellas de dos en dos,

luceros de cuatro en cuatro…”

 

Que lejana en el tiempo, pero que cercana en el recuerdo se nos ha quedado a muchos aquella salida de Jesús desde la Merced, que nos evoca sin remisión el mandato imperioso de la vieja y punzante saeta que reconvenía al expectante gentío:

“…Silencio, pueblo cristiano,

que ya viene el Redentor,

trayendo la cruz a cuestas

por salvar al pecador…”

 

Que estampa tan nuestra, tan jaenera, certeramente sintetizada por la pluma del cronista Luis González López, cuando escribía:

 

“…Jaén tiene a Jesús Nazareno metido en los entresijos y todo lo que representa de sublime el hermoso Nazareno es su médula. Demostración de ello se observa en los amaneceres del Viernes Santo cuando la muchedumbre apretujada en la plaza, anhelante, espera  que salga para llorar de emoción y maravilla. La tropa de soldados y centuriones romanos que rasgan el aire con los anuncios de sus trompeta y añafiles; el vaho penetrante de la tierra cargada de esencias místicas; la trulla perezosa de encapuchados y penitentes; los gritos y vivas del pueblo; las claridades medrosas de la luz y el gemido lastimero de las saetas componen un cuadro de indescriptible belleza…”

 

El lento y dificultoso discurrir de la procesión por las angosturas de Merced Alta, todavía con la madrugada envuelta en su negritud, suponía como un retorno a aquellos siglos pasados, cuando la piedad carmelitana era la brújula que marcaba el rumbo del cortejo.

 

Lento y silente caminar de la procesión en este su tramo inicial del que el cronista don Alfredo Cazabán, supo dejar conciso apunte en una saeta:

 

“…Va el Nazareno marchando

bajo la cruz padeciendo

y están los hombres rezando

y las mujeres gimiendo

¡y los ángeles cantando!..”.

 

Otro espíritu sensible, el de Federico de Mendizábal y García Lavín, el autor del Himno a Jaén, que sin renunciar a su Ávila natal vivió perpetuamente enamorado de Jaén, acertó a captar estos instantes tan nuestros, tan jaeneros, tan nazarenos, en un inspirado soneto al que puso música el maestro don José Sapena Matarredona:

 

…Redoblar de tambores a paso lento;

sale Jesús de noche todavía.

El paño funeral del firmamento

su duelo en sombras a la tierra envía.

 

 

Le sigue la enlutada cofradía

cuyas capuchas se hunden un momento

en las tinieblas de la noche;

el viento sopla los cirios con angustia fría.

 

Con la cruz en el hombro ensangrentado,

por Simón Cirineo acompañado,

va el Redentor del mundo… y amanece.

 

El sol su primer rayo le ilumina.

Y al dar en la frente pálida y divina

con un beso del cielo resplandece…”

 

El siglo XIX consagró los cantones de la Puerta Graná como el lugar mágico en que la procesión de Nuestro Padre Jesús alcanzaba su cenit, su apoteosis.

 

Quizás el zig-zag de su urbano trazado que potencia la visión estética del cortejo, quizás la propia disposición de sus sillares y jardines que enmarcaban maravillosamente el lento descenso del trono, quizás la magia de esa hora incierta en que la madrugada se retira vencida por un claror que ya se adivina en las alturas de Puerto Alto y Otiñar, o quizás la circunstancia de que Jesús volvía a estar frente a frente de su casa natalicia de la que un día de 1835 le desahució la humana codicia y la política incomprensión, hicieron que el paso de la procesión por los cantones estuviera siempre impregnado de una magia especial que motivaba el que muchos no se resistieran a cantar por lo bajini aquella hermosa y jaenera saeta:

 

“…Por la Puerta de Granada

va Jesús en procesión

En la Puerta de Granada

le entrego mi corazón…”

 

Luego, el lento discurrir del cortejo por la Carrera de Jesús nunca pudo sustraerse al recuerdo carmelitano de sus orígenes. El paso ante el desfigurado Convento de San José, muchos años transformado en Cuartel de la Guardia Civil y luego casa de vecindad, o ante el palomarcico teresiano del Monasterio de Santa Teresa de Jesús, siempre supuso un reencuentro de la procesión con la espiritualidad del Carmelo Descalzo, siempre dio lugar a que cuando se alejaba la procesión calle adelante se nos vinieran a la mente aquellas estrofas de San Juan de la Cruz que tan justamente podríamos aplicar a nuestra Madrugada:

 

“…Mil gracias derramando

pasó por estos sotos con presura

y yéndolos mirando,

con sola su figura

vestidos los dejó de su hermosura…”

El encuentro con la procesión en cualquiera de las encrucijadas de este primer tramo de la Madrugada, siempre propició en los hijos de Jaén un sonoro aldabonazo  que agitaba las conciencias y apresuraba los latidos de los mas encallecidos corazones, porque el gran secreto de esta venerada imagen es que a través de ella el Divino Nazareno sabe encontrar los vericuetos del sentimiento para, por el camino mas corto, atravesar los  humanos corazones tantas veces desconchados, erosionados por la desesperanza.

Lo poetizó admirablemente Felipe Molina Verdejo en un poema para el que Pedro Jiménez Caballé  adaptó la marcha de Emilio Cebrián con el fin de que pudiese ser cantada por el Orfeón Santo Reino:

 

“…Nazareno que caminas roto con tu cruz,

son tus pasos como golpes en la puerta

de mi espíritu dormido que hoy despierta

cuando mira a tus ojos solícitos

que buscan mi amor.

 

Encorvado bajo el peso de mis culpas Jesús mío,

con tu túnica morada y la tez color de olivo,

hoy recorres nuestras calles

empedradas con olvidos.

 

Vas dejando en cada piedra

un temblor de amor divino…”

 

Salvado el complicado discurrir por la calle de las Almenas, la procesión aligeraba la marcha buscando la temprana llegada a la Catedral, donde entraba y se detenía, no para hacer estación ante el Santísimo Sacramento, sino por una simple razón logística.

Depositados los tronos en la nave catedralicia, la procesión se disolvía y las lonjas y escalinatas de acceso se convertían en improvisado vivac donde los penitentes, los músicos, los Romanos y los servicios de procesión eran aprovisionados por amigos y familiares, tomando un tentempié de ochíos, magdalenas u hornazos para recobrar fuerzas y poder emprender la segunda y fatigosa parte del itinerario.

Cuando la carraca anunciaba la proximidad de las horas canónicas de Tercia y los canónigos y beneficiados empezaban a ocupar sus escaños en el coro, la procesión volvía a recomponerse precipitadamente y salía de la Catedral con el sol ya en las alturas.

A partir de este momento, la procesión discurría envuelta en una desorganizada organización a la que contribuía el natural cansancio y las angosturas de la calle Maestra Baja o de Martínez Molina, que en alguno de sus tramos hacía sufrir lo suyo a los fabricanos.

En este segundo discurrir del itinerario la procesión tenía tres momentos estelares. El primero era la llegada al Cantón de la Ropa Vieja previsoramente tomado por una abigarrada multitud  llegada de los barrios altos.

Se alzó allí, aprovechando el desfigurado Convento de la Coronada y entre los años de 1858 a 1932 la  Prisión Provincial. Y fue norma de obligado cumplimiento que las cofradías, haciendo honor al humanitario principio inspirado por Concepción Arenal de Odia el delito y compadece al delincuente, llevaran sus imágenes titulares a la puerta de la Cárcel para que los penados tuvieran el consuelo de contemplarlas.

Los de mayor condena se aferraban a las rejas altas y desde ellas, a grandes voces, elevaban sus súplicas o lanzaban al aire el lamento de una saeta carcelera. En la puerta, ante el rastrillo carcelario, se colocaba una mesa con un Santo Cristo escoltado por dos cirios y una bandeja de peltre, donde a lo largo del Viernes Santo los viandantes depositaban su óbolo para socorrer a los presos. Algún año también se depositó allí el anhelado oficio por el que S. M. El Rey, en aras de la santidad del día, concedía el indulto a algún desgraciado que en la Cárcel de la Coronada aguardaba la llegada del verdugo. Otros presos calificados de buena conducta, con previsores grilletes en los pies y vigilados por la guardia exterior, deambulaban ante el edificio con un cestillo solicitando la caridad de las gentes.

Y hasta allí llegaba, ya bien entrada la mañana del Viernes Santo, la procesión de N. P. Jesús. Las escenas que se vivían mientras la imagen de Jesús Nazareno permanecía parada ante el rastrillo de la cárcel, eran realmente estremecedoras. De aquellas que solían dejar cicatrices en la sensibilidad de quienes las contemplaban.

El poeta Federico de Mendizábal y García Lavín, recién llegado a Jaén como funcionario de Hacienda, quiso vivir y experimentar como buen poeta lo que se sentía en la procesión de la madrugada y a tal efecto se vistió de nazareno y fue tomando nota de las sensaciones vividas. Luego las plasmó en un bellísimo poema titulado “Saeta a Nuestro Padre Jesús” que incluyó en su libro Por la Senda de los Huertos.

De aquella parada de Jesús ante la Cárcel, a Federico de Mendizábal le impacto la saeta que un preso cantó aferrado a las rejas y que luego difundiría varios años la voz potente de Canalejas de Puerto Real:

 

“…No era la cruz del Señor

tan grande como la nuestra,

¡que entre todos la llevamos

y no podemos con ella!..”.

 

Estremecedora saeta áquella con la que un preso anónimo gritaba su humana desesperanza  a Jesús.

Doliente saeta que quizás podríamos repetir los hombres de hoy, cuando la vida abre en nuestra frágil humanidad agujeros por los que se nos va la alegría, la paz, la esperanza…, cuando nos sentimos  presos en el afán desmedido del consumismo, en el odio entre las ideologías, en el desamor a todos los niveles, en la lacra insufrible del paro, en el cáncer de las  rupturas y desencuentros familiares, en la impiedad… En tantas y tantas astillas como vamos ensamblando a diario hasta acabar por tallar una enorme cruz con peso mas que suficiente como para hacernos cantar a coro la saeta del preso:

 

“…No era la cruz del Señor

tan grande como la nuestra,

que entre todos la llevamos

y no podemos con ella…”

Aunque quizás si lo pensamos, la contemplación de la mansedumbre con que Jesús carga con su cruz nos sea ocasión oportuna y justa para que entendamos, cuando nuestra cruz particular nos oprima el hombro, la gran verdad que el poeta Almendros Aguilar escribió allá por 1878 sobre la “cruz de gala” con la que Nuestro Padre Jesús Nazareno procesiona en la madrugada,

 

“…Todas las cruces son flores

si las sabemos llevar.

Lleva con amor la tuya,

que Jesús la sostendrá…”

Tras la parada ante la vieja Cárcel, la procesión ascendía por el Cantón de la Ropa Vieja buscando el Campillejo de Santiago cuyos desmochados cantones se convertían en providencial tribuna para las gentes que bajaban de los barrios altos ansiosas de encontrarse con Jesús para contarle sus cuitas y pesares, escena que supo plasmar en unas bellísimas fotografías aquel gran fotógrafo-cofrade que fue  Jaime Roselló.

Y de allí, la procesión se iba en derechura a otro de los puntos clave del recorrido: el Arco de San Lorenzo.

Fue aquel un punto engorroso y complicado del recorrido, pues la cota del arco impedía el paso de los tronos y había que costear el recio torreón para proseguir la andadura. Hasta que en 1928 el gran alcalde de Jaén que fue don Fermín Palma, permitió una sensible rebaja en el piso de la calle para que el trono atravesase el Arco dando lugar a una estampa de inconfundible encanto jaenés.

El cofrade don Antonio Alcalá Venceslada no pudo sustraerse a tanta belleza y con la complicidad del fotógrafo Alfonso Pez perpetuó la ocasión en un magistral soneto:

 

“…El arco ingente que en el ancho muro

quiere imitar las fauces de una herida

y esa gran multitud, como  nacida

a imperiosa llamada de un conjuro,

¿son de Jerusalén traidor, impuro,

farisaico, cruel, torpe, deicida,

o de pueblo que espera en la otra vida

gozar, feliz, del inmortal seguro?

 

¡Oh, cristiano! : contempla ese torrente

de muchedumbre, que el fervor aquieta,

mirando a su Jesús dulce y clemente,

mientras arde en sus almas luz secreta

y dime si no escuchas con tu mente

un grito, una oración y una saeta..”.

 

Y por fin, cuando el sol alcazaba el cenit, sobrepasada la evangélica hora Sexta, el Nazareno llegaba a la plazuela de la Merced, donde el gentío se resistía a despedirlo. Alcalá Venceslada –otra vez el poeta-cofrade omnipresente- supo condensar este instante bullicioso y multitudinario en una breve estrofa:

 

“…¡Te vas, Jesús, Padre nuestro;

te vas, mi Dios Sacrosanto!

¡Te vas Dolorosa Madre,

siempre en pos del Hijo amado!...”

Y ante el embravecido mar de aquella muchedumbre, concluía asombrado:

“…La entrada de las imágenes,

por un insigne milagro,

no produce una hecatombe

en aquel viviente tráfago…”

Mientras que el pueblo, siempre sabio y preciso, lo resumió todo en una volandera saeta:

“…Ya está Jesús en la puerta

del templo de la Merced,

Ya hay luz y vida en las almas…

Ya salió el sol de Jaén…”

 

Aquella segunda etapa de la Madrugada, que muchos de los que estamos aquí llegamos a vivir y contemplar, terminó como inevitablemente terminan todas las cosas. Cuando la evolución de los hombres y los tiempos así lo determinó.

Con la mediación del siglo XX Jaén empezó a dejar de ser un pueblo grande y quiso convertirse en moderna capital. La puesta en marcha del magistral plan de ensanche que diseñara en 1927 el arquitecto don Luis Berges Martínez y las progresivas mejoras sociales y culturales que en lento goteo se iban alcanzando, trajeron una doble e inevitable consecuencia: se empezaron a abandonar los barrios viejos y la incomodidad viaria del casco antiguo buscando la luz, el aire y el sol de las zonas de expansión y la modernidad se fue imponiendo a la tradición.

Fue así cuando empezaron a alzarse voces que reclamaban la presencia de la venerada imagen de Jesús Nazareno en un lugar “mas céntrico y accesible” que a la vez que propiciara su diaria y cotidiana veneración, permitiera que el Viernes Santo la procesión dejase de ser precisamente eso, una procesión de antañonas costumbres y pasara a ser un “solemne desfile procesional”  que era a lo que se aspiraba por aquellas calendas.

Así, en 1953, aprovechando el progresivo deterioro del templo de la Merced, imagen y cofradía se trasladaron a la Catedral. Y con el traslado vino una drástica reconversión de la Madrugada: se adelantó la hora de salida, se diseñó un nuevo itinerario suprimiendo la tradicional “parada” intermedia y se buscó un cierto “lucimiento” dando primacía a la denominada “Carrera oficial”.

Cierto que no todo pudo hacerse con facilidad porque hubo notorias y críticas resistencias a la innovación. Que por otro lado vino a potenciar, casi sin darnos cuenta, las veladuras y leyendas con que la mentalidad romántica del siglo XIX lastró –y todavía sigue lastrando- la auténtica y desnuda realidad de la imagen y su cofradía: el supuesto y fantasioso origen taumatúrgico de la imagen, que algunos elevaron a indiscutible aserto…; la unicidad sacra, intocable e inmutable, de la marcha de Cebrián…; la polémica cohabitación de la tradición con la renovación y actualización…; el perpetuo encorsetamiento en un integrista y nunca bien  definido “estilo de Jaén”  que algunos quisieron –y quieren- hacer dogma de fe

Pero como al final la costumbre se hace ley, la Madrugada desarrolló a lo largo de la segunda mitad del siglo XX una nueva concepción que en buena medida aún perdura, aunque eso si, vino a salpicarse con lamentables irreverencias y a trufarse de modas sin sentido, olvidando que la Madrugada debe ir mas allá, mucho mas allá, de una fiesta barroca adornada de tópicos y abrumada de belleza y esplendor. Ignorando que el Nazareno, manifestado al pueblo en esa imagen mansa y dolorida, ni precisó, ni precisa de escenarios grandilocuentes para hablarnos en voz baja, directo al corazón.

De esta etapa quizás la estampa mas añorada haya sido la salida desde la Catedral, seguramente por la escenografía, que no por el fervor que despertaba. Una salida que gracias a las innovaciones tecnológicas de los medios de comunicación y masas universalizó la imagen y la procesión de Jesús Nazareno, subrayando sus tópicos, sobrevalorando sus profanas adherencias.

Un cofrade de académica y jaenera vena poética, el llorado Felipe Molina Verdejo, nos dejó una fiel instantánea lírica de los inicios de esta contemporánea Madrugada:

 

“…Afila la madrugada

los cuchillos de sus hielos

en verticales aristas

de sombras y de silencios.

 

Un aire casi varado,

casi soñador de vientos,

deja colgado en las calles

lejano aroma de huertos.

 

Los cristales de la escarcha,

con desazones de espejo,

arrebatan claridades

a los faroles del sueño.

 

Alado pasar de pasos,

avergonzados del eco,

va poniendo contrapunto

al concierto del silencio.

 

La plaza donde se emplaza

-notario mayor del tiempo-

un pueblo sin aventuras,

devorador de recuerdos,

la plaza se llena y llena

de vigilias sin bostezos,

de andaduras sin fatigas,

de escaladas sin descensos,

de pugilatos sin saña

y de miradas sin reto,

que la cita con la hora

pone en los ojos despiertos

sosegadas mansedumbres

de blandos desasosiegos.

 

La ronca trompetería

quiebra el cristal del silencio

y un temblor de escalofríos

rueda, temblando, en los cuerpos.

 

Los altos faroles ciegan

sus glaucos ojos de hielo

y las mil sombras se funden

en una sombra, latiendo

al unísono en un solo

corazón y un solo aliento.

 

En los relojes del pulso

se queda parado el tiempo

y una tormenta de voces,

agazapada en los pechos.

 

Por las puertas catedrales,

meciendo la cruz, meciendo

entre negros caperuces,

los morados terciopelos,

fiel a la cita que tiene

concertada con su pueblo,

por las puertas catedrales,

sale Jesús Nazareno.

 

¡Ay, su perfil encorvado

detrás de los hierros negros!.

¡Ay sus manos transparentes,

apretadas al madero!.

 

¡No lo llevan, no lo llevan

cofrades ni costaleros,

que ese andar es andar suyo,

medido, solemne y lento,

por aumentar con la espera

los delirios del encuentro!.

 

Toda la plaza se llena

de un largo estremecimiento.

Mil gargantas, mil sollozos…

Y mil sollozos, mil rezos.

 

El alba pinta de blanco

el costado añil del cielo.

Por último, desde el Viernes Santo 2 de abril de  2010, la Madrugada, sin renunciar a sus esencias y luego de un largo paréntesis de ciento setenta y cuatro años, empezaría a acomodarse a un nuevo rito ya que la imagen de Jesús Nazareno, por prodigio de su omnipotente voluntad, regresó a su primitiva capilla, a su natalicio convento de San José, aquel del que un triste día de 1835 lo desahució la codicia  e impiedad de los hombres obligándole a iniciar una dilatada diáspora que le tuvo durante muchos años viviendo en la ajena hospitalidad.

 

Una Madrugada en la que la procesión ha vuelto a reencontrar su primigenio itinerario, partiendo de su recuperada capilla y camarín, cuyos mellados sillares vuelven a lanzarnos a diario el carmelitano mensaje que la voz del pueblo escribió antaño en una tablilla adherida al muro:

“…Por muy deprisa que vayas,

cuando pases por aquí,

acuérdate pecador

que la cruz llevo por ti…”

Una Madrugada, la de ahora, tan vieja pero a la vez tan renovada, que allá cuando Jesús rompe con su pausado caminar los velos de las nocturnas tinieblas, nos permite comprobar mientras el gentío estalla en aplausos y vítores, que las piedras doradas del recuperado Convento de San José son el arca sagrada depositaria del rescoldo ceniciento, pero vivo, de nuestra mejor memoria nazarena y carmelitana. Que nos permite entender algo bien fehaciente en la madrugada: que Jesús Nazareno siempre ha escrito recto sobre renglones torcidos.

Una Madrugada renovada y distinta en la que Jesús vuelve a subir cantones arriba buscando el viejo Jaén, mientras contemplando su familiar imagen se nos viene a la mente aquella lírica reflexión que escribió el sacerdote Francisco Vaquerizo:

 

“…Esa boca,

tan seca y estremecida

de haber sorbido las culpas

de nuestra humana malicia…

 

Esas manos, mi Jesús,

mas que atadas, recogidas,

tan delicadas, tan suaves,

tan tiernas, tan compasivas…

 

Esa corona, Señor,

esa corona de espinas,

porque eres Rey de verdad

aunque parezca mentira…

 

Esos hombros poderosos

de apariencia tan exigua,

capaces de soportar

lo que se le eche encima…

 

Ese corazón que late

al ritmo que el Amor dicta,

porque el amor es la esencia

de la cristiana doctrina…

 

Y esa sangre redentora,

que a todos nos reconcilia…

 

¡Ay! que dolor tan inmenso

y a la vez que inmensa dicha

ver a Jesús Nazareno

calle abajo, calle arriba…”

 

Una Madrugada, distinta y distante, contradictoria o polémica, en la que la humana emoción provoca la espiritual conmoción, en la que al paso de Jesús, el Nazareno, hasta los agnósticos mas recalcitrantes se reencuentran con la esperanza.

Porque posiblemente haya tantas y tan diferentes madrugadas como jaeneros la viven. Está la madrugada del silencio interior…; la del jaenero que se exilió en busca del pan de cada día y que año tras año regresa puntual a su cita con Jesús…; la del que se queda solo con el costumbrismo laico y estereotipado del Cantón o el Arco de San Lorenzo..; la del que la sueña y la añora mientras acaricia ese clavel que le llevaron a la cama del hospital…; la del que cargado con la cruz de los años y la soledad la revive ante un desvencijado televisor…; la del que ante la visión del Nazareno no puede evitar que las lágrimas se derramen como cera derretida sobre la calzada empedrada de la vida… Madrugadas todas que son una y lo mismo, porque como bien dice el refrán, en nuestro particular Viernes Santo “la procesión va por dentro”.

 

Una Madrugada que se va conformando y a la vez renovando con añadidos o depuraciones, con ignorancias o certezas y en la que poco a poco se va tejiendo su peculiar urdimbre que trasciende al paso de los siglos y en la que el sentir se sobrepone al pensar. Una Madrugada tan nuestra, tan asumida, que no se precisa pregonar.

* * * * *

Pero he aquí, hermanos cofrades, que el pregonero, este torpe pregonero, va camino del epílogo y se está olvidando de dedicar unas palabras a la Madre. Imperdonable olvido que parece ser consustancial con nuestra Madrugada, que parece ser inseparable de la procesión de Nuestro Padre Jesús.

Porque bien sabéis que entre nosotros es uso y costumbre concentrar las miradas en Jesús, apiñarse en torno a su dorado trono, verle alejarse quizás con los ojos empañados… y entonces salir de estampía  con el firme propósito de volver a encontrarlo en otra encrucijada, en otro callejón, dejando sola y desamparada a esa bellísima imagen de Nuestra Señora de los Dolores que nos legó el imaginero malagueño-jaenés José de Medina y Anaya en 1741, imagen que inspiró la devoción de Fray Juan del Santísimo y que el imaginero talló gratis et amore, en acción de gracias porque la Virgen le libró de un grave accidente laboral que le hubiese impedido seguir manejando las gubias con las que se ganaba honradamente el pan.

Desde la fundación de la Cofradía, desde las primeras procesiones de la Madrugada, la imagen de la Virgen de los Dolores tuvo un singular protagonismo en el rito anual de la procesión. Dicen las crónicas, que bajo su candelero escondía unos engranajes y poleas que permitían escenificar durante la procesión aquel penoso encuentro de la Madre con el Hijo en la calle de la Amargura. Y así, en la denominada ceremonia de “el paso”, los tronos de Jesús y de la Virgen se enfrentaban y poniendo en acción el artilugio, la imagen de María simulaba abrir y cerrar los brazos para abrazar y consolar al Hijo.

Sin embargo, pese a que según Fray Juan del Santísimo, su mentor, la imagen de la Virgen de los Dolores había salido tan perfecta del taller “que parecía haber bajado del cielo por lo hermosa”, siempre la tuvimos, la tenemos y me temo que la tendremos, en penoso olvido y soledad. Y su paso de palio, tan andaluz, tan equilibrado, tan bello, mas que el paso de una Dolorosa al uso, se nos anticipa ya en plena madrugada como la genuina y premonitoria representación de la imagen de la Soledad y Transfixión de la Madre de Dios. Una resignada Dolorosa nimbada de soledad y desamparo que muy bien supo captar y cantar aquel cofrade, promitente y poeta, que todo lo fue en una pieza, Felipe Molina Verdejo quien la vió así en su pregón de Semana Santa:

 

  “…Esa mujer

penosamente erguida

que viene bajo un cielo

de terciopelo oscuro…

 

Esa enlutada

bellísima, de rostro

surcado por las lágrimas

que brillan a la luz de las candelas…

 

Esa dama

de espiritadas manos que parecen

dos palomas ungidas

para un místico vuelo

sobre un nido de nieves y puñales…

 

Esa imagen que nos llega desde un sueño muy remoto

cuando el llanto del hombre se enjugaba

en regazos maternos…

 

Esa imagen, …o acaso

algo más que una imagen, tan humana…,

…se llama… Soledad.

 

Es toda ella

una angustiada soledad; es ella

un único universo solitario.

Es tanta soledad que no le cabe

toda en el corazón y se desborda.

Se llama Soledad y viene sola.

Completamente sola en compañía

de muchas soledades.

 

Viene sola,

todos los viernes, en las amanecidas,

desde hace veinte siglos, viene sola,

baja sola de todos los calvarios

-desde hace veinte siglos-

como las madres vienen, siempre solas,

de dejar a los hijos muertos en la tierra;

como vienen las madres,

arrastradas, llevadas, empujadas,

insensibles y mudas,

después de haber dejado

el fruto de su vientre

en el estéril hueco de la tierra.

 

Así esta imagen, esta mujer inmóvil

que hemos puesto en un campo

de absurdos tulipanes encendidos,

esta mujer que hemos coronado

con nuestra triste vanidad inútil,

hace ya muchos siglos, cada viernes,

bajo un cielo fingido de oscuros terciopelos,

recorre sola –Soledad se llama-

nuestras calles mil veces arruinadas

y mil veces

empedradas de nuevo.

Recorre nuestras calles.

Y pregunta,

desde esa compostura de gran dama

que le hemos otorgado,

como una madre más, la voz quebrada

y la angustia nublándole los ojos,

les pregunta a los hijos de los hijos:

¿Dónde me lo habéis puesto…?

¿Dónde, dónde…?

 

¿En qué rincón oscuro

de vuestro desamor lo tenéis preso…?

¿De qué andamio sangriento

habéis quitado este edificio mío

que alcé piedra a piedra,

total arquitectura de mi entraña…?

 

Y un eco de mil voces,

una voz de mil madres, despertada

de un dolor silencioso,

de un dolor solitario y reprimido,

se alza de cada esquina,

de cada murallón, de cada lecho,

de cada enfermería,

de cada campo de guerra y cada cárcel,

de cada pozo, de cada carretera…

 

Una voz de mil madres

suena en la voz de esta mujer que pasa

cada viernes, desde hace veinte siglos,

sola por nuestras calles,

de esta mujer que viene sola

-Soledad se llama-

completamente sola, en compañía

de nuestras propias soledades…

 

* * * * *

Y aquí debería finalizar la encomienda que me trajo ante este atril. Pero abusando de vuestra paciencia, no me resisto a una postrera, nazarena y obligada consideración.

Queridos amigos: Estamos ya en puertas de la Semana Santa. Es posible que siguiendo esa norma importada desde  Sevilla,  ahora mismo en Jaén, en las casas de hermandad y en las ruidosas tabernillas donde fraguan sus quimeras y proyectos las cuadrillas de costaleros y los más vehementes “capillitas” y cofrades, alguien habrá dejado el vaso sobre el sobado mostrador y en una cumplida pizarra colgada en sitio bien visible, habrá escrito  con blanca tiza: “Faltan veintisiete días y seis horas para que salga El Nazareno”.

Y es que curiosamente, en una sociedad cada vez más laicista, la Semana Santa y el sentimiento cofrade siguen teniendo plena vigencia. Y no digamos la Madrugada, esa Madrugada que a partir de mañana anunciará nuestro cartel por todas las esquinas.

Por eso, precisamente por eso, es necesario y conveniente que la pregonemos. Porque con cada Semana Santa recobramos cada año un ayer fervorosamente atesorado por nuestros mayores, para luego dejárnoslo como herencia de vivencias y tradiciones.

Ya nos lo advirtió en 1826 el anónimo introductor de la Novena a Jesús Nazareno cuando recordaba como los PP. Carmelitas Descalzos, animados del espíritu de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, sus fundadores, en todo tiempo profesaron devoción a Jesús Nazareno, devoción que procuraron con celo apostólico introducir en el corazón de los fieles y con ese propósito, “…tan pronto como les fue posible, colocaron en su iglesia de San José una imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno hecha con todo el primor del Arte y costeada con las limosnas que lo religiosos recolectaron acompañados de varios labradores de la Puerta de Granada…” , algo que se hacía para que las gentes de su tiempo y los que vinieran después tuvieran oportunidad de meditar los misterios de la Pasión del Señor a través de la procesión de la madrugada.

La Semana Santa y en especial la Madrugada, es una oportunidad única, como dijimos al principio,  para que volvamos a asomarnos a los balcones de la memoria del niño perdido que anida en cada uno de nosotros, para que la visión de ese Jesús Nazareno al que tanto decimos querer y venerar, siembre su divina gracia en nuestra humana indiferencia.

La Semana Santa, la Madrugada, con sus luces y sus sombras, con sus glorias y sus miserias, también puede y debe ser un recurso eficaz, si cuidamos la formación del cofrade, para acercarnos a través de la imagen de Nuestro Padre Jesús, a través de los recuerdos que nos evoca su pausado caminar por nuestras calles, a ese Jesús vivo y verdadero que nos espera en el sagrario.

Ya nos los apuntó en nuestros días el humanista Juan Pasquau cuando glosaba la sagrada herencia que nuestros mayores nos dejaron a través de estas procesiones:

“…La Semana Santa –aseguraba- es mas intensa con la colaboración de los  muertos, de los recuerdos.

En las procesiones tradicionales hay una colaboración efectiva del pasado, una orquestación de generaciones. Cabría decir que en las procesiones de nuestros pueblos existe una autentica comunión de los santos en pequeño. Cada Viernes Santo sopla fuerte en los pueblos y ciudades de Jaén el maravilloso viento de lo ancestral, viento empapado y húmedo de Dios. Y el presente se achica encorvado, segado por la valiente embestida histórica. Sopla la evocación en las calles y en las almas. Recobra su unidad el pasado. Lo que fue se hace aliado de lo que será. Cristo se alza como Señor de lo Absoluto en esta relativa contingencia. Se borra el tiempo y Él queda. Mil penitentes pretéritos se murieron. Mil penitentes futuros aguardan. Mil penitentes fugaces de este año se irrogan el magnifico privilegio de acompañar en las calles, transidas de recuerdos, al Cristo que ora, al Cristo flagelado, al Cristo cargado con la cruz, al Cristo que agoniza…Pero todo pudiera quedar en retórica –retórica para Cristo- si un robusto, vivificante aliento popular no corroborase aquella necesidad religiosa, aquel impulso histórico; si el arte mismo de las imágenes predicase su panegírico en medio de la general indiferencia…En Jaén, la Semana Santa es el mejor monumento de nuestros pueblos. Hacer que su espiritualidad religiosa se supere cada vez mas, es misión de todos…”.

Efectivamente. Cada uno debemos asumir nuestra cuota de responsabilidad para conseguir que en la Semana Santa, que en la Madrugada, el espíritu se sobreponga a la materia.

La Madrugada, -¡no lo dudéis!- es una ocasión única para que nos despojemos de nuestra humana soberbia y contritos y apenados al paso del Nazareno le recemos aquel lírico acto de jaenera contrición que nos escribió el poeta Miguel Calvo Morillo:

 

“…Por tu espalda que se inclina

bajo la presentida cruz…

Por ese rayo de luz

que tu  mirada ilumina…

 

Por tu grandeza divina…

Por tu corona sangrante…

Por tu rostro suplicante…

Cumple Señor mi deseo:

el de ser tu Cirineo,

aunque solo sea un instante.

 

Aunque solo sea un instante,

déjame estar a tu lado

igual que un clavel tronchado,

como un cirio vacilante,

como algo insignificante,

como una cosa cualquiera,

que por estar a tu vera

todas las horas del día,

mil vidas yo te diera

si mil vidas yo tuviera…”

 

Yo os animo, queridos amigos, a que abráis vuestro interior y vuestros sentimientos a esta Madrugada del año de gracia de 2015 que ya tenemos al alcance de la mano y en la que volveremos a comprobar que Jesús Nazareno se nos manifiesta mas divino cuanto mas humana nos parece su bendita imagen..

Pero también os sugiero que no os quedéis en lo accidental, en lo realmente intrascendente: en la belleza barroca del paso de palio…, en la habilidad y majeza del andar costalero…, en el añorado tránsito por las estrechuras de la Merced…, en la lágrima que acaso aflora cuando se produce el “encuentro” de Jesús con su Madre en la Plaza de Santa María, allí donde durante muchos años se postraron las multitudes al medio día del Viernes Santo para recibir la bendición con el Santo Rostro…; en la emoción de la revirá en la calle Almenas mientras el Nazareno proyecta su mansa sombra sobre las históricas piedras de la Catedral y el Palacio de los Vélez…, en el lento y triunfal retorno por nuestra provinciana Carrera…

Que no  ensordezca vuestros fervores el retumbar de los tambores y las cornetas… Porque frente al ruido que inunda la madrugada y que en mas ocasiones de las deseadas alicorta los sentidos, la razón y los silencios, frente a la vanalidad de una artificiosa y apasionada vocación nazarena que a veces se arropa con las redes de la verborrea, hay algo más. El mensaje que muy bien supo sintetizar Benedicto XVI cuando escribió aquello de que “las hermandades han de ser talleres de santidad y escuelas de cristianismo”  No os quedéis, pues, en el sentimentalismo que despierta nuestra marcha cuando derrama por las calles sus inconfundibles y lacrimosos compases…Que nuestra Madrugada no se quede en la superficialidad de lo que algunos llaman un espectáculo de masas.

Porque la Madrugada, nuestra Madrugada, es -¡debe ser!- algo más que la preocupación por si Jesús ha de andar de costero a costero o bailando sobre los pies…, si tras la Virgen de los Dolores se pueden oír los sones de La pobre Carmen, la sinfonía de Mater Mea, o los sevillanos compases de Hermanos Costaleros…

La Madrugada, nuestra Madrugada, nunca debe reducirse a la oportunidad para hacernos un bonito selfy ante el trono del Nazareno…, o el impulso para empezar a pasar whatsapp ensalzando o criticando el discurrir del cortejo…, ni una ocasión apropiada para cangrejear, -“estamos aquí p´a disfrutá, oí decir a unos supuestos devotos y cofrades al fiscal de tramo que les rogaba no entorpecieran el avance del trono- ni mucho menos el pretexto para, una vez vista la salida o el encuentro, vivir a tope esa triste y deprimente “noche del Abuelo”  que algunos locales de copas publicitan para hacer caja a la sombra de  la Madrugá.

La Madrugada no debemos convertirla tampoco, al socaire de una elemental e integrista devoción a la imagen de Nuestro Padre Jesús, en la quijada cainita con la que agredir al hermano cofrade que tiene un punto de vista diferente al nuestro.

La Madrugada, la nuestra, la de Jaén que no la de foráneos ambientes, debe ser una llamada a la renovación interior. Una catequesis plástica y callejera en la que Jesús, el divino Nazareno, nos sale al paso para llamarnos a cada uno, siempre desde nuestras individuales creencias e intimidades.

Porque si somos cofrades, se presupone que somos creyentes. No se puede disociar la condición de cofrade de la de creyente, de la de cristiano practicante. Y el cristiano-cofrade no precisa de una artificiosa y andalucista Madrugá para salir al encuentro de Jesús.

Por eso la preparación de nuestra personal o familiar Madrugada no debe ser motivo para obviar la asistencia  previa a la  Misa de la Cena del Señor, donde cada año se exalta el mandamiento del Amor. Ni el cansancio y la somnolencia de una Madrugada intensamente vivida puede ser pretexto para que luego no acudamos al silente acto de la Adoración de la Cruz. Ni la resaca de una semana pletórica de emociones y sensaciones nazarenas nos debe impedir la presencia en la Vigilia Pascual en la que celebramos que Cristo ha vencido a la Muerte, que no hay Gloria sin Pasión.

Porque si la Madrugada, nuestra Madrugada, la limitamos a las humanas emociones y sensaciones, es muy posible que ese mismo Jesús Nazareno al que tanto afirmamos venerar y querer, nos recuerde las palabras del profeta Isaías, que el evangelista San Marcos nos propone en aquel pasaje en que los escribas y fariseos concitaban sus asechanzas contra Jesús:

“…Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me da está vacío, porque la doctrina que enseña son preceptos humanos. Dejáis a un lado el mandato de Dios para aferraos a las tradiciones de los hombres…”   

 

No olvidemos que la Madrugada, la auténtica Madrugada, esa de Sevilla que tanto envidian algunos, o la de Jaén a la que tanto se aferran los integrismos de otros, nada tiene que ver con un acontecimiento festivo, de “interés turístico” a promocionar y vender en FITUR, como una fiesta anual de “generalizados valores culturales”, y hasta si me apuráis, no podemos constreñirla a un capítulo antropológico de eso que los teóricos denominan “religiosidad popular”.

La Madrugada es un tiempo para encontrarnos con las raíces cristianas de nuestro pueblo. Un momento para valorar y renovar la herencia de la Fe que nos legaron nuestros mayores.

Vivid pues, amigos, la próxima Madrugada con convicción de cristianos y con orgullo de jaeneros. Actualizando las hermosas tradiciones religiosas a las que dieron vida y sentido vuestros abuelos, los padres de vuestros abuelos y las muchas generaciones de cofrades y jaeneros que hoy procesionan por los cielos revestidos de la túnica angelical y sutil de Jesús Nazareno.

Vivid la Madrugada a corazón abierto, con piedad de cristianos viejos y sentimiento de cofrades auténticos.

Y desde esa perspectiva, vividla repitiendo si es posible en vuestros adentros, aquella hermosa saeta que cada madrugá todavía oímos cantar en los cantones de la Puerta de Graná, cuando pasa la imagen paternal y misericordiosa del Divino Nazareno y que ahora podría servirnos de broche coral para cerrar este pregón:

 

“…Padre Jesús Nazareno,

mira si es grande mi amor,

que por dar luz a tus ojos,

que por dar luz a tus ojos,

¡me crucificara yo!..”.


AVISO
Quienes no han recogido aún el cartón de  turno, lo tienen a su disposición en la Casa de la Cofradía Calle Maestra N. 2  en horario de 10:30 a 13: horas y de 17:30 a 20:30
Los promitentes cuyo   domicilio registrado en la Cofradía es  fuera de Jaén y el miércoles no los haya recogido un familiar los mandaremos por correo ese día

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Reproducimos a continuación el Pregón  Madrugada 2014, a cargo de JUAN DE DIOS COLMENERO AVILA  el pasado día 15 de marzo de 2014 en el Teatro Darymelia de Jaén

PREGÓN NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO 2014

Decidme si no es a Dios al que veis

Decidme si no es a Dios al que veis cuando aparece primero Su sombra, luego Su paso, luego Su Cruz, luego Su cara.

Decidme, si no es a Dios al que veis cuando contempláis sus manos soportando nuestros castigos, cuando Tú túnica esconde el sufrimiento de un cuerpo latigado que quiero hacer mío.

Déjame que te acompañe, Señor, y seguir a Tú lado.

y seguir y seguir por tus calles de Jaén mientras trato de descifrar todo el misterio de ese largo camino hacia el Cielo.

Decidme, de verdad, si no es a Dios al que veis cuando se acerca leeentamente mientras los ojos de tu pueblo lloran el sufrimiento, pero agradecen tu presencia y bendición.

Déjame ver tu rostro. Tú Santo Rostro, déjame ver más de cerca tus ojos que rezan en mí.

Déjame verte otra vez entre los ojales de mi caperúz, o sentirte un año más entre los varales de madera de tu inmenso trono.

Déjame verte, quererte y rezarte Nuestro Padre Jesús.

Decidme si no es a Dios al que veis

Al DIOS DE JAÉN

Quiero comenzar dando las gracias a Encarnación, y devolver  el mismo afecto y cariño que ha volcado en sus palabras. Gracias Encarnación. Te has ocupado y preocupado por buscar algo sobre mí. Y te lo agradezco de corazón. Has honrado este atril como pregonera, lo hiciste el año pasado, como honras tú vida y pasión por Nuestro Padre Jesús y tú Virgen del Rocío. Gracias

Y me asomo a este balcón privilegiado para intentar contaros lo que en realidad  vosotros bien sabéis, y habéis sentido mejor que yo. Y me asomo muy honrando y agradecido, Agradecido al Hermano Mayor, a la Junta de Gobierno y a mi querido amigo Ciriaco González. Ciri, tu apoyo ha sido mi aliento. Gracias. Y  Tal y como seguro han repetido desde esta tribuna otros  hermanos pregoneros me habéis concedido uno de los mayores privilegios y honores para un cofrade. Pronunciar el Pregón de Madrugada.

Y ante TI estoy, Señor.  Un pregón que quiero sea un diálogo contigo, Dios y Señor de Jaén. Jesús de los Descalzos. El Dios al que Jaén reza simplemente contemplándolo. La contemplación como forma de oración. Me has enseñado. Has enseñado a Jaén que con el silencio tú hablas y No hay locura más hermosa que hablar sin palabras...

Y no es un sueño, es verdad, que a mí me pasa, que el Señor a mí me habla en la madrugada más soñada. O debajo de tu trono, Jesús,  o a través de las expresiones de Tú pueblo que contemplo desde los respiraderos bajo tu paso,  o ante la luz de la vela que te alumbro de nazareno, o en tu santa casa de la antigua Iglesia-Convento de San José, o en cada rincón, calle o plaza de nuestra ciudad.

VIVENCIAS PERSONALES

Como olvidar y no tener presente la trayectoria de sentimientos profundos y personales que me han hecho unirme a TI para siempre.

 Apenas era un chiquillo que no llegaba al borde de la mesa camilla de mi casa cuando tengo conciencia de la primera vez que Te vi. Mi madre terminaba de coserme el día anterior, tan generosa siempre mi madre, una túnica heredada del tamaño de un mico. El ritual de la túnica: limpiarla, quitar la cera, plancharla, coserla,  ajustarla. Siempre muy nervioso: El escudo, los guantes, la medalla, el cíngulo y el capirote. El de cartón, el  de la tienda de Cámara, de esos que del uso tenía una de las grapas medio sacadas que te hacía compañía durante el recorrido. Pero No me importaba, nada me importaba en ese momento. Sólo quería que llegara la hora    

Ritual y protocolo que lo viví con la ilusión de un niño de 5 años, sin detenerme en el vendaval de sentimientos que se avecinaban a lo largo de los siguientes años de mi vida.

Esa noche apenas podía conciliar el sueño mientras escuchaba desde mi cuarto el resonar de los tambores y cornetas de la procesión de los civiles camino de S. Ildefonso para su encierro.  Pasaron sólo unas horas, que se tornaron interminables, y al despertar con mi túnica negra y mi cíngulo amarillo y como si no existiera el mañana me baje y me planté en la puerta de la calle. De la Plaza de las Palmeras.

Y entonces ocurrió. Iba de la mano de mi tío, Fernando Colmenero Moreno, que tantos años de su vida te ha dedicado a Ti, y a nuestra Cofradía. Iba de su mano, alcé la mirada y Te vi.

 Mi obsesión en ese momento era encender la vela, meterme en la fila y correr a acompañarte, pero al poco tiempo descubrí que tú Grandeza y Tú Amor de ese preciso instante, de ese preciso momento, se me había clavado de tal manera, que ya no podía dejar de acompañarte nunca más en mi vida.

Con la inocencia de un niño, Jesús,  quiero seguir viéndote.

Con la mirada de un muchacho limpia, sin pasado y con el mayor de los presentes. Así me estoy presentando hoy  ante Ti. Y pidiéndote Perdón, perdón por alejarme en ocasiones, perdón por no recordar que siempre estás ahí. Perdón por el sin querer. O por no darme cuenta de tu preocupación, de  tu peso, de tu anhelo, de tu compañía. Perdón por mis flaquezas. Con la inocencia de un niño quiero seguir viéndote, como el día en que te conocí.

Y Así fue. Así te conocí. Y aquí me tienes. Y Por el camino fue creciendo mi fe, mi devoción y mis ganas de seguir contigo. El ritual de viernes santo se repetía cada año. Recuerdo también escenas y momentos con mi padre, Juan de Dios Colmenero Moreno. Mi padre, Señor. No conozco a ninguna persona que sienta a Jaén con tanto amor y pasión como él. Amor a su Jaén. Su historia, sus tradiciones, sus costumbres y el recogimiento en su particular oración hacia TI. Cada año cuando pasas por delante de casa, mi padre se levanta, (yo lo observo y él a mí no) permanece de pie, te mira, te contempla, te reza, pero justo cuando estás delante de él, baja la mirada y agacha la cabeza en señal de respeto, de admiración. Para él queda ese torbellino de amor y generosidad que desprendes  cuando pasas. 

Como olvidar, ya en mi etapa de juventud, acompañar por los barrios añejos de nuestra ciudad a aquellos cofrades que a mediados de los 80 rememoraban horas antes de Tu salida procesional el “cucharillas y cucharones”. Me lo explicaban en ese momento. E intentaba enterdrlo. "Aquí, en este sitio (me decían) en una esquina de la calle San Clemente, donde nace Espartería , había una modesta casa hasta la que cada Madrugada llegaban los toques de las cucharillas y cucharones con los que la cofradía se apostaba ante el callejón de los Berberiscos para llamar a Antonio el Herrero para que cumpliera, un año más, su dichosa, bendita misión de sacar a Jesús a las calles de Jaén.

Toques descarnados y en ocasiones desentonados. Pero que yo apreciaba como el anuncio de una noche de pasión. Que nadie se despiste!!...que el pueblo entero lo sepa,  que en pocas horas sale Jesús un año más para iluminar nuestras almas y las calles de Jaén.

Como olvidar los desayunos al alba en mí casa cuando la procesión llegaba a San Idelfonso. El chocolate, la magdalena, el hornazo. Un pequeño  tente en pie que ofrecían generosamente mis padres a nazarenos, promitentes, músicos, autoridades, monaguillos, a todo el que quería tomarse unos minutos antes de proseguir la marcha. O las refriegas con colonia que se deban en los pies las cansadas camareras. Recuerdos de mi casa, al alba en viernes santo. Pocos minutos, muy pocos, pero sufientes para que se siguiera hablando TI, de cómo ibas ese año de hermoso. De cómo había emocionado el Encuentro, o TÚ paso por los cantones, o de la saeta de Charo o de Valderrama. Para hablar de TI y como no de nuestra tierra. De su gente y de su historia.

Hace pocos días precisamente me decía el hijo del gran Juanito Valderrama, su hijo Juan, me decía y me recordaba la pasión de su padre por nuestra tierra y por Ti,  y me hacía llegar una saeta inédita que escribió y cantó Valderrama a Nuestro Pdre Jesús:

Jaén, altivo y legendario,

como eterno relicario,

guardas la cara de Dios,

que iba subiendo al calvario,

lleno de sangre y sudor.

Vas pendiente de la cruz,

Cristo de la tierra mía,

en tu cara hay una luz

que a los jaeneros nos guía.

Y Seguían pasando los años y seguía creciendo mi FE y mi admiración por Ti. Llegó uno de los momentos más anhelados y de los que me siento más orgulloso, agradecido y honrado. A Ti y a nuestra Cofradía. Llegaron los años cercanos a la mayoría de edad y con ella el poder cargar sobre mis hombros primero a Tú Madre, a María Santísima de los Dolores, y después a Ti.

Tu Madre, Señor,  la que aglutina esos valores que siempre has reservado para  ella : humildad, santidad, servicio. Pureza de corazón, sencillez, amor a Dios, paciencia, desinterés en sí misma, tolerancia, resistencia al dolor…Casi nada, María Santísima de los Dolores.  Ella tiene todas las virtudes que en general el ser humano debiera tener para entrar en el reino de los cielos.

Diez años, Santísima Virgen de los Dolores bajo tu palio, bajo tu trono, antes de que me llevaras al de tu Hijo e intentando empaparme de Tú generosidad. 

Tu rostro doloroso se abraza a un grito de perdón María Santísima de los Dolores

Abierta llevas la herida que por nosotros padeces. Déjanos ayudarte a soportar ese castigo.

Y clavado sigue el puñal, y

con el alma desgarrada nos enseñas el camino de tu Hijo, sufres como Él.

Sufres por Él, sufres por nosotros

pero en el fondo de Tus ojos se vislumbra una esperanza:

La de estar en ese momento pisando el camino hacia el cielo

Es Ella. Es nuestra Virgen.  María Santísima de los Dolores!!!

Y que contar de la experiencia y sentimientos bajo tu inmenso trono, Señor.

Eso, en realidad queda para Ti y para mí. Es la parte más íntima de mi relación contigo. Es, ese momento en el que te digo las cosas al oído y tengo la sensación de que mes escuchas más de cerca.

Es un acto de soledad, pero al mismo tiempo el más colectivo: cabeza sobre espalda de mi hermano promitente haciendo que 42 almas sean durante un tiempo, una sola fuerza, un sólo aliento.

 No puedo dejar de compartir, en cualquier caso, algunos momentos con los que me has premiado. El encierro de 2009 en la catedral, Tú último encierro antes del traslado al Camarín, o Tú primera salida histórica al año siguiente desde Tú recuperada Casa. Dos privilegios más, Señor, irrepetibles, que no me merezco, pero que no olvidaré.

Nunca, en mis años de promitente, me había ocurrido algo igual: Séptimo turno, plaza de la Constitución, y nuestro fabricano nos dice: señores, amenaza lluvia, nos espera María Santísima de los Dolores, San Juan y la Verónica en la Plaza de Santamaría. Es la última llegada de Jesús a la Catedral. Si se cumplen los pronósticos, nos dijo,  ya sabéis lo que tenemos que hacer. Y nadie dijo nada. Nadie quería que ocurriera, lo que finalmente ocurrió. En la carrera, y después de recrearnos, sólo unos metros, apreció la lluvia, leve, muy leve, pero apareció. Y tal y como nos acababa de decir el fabricano, todos sabíamos lo que teníamos que hacer.

Y Fue mágico. Comenzaron brotar lágrimas de compañeros que expresaban en voz alta sus sentimientos. Y se contagiaban. Todos nos contagiamos. Llovía por fuera, pero también llovía por dentro. Corríamos hacia la Catedral. Y ese año no fuimos nosotros los que te llevamos, Jesús, fuiste Tú. Ibas sólo:... Antonio, el compañero que llevaba en el varal a mi izquierda, repetía en voz alta su particular historia contigo. Su particular oración contigo que quiso compartir. Con la enfermedad y la recuperación incluida que había sufrido. Y sólo tenía palabras de agradecimiento. Rezaba y todos rezábamos con él y contigo.

Entramos en la Catedral. Se hizo el silencio y allí Te dejamos. Cerca del que era Tú Altar, junto a Tú Madre. En tú última entrada por la Puerta del Perdón. Los abrazos con el fabricano y entre nosotros fueron Tú despedida y lo decían todo.

Y así Cada año, Señor, esperando el maravilloso y bendito ritual bajo tu paso lento y jaenero, acordándome de aquellos promitentes que ya nos están con nosotros como mi primo Paco Colmenero. Vivencias que comparto cada años con mi inseparable amigo Manuel Jiménez o con Fernando o con todos mis hermanos promitentes que sólo buscan con devoción compartir un millonésima parte del peso de Tú Cruz.

Entre los respiraderos, debajo de trono, vemos a Tú pueblo, y vemos en ellos, hombres, mujeres, niños, ancianos. Jaeneros de toda clase y condición. Vemos en ellos el reflejo de Tú rostro y nos hablas, y rezamos a través de ellos.

Vivencias, Pasión y Fe, que ahora como ves intento transmitir a mis hijos, Alicia y Juande cada día. Desde mi pequeño, el mayor, Juande, aunque sigue siendo pequeño, se empeña en acompañarte y alumbrarte de principio a fin. No sin mostrar a veces, como sabes, la frustración propia de un niño: Papá este año tampoco salimos por la dichosa lluvia.

Y agarrado quiero seguir, Señor a esas vivencias y sentimientos.

Es mi alimento

Déjame que siga haciéndolo, porque contigo sigo viviendo

Quiero ese peso, quiero más peso bajo Tú trono y quiero compartirlo con mis hermanos promitentes. Déjame que siga haciéndolo, porque sólo contigo sigo viviendo.

EL RECORRIDO. JESÚS Y SU VIA CRUCIS POR JAEN 

Y en la Madrugada más inmensa, Iniciemos el camino. Quiero acompañar y que Acompañemos con este Pregón hoy a también a Nuestro Señor por las calles de Jaén. Jaén  entero entregado a TI, Jesús de los Descalzos. Las calles convertidas en Tú vía crucis camino del calvario. Con los entresijos, Entre el perfume del incienso, la luz de las velas y siempre el calor de Tú pueblo.

Porque es Jaén, Señor, Jaén, quien te quiere y quien te tiene.

Es Jaén quien muere contigo y contigo mira al Cielo.

Es Jaén quien siente en sus hombros el peso de tu Cruz.

Jaén en Viernes Santo. Porque en Jaén, Jesús sale el Viernes Santo, también en la Madrugada, pero no nos ha importado tanto la hora a lo largo de los años. El concepto es casi prestado, como tantos otros, que por puesto no rechazamos, hacemos nuestro, pero la historia ha dejado huella en ese concepto que para los jienenses ha sido siempre el Viernes Santo. Porque ese era el día de Nuestro Padre Jesús.

Llega la hora!!

 Y se abren las puertas de Tú Casa. Tú santa casa del convento iglesia de San José que recuperaste no hace mucho y que ha sido siempre tuya. Carrera de Jesús.

Ahí sales. Grande. Glorioso, iluminando la noche. Reflejando Tú sombra en la fachada del Camarín. Que suene y que vuelva a sonar el himno del maestro Cebrián. No me canso, Señor. Nunca me cansaré de escuchar Tú himno. Fue hecho para Tú. Y tuyo es. Y como Tuyo, ese himno universal para los jaeneros, es también nuestro, de todos.  Sin renunciar nunca a todos aquellos que con devoción y admiración te han escrito y compuesto otras notas para Tí.

Los primeros vivas jaeneros en la puerta del Santuario, sólo cuando presienten Tu salida. Apenas ven el extremo de Tu Cruz y ya ocurre el milagro de la exaltación. Las primeras saetas, te recreas en tu calle y la puerta de Tú Casa.

Pero Rápidamente enfilas el cantón que lleva tu nombre. Y Subes la cuesta sinuosa  con paso alegre, como si desearas llegar a tu barrio lo antes posible. Subes con cuidado por los callejones estrechos de  Merced Alta, y alta llega Tu Cruz en tu barrio. Y llegas. Y Hasta que no llegas a la merced Señor parece que no reposas la vorágine de tu salida.

Y todo cambia. Es tu barrio señor. Recréate. Tómatelo con calma. Tu plaza tan recoleta y preciosa. La Iglesia que es también tu otra casa y que lo fue durante años. Volvamos al pasado. Fuente Nueva. Palacio de los Ulloa que albergó el Colegio Carmelitas. Esa noche el barrio entero celebra tu retorno. Ellos te gritan Viva el Abuelo con tanto sentimiento y entusiasmo trasmitido de generación en generación que parece estemos escuchando el grito de nuestros antepasados recientes. El eco de los chiquillos de un barrio antaño ajetreado. El buen hacer de los frailes, la laboriosidad de las monjas carmelitas impartiendo sus clases mientras en el patio del colegio se jugaba al melenchón y se cantaba aquello de "Las Hermanas Carmelitas con sus mandiles azules, se parecen a los cielos cuando se quitan las nubes".

Sobre los frailes de la Merced cuentan las crónicas con anécdotas incluidas como aquel episodio que reflejó Carmen Santa María Lucarelli: que algo comían los frailes les causaban muchas bajas e indisposiciones. Tras reunirse en capítulo llegaron a la conclusión que la culpa la tenía el dichoso albondigón. !No ha lugar a suprimirlo, acordaron en su día, que siga el albondigón, caiga quien caiga, decían.

La Merced, señor. cruce de caminos que se funde con el barrio de San Lorenzo para formar uno de los rincones cofrades con más sabor de Jaén.

Atraviesas la plaza con esa extraña mezcla entre el júbilo y el silencio de tu barrio de siempre. Y comienza Almendros Aguilar. Aquí, los promitentes añaden más recreación si cabe a su paso armonioso. No te quieren dejar. Incluso intentan dar pasos atrás. Saben que le quedan pocos metros a ese duro, pero maravilloso y anhelado primer turno. No quieren dejar de sentirte en sus hombros y por eso caminas lentamente hacia el Arco de San Lorenzo.

Hablar del Arco, como casi todo Señor en Jaén, es también hablar de Ti. Es nuestra particular puerta de Jerusalén.

Arco superviviente de la extinta Iglesia de San Lorenzo. A su interior se accede por una pequeña puerta situada en la calle Almendros Aguilar,  esta puerta da acceso a una pequeña capilla situada en la parte inferior. En el  frontal,  un altar. Y en el lateral, sobre un valioso zócalo de alicatado mudéjar; una inscripción en la cual se puede leer “Esta capilla de Jesús Nazareno, es del hospital de la Madre de Dios”.

Madre de Dios. Tu siguiente paso antes de abandonar la Merced.

¡Qué nombre para una calle!

¡Madre de Dios!

A esta hora, Tú Madre ya te aguarda, ya se acerca a la Plaza de Santa María.

En la calle Maestra Tu paso es firme. Sereno y deseando reencontrarte cuanto antes con tu Madre. La calle Maestra de ayer, con su historia del pasado escrita en páginas blancas que el tiempo las fue cambiando. Privilegiada arteria principal que elegían las parejas para ir a pasear...

Doblas la esquina y te vuelves a encontrar. Nuestra Plaza de Santa María y su inmensa Catedral...De repente, otra vez el júbilo. La serenidad de la calle maestra ha servido casi  como un pequeño oasis para reflexionar. Y ahora de nuevo los vivas que salen del alma. Y los jaeneros que no se quieren perder como te alienta Tu Madre en el Encuentro para proseguir el camino.

Aquí estoy te dice Ella en el Encuentro. Aquí me tienes esclava del Señor para acomparte hasta el final. Te he dejado sólo por Tú barrio pero ahora,camino del calvario, hágase Tú voluntad.

Ha salido a Tú encuentro, Señor, Tú Madre en la plaza de Tú otra Casa, la Santa Iglesia Catedral.

Luego la rodeas parsimoniosamente dejándola atrás para llegar de forma otra vez  silenciosa a los preciosos recovecos de la calle Almenas. Inmenso entre los callejones, lento y seguro sabiendo ya que Tú madre está detrás.

Y En la calle Ancha, te dejas rezar. Hay recogimiento.  Y Tú caminas repartiendo bendiciones por esa calle de casas de piedra, con escudos añejos. Tu pueblo, tras el visillo de una de casas, o apostado en una esquina, en el cruce de dos calles o sentado en la acera. La calle ancha se hace estrecha ante Tú llegada. Se agolpa la gente, en silencio. En ella, algunas de tus hermanas y vecinas de esta calle, mi prima Úrsula Colmenero o mi tía Remedios Ávila  se desviven ante Tú paso y lo hace ofreciendo sillas y acomodo a personas mayores que aguardan Tú llegada.

Y Recogido sigues bajando,  en silencio respetuoso hasta llegar a otro lugar que te adora y que añora: que suenen de nuevo las notas del maestro  Cebrián. Qué sólo se oiga Tú paso y Tú Himno. Y Silencio el resto, porque llegas a otra plaza y otro barrio jaenero entre los jaeneros: San Ildefonso.

Y a la Basílica sagrada de nuestra Patrona, la Virgen de la Capilla. Aquí Señor descenderá Tú Madre. Y los añejos frontispicios de sus fachadas dan guardia noche y día a la Historia del Descenso. Bendita sea la hora en que descendió a la ciudad de Jaén. Escudos cardenalicios de San Ildefonso y blasones colocados en la torre. Uno de ellos de aquel gran señor que fue Don Melchor de Soria y Vera, fundador de las Bernardas y Párroco de la Iglesia.

Avanzas por ese barrio al que todo Jaén quiere, porque todo Jaén lo hace suyo. Nadie se siente extraño en San Ildefonso. Ya ha amanecido y la primera luz del día ilumina Tu cara, inunda tu figura por La calle la Arroyo, las cuatro esquinas. Se agolpan al alba y de forma callada los vecinos de este barrio, que es mi barrio, Señor, y donde no puedo remediar, no puedo dejar de acordarme cada año de otras dos personas muy cercanas que dejaron de estar entre nosotros, mi tía Pilar Ávila o esa humilde, devota y generosa nazarena que nunca dejó de acompañarte de principio a fin, Capilla Colmenero.

Y En la calle Tableron al doctor Sagaz Zubelzu le honraste. Ese gran médico y mejor persona alumno aventajado de Ramón y Cajal y compañero de Gregorio Marañón, que como muchos no nacidos en Jaén recalaron en nuestra tierra y se quedaron para siempre, enamorados de Ti y nuestra gente. Pasando a ser, el fundador del Neveral, un jaenero del alma y un médico cristiano comprometido.

Por Tableron andas más cansado, Señor, y en esta calle, algo más huérfana en sus aceras, bien sabes que es desde los balcones y detrás de las ventanas desde donde te rezan y te contemplan personas mayores y enfermas que sólo te ven, porque de otra forma no pueden, cuando pasas cada año por sus casas.

Y cuando llegas a Virgen de la Capilla, se abren nuestras calles y Tu hermosura permanece entre rincones más modernos ......La antigua calle Julio Burel. Entre la puerta barrera y la plaza de las palmeras. Derribaron varias casas para hacerla más ancha. Y había una puerta en la puerta barrera de la antigua muralla. Y cuando era la de Julio Burel, en uno de sus extremos todavía se conservaban y se podían observar  trozos de pilastras de ese gran arco de aquella emblemática  puerta.

Con qué lentitud y precisión doblas la esquina de correa welingson. En la calle rastro ya  es de día. Y comienzan a agolparse jaeneros que viene desde todos los rincones de la provincia y del resto de España. Saetas, lluvia de pétalos y lágrimas que no se esconden en los balcones.

 En pocos metros y con los primeros rayos de sol  llegarás a Roldán y Marín y aquí  echarás de menos las saetas que antaño te cantaba Canalejas con la mayor de las maestrías. Siempre alguien fue tomando el relevo y sigue haciéndolo con precisión Charo López cada año

Y En la Plaza de la Palmeras donde te vi nacer, Te haces grande, y a esa hora los más pequeños también te pueden ver.

Y enfilando ya el regreso a Tú Casa subes lentamente la Carrera. Aquí fue donde te llovió aquel año, pero aquí es donde, a pesar del csancio de peso de Tú Cruz, te sigues dejando querer. Entre el tumulto del céntrico Jaén y de gentes venidas de fuera que aguarda desde hace horas Tú caminar lento y armonioso por Bernabé Soriano. Bernabé Soriano aquel médico de gran valía que cuando visitaba e iba  a curar a los enfermos más pobres y necesitados de Jaén, les dejaba siempre dinero debajo de la almohada.

Ya se divisa nuestra inmensa Catedral, y de nuevo pasarás por ella y por la Plaza Santa María donde te encontró Tú Madre horas antes sin luces del día.

Ahora sí. Tu última carrera en la Carrera de Jesús. Y el pueblo amontonado que te quiere despedir, con aplausos, pero con el desaliento profundo y clavado en su interior, porque no quieren que te vayas, porque ya cuentan los días para volverte a ver salir.  Pero ahí estas, Tú sigues, y siempre te podemos ir a ver a Tú Capilla del Santuario. Un trozo de cielo permanente en el Convento de San José.

LA PROCESION

Y qué decir de nuestra estación de penitencia y de lo que realmente significa.

"Reo es de muerte" dijeron de Jesús los miembros del Sanedrín. Y así quedó en manos de los soldados del procurador, quienes le desnudaron, se mofaron de Él y le cargaron la Cruz en la que había de morir. El peso de la Cruz era excesivo para las mermadas fuerzas de Jesús latigado y torturado, convertido en espectáculo de sus enemigos. No obstante se abrazaba, se abrazó a su patíbulo deseoso de cumplir hasta el final la voluntad del Padre: que cargando sobre sí el pecado, las debilidades y las flaquezas de todos, nos pudiera redimir.

Y así nosotros, a la vez que contemplamos a Jesús nazareno cargado con la Cruz por las calles de Jaén, oigamos su voz que nos dice: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su Cruz cada día, y sígame"

Y así lo hacen las cruces que te acompañan y te siguen de promesa. Y así lo hacen las interminables filas de negro y amarillo cada uno con su particular historia y su particular  devoción.

"La procesión de la Cruces", ese fue su primer nombre en torno al año de 1590 que impulsaron los Carmelitas Descalzos. Tal y como nos recuerda el cronista nuestra Cofradía: . La procesión de la Cruz de Santa Elena, o la de la Cruces, por su específica imagen penitencial, pues salía en procesión en la madrigada del Viernes Santo, yendo sus hermanos descalzos de pie y pierna, con una pesada cruz de madera al hombro, y ceñidas las túnicas con un ramal de esparto en señal de humildad.

Desde el año 1590 hasta nuestro días.

Promesas, Nazarenos, estandartes, enseres, cruz de guía, el trabajo incansable de las camareras, y la labor callada de las bolsas de caridad.

Por delante va Santa Marcela. Mostrándonos a todos el lienzo sagrado de Tú rostro. Fue antes de Tú segunda caída, cuando una mujer del pueblo, Verónica de nombre, se abrió paso entre el gentío para limpiar piadosamente Tú rostro. Ejemplo de compasión y orgullo también de esta tierra y cuya reliquia conservamos cual joya universal en nuestra santa iglesia Catedral.

 Mientras detrás de Ti señala San Juan con su dedo: Ecce agnus Dei. Ahí tenéis al cordero de Dios.

Y muchos han sido, Señor,  los favores recibidos. Algunos se condensan en símbolos visibles en Tu figura. Como las llaves que prenden de Tú brazo Jesús. Las llaves de la Ciudad, en recuerdo de Tú intercesión ante la epidemia de peste que asolaba Jaén en 1681. O el escudo de Jaén que te fue entregado tras la rogativas de 1834 para que cesara la epidemia de cólera declarada en Jaén. O acaso esas cinco espigas doradas depositadas  a Tus pies que rememoran Tú mediación ante la grave sequía de 1859, y el agradecimiento de los labradores por las lluvias recibidas al poco tiempo. Sólo algunos ejemplos de los cientos y miles de favores recibidos. Entre los más necesitados, entre los enfermos, entre la gente que vive en soledad o entre los marginados o castigados injustamente por una sociedad que a veces parece disfrutar con la crueldad.

LA COFRADIA

Y no quiero dejar de mencionar la labor de la Cofradía. Porque bien sabes Señor, que para que todo este milagro que ocurre cada madrugada de viernes santo en Jaén se produzca tienes detrás el trabajo generoso, impagable y humilde de la Cofradía. Son ellos los que te ayudan a repartir bendiciones. Los que te sacan a la calle de Tú Jaén y los que, sobre todo,  están todo el año contigo para que llegue ese día.

Hace poco nos recordaba nuestro Capellán, que todo esto, el Pregón, el Besapié, la estación de penitencia, que todos los actos que con infinito amor prepara la Cofradía  no sirven de nada si no permanece lo esencial. La vida cristiana en el día a día, y sobre todo la Fe en Jesús Resucitado. Esa es la esencia. Murió para luego seguir estando con nosotros.

Jesús de los descalzos, nuestro Dios de Jaén, recorre las calles cual vía crucis de pasión, del Getsemaní al Gólgota jienense, pero lo hace para luego resucitar, que es la esencia.

Y es por ello por lo que la  cofradía se convierte de esa manera en el tránsito entre la calle y el templo, y para ello se hace templo en la calle.

Y eso es así, Señor. Y la estación de penitencia es una procesión de Fe. Y quizá alla gente que esto no lo entiendan o lo entienda de otra manera. Siempre respetable. Pero tan respetable como la libertad que tiene cada uno para alimentar su espíritu con Tú mirada, con Tú presencia,  cuando vamos a visitarte a Tú Casa o te esperamos en cualquier esquina a que aparezcas: primero Tú sombra, luego Tú paso, luego Tú Cruz y luego Tú cara.

Porque también es cierto que  hay muchos para quienes su mayor puente hacia la Iglesia eres  precisamente Tú, y lo llevan secretamente escondido en algún rincón del alma.

 El profundo sentido litúrgico de las Cofradías. Que lo tienen y que lo hacen poniéndose en la calle para dar y compartir su testimonio de Fe, y para disfrutar, también, por qué no? del entusiasmo, de los Vivas, y de las tradiciones. 

La Cofradía, con su trabajo, tantas veces al límite de lo imposible,   tienen el extraordinario valor de convertirse en puente a través del cual los misterios de la Pasión salen al paso de quienes son incapaces de ir a buscarlos.

EPILOGO

Y voy terminando, y me voy y no me quiero ir, Señor, de este pregón. Quiero seguir a tu lado y que todos los días sean un poco Viernes Santo.

Y me voy y no me quiero ir, Señor, sin agradecerte Tú aliento. Sin parar de pensar que siempre ofreces sin esperar nada a cambio.

Y me voy Señor, y no quiero irme sin repetirte que Tú estarás siempre en Jaén y Jaén siempre estará contigo.

Y me voy Señor y no quiero irme sin que sepas que tu bendición me alimenta. Que me hace reparar en el otro cuando de mí estas cerca.

Y me voy Señor, y no quiero irme sin darte las gracias.

Gracias por tu aliento. Gracias por llevarme y  gracias por permitir que te hable.

He dicho. Muchas gracias

 


Estimadas/os promitentes.

Desde el 17 de enero hasta el 3 de febrero será el periodo de mediciones para portar nuestras Sagradas Imágenes en la procesión del Viernes Santo. De lunes a viernes, de 19'00 a 21'00 horas. El sábado, día 3 de febrero, ÚLTIMO DÍA, será de 11'00 a 13'00 horas.

Sí no podéis asistir, la podéis realizar por: correo electrónico a  Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Por medio de un representante o bien por teléfono al número 675682960, en horas de mediciones.

Los que opten por alguna de estas modalidades, deberán aportar talla de su altura, medida a mitad del hombro, estando descalzo.

Debéis aportar 5 euros de papeleta de sitio; en metálico o
transferencia al número de cuenta ES35 3067 0001 3811 4760 8325.

Se os entregará calendario de ensayos. DOS son obligatorios, si no podéis asistir, envíar al correo electrónico causa de la ausencia, incluidos los que residáis, trabajéis o estudiéis fuera.

Debéis estar al corriente de pago de todas las cuotas. Además para recoger el cartón, hay que presentar el recibo de 2024, en caso contrario NO se entregará el cartón.

En las Vocalías, estará el Protocolo de Promitentes modificado que se llevará a la Asamblea General de Cofrades para su aprobación, si procede.


Recibid un saludo fraternal en Jesús y María.

 

 

SOLICITUD VERÓNICA

SOLICITUD NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO

SOLICITUD MARÍA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Reproducimos a continuación el Pregón  Madrugada 2013, a cargo de Encarnación Palomino Rueda, el pasado día 23 de febrero de 2013 en el Teatro Darymelia de Jaén

 “He aquí la esclava del Señor,Hágase en mi según tu palabra.”

Este grandioso momento bíblico y mi fe  mariana,  hicieron darme cuenta que si Dios a través de su Hijo El Pastor Divino, Nuestro Padre Jesús Nazareno , ha querido que acepte este momento  no soy digna a renunciarlo, yo que nada merezco y mucho menos  digna de dar este pregón, yo que nada  he hecho sino por la bondad infinita de Dios nací en una familia que tuvo el Don  de darme  la herencia  mas hermosa e infinita, una gran fuente de riqueza, como es la devoción a Nuestro Padre Jesús Nazareno, y a nuestra Madre, La Virgen de los Dolores.

Yo quisiera aun más, Señor:-bendito tú, Jesús Nazareno –

Ver a través de tus ojos vidriados por los azotes y tormentos que te dieron los judíos, y oír contigo los “ ayes” y las penas que te cuentan los hijos  de  Jaén, que  te veneran con amor y humildad; prestarte un soplo  de aire  para aliviar tu respiración , darte sangre de mis venas para reponer la tuya tan bendita, que inocentemente derramaste por culpa de nosotros , los pecadores.

Acompañarte por un sendero de espuma con tus pies destrozados y ensangrentados, cargando con una pesada cruz.

Yo quisiera, Señor, llevarte por un camino de rosas perfumado con aroma de flores y de amor, un camino sin obstáculos donde no puedas tropezar con las piedras del sendero y hacerte daño en tus divinos  pies, que andando y andando coronado de espinas y sin aliento, camina hacia el calvario.

Y que me presente, Señor, cumpliendo mis imperfecciones con los colores morados de tu túnica, y llegar a tu presencia por el cielo azul

de Jaén, por esta ciudad chiquita y blanca, tan blanca como la paz que tu deseas para nosotros, tus hijos; de este Jaén que te adora, que te visita cada día en tu camarín, que te reza, que te lleva flores,

que te enciende velas y que te canta saetas hechas oración en la “MADRUGA” del Viernes Santo  de cada Semana Santa.

  

Hacia el gólgota caminas

Con la cruz pudiendo apenas

Y la sangre de tus venas

Van vistiendo tu pasión.

 

Esa sangre sacrosanta

Que mil mundos salvaría

Haz que libre el alma mía 

De la estrecha perdición.

 

Jesús de los Descalzos coge tu cruz

Levántala y empieza andar

Porque es tu cofradía

Que tras tu sombra empieza a caminar

Porque es tu cofradía

Que como Cirineo te quiere ayudar.

 

Dulce Jesús Nazareno

Que la cruz  que lleváis por mí,

En la vida y en la Muerte

Señor acordaos de mi.

                         

SALUTACION

 

Ilustrísimo Sr. D. Antonio Aranda Calvo. Capellán de la Cofradía.

Reverendo D. Francisco de la Torre ,Consiliario de La Hermandad del Rocío de Jaén

Sr. Hermano Mayor de la Antigua, Insigne y  Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Maria Santísima de Los Dolores.

Sres. Miembros de su Junta de Gobierno

Dignísimas Autoridades,

Sr. Presidente  de la Agrupación de Cofradías y Hermandades de  la Ciudad Jaén.

Sres. Presidentes -Hermanos Mayores y representaciones  de Cofradías y Hermandades de Pasión y Gloria que tenéis a bien en acompañarnos.

Sr. Presidente de mi querida Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Jaén.

Hermanos cofrades de Jesús

Mis queridos Hermanos de la Hdad  Rocio

Hermanos cofrades todos

Mi querido Presentador

Señoras y Señores. 

 

AGRADECIMIENTOS

 

Heme aquí Señor a tus pies,

Ésta humilde cofrade tuya,

Que te implora sin orgullo,

Y pide tu bendición.

Que ilumines este  pregón,

Y que lo pueda expresar

Pues lo siente de verdad.

y el que lo escuche o lea

Sienta de alguna manera

Que lo que dice el pregón

No son frases pasajeras

Es Que habla el corazón.

Gracias Señor

 

Gracias  Prudencio, por tus cariñosas, como siempre en ti, bellas palabras. Se de tu esfuerzo en buscar información sobre mi persona. Qué difícil tarea presentar a una simple cofrade y además hacerlo con esa elegancia tuya.

Gracias a todos los que habéis preparado este  escenario, precioso el Manto de Reina,  en mi interior puedo percibir sonido de los varales y el  entrañable moviendo que tienen las bambalinas.

Gracias Sr. Hermano Mayor y Junta de Gobierno de esta mi querida  Cofradía, por haber depositado la confianza en mi y haberme ofrecido un tiempo de gracia, oración , emoción, sentimientos, recuerdos…y también de llanto; por qué no, durante la elaboración de este pregón en un sin fin de momentos y lugares. No son pocos los razonamientos y tentaciones, que nos abordan cuando el Señor, de alguna manera, nos llama.

Gracias  a mis queridos hermanos en la Virgen del Rocío, por apoyarme desde el momento en que os comunique la elección.

No podría dejar pasar mis líneas titubeantes sin decir unas palabras  de dedicatoria a mis padres. Ellos fueron quienes me iniciaron certeramente en el Amor a Dios, y en este caso personificada en la bella imagen de  Madre La  Virgen de Los Dolores y la de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Gracias a ellos, su perseverancia y ejemplo  desde pequeña, percibí que la tarde noche del Jueves Santo y la Madruga  del Viernes Santo, eran días distintos en mi casa.

Vivenciamos  como en Cuaresma  y sobre todo en losalbores del Viernes Santo, nuestra familia parecía masunida y conforme crecía me di cuenta ,que cuando seintenta vivir en clave cristiana no puede dejarse de transmitir esos valores a los que mas se quieren.

Quiso el Señor, que este año fuese su pregonera y quisiera decirle el pregón “Madruga “más bonito  del mundo.

La Junta de Gobierno ha deseado que este año fuese una mujer, la primera mujer que dará  este Pregón, en este año tan especial en el que la cofradía celebra el 425 aniversario de su fundación.

El ocupar este atril en el día de hoy, es para mi un inmenso placer, un recuerdo que quedará grabado en mi corazón, para nunca salir de el.

En la actualidad existe un excelente  trabajo femenino en el mundo cofrade, pertenecen a las Juntas de Gobierno,teniendo puestos de responsabilidad como en las secretarias, vocalías de formación y juventud, y por qué no como Hermana Mayor.

Creo que los porcentajes de mujeres que pertenecen a las juntas de gobierno han aumentado en los últimos años.

Tenemos también la figura de la Mantilla, tenemos la mujer saetera, ¡cuantas mujeres las que desfilan en las bandas de música,! costaleras, y cuantas mujeres que se esconden bajo el caperuz negro, ¡cuantas nazarenas!.

Y para mi, el  papel más importante, el de  Camareras, único cargo que es ocupado tradicionalmente.Éste es un cargo honorífico, generalmente. La función de ellas es dedicarse  en cuerpo y alma al cuidado de las Imágenes ,el mantenimiento de las túnicas, Sayas, Mantos, Mantillas , alhajas, coronas , todo el ajuar.  Preparación de nuestras imágenes titulares, durante todo el año no solo en vísperas  a sus cultos.

¡Cuantos regalos han recibido de ellas! Con que cariño y amor los preparan para sus cultos y actos. Desde aquí  anímo a la mujeres a que se acerquen  a participar en las cofradías.

¡Que sea en nombre de todas Ellas ¡

Camarera ¡hermana mía!

Camarera de la Virgen de los Dolores

Tú que la arreglas día a día,

Y la tienes como a una flor.

Dime ¡de verdad! ¿Que sientes?

Dime si sufres con su dolor.

 

Tú, que la miras frente a frente

¿Sientes en el Alma su Amor?

Cuando le arreglas su manto

¿Que te dice al oído?

te habla de su doloroso llanto

al ver al Hijo dolorido.

 

¿Qué se somete Camarera?

Tener la Madre tan cerca

Por tus manos arreglada

Con sublime devoción

Si te sientes enamorada

O se te rompe el corazón,

Por el dolor de su espada

O por la fuerza de su amor.

 

¡De la Virgen! ¡Camarera!

Sencilla Jesús te eligió

Para escuchar la primera

El silencio de la voz

¡De esa Eterna Primavera!

¡Que tuvo en su vientre a Dios!

 

Llego aquí, ante vosotros y ante la dulce y bendita luz que trasciende desde la bella imagen de Jesús Nazareno, y la Virgen de Los Dolores,  para desarrollar una ilusionada, emocionada y vibrante misión:

Pregonar y exaltar, el más verdadero  ejemplo del AMOR, del amor con mayúsculas,intenso y profundo Que es Nuestro Padre  Jesús Nazareno y su Madre, La Virgen de Los Dolores. 

He interrogado una y otra vez a mi corazón y para llegar a encontrar una comprensible razón, un motivo, que me haya hecho ser digna, del infinito honor que supone, recibir la mas hermosa distinción que puede ser entregada a una simple cofrade, a una Hermana de Luz a un  corazón nazareno:

Pregonar la perfección del Dios Padre, Maestro, Hermano y Amigo,pregonar la perfección de Nuestro Padre Jesús Nazareno, y a su Madre la Virgen de los Dolores.

 Quiero que sepáis que estas palabras han sido escritas desde lo más profundo de mi corazón y de mis sentimientos. Sois muchos, sinceramente hermanos quienes pudierais elogiar los misterios y grandezas de” La Madruga” del Viernes Santo.

Se  a ciencia cierta que cualquiera de vosotros podría exteriorizar muchos elogios a nuestros sagrados titulares  porque sé el Amor que todos le confesáis.

Decidida, pues en vísperas del Viernes Santo, doy comienzo, rogando a Nuestro Padre Jesús Nazareno por todas, a Nuestra Señora dulce Madre Redentora, Señora de los Dolores.En ti me confío.

Señor: quiero que veas en mí a una mujer, que en estos momentos  quiere proclamar todos los grandes sufrimientos de tu pasión, y sobre todo que veas en mí, esa cruz, que llevamos todos los nacidos, para soportar el calvario de la vida.

Va por TI, SEÑOR.

En el sitio conocido

Por el puente de la Sierra,

Una casería existe

Entre olivares y huertas.

 

Una tarde, un caminante

Que tenía cierta edad,

Que le albergaran esa noche

Les pidió de caridad.

 

Accedieron los caseros

y en la habitación cedida,

Entro un gran tronco de un árbol

Que junto a las casa había.

 

A la mañana siguiente

Como no se levantaba,

Abrieron la habitación

y vieron que allí no estaba.

En cambio el fuerte tronco

Que entrar al cuarto le vieron,

Estaba la bella imagen

De Jesús Nazareno

La casería de Jesús

Es como se le llamó,

En recuerdo de la imagen

Que en tiempos allí se esculpió.

          

Desde entonces esta imagen

Es de las  más  venerada,

Y también la más querida

Que sale en Semana Santa…..

 

La Iglesia es pueblo. Pueblo de Dios.

Y como pueblo tiene su estructura, organización, fines, fiestas, novenas y hasta su calendario.

El calendario litúrgico marca los tiempos de las celebraciones eclesiales para conmemorar y vivir los hechos de la vida de Jesús, la Virgen y los Santos.

El tiempo de Cuaresma y tras ella la Semana Santa ha venido, en este año, tempranero y sigiloso.

Como sin darnos cuenta desde que el domingo de resurrección pasado, como un rito instaurado en nuestras Cofradías  los  cofrades fuéramos  tachando uno a uno los días que quedaban para un nuevo Domingo de Ramos  que ya tenemos a las puertas o para “ La Madruga “ del Viernes Santo ,de esta gran familia que hoy nos reunimos aquí.

Apenas nos ha dado tiempo de terminar de recoger y guardar el Belén, cuando en esta ocasión la nueva Cuaresma nos ha sorprendido.

El sabor de los últimos  mantecados, se ha fundido en el almíbar de las primeras torrijas, o en el sabor de las magdalenas.

Este tiempo de Cuaresma, tan deseado por todos, nos ha venido como regalo de Reyes.

El último regalo descubierto han sido boletines, convocatorias de cultos, carteles, reuniones de cuadrillas de costaleros, últimos ensayos de bandas….

En esto, y aprovechando la prontitud  cuaresmal de este año, los pastores del portal como que casi se han resistido a ser embalados y han pedido una ropa de nazareno. 

La estrella de oriente se ha convertido en Cruz de Guía, el Ángel en Fabricano, una de las montañas en calvario, y todo el portal en una cofradía.

El olor a aserrín, lentisco y romero se han transformado en incienso, cera, lirios y claveles.

Todo el escenario en altar de cultos. El río en chorros de cera por las calles. Las hilanderas en talleres de bordados para mantos y bambalinas.  Las fraguas en orfebrerías.

Los cantaritos de barro en jarras para los palios. Las palmeras en varales. Los puentes en canastos y peanas. Las estrellas en bordados.

Las hogueras en candelerías, faroles y guardabrisas. El castillo de Herodes en Pretorio. Los caminos que van al portal en Vía-Crucis. Los villancicos en saetas y marchas. La mirra en realidad profética; y en el portal se abre la puerta a la salvación que será precedida por la cruz.

 

Al fin, como me dijo  un amigo cuando se entero de mi elección ¡Enhorabuena!

pero… aligérate que este año no hay tiempo de ná.

“El Niño del Belén a la Cruz.”                                                                                                                                                        

Sentencia acertada.

La fecha del año lunar hace que este satélite, que marca el calendario de nuestra Semana santa en el primer equinoccio de primavera, sea este año madrugador.

Como madrugador y presto debemos tener siempre nuestro espíritu, pues los caminos del Señor son inescrutables y por ello, el estar vigilantes una necesidad continua.

                 

Hay en Jaén una cara

Blanca como la azucena

Que da a la pena

Una esperanza infinita

Porque al cielo arrebatamos

Su estrella más serena.

Y en Jaén se hizo espejo

Donde hoy, ayer y siempre

Ella baje a mirarse

Para sentirse en el cielo.

Y para mejor consolarse

Ella puede reservarse

El don de nuestro perdón

Danos tu fe, tú esperanza,

Danos salud y confianza

Danos lo que en tu mano este

Danos la bendición que añora

Y danos sobre todo Señora

El consuelo de tu amor

Que el Hijo de tus entrañas,

Nuestro Padre Jesús Nazareno

Ya nos perdono.

                       

AÑO DE LA FE

En el Año de la Fe, el Concilio Vaticano II que  celebra el 50 aniversario de su inicio, nos trae una gran renovación en la Iglesia.

Una renovación en la celebración de la Misa, en el rol de los laicos, en la auto-compresión de la Iglesia.

Para llevar adelante la renovación, los cristianos debemos conocer lo que enseña el Concilio y como enriquece la vida de los creyentes.

Sin lugar a dudas La Fe es la puerta que nos abre el camino de la salvación, la verdad y la vida, la puerta de la renovación espiritual, que tanto estamos necesitando.

Sin la fe no se entendería nada de la vida cristiana, ni de la vida de la Iglesia; la Fe es la puerta para el amor y la esperanza.

Es interesante comparar la fe con la luz. Hay muchas formas  e intensidades de luz y es muy diferente ver un objeto a la luz del sol o percibirlo iluminado solamente por la débil llama de una vela.

La fe nos descubre la realidad de lo que no es visible, pero que ciertamente no es menos importante que lo que podemos percibir con nuestros sentidos.

Aunque parezca duro decirlo, la falta de fe es comparable y aun peor que la ceguera orgánica.

Quien no tiene fe camina en tinieblas.

Quiero anunciar lo que llevo dentro de mi corazón

La Fe, regalo y milagro mayor de la creación.

Por  la Fe yo he comulgado al Dios de la Encarnación. Que en el portal yo lo adoro hombre frágil como yo.

Por la Fe veo en la Cruz al divino redentor: Dios es creíble sufriendo, solo así, por ser amor.

 

En medio del abismo de la duda

Lleno de oscuridad, de sombra vana

Hay una estrella que reflejos mana

Sublime, sí, mas silenciosa, muda.

¿Esa estrella broto del germen puro de la creación humana?

¿Bajo del cielo a iluminar el porvenir oscuro?

¿A servir al que llora de consuelo?

No sé, más eso que a nuestra alma inflama

Ya sabéis, la Fe se llama.

 

¿Habéis pensado alguna vez, por que sois hermanos-cofrades  de la Cofradía  de Nuestro Padre Jesús?

¿Habéis reflexionado porque elegisteis esta cofradía y no otra?

Algunos, como yo responderían, porque desde pequeño me inscribieron mis padres, otros  porque tenían un amigo que era cofrade, otros porque ….. en fin, muchos serian los motivos y sin embargo tan sólo uno será el verdadero, y lo encontramos en boca de Jesús:

“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os he elegido, para que vayáis y deis fruto y prediquéis mi palabra por toda la tierra,de manera que todo hombre se arrodille al nombre de Jesús”.

Cuando empecé a escribir  este pregón muchos recuerdos acudieron a mi memoria.

Emociones, cargadas de un amor tan inmenso, ese

apasionado y apasionante fervor, que enciende una luz singular en los sentimientos, y encamina nuestros pasos, año  a año, para esperar impacientes, para aguardar su mirada encendida alumbrada a media luz por el tímido resplandor de la cera, y aromada por miles de claveles  que son mensajeros de su aroma a las almas….

Y los recuerdos, llegan a mis sentimientos, cogidos de la manos de muchas vivencias, vivencias, que me fueron acercando cada día, un poco mas al calor de su mirada…

como recuerdo , el día de ayer tarde y la mañana de hoy Sábado en el camarín, gracias José Luís, por tus siempre bellas palabras hacia mi, las cuales llevo guardadas en mi corazón.

Recuerdos que llegaron a mi corazón transmitidos por la dulzura infinita de los ojos de la Madre Dolorosa, por la bendita expresión de su rostro, por la belleza, pura y radiante de San Juan Evangelista, por su rostro reflejado en aquel bendito paño, en manos de la Santa Mujer Verónica, Santa Marcela.

Como recuerdos,  aquella chiquilla con tan solo 10 años que salía por primera vez en la procesión, alumbrando al Señor, iba acompañada de mi abuela trini.

Segura  estoy   que ella  junto con sus hijos Trini y Juan de Dios que ya disfrutan del Padre Eterno, alumbran al Señor, en los Cielos y alguna saeta que otra le cantaran,  no en la Madruga del Viernes Santo ,sino todos los días en los que amanece.

Recordar,  La primera vez que vestí la túnica nazarena junto con mis hermanos, aquella madrugada en la que vi vestir a nuestro Padre Jesús, aquellas  tardes de jueves santo en el que  un grupo de hermanos cofrades nos reuníamos para visitar los Monumentos , las mujeres  siempre con su  elegancia  vestidas de mantilla.

La primera vez que vi, salir a Jesús desde dentro de la Catedral. Gracias Joaquín.

O ver a Jesús, a su paso por el arco de San Lorenzo y cuando emprende la calle  Almendros Aguilar, escuchar  sones de una guitarra, en  manos hoy celestiales de consuelo, para cantar saetas que salen del corazón, como las canta mi padre.

 

Caminito del Calvario

Sube muy hermoso Jesús

Las fuerzas le van faltando

Y ya no puede con la cruz

Y  un hombre le va ayudando

Padre Jesús mío

Echa la cara pa tras

Y cura a todos los enfermos

Que hay en el neveral.

 

Como no recordar también cuando participe en el besa pie de Señor, que escalofríos sentí cuando tuve tan cerca al Señor.

Gracias Lola.

Todos esos recuerdos, hoy se agolpan en mi memoria y en mi corazón; traspasan la frontera del pensamiento y me acercan al calor imperecedero, que divulga “La Madruga” del Viernes Santo, cuando el cielo se enciende sobrecogido en sus manos y en las manos de su Madre, cuando alumbran los corazones, alborada de aplausos, de una tierra de Jaén envuelta en emoción y lágrimas de entrega… 

Son tantos recuerdos, que me he preguntado si habría que ponerle titulo al  pregón, pero….

Sigo teniendo mis dudas, de cómo se podría titular la vivencia, más bien la historia de una niña que empezó alumbrando a Jesús,  para más tarde ser  Hermana de Luz, hasta cargar como Él con una cruz de madera, y término siendo pregonera.

  

Bajo el arco san Lorenzo

Pasa Jesús “El Abuelo”

Va recogiendo oraciones,

Conquistando oraciones

Y concediendo consuelos

Con trabajo, mimo y arte

Te llevan tus costaleros

¡Yo también  quiero llevarte

Pero como soy mujer, no puedo!

Te cantare una saeta

Con mi corazón entero,

 

Pidiéndote que protejas

A Jaén, y a los jaeneros.

El amor que te tenemos

Es esperanzas y anhelos:

 

Míranos con indulgencia

Si es que nos la merecemos.

¡Nos sentimos hijos tuyos

Padre Jesús Nazareno!

                

Un año más ha llegado la semana de nuestras manifestaciones religiosas por medio de nuestras imágenes titulares, que no es sólo  el reflejo de nuestra fe, pues pronto celebraremos nuestros solemnes cultos, donde todos los cofrades  tenemos que hacer nuestro juramento de Fe a Dios por mediación de su Hijo  Nuestro Padre Jesús y a su Madre La Virgen de Los Dolores.

Las cofradías deben ayudar, a que sus miembros vayan creciendo en la Fe,  bonito eslogan que tiene la cofradía en este año en su aniversario:        

                     “425 AÑOS CRECIENDO EN LA FE.”

 Con que lealtad  esta cofradía se ha mantenido fiel y han conservado el legado de sus mayores y el inapreciable tesoro de sus tradiciones.

De generación en generación se han ido traspasando la antorcha de su devoción y el cetro de su gobierno.

Han ido sin pausa y sin desmayo, creando lo necesario, añadiendo lo conveniente, mejorando lo logrado, incorporando lo inédito, rehaciendo lo destruido, renovando lo caduco, anticipando el mañana en la experiencia del ayer.

Si la Cofradía no se plantea como primer objetivo éste, si los cofrades no asumen este Objetivo Fundamental,el resultado será otra cosa, pero no una cofradía.

El culto a nuestros titulares es como debemos de llegar a Dios, porque son reflejo de su obra, de su actuación salvadora.

Si los miembros de una Cofradía son cristianos, el estilo de vida no puede ser otro que el de Cristo, porque el cristiano es el que intenta imitar a Cristo en posturas, criterios y planteamientos, que se hace patente en la manifestación de Fe en algunas actividades públicas, otras en privado, y las principales manifestaciones públicas de nuestras cofradías son los Cultos y la Estación de Penitencia.

Esta Cofradía es una verdadera familia, familia que durante todo el año está dando muestras de amor, de entrega, de sacrificio, de renuncia y generosidad ,para desembocar en la caridad hacia los demás, y me consta que en esta cofradía se hacen verdaderas obras de caridad.

HAGA, haga-mos de este mundo un lugar mas solidario.

Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha en temas relacionados con el amor al prójimo; y es precisamente esta labor callada, humilde y discreta lo que hace que se desarrolle una verdadera cofradía.

Deben de ser una catequesis para el cofrade y para los que la presencian; una lección de vida, que hay que saber leer y actualizar.

Pero, para que estas manifestaciones públicas tengan sentido, cada cofradía, de acuerdo  sus fines y objetivos, deben tener un programa de formación y un programa de actividades: actos litúrgicos, lúdicos, tertulias, iniciativas sociales.

Hace  425 años, se escribió, quizás sin tener exacto conocimiento de que iba a ser así; posiblemente  incluso sin pretenderlo expresamente; una de las grandes paginas en la historia de nuestras celebraciones  peniténciales en la ciudad del Santo Reino.

La cofradía es la suma de siglos y años de sacrificio, es un pozo lleno de esfuerzos, es un recipiente lleno de amor, que se alimenta por la tradición, por la sabiduría de los mayores, por el impulso de los jóvenes.

  

 

Señor, quisiera ser tu cirineo,

Cargar sobre mis hombros tu suplicio

Trocar el gran pecado en sacrificio,

 

Señor, quisiera ser “Aquel pañuelo”

Secar tu faz sangrante, dolorida,

Trocar tu sufrimiento  por mi vida,

Limpiar mi ardiente Fe, mi eterno vuelo.

 

¡Permíteme , Señor, en tu calvario

Posar en mis brazos  tu agonía

Hilar con penitencia  tu sudario!

 

¡Permíteme , Señor, como a Maria,

Llorar sobre tu pecho mis dolores

Salvar de humana culpa el alma mía!

                    

La primavera esta por llegar  y con ella la llamada de un nuevo acontecer que se repite cada año y que nos hace comprender que la vida es un puro milagro.

Las primeras flores de los campos  ya están abriendo y nos dicen con su color que están preparadas para acompañar al Señor  en su camino del Calvario, y darnos su bendición por cada rincón  por cada esquina, por donde Él vaya pasando.

Los cuarenta días de penitencia y conversión van discurriendo casi disimuladamente desde que el miércoles de ceniza nos recuerda que polvo somos y en polvo nos convertiremos.

De la Iglesia Conventual de San José, surgen los aromas de incienso que avisan de la celebración de los cultos.

No hace falta que miremos el calendario, para ver los días que quedan para la Semana Santa.

Se prepara al Señor para el besa pie, vía crucis, novena, así como el besamanos de la Virgen de Los Dolores.

Es algo que se palpa en el ambiente, y que el verdadero cofrade  lleva dentro, y que poco a poco va surgiendo conforme va llegando la Cuaresma.

Es tiempo de rezo, siempre mirando al cielo con el deseo de que la meteorología acompañe en esa Semana única en el calendario y en el corazón de los cofrades.

Las túnicas  salen de los armarios para  que nuestras Madres nos las pongan a punto,  para otro año más, de nuevo ser utilizadas, los costaleros y costaleras,  cierran los ojos cada noche mientras cuentan los días que faltan para rezar e incluso llorar tras el anonimato que les va a envolver.

Desde el inicio de la Cuaresma, las casas de Hermandad afrontan unos días de frenético movimientos, son varios los meses de preparación para tan arraigadas fechas.

Especial mención merece el amor y la gran dedicación que ponen en la limpieza de  los enseres. Un hervidero de hombres, mujeres, jóvenes y niños aún más prestos  ocupan las dependencias, frotando,abrillantando y adecentado todo lo necesario para la estación de Penitencia pues nunca es poco el trabajo a realizar.

Esta labor es una de la mas bonitas, que tiene su reflejo en nuestras, caras, cuando vemos los magníficos altares o lo bellos que van nuestros pasos.

Todo el conjunto de enseres nos habla de Él.

LA CRUZ DE GUIA: La señal de identidad del cristiano.

La brújula de nuestra vida.

EL INCIENSO Y LAS FLORES: El perfume y la belleza de nuestras mejores actitudes que te ofrendamos.

LA TÚNICA Y EL CAPERUZ: El anonimato, la humildad y la sencillez con que debemos revestir nuestras mejores obras.

LOS CIRIOS: Los cristianos  como luz del mundo.

LOS COSTALEROS/AS: La misión de llevar al Señor a los demás con nuestras vidas.

LA MÚSICA: Nuestras oraciones y alabanzas mas exquisitas.

                                 

Piadoso Jesús Nazareno,

Redentor  misericordioso y bueno,

Te pido la gracia del perdón,

Para contigo estar en comunión.

 

Ante ti nos postramos

Quienes de ti necesitamos,

Para las gracias poder darte,

nuestras alegrías y penas ofrendarte.

 

Danos valor y fortaleza

Frente al dolor y la tristeza,

Danos claridad y paciencia

Para poder actuar con prudencia.

Se tú nuestro mayor consuelo

Cuando la muerte nos lleve de duelo,

Se tú nuestro amparo y protección

Y por siempre  Padre Jesús Nazareno

Danos tu bendición.

 

Para el Señor cuatro faroles.

Y a sus pies claveles que tejen una alfombra donde las huellas  de sus pies doloridos y descalzos  quedaran marcados.

Para   la   Virgen  trono y peana de plata que, para enaltecerla, engrandecerla y mimarla en su  Dolor,la orfebrería en conjunción con los bordados pacientes la cubrirán con un palio para recogerla y realzarla.

Como va transida de dolor también flores blancas; y para alumbrar su caminar, cera. Cera que es símbolo de vida y elaboración humana.

Por los cirios abajo, chorrearan estalactitas de lágrimas de cera que se fundirán en dos llantos: el de la Virgen arriba y el de los cirios abajo.

Se unen así dos lágrimas: las de cristal y las de cera.

En Septiembre serán los cultos a La Virgen de los Dolores, y quizás  por estar mas lejos de la Semana Santa,nos recuerda de manera incisiva que tenemos una identidad cofrade y no serán por tanto esta vez ni la cera, ni las bambalinas, ni los cirios o respiraderos, ni el manto ni varales, ni varas, y ornamentos,sino el amor a nuestra Madre lo que nos tiene vigilantes en todo momento.

 

Eres lucero del alba,

Divina entre las flores,

Eres reina de los cielos,

mi virgen de los dolores,

 

Perfumad bien el sendero,

Nardos, claveles y rosas,

Que va ha pasar nuestra madre,

Que viene con pena y llorosa.

 

Que bonita esta la virgen,

La virgen de los dolores

Cuando camina en su paso,

toito lleno de flores.

 

Madre y reina de los cielos,

Divina estrella,

Mi virgen de los dolores,

¿Por qué eres tu tan bella?

Los pajarillos le cantaban

Y volaban entre las flores,

Y se callaban en su canto,

Por ver pasar a la Madre

La Virgen de los Dolores.

                     

La mañana del Jueves Santo que desperezará nuestro cansancio esta repleta de vivencias y emociones.

Jueves Santo: día del amor fraterno.

El monumento es la apoteosis de la Semana Santa, porque se alza en recuerdo de la institución de la Eucaristía y encierra por tanto toda la fuerza barroca y transformadora de la muerte gloriosa, de la muerte que salva, iguala y unifica.

 

“ESTAR”,   qué pocos verbos expresan más actividad que el verbo     ESTAR.

 

Es tal la intensidad de las palabras, gestos, sentimientos de Jesús en este día que no hay verbo más sugestivo para la oración del Jueves Santo que el verbo estar.

Estar para descubrir qué hace y qué dice el Corazón de Jesús en su “primera” Última Cena.

Qué hace: “Se levanta, se quita el manto, se ciñe la toalla, echa agua y se pone a lavarles los pies y secárselos con la toalla”.

Qué dice: “Sí,  yo el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros., os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis”.

Qué hace: “Sentado a la mesa, tomó el pan, y pronunciando la acción de gracias, lo partió.

Lo mismo hizo con el cáliz”.

Qué dice: “Esto es mi Cuerpo, esta es mi Sangre, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía”.

 

Qué hace: amar

Qué dice: te amo.

¡Así ama Él!

No hay duda de que el hombre, más allá de la salud, el alimento,

El vestido, y todo lo que supone  tener cubiertas las necesidades materiales, tiene ante todo necesidad de amor,; en su doble vertiente: necesidad de ser amado y necesidad de amar.

Sin amor no hay vida, porque, si hay algo que nos define como hombres (humanos) es esa capacidad de darnos y recibir, amor  como necesidad de recibir y amor como necesidad  de dar.

Ambas cosas se expresan en los versículos del Evangelio  que todo cristiano que se precie de serlo lleva grabados en su corazón:

 

 “Amaras a Dios sobre todas las cosas, y el prójimo como a ti mismo”.

“El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.”,

“Amaos los unos a los otros como yo os he amado”.

“No consiste el amor  en que nosotros amemos, sino en que Él nos amó primero”.

“Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos”.

 

El amor de Dios  rompe todos los esquemas.

¡Cuesta creer que  Dios  nos ama!

Por eso tendemos a fabricarnos un Dios más soberbio que humilde, mas severo que dulce, más vengativo que misericordioso.

Y en este día del Amor fraterno Dios quiere que le conozcamos de verdad como el que es: Dios es Amor.

En el convento de San José se celebrará ofrenda poética,  y ofrenda de claveles a Nuestro Padre Jesús.

La estación de penitencia de nuestra cofradía  gira alrededor de la apoteosis eucarística, símbolo de la unidad y de la igualdad, y serán nuestros Nazarenos los que con el rostro oculto, exalten al Señor descubierto, sólo es Él el  exaltado, todo es anonimato y sólo Nuestro Padre Jesús y su Madre la Virgen de los Dolores llevados a hombros resaltan sobre la muchedumbre.

Tiempo de reflexión y penitencia y en la austera y fría noche del Jueves santo, la cofradía se privara del descanso y empezaran a llegar al convento de San José, para tener su reunión  de  Junta de Gobierno, para dar lo últimos retoques a la tan esperada  Estación de Penitencia.

Desde muy temprana hora de la Madruga, se empiezan a ver nazarenos que salen de todas y cada una de las casas de Jaén, para participar en la Procesión.

Es la procesión por antonomasia, aquella en la que todos quieren  participar, aquella en la que me  honro participar.

En la Madruga del Viernes Santo  los alrededores del camarín, estarán  abarrotados de corazones deseosos de ver la salida  de La Estación de Penitencia.

A las puertas del convento, otro año mas, se darán cita temprana, rostros y seres, que físicamente dejaron esta ciudad, pero que cada año vienen a la cita tan esperada, entre saludos, sonrisas, preguntas y comentarios la calle se ira colmando para ver con expectación y sobrecogimiento la impresionante  salida de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Me decía mi  padre, de los visitantes  que venían, decían:

 

Llegamos a Jaén, después de haberlo andao to

y quedamos sorprendidos:

Vemos la cara de Dios que tiene esta gran villa,

Con Nuestro Padre Jesús y la Virgen de la Capilla.

 

Se presiente el ambiente. Se abre la puerta  del camarín y la Cruz Guía sale a la calle. Por un momento se hace el silencio y empiezan a hacerse las filas de nazarenos.

 

LA VERONICA

SANTA MARCELA poco a poco se acerca a la puerta.

De entre las mujeres  que acompañaban a la Virgen Maria, en su camino de dolor de madre, se encontraba La Veronica, quien  viendo como estaba el rostro de Jesús, limpia su cara tumefacta por los golpes.

Se acerca al Señor y limpia su rostro con suavidad, para no aumentar su dolor.

Con extrema delicadeza limpia cada herida, con la ternura de una madre.

El rostro de Jesús quedo impreso en el Paño, La Verónica lo estrecha hacia su corazón.

No sabe si llorar o sonreír, pero le da las gracias.

El paño blanco, es la gracia que recibimos en el sacramento de la penitencia con el que limpia Jesús nuestra alma, ensuciada por el pecado.

Cuando confesamos nuestros pecados, Jesús se acerca con la ternura que la Verónica se le acerco, y limpia para siempre nuestros pecados confesados.

A nosotros también debe quedarnos  impreso el rostro de Jesús en nuestra alma; deberá de acompañarnos en nuestra vida, junto con el de la Virgen Maria, la Madre Dolorosa.

LA VERONICA es una mujer de gran valentía, es recordada por su gesto compasivo hacia Jesús en su camino al Calvario,

y esa misma valentía se la trasmite a sus costaleras, que año tras año, la pasean por las calles de Jaén, con esa dulzura y ese amor que una hija le da a su madre. 

 

Mujer de dulce y grato semblante,

Sangre en su rostro enjugaste

Con tu blanca seda fina,

Reflejándose como en un lienzo

Lo que Jesús, por nosotros  sufrió

Mujer, que la Santa faz

Estuvo en tus manos un día

y hoy guardamos en Jaén,

El dolor de aquella agonía.

 

Mujer del dulce semblante,

A su lado sufriste un día,

Cuando Jesús arrastro la cruz,

Por la calle de la Amargura.

 

NUESTRO PADRE JESUS DE LOS DESCALZOS

 

Y  llego el momento esperado, es la hora.

Los hermanos de Luz,  en la lonja del camarín, allí esperamos el momento  tan esperado.

Las puertas del camarín volverán abrirse, comenzarán a salir  faroles, estandarte.

Emprenderemos, el camino, acompañando a Jesús, para que con nuestras oraciones sea más llevadero el dolor que lleva Jesús cargando con la cruz. 

Después de un rato la noche brilla: Jesús esta cerca ya esta en la puerta... ¿Cuantos pensamientos debajo de cada caperuz? ¿Cuantos diálogos directos con el Señor?

¿Cuanto me ayudaste en el momento?

¿Como me iluminaste  el camino?

Es como si cada uno estuviera solo delante de su imagen.

Nos olvidamos de la persona con la que charlábamos y entramos en éxtasis con el Señor de la Madruga y entre el nerviosismo de los costaleros que luchan por sacar el paso de forma milagrosa, se hace un silencio espeso, hondo, impresionante: un silencio que tiene cuerpo y volumen, peso y medida; que se podría amasar y darle figura y así…. Jesús Sale a la calle.

El Señor  en este momento se mezcla entre nosotros como un nazareno más.

Al igual que lo hizo con los que esperaban el bautismo a orillas del jordán; ahí ya toma Jesús la cruz asumiendo los pecados de los demás.

Lo que parece imposible se realiza y el Rey de Reyes, ve por fin la luz de la calle.

El Nazareno, Nuestro  Padre Jesús, camina lentamente por las calles de Jaén, con triste mirada del que sabe que  está cerca de la morada, en su camino al calvario.

¡ Quien  fuera el Cirineo para ayudar a Cristo a soportar su Cruz!. Nuestra Cruz, Cruz que purifica y sana, Cruz que redime y anuncia la victoria de la vida sobre la muerte.

No hay noche  más estremecedora e intensa, es medianoche, las calles se oscurecen y en silencio como decía Miguel Hernández:

Reina un hórrido silencio que tan solo interrumpido

Por redoble de tambores y algún lúgubre gemido

Que sube hasta  los labios desde un pecho de fe lleno…

 

Oscuridad rota por cirios, silencio en el que tan solo se escucha la bellísima marcha de Nuestro Padre Jesús, obra del  Maestro Cebrian, lento arrastre de pies  o plegarias que suben al cielo desde los corazones  de los costaleros, hombres de fe y amor, mientras  una saeta corta el impresionante silencio.

 

Este  viernes de madrugada y lamento,

Yo rezare un Padre Nuestro,

Mientras alguien grite al viento

El nombre que guarda en su adentro.

Lento, Tu pasaran lento,

Sufriendo este momento,

Y de nuevo volveré a rezar,

De nuevo, un Padre Nuestro.

Este viernes de sufrimiento

De amor y recogimiento,

En que Jesús, por nosotros padeciendo,

En este Padre Nuestro.

Y gritare yo también,

Gritare a los cuatro vientos,

Que solo tu nombre me aprendo,

Querido Padre Nuestro.

 

Detrás Jesús penitentes de  promesa, hombres y mujeresque cargan cruces de madera,  ¡cuantos oraciones,! ¡cuantas plegarias,! ¡cuantos favores recibidos!,

¡cuantos vivas a nuestro Padre Jesús de los Descalzos,!  ¡cuantos vivas al Abuelo!, y sobre todo ¡cuantas lagrimas!.

A ti promitente que ocultas tu rostro Bajo el caperuz y una humilde túnica nazarena, Que vas rezando en silencio,

Sin que nadie escuche tus rezos…

La que en esas frías madrugadas, Y con pesada cruz, descalza o con cadenas, quieres cumplir una promesa callada.

 

SAN JUAN EVANGELISTA

Después San Juan Evangelista el discípulo amado de Jesucristo,  permaneció con Él  hasta el último golpe  de aliento en la cruz.

Fue el único Apóstol  presente en el calvario al morir Jesús, y recibió  de Él  en sus últimos  momentos el más precioso de los regalos.

Jesús le encomendó  que se encargara de cuidar a  la Madre Santísima Maria, como si fuera su propia madre, diciéndole:

 “He ahí a tu madre”. Y diciendo a Maria: “He ahí a tu hijo”.

Se dice  que San Juan  era el mas joven  de los doce  Apóstoles  y que sobrevivió a los demás.

En la última cena  tuvo el honor de recostar  su cabeza sobre el corazón de Jesús.

San Juan, símbolo de la amistad y la compresión, testigo de la vida y milagros del Maestro.

El discípulo amado avanza por las calles de Jaén, con el brazo a medio azahar, anunciando la tragedia del Gólgota, vivida en primera persona.

 

LA VIRGEN DE LOS DOLORES

 

Con la cara amansada de lunas y estrellas, de rosas y azucenas de amor, ¡uy! y de llanto, por la puerta del convento asoma la Virgen de Los Dolores,La Madre Dolorosa camina con las manos tendidas y el corazón traspasado por la espada del dolor.

El dolor de la Virgen, es el dolor de todas las madres de Jaén, de todas las madres del mundo, cuando pierden a sus hijos o los ven sufrir.

Llora la Virgen de los Dolores por las calles de Jaén, y su dolor  causa devoción y piedad.

Quisiera ser sol, pañuelo, brisa, oración para secar esas benditas lágrimas, ya que no existe consuelo que pueda calmar su dolor, el dolor y el desgarro que solo siente una madre, ante la pérdida de un hijo al que no podrá revivir en el dulce calor de su regazo.

Por eso, las mujeres que la cuidan todo el año, su cuerpo de camareras que la acompañan, van de negro, el color del luto, de la pena y de la muerte.

El color sin color de la noche oscura y la tiniebla.

Pero también el color del tulipán más exquisito, de los ojos raciales más bellos y de la elegancia en el vestir.

Y os puedo asegurar que no hay mayor privilegio, que no hay mayor honor ni gloria, que ser camarera.

¡Camarera de Nuestro padre Jesús! ¡Camarena de Nuestra  Señora!

 

 

Esbelto varal de plata

Piropo de orfebrería

Sostienen negro palio

Que va cubriendo a María

Caminito del Calvario

Bambalinas que se mecen

Con descompasado son

Es alivio  “pa” Maria

Aliviando su dolor.

 

 

 

Mirando a tu manto soñé.

Viendo tus Dolores padecí

Contemplando tus lágrimas suspire

Cuando quise hablarte enmudecí

Quise rezar, Señora, y lloré.

 

Virgen de los Dolores

Bella madre dolorosa

Que quiso Dios poner en Ti

Esa cara tan hermosa.

Pídele a nuestro Señor

Que va delante de Ti.

 

Que aunque va cargado con la cruz

A Ti solo puede oír,

Que todos somos pecadores

Y nos queremos arrepentir.

EL ENCUENTRO

Otro momento esperado en la madruga del viernes santo, es el encuentro de Nuestro Padre Jesús con la Virgen de Dolores.

En la plaza de Santa Maria no cabe ni un alfiler, esperan a que Jesús de los Descalzos, que con mirada  baja llegue allí.     

Camina lentamente trae un semblante nuevo, cuanta ayuda para llevar su cruz, cuanto amor ha recibido del pueblo de Jaén, tanto es así, que Jesús ha renovado su cara, y tiene el semblante cambiado.

Su humilde mirada, su cabeza reclinada, nos invita a todos, a que le contemos nuestras penas, nuestras alegrías,

Jesús nos esta escuchando  a todos.

Por fin, asoma por la calle Maestra, mientras Maria su Madre, nuestra Madre de Los Dolores lo espera impaciente en la plaza de Santa Maria, gargantas quebradas  por el frío de la madruga cantan saetas, le piropean, cuantos vivas al abuelo se escuchan de  gargantas de mayores, de niños, ahí no hay edad.

Jaén entero se ha dado cita en ese hermosa plaza  y no  se puede pedir mas con esa hermosa  estampa,  el precioso  patrimonio que tiene Jaén, nuestra Catedral.

Quien en su corazón no tiene grabado La “Madruga” del Viernes Santo, esperando el encuentro de Jesús y su Madre.

Yo particularmente tengo un recuerdo precioso, que nunca se podrá borrar de mi memoria.

A mi padre se le ocurrió la idea de que cuando estuviera Jesús frente a La Virgen de Los Dolores, se le soltasen palomas blancas, y así lo hicimos, hecho que  de igual modo se le hiciera a la Virgen del Rocío en su procesión en la Aldea Almonteña , el mismo año.

Y por fin Jesús encuentra a Madre. La Virgen de los Dolores, ha encontrado a su Hijo viéndose presa de un inmenso dolor, traspasada su alma y su corazón.

¡Se unen en un mirar profundo!

Los fabrícanos darán los golpes al llamador, que rompe los silencios espesos de incienso y cera.

 ¡Arriba! ¡Hasta el Cielo!

La Virgen de los Dolores, se convierte en la Reina de la Madruga, mientras Jesús contempla a Su Madre y a sus Hijos de Jaén.Hijo y Madre. Madre e Hijo, se han encontrado en el camino.

Todos, al final, nos encontraremos a la Madre.

Y a los sones del himno del Abuelo, volverán a salir de las gargantas, ¡Piropos ¡ Vivas!, ¡Saetas!, que salen de la voz de sus Hijos, inundando la noche mágica de dolor y amor.

 

De oro son las potencias

Y la corona de espinas,

Y tú la llevas con paciencia

Sobre tus espaldas divinas

La cruz de la penitencia.

 

El que pinta en la Madruga

Del viernes santo

De morados terciopelos

El que hace que tu cruz

Te sepa a gloria en un verso

El que Juan de madruga

Te señala con el dedo

El que cargo con la cruz

Y temblaron los infiernos

 

Ese que muere por ti

Ese divino cordero

Dios de Dios y luz de luz

Dios y hombre verdadero

Ese el que te ayuda

Ese Jesús Nazareno

 

Madre  de los Dolores

Espejo de luna clara

En tu carita morena

No hay cara como tu cara

Ni pena  como tu pena.

                      

Tú eres flor entre las flores,

Bendito  rayo de luz

Primor entre los primores,

¡Dadme rosas!

¡Dadme claveles!

Para que pasen sobre ellas

La  Virgen de los Dolores.

 

La Estación de Penitencia sigue su recorrido por las calles del Santo Reino, los hombros doloridos de los costaleros y costaleras soportan amorosamente la pesada carga.

Los primeros rayos del sol comienzan a salir, ningún amanecer ofrece Jaén a sus hijos como el de la Madruga  del Viernes Santo, no es un amanecer como los demás.

Ni su color, porque  el incienso está presente, ni su luz porque esa mañana siempre es radiante.

Poco a poco la Estación de Penitencia llega a la carrera oficial.

La Verónica, Nuestro Padre Jesús, San Juan Evangelista y  La Virgen de Los Dolores, todos ellos nos transmiten sentimientos sinceros , a todos los que los contemplamos , en su recorrido, sentimientos , que luego no debemos de abandonar  hasta el próximo año, sino que deberíamos poner en practica cada día.

A su paso convierten, la pena en gozo, la tristeza en júbilo, porque Ellos nos dan fuerza y ejemplo para ello.

Es tan tranquilo y natural  el paso del Señor, que quédo convencida de haber visto andar por las calles de Jaén al mismísimo Hijo de Dios.

Está llegando el momento final, atrás han quedado los avatares del camino, se han consumado los momentos de la vida, nuestro sacrificio, la estación de penitencia nuestro camino, nos ha preparado para llegar al final.

Los hermanos de la cofradía se aferran a Jesús y a su Madre.No quieren perderlos. Los han tenido por unas horas en sus manos muy cerca.

Jesús  y Maria  han visitado todos los corazones de sus fieles servidores.

Un año más han llenado de gozo  las almas de sus Jaeneros, pidiéndole su bendición, para que llegue a las almas que están en tinieblas , que las ilumine para que comprendan que el amor y la paz es el camino de la vida, que su bendición llegue a todos los corazones  que sea bálsamo morao de amor.

En nuestras memorias quedará el son del hinmo a nuestro Padre Jesús Nazareno, saetas que inunda el espacio de la noche en la “Madruga” y el olor a incienso  y cera que se funden de forma misteriosa.

El calor junto con el cansancio  hace que despertemos del mítigo y sin darnos cuenta, con el eco de unas saetas que suenan en nuestros oídos,  ya estamos a las puertas del Camarín.

La cofradía llega al Convento de San José.

La estación de penitencia ha terminado.

La virgen ha atravesado la puerta del convento que se va cerrando con el último varal y los últimos bordados de oro de su manto.

Nuestra mirada se aferra en los rayos  de luz  que entran a la Iglesia, y ayá solo podemos llevarnos de recuerdo un clavel o una rosa  de los que han estado cerca de Jesús y de la Virgen, para conservar su fragancia como reliquia.

A ellos lo conservamos en nuestro corazón.

Y esta humilde nazarena  piensa entre lágrimas:

Ya Dios mío, Ya estamos aquí. Un año más todo ha concluido.

 

Nuestro Padre Jesús “El Abuelo” ha inundado  de amor la ciudad de Jaén. Su Madre, la Virgen de los Dolores,   ha arropado con su gran manto a todos los Jiennenses.

Su rostro, su cara, nos ayuda y nos conforta para llevar con alegría la pesada carga de nuestra cruz, y nos enseña a que el camino en el tiempo que nos ha tocado vivir, es el amor.

¡Todo se ha consumado ¡ la cera toda fundida ,¡ Jesús y su Madre en su morada!

En el silencio de la Iglesia la Junta de Gobierno y cofrades  miran a Jesús y a su Madre.

Sus almas destilan lágrimas de alegría por tantas emociones contenidas.

Los miran, rezan y les dicen: Gracias. Otro año ha pasado.

Mañana comenzamos de nuevo, Señor, hasta que, llegado el momento final, el del silencio profundo.

 

¡ Costaleras ¡  ¡ Costaleros ¡ ¡ Cofradía ¡ ¡ Hermanos ¡ : Ayudemos a los demás a llevar su cruz.

Seamos todo el año los Cirineos del presente y del mañana.

La Cofradía ha entregado el alma, y el corazón a Nuestro Padre Jesús de los Descalzos y a la Virgen de Los Dolores.

Los caminos por los que cada uno de nosotros caminamos, son muchos y distintos, pero al final todos concluimos en el mismo lugar, en el mismo santuario de la vida.

Ahora sólo queda que cada uno de nuestros corazones viva en su interior la Semana Santa como ha de vivirse.

Ahora sólo queda que nuestros corazones vestidos  con las túnicas nazarenas, sean verdaderamente corazones cofrades y vivamos conforme al ejemplo de Jesús, no hoy, ni mañana, ni pasado, sino durante todo el año.

                      

Cargado vas Jesús con la cruz

Y ya no puedes con su peso

Vas despacio hacia el calvario

Vas despacio pero derecho.

Tu cuerpo esta destrozao

Por el martirio que llevas pasao

Pero tu rostro muestra dulzura

y aun así nos has perdonao.

Sigues Jesús hacia el Calvario

Sin mirar hacia atrás

Vas cargando con el madero

Y los pecados de la humanidad

¡Ay hermano costalero!

Llévalo con esmero

Que el Señor de Jaén

No puede con el madero.

Virgen de los dolores, madre querida,

Que lloras  tan amante, tan dolorida.

Ese llanto que viertes, por el Señor,

Es Jordán del pecado, fuente de amor.

Las Perlas de los mares no valen tanto,

Como las qué tus ojos vierten en llanto.

Y todos los que saben que viertes perlas,

Vienen aquí amorosos a recogerlas.

Tus Hijos, que están tristes, buscan tu abrigo

Sus fieles corazones lloran contigo.

y lloran sus penas hasta cegar;

Mientras les queden ojos para llorar.

Míranos Madre Santa,

mira los manantiales de nuestros ojos,

y mientras  llanto enjuga

Tu rostro empañe, 

habrá llanto  en tus hijos

Que te acompañe.

 

 

 

No puedo olvidarme de los buenos cofrades que nos dejaron sus esfuerzos, su alegría su ilusión y sus rezos.

Son tantos los anhelos  que dejaron, que en su paso por este mundo, dejaron huella en esta cofradía.

Son muchos los cofrades que se nos fueron, unos mas conocidos y otros menos, pero todos llevaron siempre en lo mas hondo de su corazón la devoción a Nuestro Padre Jesús.

Para aquellos nazarenos que están en nuestro corazón, y que con vosotros,  Jesús y Maria os lo llevasteis a cielo, esta mi dedicatoria con amor y sentimiento.

Y aunque se fueron con nuestra pena, hoy gozan de su presencia.

Estoy segura que en esta tarde  se habrán puesto su mejor traje celestial, Isabelita y Manolo y estarán escuchando este pregón en el trono más alto de los cielos.

            

          

   Uno de nuestros nazarenos,

Tomo un vuelo presuroso

Más que tremendo, doloroso

Y subió al cielo con Ella

En un palio oscuro, con estrellas

 

Hoy yo quisiera contarte

La pena que llevo dentro

La busco por todas partes

La busco pero no encuentro

Hay cofrades que hoy me faltan

Pero percibo su aliento.

 

Madruga de silencio

Para que los que quedan

¿Porque  subió al cielo con Ella

En un palio oscuro  de estrellas?

¿Por que  te los llevaste, Dios?

 

Dime si allí donde están

Las flores son como tu

Desprende el mismo aroma

Desprende la misma luz

Son tiernas, como sus ojos

De rosa paz y quietud.

 

Dios se lleva a los que necesita

Porque aquí han concluido

Su verdadera misión

No sientas que te dejaron

Que si sé fueron ya

Ocuparan un merecido sitio

En la gran Función principal.

Hoy que estoy ante ti

Mi pena ya es menos pena

Porque tu a mi me has sonreído

Mientras yo te cantaba

Hoy se bien que están contigo

Te lo he notao en la cara.

Perdóname Madre mía

y es que hay cosas que no entiendo

Perdóname por favor

Porque en cada primavera

se nos marchita una flor.

Semana Santa, que llega y se va y cuando todo haya pasado,nostalgia invadirá nuestro corazón.

El convento de San José  será nuestra casa y la Eucaristía nuestro alimento espiritual, esperando de nuevo los cultos, novenas, triduos, via crucis , besapies , besamanos, el Miércoles de Ceniza,

la Cuaresma cofrade….otro Pregón.

¡Bendita sea la Semana Santa! que ofrece al Señor  y a su Madre por las calles de Jaén para los cofrades, y también para quienes  no conocen el mensaje de Cristo.

El pregón “Madruga” va tocando su fin.

La Pregonera quiere que éstas sus palabras hayan servido como un eslabón de la Cuaresma de la que hablábamos al principio, siendo como ese ultimo clavel rojo que se le coloca al trono de Jesús Nazareno para a continuación salir a la calle.

Quiero además, que este pregón nos haya ayudado a adentrarnos en el significado tan importante que tiene la Semana Santa para un cristiano, en especial la “Madruga” del Viernes Santo, para alguien que se quiera llamar cofrade de Nuestro Padre Jesús y de nuestra Madre La Virgen de los Dolores.

Y por ultimo con la mano puesta en el corazón pediros  que no perdamos la ilusión por la Cofradía, que no sea como una moda que viene y se va, que aumentemos nuestra esperanza en ella y no desfallezcamos, y que cada “Madruga “de Viernes Santo demostremos a todos el verdadero amor y la verdadera Fe en Jesús y su Bendita Madre.

Perdonadme por lo que esta pregonera haya olvidado.

Mi pluma, escribió con el corazón el dictado de la razón.

                         

Caminando va Jesús,

Y las fuerzas le faltaban,

Y los verdugos judíos,

Con más saña lo azotaban,

Una cruz larga y pesada,

A Jesús le entregaban,

Y con fatiga y dolor, solo, solito, solo

Al calvario se marcho.

 

Una rosa y un clavel,

A tu paso se abrazaron

Al ver tu rostro divino,

Sudoroso y ensangrentado

Vas cargado con el madero,

Lirio del monte divino,

Siendo tú el rey del mundo entero,

Guíame por el camino

Ilumíname el sendero

A ti, Padre Jesús Nazareno

Te pido de corazón

Si Dios la vida me dio,

Dame tu Bendición

Para cantarte  saetas

Que me salen del corazón.

 

Virgen de los Dolores

Tu rostro refleja tristeza

Más, es tan bella tu cara

Que tus lagrimas virgen María

Se te convirtieron en perlas.

 

Tu que viviste el sufrimiento

La muerte tuviste  tan cerca

Fue la de hijo querido

Para salvación nuestra.

 

Acógenos bajo tu manto

Danos cobijo en tu estrella

Esa que luce en el firmamento

Cuando llega esta fecha.

 

Te acompañaremos en tu camino

Tu soledad, será la nuestra

Virgen de los dolores

Que siguiendo su sendero

Vas camino detrás

De tu hijo el Nazareno.

 

De esos  tus divinos ojos

Esas perlas derramadas

Van rodando en tu mejilla

Y hacen más bella tu cara.

 

Esta cofradía quiere ser

Alivio de tu condena

Danos fuerzas y danos fe

Para ayudarte en tus penas.

 

 

 

Eres paloma del cielo

Sin pecado original

Y eres madre virginal

Que lloras con desconsuelo

 

Eres dulzura del suelo

Salda por los sudores

Donde tantos pecadores

En su corazón escrito

Llevan tu bendito nombre

Señora de los dolores.

 

Aquí  se acaba mi Pregón, con frases de ley escrito para ti, Padre Jesús Nazareno mi mayor distinción.

 

¡Ay Jaén!

Que triste vive llorando

Con penitentes cirios caminando

Con tu castillo almenado mirando

Sobre el Nazareno, sombra proyectando.

Sangra el rojo amanecer

Cuando al cielo se asoma

Tu cruz y tu padecer.

 

Yo he puesto mi alma y mi corazón Madre de Los Dolores

 

Poema de doce versos

Que son tus varales sin igual

El orfebre repujo la plata

Y el poeta el madrigal

Doce  varales

Doce versos de un madrigal,

Entre cuyas doce rejas de plata

La Madre de Dios Va.

 

No se si es suficiente, pero aquí lo dejo ,lo que si os digo que lo que he escrito lo he hecho con mi mayor ilusión por todo ello Padre Jesús Nazareno Y Maria Santísima de Los Dolores solo queda deciros que esta ha sido mi pregón.

Muchas Gracias.

 

Jaén 23 Febrero 2013

 

FESTIVIDAD DE SAN POLICARPO DE ESMIRNA

OBISPO Y MARTIR

 

Por orden del Sr. Hno. Mayor y de conformidad con los Estatutos de la Cofradía, el pasado 4 de febrero tuvo lugar la Asamblea General Ordinaria de cofrades en el salón de actos del Seminario Diocesano, con el siguiente orden del día.

  • Lectura y aprobación, si procede, del borrador del acta de la Asamblea General de 2017.
  • Lectura de la Memoria del ejercicio 2017.
  • Aprobación, si procede, de la modificación y adaptación de los Estatutos[1] al Estatuto Marco para las Cofradías y Hermandades de la Diócesis de Jaén.
  • Aprobación, si procede, de la modificación del Protocolo de Promitentes.
  • Informe y propuestas del Hno. Mayor.
  • Ruegos y preguntas.
  • Aprobación, si procede, del Estado de Cuentas de 2017 y Presupuestos para 2018.

 

Tanto el acta correspondiente al Asamblea General Ordinaria de Cofrades correspondiente al 2017, así Estado de cuentas corresponde al 2017 fue presentado a la asamblea tanto los ingresos y como gastos que había tenido nuestra Cofradía correspondiente al año 2017, fueron aprobados por unanimidad. Al igual que los presupuestos para el 2018 que fueron presentados.

Tras la exposición de la propuesta para modificar y adaptar nuestros estatutos al estatuto marco de cofradías y hermandades  con varias intervenciones de los cofrades asistentes, fue sometida a la consideración de la asamblea, siendo aprobada dicha modificación.

 

En lo que respecta la modificación del Protocolo de Promitentes, intervino en este punto el responsable de la Sección de Promitentes, el cual hizo una exposición de los cambios que se proponían a consideración, al finalizar su intervención y tras varias intervenciones de cofrades se sometió a consideración de la asamblea, siendo aprobada la modificación propuesta.

En lo que respecta al informe y propuestas del Hermano Mayor, se informó  a los presentes:

En primer lugar informó de la sustitución del alumbrado externo del Santuario que recientemente acometió nuestra cofradía, siendo reemplazados los focos por unos de leds de tonos cálidos.

La restauración que se ha realizado el Pendón de la cofradía, sustituyendo la estructura interior de hierro por una de aluminio, con el fin de rebajar significativamente su peso.

La realización de dos parihuelas que se estaban realizando para el paso de Santa Marcela y María Santísima de los Dolores y que será estrenada en la Madrugada de este año.

Informó también de la realización de una nueva saya de procesión para la imagen de Santa Marcela que se está realizando en los talleres de Javier Garcia y Martín Suarez y que será estrenada en la Madrugada de 2018

Este año en la Madrugada otra cofradía procesionará en nuestra ciudad Cofradía del Gran Poder y que pasará por el itinerario oficial antes que la nuestra. Esta cofradía ha solicitado los romanos por lo que los mismos acompañaran a esta cofradía este año, y el próximo lo harán con la nuestra.

Por último explicó que este años los cirios de cofrades se entregarán en el Santuario al iniciar la procesión, o en otro punto alternativo que este año será en la casa hermandad de la Cofradía de la Virgen de la Capilla, y que se ha establecido un horario de 6,45 a 7,30 para recoger el mismo. Explicó que los hermanos de luz son todo los cofrades que salen en la procesión alumbrando a nuestras Sagradas Imágenes y vistiendo correctamente el traje de nazareno.

Así concluyó el informe.

Reproducimos a continuación la lectura de la Memoria correspondiente al año 2017, realizada por nuestro cronista D. Javier Cano.

 

MEMORIA DEL EJERCICIO 2017

 

Dando cumplimiento al precepto estatutario recogido desde antaño en los usos y las costumbres de esta antigua, insigne y real cofradía se plasman en esta memoria los acontecimientos más relevantes vividos desde la celebración de la anterior asamblea general, el pasado 5 de febrero de 2017, hasta la presente.

 

Como ya es tradición, los cultos dedicados a nuestros sagrados titulares constituyeron uno de los pilares del calendario cofrade. Devoción a raudales destiló el piadoso besapié a Nuestro Padre Jesús, que, un año más, atrajo hasta el Camarín a miles de personas. Entre el 16 y el 19 de marzo, las colas de fieles ansiosos de ungir sus labios con el dulce tacto del Señor de Jaén poblaron la Carrera que lleva su nombre, donde la emoción volvió a ser el común denominador de las cuatro jornadas desde la apertura del santuario hasta su cierre; a este respecto cabe destacar la sensibilidad de la hermandad con el pueblo jiennense y con los miles de devotos que se desplazaron desde puntos dispares de la provincia, de Andalucía y del resto de España, al ampliar hasta las diez de la noche el horario del tercer día de besapié.

 

 

Especial mención merece la solemne novena dedicada al Nazareno y a su bendita Madre, la Santísima Virgen de los Dolores, entre los días 24 de marzo y 1 de abril, predicada por el padre Julio Millán Medina, presidente de la ONG Mensajeros por la Paz. Ante nuestros sagrados titulares, hermosamente ubicados, con el flamante telón de fondo de los nuevos reposteros que desde el 17 de marzo cuelgan en el ábside del templo —obra del taller huelmense de bordados de Juana Navarro— y rodeados de belleza floral en el presbiterio de la antigua iglesia carmelitana de San José —soberbio trabajo tanto de Fabricanía como del cuerpo de Camareras y que merece mención en esta cita anual—, las distintas vocalías y secciones de nuestra hermandad participaron activamente en el desarrollo de tan arraigada celebración religiosa, en la que estuvimos arropados con la compañía de las cofradías de Pasión y Gloria de la ciudad y de un sinnúmero de fieles, entre ellos los ancianos que participaron en la segunda edición de la “Semana del abuelo”, organizada por Teletaxi Jaén y que contó con nuestra entusiasta colaboración; bajo la antigua cruz rematada en plata que preside las alturas del Camarín, residentes de distintos centros de mayores de la provincia rezaron, se emocionaron y pidieron por los suyos y por sí mismos sobrecogidos por la contagiosa emoción de encontrarse a apenas unos centímetros de Jesús de los Descalzos y su bendita Madre. Por su parte, el cuarteto Xauen Lírica, como en ediciones precedentes, ilustró musicalmente y engrandeció el novenario con la calidad de sus interpretaciones. En el transcurso de los cultos, concretamente los días 25 y 31 de marzo, los cofrades que obtuvieron el rango de pleno derecho recibieron su correspondiente medalla y patente personalizada. Dentro de este marco se celebró también el acto de jubilación de promitentes con el que la cofradía, como es tradición, rinde público homenaje y muestra su gratitud a quienes han cargado sobre sus hombros las sagradas imágenes titulares de la cofradía y que al cumplir la edad reglamentaria de cuarenta y cinco años o haberlo hecho durante veinte, en el caso de promitentes de Nuestro Padre Jesús Nazareno, lo portan por última vez el Viernes Santo siguiente. Familiares y amigos de los destinatarios de tan entrañable reconocimiento (veintidós del trono de Jesús y tres de Santa Marcela) los arroparon durante la eucaristía previa, a cargo del capellán de la hermandad. Reseñable resulta también el sentido homenaje que la cofradía tributó a don Francisco García Ortiz el séptimo de los nueve días dedicados a Nuestro Padre Jesús y Nuestra Señora de los Dolores, cuando el ilustre e histórico cofrade nazareno recibió el aprecio y el afecto de su hermandad, materializados en una réplica de las llaves que porta en su brazo izquierdo la bendita imagen.

Como cada año, la Virgen de los Dolores fue expuesta en piadoso besamanos, en esta ocasión los días 21 y 22 de marzo. Precisamente la segunda y última jornada le fue presentado un grupo de niños menores de veinticuatro meses, que gozaron el privilegio de su cercanía, sobrecogedor instante que la cofradía perpetuó con la entrega de estampas personalizadas a los protagonistas. De nuevo, las sensibles palabras de nuestro capellán pusieron la más acertada banda sonora a tan entrañable iniciativa.

 

 

Uno de los momentos cumbres de la devoción nazarena y mariana se vivió con la multitudinaria procesión, el Viernes Santo 14 de marzo. Alfombrados los pies de nuestros titulares con las flores ofrecidas durante la mañana del día del amor fraterno por ciudadanos, cofradías y otros colectivos y cuando todavía flotaban en el aire los ecos de la ofrenda poética, en la voz del cronista de la cofradía, acompañado del guitarrista jiennense don Luis Delgado Gregorio, puntualmente, a las tres de la madrugada, el hermano mayor dio el primer golpe de llamador al paso de Santa Marcela, y minutos más tarde comenzaba a caminar Nuestro Padre Jesús a hombros de sus promitentes, sembrando de emoción y belleza la noche más grande de Jaén. Los pasos portaron un crespón en señal de luto por la muerte, el mes de junio de 2016, de nuestra querida camarera Dolores Torres Almazán, a quien mañana lunes día 5, a las cinco y media de la tarde, se le tributará homenaje municipal con el descubrimiento de la placa con la que se le dedica la calle Camarín de Jesús. Por su parte, las primeras mecidas del paso de palio empezaron a la hora prevista, poco después de que partiese el Discípulo Amado. La salida de la Señora reveló, también, una de las más celebradas novedades de la procesión: a falta de multitudes a las puertas del santuario para recibirla, cuatrocientas oraciones escritas sobre la cera de unos mínimos pero constantes cirios la arroparon nada más tocar calle, lo que dio lugar a una intimísima y singular estampa de recogido fervor que certificó lo acertado de tan piadosa iniciativa. Otra vez, nuestra comitiva penitencial hizo de Jaén un derroche de devoción al paso del cortejo por el casco antiguo, durante el Encuentro, que resultó especialmente brillante, y en todos y cada uno de los puntos de su itinerario, recibiendo continuas ofrendas de particulares y cofradías hermanas. Se vivieron, como desde siglos atrás, instantes inenarrables, que darían para una crónica tan extensa que haría falta toda una asamblea general de cofrades para darle lectura. Sin embargo, por su trascendencia sentimental, recogen estas páginas un episodio de esos que calan la tela de la túnica, por muy ruda que esta sea, atraviesa la piel y entra de lleno en las honduras del alma: ocurrió en la calle Maestra, a las puertas de nuestra sede social. Allí, Samuel, Fran y Víctor, tres pequeños grandes luchadores, tres cotidianos ejemplos de valentía y de esperanza, emocionados, felices a pesar de los pesares, tras protagonizar una emocionantísima “petalada” desde los balcones de nuestra casa de hermandad, que este año se hermoseó con sendos retratos de Jesús y María, dieron los golpes de llamador para izar el trono del Todopoderoso Nazareno y sacaron lo mejor de sus fuerzas para gozar el privilegio merecido de botar el dorado galeón con el que anduvo sobre las aguas surca el mar de olivos. También allí se le rindió sentido homenaje y recuerdo a la fallecida cantaora Rosario López, que tantas procesiones de la Madrugada engrandeció con su reconocido arte. Toda la noche y la mañana del Viernes Santo, la ciudad se transformó en un escenario a cielo abierto que, desde distintos balcones, ofrendó saetas al Señor y a su Madre, gracias al “Itinerario saetero” promovido por nuestra cofradía en el que las gargantas poderosas y sensibles de José Gersol, “Niño de Cabra”; Mari Carmen Gersol, Mari Carmen Mesa y Rafael Maeras rezaron, de la manera más jonda, al anónimo Rey de Jaén y a la insuperable Dolorosa de José de Medina. Una vez en la carrera oficial, la Hermandad Sacramental de la Santa Cena fue la encargada de recibir a la comitiva. La oscuridad de la noche impidió distinguir con claridad lo que, al amanecer, fue una acertadísima y novedosa evidencia: el cirio procesional que portaron los hermanos de luz, en esta ocasión por vez primera y que permitió a los cuerpos de orden identificar a nuestros cofrades en las filas nazarenas y a estos, ocupar los tramos del cortejo reservados para ellos. Una iniciativa en pro de la dignificación de nuestra comitiva que, a buen seguro, arraigará y hará de la manifestación pública de fe más multitudinaria de la ciudad, también una de las mejor organizadas. También la luz del día permitió admirar la nueva cruz de plata del servicio de paso, realizada en los talleres de don Antonio Cuenca de Lucena, en la provincia de Córdoba. Y tras la larga procesión acompañados de autoridades, cofrades y pueblo, horas plenas de momentos irrepetibles que harían interminable esta memoria, ya con la tarde cernida sobre los cantones, el manto de Nuestra Señora de los Dolores ponía el más hermoso epílogo a otro histórico Viernes Santo. Los claveles de Jesús y las flores de la Virgen, un año más repartidas por el diligente grupo de cofrades encargados de tan entrañable iniciativa, acariciaron el alma de enfermos y ancianos, así como de cuantos quisieron acercarse, ya el Sábado Santo, al Camarín, a recoger la preciada reliquia pasionista.

 

La celebración de la santa misa, el 24 de marzo, en el santuario de Nuestro Padre Jesús, puso fin a un curso cofrade pleno de ilusión, el primero del gobierno de nuestro actual hermano mayor, don Ricardo Cobo.

El 15 de julio, en pleno periodo estival, la efeméride de la llegada de la imagen de la Virgen del Carmen desde el convento de las madres carmelitas hasta nuestra iglesia justificó la celebración de una misa, oficiada por el padre Julio Millán.

 

Del 13 al 15 de septiembre, la Señora capitalizó un triduo en su honor que contó con don Francisco Manuel Filgueira Sánchez, vicario parroquial de Cristo Rey, como oficiante. Fueron tres jornadas brillantes, ilustradas musicalmente por la soprano Marta Alba, en las que quedó patente cómo la devoción hacia la Santísima Virgen de los Dolores madura y se acrecienta año tras año.

 

 

Los bancos de la antigua iglesia carmelitana acogieron diariamente, cada domingo y fiestas de precepto, a aquellos que optaron por recibir la comunión en el histórico y felizmente recuperado recinto sacro frente al no menos legendario “cantón de los civiles”. Llegado noviembre, las festividades de Todos los Santos y los Fieles Difuntos nos hicieron recordar a los ausentes, a quienes gozan ya de la Madrugada eterna, esa que no conoce horas de salida ni encierro, la que discurre sin prisa, alumbrada por la luz inacabable de esa delicadísima candelería que es la mirada de Dios. Las celebraciones litúrgicas se celebraron por nuestros cofrades fallecidos, cuya apreciadísima memoria enfatizamos y resumimos en las significativas pérdidas de nuestros hermanos don Juan de Dios Rodríguez Martínez, tras dieciséis años de pertenencia a la hermandad, conocido como “el abuelito” por todos nosotros y por los asiduos a la casa de Jesús, que los últimos años de su vida se convirtió en su celoso cuidador y, desde el gozoso traslado desde la Catedral, allá por noviembre de 2009, en activo y constante mantenedor de la capilla fundada por la familia Frías y de todo lo que tuviera que ver con la cotidianidad de nuestras imágenes titulares; nos dejó también el que fuera miembro de anteriores juntas de gobierno don Cristóbal Sánchez Llavero, tras cincuenta y ocho años inscrito en el nomenclátor nazareno, de los cuales ocupó cargo en la junta de gobierno entre 1988 y 1993, y cuando el año entraba en sus últimos días, el tan entrañable como respetado don Juan Delgado Mena, fabricano mayor entre 1971 y 1993, con sesenta y nueve años como miembro de la cofradía y dignísimo heredero y transmisor de la dinastía nazarena de los herreros de la calle San Clemente: por todos ellos elevamos nuestras oraciones en la certeza de que participan ya en la inacabable procesión gloriosa que discurre por itinerarios de Cielo. El día 18 de ese mismo mes de noviembre, festividad de Santa Cecilia, el Camarín embelleció la liturgia eucarística, en honor de la patrona de los músicos, con la participación de la Orquesta Sinfónica Ciudad de Jaén y el día 25, en coincidencia con la onomástica de la copatrona de Jaén, dimos gracias, un año más y ya van ocho, por el inolvidable traslado de nuestras sagradas imágenes titulares desde el templo mayor de la diócesis hasta nuestra querida casa carmelitana, eucaristía que contó con las maravillosas voces blancas de la Escolanía catedralicia.

 

Llegó diciembre y, con él, festejamos la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora en torno al altar; ya en plenas celebraciones navideñas, la mañana del día 25 nos unimos en comunión, una vez más, en el santuario, llenos de una alegría que el Coro Amigos del Rocío de nuestra capital hermoseó con sus cantos.

 

Dos jornadas después, San Juan, el discípulo amado, se erigió en protagonista de nuestra devoción. Con motivo de su festividad acudimos a la eucaristía celebrada en su honor, en la que, como en ocasiones precedentes, los grupos joven e infantil de la cofradía brillaron en el desarrollo de la liturgia en torno a su patrón. Gozosa jornada que disfrutamos doblemente, al contar con la presencia de la asociación Pídeme la Luna, que agrupa a personal sanitario y familiares de niños pacientes de onco-hematología. Con ellos rubricamos una vinculación cada día más estrecha, que se materializó en tan emotiva celebración y que tuvo a bien distinguirnos con el nombramiento de socios de honor. Dentro ya del nuevo año 2018, el pasado 18 de enero, el excelentísimo y reverendísimo señor obispo de la diócesis, don Amadeo Rodríguez Magro, presidió una eucaristía dominical plena de momentos para el recuerdo; una fecha de esas que brillan con luz propia en nuestro singular calendario perpetuo pues, por vez primera, entre los muros de la antigua iglesia conventual de San José sonó la marcha que, allá por 1935, estrenara el maestro Emilio Cebrián para Nuestro Padre Jesús, con la particularidad de hacerlo en modo polifónico, en las voces de primer nivel del Orfeón Santo Reino, y con la letra que, en la última década del siglo XX, compuso el gran poeta jiennense Felipe Molina Verdejo.

 

 

Finalmente, el pasado domingo 28 de enero, Santa Marcela se convirtió en protagonista de la misa dominical, que celebramos en su honor. En fecha tan señalada, cinco promitentes de la Verónica recibieron los preceptivos diplomas que certifican un lustro de labor bajo el paso de la piadosa mujer que limpió el rostro de Jesús.

El que fuera templo del desaparecido convento carmelitano se erigió en punto de destino de todos aquellos que deseaban evidenciar su querencia hacia la legendaria imagen. Numerosos fueron los colectivos que, a sus pies, lo veneraron a lo largo del año; allá por el mes de marzo, el director de Diario JAÉN, don Juan Espejo González, rubricó con nuestro hermano mayor el nuevo acuerdo de colaboración entre la cofradía y el periódico provincial, ante la presencia notarial de nuestros sagrados titulares; se recibió corporativamente a la Antigua y Real Cofradía de la Virgen de la Cabeza, a cuya titular se le hizo una ofrenda de flores a su paso en procesión. Visitaron el santuario las hermandades de Jaén y Colomera para rendir homenaje y despedirse de Jesús y Nuestra Señora de los Dolores antes de peregrinar al cerro del Cabezo. También los rocieros jiennenses rezaron y ofrendaron flores a nuestros queridos titulares; en correspondencia, esta antigua, insigne y real cofradía entregó a los devotos de la Blanca Paloma claveles y las velas del paso de palio, para alumbrar su simpecado. El mes de las flores nos trajo, desde los pagos de la Fuente de la Peña, a la Cofradía del Santísimo Cristo de Charcales, que depositó una ofrenda floral ante Jesús, y meses después, poco antes de comenzar su temporada, el Jaén Fútbol Sala volvió a postrarse en el Camarín para pedir por la inminente temporada deportiva. El santuario formó parte del repertorio monumental incluido en la tercera Noche Jahenciana, que permitió a una multitud de jiennenses conocer los detalles históricos y artísticos del templo. Una vez más, el equipo de restauradores formado por don Raimundo Cruz Solís, doña Isabel Poza Villacañas y don Joaquín Cruz Poza pobló el aire del Camarín de aromas de pintura y ruido de pinceles para chequear a nuestros sagrados titulares; el diagnóstico de tan prestigioso trío de técnicos arrojó tranquilidad, al calificar positivamente el estado de las tallas, sobre las que el besapié y el besamanos, principalmente, volvieron a dejar cicatrices que fueron restañadas con la profesionalidad que caracteriza a los citados restauradores. En octubre recibimos a la Cofradía de la Verónica del municipio almeriense de Berja y, por último, en la fiesta de la Epifanía, unos más que “familiares” Reyes Magos de Oriente se postraron ante el Niño Jesús para, posteriormente, partir desde el santuario a repartir alegría entre nuestras queridas madres del convento carmelita de Santa Teresa y en la Residencia de Mayores Condes de Corbull.  

Si intensa fue la actividad en el templo carmelitano, nuestra hermandad se hizo presente ante diferentes altares e instituciones de la ciudad y la provincia; de esta manera, a las preceptivas entrevistas con las máximas autoridades municipales, eclesiásticas, militares y policiales se unieron, entre otras, las visitas a nuestras queridas madres del convento de Santa Teresa, cuyo vínculo cultivamos como muestra de fidelidad a nuestros orígenes carmelitanos; nuestro activo e incansable Grupo Joven viajó hasta Sevilla, en el mes de febrero, para conocer más detalles sobre su influyente Semana Santa; una representación de la cofradía se trasladó hasta la pedanía marteña de Monte Lope Álvarez en diversas ocasiones a lo largo de 2017, una de ellas, allá por el mes de marzo, con motivo de la celebración anual de la asamblea de la Asociación Beato Manuel Aranda, de la que es motor y entusiasta impulsor, como es sabido, nuestro querido capellán, don Antonio Aranda; mostramos nuestra solidaridad al participar en la cena gala benéfica a favor de los refugiados iraquíes en Jordania, que contó como anfitriones con el padre Ángel y nuestro predicador de la novena de este año, don Julio Millán Medina; tomamos parte, además, en citas de tanta trascendencia para la vida cofrade jiennense como el V Certamen de Camareras de Pasión —cuya organización recae, en 2018, en nuestra hermandad—, el II Encuentro de Mujeres Promitentes y Costaleras, que entre otras actividades tuvo en nuestra vice hermana mayor, doña Rosa Garrido Cancio, a una de las grandes protagonistas, a través de la conferencia ofrecida en torno a la figura femenina en la vida pasionista de Jaén; este encuentro, que comenzó con misa en el Camarín y posterior confraternización en las instalaciones vecinas del colegio de Santo Tomás, resultó de lo más brillante, además de por el interés de sus contenidos, gracias a la ilustración musical de la Agrupación Maestro Miguel de Villargordo, que realzó con sus interpretaciones una convocatoria cada día más afianzada, cuya ejemplar organización a cargo del área de Gestión de Promitentes, capitaneada por nuestro hermano don Juan de Mata Pacios, es digna de encomio; convivimos con nuestros colectivos hermanos del Viernes Santo en la cita anual en la que unimos lazos e intercambiamos impresiones y proyectos ilusionantes y, en pro de la divulgación de los valores espirituales y patrimoniales de nuestra cuatro veces centenaria hermandad, tomamos parte en dos exposiciones temáticas de gran calado: “La túnica sagrada: tres siglos de bordados en la vestimenta de Jesús Nazareno en Andalucía”, que tuvo lugar, en el mes de octubre, en el Real Convento de Santo Domingo de Granada, donde, junto con otras veintisiete indumentarias, se pudo admirar una de las túnicas de Nuestro Padre, la decimonónica conocida como “la Rica”; y en “La Rosa de Oro”, segundo salón cofrade jiennense, celebrado en la Institución Ferial el pasado noviembre.  

 

Especialmente jubiloso resultó la presencia de esta insigne corporación pasionista en el municipio madrileño de Collado-Villalba, adonde, en el mes de marzo, nuestra vice hermana mayor viajó para traer hasta las vitrinas de nuestra casa de hermandad una importantísima distinción, la medalla Víctimas del terrorismo, concedida dentro del marco de la gala homenaje a los afectados por tan terrible lacra; el premio le fue otorgado a esta antigua, insigne y real cofradía en atención a “su trayectoria social y promoción de los valores humanos”. Sin salir de nuestra provincia, también la Asociación de Amigos de las Catedrales de Jaén y Baeza tuvo a bien recompensar nuestros esfuerzos con una mención en reconocimiento al altar instalado en la calle Campanas durante las celebraciones del Corpus Christi.

En el capítulo de actos enmarcados en el tiempo de preparación para la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, celebramos dos citas de elevada trascendencia en la agenda de actos de la cofradía; de un lado, la presentación del boletín “Jesús Nazareno”, que en 2017 alcanzó su trigésimo sexta edición y que se encargó de desgranar con detalle el 4 de marzo, en los salones de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, nuestra archivera, doña Amparo López Arandia. Dentro de la misma convocatoria se hizo público también el cartel Madrugada, basado en una singularísima fotografía original de don José Pegalajar, que ofrecía el paso de Nuestro Padre Jesús, inmerso en las sombras de la noche y rodeado de flashes que lo inmortalizaban. De otra parte, sobre el escenario del teatro municipal Darymelia, el periodista y cofrade don Manuel Contreras Pamos pronunció, una semana después, el XVIII pregón Madrugada. El orador compartió con los asistentes su probada devoción al Señor de los Señores de Jaén a través de sentidas palabras que emocionaron a un público cuyos oídos deleitaron también la música de la Banda Sinfónica Ciudad de Jaén y la voz jonda de la cantaora Mari Carmen Gersol, quien sobrecogió con una emotiva saeta.

La caridad y la solidaridad volvieron a ser dos de los presupuestos principales del ejercicio. De esta manera, el 10 de marzo la cofradía respondió generosamente a la convocatoria de donación de sangre celebrada en las dependencias de Vocalías. Diferentes operaciones de recogidas de alimentos, en los meses de septiembre y noviembre, en las que se implicaron junta de gobierno, secciones, camareras, promitentes y cofrades en general y promovidas por la vocalía de Caridad, bajo la dirección de doña Maribel Pérez, dieron estupendos resultados que contribuyeron a aliviar las necesidades más perentorias de los menos favorecidos. En esta línea, renovamos nuestra colaboración con el colectivo Jaén solidario, para ayudar con alimentos a familias necesitadas cuya situación se ve agravada por las carencias que sufren niños y ancianos de esos hogares; por su parte, la vocalía de Juventud, que coordina don Tomás Arias, entregó al Comedor de San Roque los doscientos trece litros de leche recogidos por los niños de nuestra cofradía que participaron en las procesiones de las Cruz de Mayo; Manos Unidas recibió un donativo de la hermandad con destino a las necesidades existentes en Mauritania, y nuestra querida asociación Pídeme la Luna fue la beneficiaria de cuatrocientos veinte euros equivalentes al peso de los productos alimentarios recogidos por la cofradía durante el partido que, el 18 de noviembre, disputó el Jaén Fútbol Sala en el pabellón de la Salobreja. La presencia de nuestro hermano mayor en Haití llevó la caridad de nuestra cofradía hasta aquellas necesitadas tierras. Igualmente, hace escasos días, el padre Julio Millán y su colaboradora en Mensajeros por la Paz Sonia Balarezo recogieron la aportación de esta antigua, insigne y real cofradía que servirá para sufragar los desayunos de unos doscientos escolares en territorio haitiano.

 

 

Hablando de donaciones, y fuera ya del ámbito caritativo, por lo simpático de su naturaleza debe quedar constancia en estas páginas de la realizada por don Rafael Hernández, ceramista e industrial del Mercado de Abastos de San Francisco, que allá por el mes de abril regaló un nutrido lote de jarras de aguador, rotuladas según el tramo para el que fueron concebidas, con el deseo de que alivien la sed de los promitentes durante la procesión, un destino difícilmente asumible, por motivos prácticos, pero que no menoscaba la gratitud que merece su generoso y entrañable gesto. En septiembre registramos la donación de cuatro marchas procesionales dedicadas a Nuestro Padre Jesús, así como una propuesta de letra para la que, en 1935, compusiera don Emilio Cebrián. El profesor de Música y componente de la Banda Municipal don Manuel Mata Padilla fue el generoso donante de las citadas partituras. Además, el patrimonio de la cofradía se incrementó con un sello de correos basado en la evocadora placa que, en 1943, obtuvo el ilustre fotógrafo jiennense don Jaime Roselló. A doña Pilar Quesada Monereo debemos tan valiosa aportación. Cerramos estas felices líneas recordando la donación de un pañuelo y uns manguitos de encaje bordado para María Santísima de los Dolores, gracias a la generosidad de doña Emilia Martínez Jiménez.

 

 

Por último, y dada la importancia de su desarrollo, es de justicia detallar la actividad formativa puesta en marcha durante el pasado curso cofrade, con interesantísimas conferencias, impulsadas desde la vocalía de Formación, bajo la batuta de su titular, nuestra hermana doña Mercedes Palacios. Nuestro capellán ocupó el atril en el inmueble de Vocalías en febrero, con dos charlas de preparación para el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo; con su habitual elocuencia y su apasionado y poético verbo, don Antonio Aranda dispuso nuestro ánimo para vivir en plenitud los días de la Semana Santa; en marzo, los acólitos de nuestra hermandad recibieron conocimientos teórico prácticos a cargo de don Kiko Jiménez Serrano, complementados días después, en el Camarín de Jesús, con las indicaciones del administrador de la cofradía, don Manuel Escudero Escabias. El 11 de marzo, aquellos que, en breve, adquirirían la condición de pleno derecho fueron ilustrados a través de una charla preparatoria, y cinco días después la fisioterapeuta y promitente doña María Dolores Martínez Roldán expuso, en la conferencia “El trabajo del promitente”, valiosísimos puntos de alto valor para quienes cumplen promesa poniendo sus hombros y su energía al servicio de su devoción. Ya en abril, el delegado diocesano de Liturgia, don Manuel Carmona García, nos enseñó a “Vivir con la Iglesia el tránsito de Jesús a la gloria en la cruz”; rozando el verano, nuestro hermano don Antonio Martínez Luque dio rienda suelta a su experiencia cristiana y compartió con nosotros “El consuelo de la fe”. Tras el paréntesis estival, la actividad formativa fue retomada a través de una charla sobre “La violencia de género, una realidad por y para conocer”, que tuvo a la abogada Maribel Montoro; al agente de la Policía Local perteneciente al grupo Alba de violencia de género del Excelentísimo Ayuntamiento de Jaén don Juan Francisco Lendínez y a nuestra vocal de Formación, doña Mercedes Palacios, como solventes protagonistas.

 

 

Al cerrar esta memoria, que como es habitual se incluirá para su difusión en la página web, invitamos a nuestros hermanos a que cada uno, desde sus posibilidades, se haga partícipe y actor, pues solo con la ayuda y la aportación de todos podremos enriquecer este querido y entrañable proyecto nazareno que pese a los avatares de los hombres y los tiempos, supera ya los cuatro siglos de vigencia.

 

 

El pasado 25 de enero de 2013 tuvo lugar la presentación oficial del programa de actos conmemorativos del 425 aniversario  del Convento de San José  de PP. Carmelitas Descalzos y su imagen y cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazaren a cargo del Hno Mayor Francisco Gutierrez. Terminada su presentación tuvo lugar el concierto de música a cargo de la Banda Municipal de Música de Jaén, reproducimos a continuación los comentarios sobre las piezas que fueron interpretadas, y si lo deseas puedes escuchar el audio de las distintas piezas.

 

 

1.- EVOCACIÓN: “CUCHARILLAS…CUCHARONES”.  “EL SITIO DE ZARAGOZA”.

La memoria auditiva de la procesión de la madrugada en Jaén está históricamente ligada a los ecos que su frente de procesión hacía resonar en las encrucijadas.

Cuando la procesión hacía un alto, los bocineros que escoltaban el pendón de la Cofradía embocaban sus largas bocinas y de ellas hacían brotar un penoso lamento para anunciar al vecindario el inminente paso de la procesión. Era una melodía repetitiva, doliente, a la que los chiquillos pusieron una letra absurda que se hizo legendaria: “Cucharillas…, cucharones…., para los niños cagones…”. La recordada musicóloga doña Dolores Torres y Rodríguez de Gálvez tuvo el acierto de perpetuarla en el papel pautado en su “Cancionero de Jaén” y gracias a ella la melodía se ha salvado del olvido.

Luego, cuando los bocineros abajaban sus bocinas, eran los clarines de los Soldados Romanos de Caballería, los que aprestaban sus trompetas y no si algún desafino interpretaban la obertura con que el compositor Cristóbal Oudrid Segura inició su fantasía militar “El Sitio de Zaragoza”, compuesto en 1848.

Los “Romanos” tocaban “de oído” refrescando muchos de ellos lo que aprendieron durante el servicio militar a su paso por alguna de las bandas montadas del Arma de Caballería. Pero ponían toda el alma en los sones del “Sitio de Zaragoza” porque era Viernes Santo ya había que quedar bien.

Hoy ya todo esto es añoranza y evocación. Pero seguramente son muchos los hijos de Jaén a los que el lamento nazareno de “Cucharillas…, cucharones” con el contrapunto de los clarines romanos, les hace brotar una lágrima.

 

2. VERSIÓN CORAL DE LA “MARCHA DE N. P. JESÚS”.

La marcha que el maestro don Emilio Cebrián compuso para N. P. Jesús en 1935 es sin duda uno de los signos de identidad comunitaria para las gentes de Jaén. Como son muchos los que no se resisten a tararearla, en 1994 el maestro don Pedro Jiménez Cavallé tuvo el acierto de adaptarla para versión coral, con letra del poeta Felipe Molina Verdejo. Esta versión se estrenó por el Orfeón “Santo Reino” en un concierto celebrado en la Catedral el 20 de marzo de 1994.

Desde entonces contribuye a evocar el paso de ese divino Nazareno, que como decía el poeta, “con su túnica morada y la tez color de olivo” recorre nuestras calles empedradas con olvidos, dejando en cada piedra un temblor de amor divino.

 

 

 

3. EN EL JARDÍN DE UN MONASTERIO.

La historia de la imagen y devoción a Nuestro Padre Jesús, es inseparable de dos perdidos monasterios giennenses: el Convento de San José, de los Carmelitas Descalzos, primero y el Monasterio de Nuestra Señora de la Merced y sus Padres Claretianos, después.

Solo en la paz silente de ambos monasterios fue posible que creciera y se fortaleciera nuestra devoción colectiva a Jesús Nazareno. Quizás la música de Albert William Ketelbey, a través de su composición “En el jardín de un monasterio”, escrita en 1915, nos ayude ahora a recrear aquel ambiente, tan jaenés, tan nazareno….

 

 

 

 

4. “SANTA FAZ”.

El Viernes Santo jaenés está históricamente ligado a dos momentos concretos: la procesión nazarena de la madrugada y la ostensión solemne de la reliquia del Santo Rostro.

A prima hora de la mañana, la procesión de Nuestro Padre Jesús “hacía estación” en la Catedral antes de continuar su lento e interminable itinerario en busca de la “Cárcel Vieja” y los cantones y campillejo de Santiago.

La Cofradía estaba obligada  a abandonar nuestro Templo Mayor, antes de que diesen las diez, porque a esa hora empezaban los sagrados oficios. En ellos, una vez efectuada la adoración de la Cruz, el oficiante tomaba la reliquia del Santo Rostro, subía a las galerías altas y por los balcones de las cuatro fachadas del templo lo mostraba a los fieles y bendecía a la ciudad y sus campos.

 Un buen devoto de N. P: Jesús, vecino muchos años de su antiguo camarín de la Merced, el compositor don Joaquín Reyes Cabrera (1914-2005) recordando esta vieja estampa compuso una marcha procesional titulada “Santa Faz”, que bien merece ser recordada hoy por su simbolismo.

 

 

 

5. “CORTEJO BLANCO”.

Durante siglos fue norma y uso que en Jaén la Fe y la Esperanza se concretara en un triple y divino asidero: El Santo Rostro, Nuestro Padre Jesús y la Virgen de la Capilla.

Y cuando las cosas venían mal y había que buscar ayuda en el cielo, o cuando el gozo rebosaba y había que ser agradecidos, el Cabildo Catedral y el Ayuntamiento, como expresión oficial de la colectividad ciudadana, organizaban rogativas públicas. Para ello, la imagen de Nuestro Padre Jesús bajaba en procesión a la parroquia de San Ildefonso, recogían la menuda talla de la Virgen de la Capilla y subían en devota procesión de rogativas a la Catedral donde entre ambas imágenes se colocaba la reliquia del Santo Rostro, oficiándose ante ellas la función de rogativas.

En estos 425 años de historia religiosa y cofrade que ahora conmemoramos, la Virgen de la Capilla siempre estuvo asociada a N. P. Jesús. Jaén fue a Jesús a través de María. Por eso es bueno recordar este histórico vínculo. Y para ello nada mejor que la marcha procesional “Cortejo Blanco”, que el maestro don José Sapena Matarredona compuso para la Virgen de la Capilla en 1958.

 

 

 

6. “PROMITENTES DE N. P. JESÚS”.

Desde 1939 se hizo habitual que fueran muchos los hijos de Jaén que asumieran como un honor el portar sobre sus hombros la imagen de Jesús Nazareno aprovechando la ocasión para un íntimo soliloquio con ese Jesús cercano y humano que tanto nos quiere, que tanto queremos. Nació así la figura única en la Semana Santa andaluza, del “promitente”. De aquel que porta a Jesús por promesa, por un compromiso de fidelidad.

A ellos va dedicada esta marcha, “Promitentes de N. P. Jesús”.

 

 

 

 7. “PLEGARIA A JESÚS”. La imagen de N. P. Jesús ha inspirado desde muy antiguo no pocas composiciones musicales con las que sus autores han querido perpetuar en el papel pautado sus personales vivencias con el Nazareno.

Buena prueba son estas dos composiciones, “Plegaria a Jesús”, original de don Juan Leiva.

 

 

  8.“CANTANDO A JESÚS”.

“Cantar a Jesús Nazareno”, es de la autora novel Natalia González Marín de 17 años, y cofrade desde los 6.

El “Cantar” nace de la devoción profunda a Jesús Nazareno desde su más tierna infancia, plasmada en el texto de quien  que ha visto con los ojos de una chica del S.XXI, y experimentado en primera persona la unión profunda de Jesús con el pueblo de Jaén que clama su nombre a su paso, y acompañado con  una música enraizada en nuestra cultura ancestral.

La obra “Cantar a Jesús Nazareno”  fue estrenada en el Camarín de Jesús en el pasado año 2012 durante la Solemne Novena en su versión original para piano, violonchelo y tres voces y que para esta especialísima ocasión ha sido transcrita y arreglada  para Banda y 3 voces por Victor Ruiz Castillo, alumno del Conservatorio Profesional Ramón Garay de Jaén en las especialidades de violonchelo y percusión y miembro de Xauen Lirica.

“Cantando a Jesús”, de Natalia González Marín.

 

 

 

9. “POBRE CARMEN”.

Durante muchos años la procesión de Nuestro Padre Jesús caminó ambientada por una marcha que llegaría a ser legendaria: “Pobre Carmen”. Es una marcha compuesta por el músico militar  Eduardo López Juarranz (1844-1897), ejemplo vivo de aquellas “marchas fúnebres” que en el siglo XIX se componían para acompañar las procesiones de Semana Santa. Dicen que López Juarranz la compuso roto de dolor durante el velatorio de su ahijada Carmen, muerta en la flor de la juventud y que luego la ofreció a la Hermandad de los Dolores del pueblo del Viso del Alcor.

Cada año, al paso de la procesión por la calle de Almendros Aguilar, cuando el director de la Banda Municipal  don Antonio Fernández, el popular “maestro Antonio” divisaba el balcón de su domicilio y en él a su esposa, iniciaba la interpretación de esta marcha, que aunque no lo parezca, tiene también sus connotaciones jaeneras y nazarenas.

 

 

 

10. “ESPAÑA  LLORA”.

Otra de las marchas habituales en la procesión de Nuestro Padre Jesús durante la década de los años veinte del pasado siglo, fue la composición del músico militar toledano Alejandro Contreras Contreras, “España llora”. Es una marcha peculiar, que su autor compuso como homenaje personal al trágico asesinato del Jefe del Gobierno don José Canalejas, en 1912. Y que luego, por su deje fúnebre y dolorido se convirtió en marcha de procesión.

 

 

 

 

11. “NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO”

Recién llegado a Jaén el maestro don Emilio Cebrián Ruiz acompañó al frente de la Banda Municipal a la procesión de Nuestro Padre Jesús el  Viernes Santo de 1934. El discurrir de la procesión suscitó en él tal tensión emocional, que al llegar al “Cantón de la Ropa Vieja”, solicitó se le permitiera portar el trono. Y así lo hizo hasta  llegar al “Campillejo de Santiago”.

Cuando salió bajo los faldones, iba llorando. Se abrazó al fabricano don Antonio Delgado y le aseguró que lo que había vivido y sentido lo tenía que traducir en una marcha procesional. Así nació esta hermosa composición que hoy interpretan todas las bandas de España en los mas distintos y distantes pueblos, villas y ciudades.

 Se estrenó en la plaza de Santa María el 24 de marzo de 1935. Como por una absurda disposición legal no podía inscribirse con una advocación específicamente religiosa, en principio se registró como “El Abuelo. Marcha fúnebre”. Luego, cuando las cosas cambiaron, Cebrián la titularía “Nuestro Padre Jesús Nazareno. Marcha de procesión”. Mas con un título u otro, para nosotros siempre será la evocación musical de aquel que fue, es y será el auténtico Señor de Jaén. 

 

 

 

 

 
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Homilía  M.I. Sr. D. Ramón del Hoyo López , obispo de Jaén.

425º Aniversario de la Fundación de la Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y Stma. Virgen de los Dolores

Jaén, Santuario Ntro. Padre Jesús Nazareno

20 de enero de 2013

1. Abrimos con esta celebración litúrgica los actos que se celebrarán a lo largo de este año con motivo del 425º aniversario de la aprobación de la Antigua, Ilustre y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, de la Ciudad de Jaén.

Aunque no es segura la fecha exacta de su fundación se ha elegido como la más probable la del 5 de junio de 1588, en que se abrió el antiguo Convento de San José de los PP. Carmelitas Descalzos en este mismo lugar.

Bien pudo hacerse coincidir esta apertura con el inicio de la Cofradía, dada la arraigada devoción de la orden carmelitana a Nuestro Padre Jesús Nazareno. Se sabe que los religiosos Carmelitas, junto con los labradores del arrabal de la Puerta de Granada recaudaron limosnas para conseguir una imagen de Jesús Nazareno. La colocaron en esta misma Iglesia y bien pronto fue en aumento la devoción de los fieles, dando lugar al incremento de esta Cofradía que nos ha llegado hasta el día de hoy.

Aunque no es el momento, bien podríamos decir que la Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno ha ido emigrando de Iglesia en Iglesia a lo largo de estos siglos, por la Ciudad de Jaén. Daría la impresión que desde esta Iglesia, pasando por las Parroquias del Sagrario y del Merced, Iglesia de las Bernardas y desde la  Santa Iglesia Catedral ha querido bendecir en todo tiempo a los devotos de su querida Ciudad.

Por fin el 30 de octubre del año 2009 la cofradía completaba su proyecto añorado desde hacía años, de devolver la imagen de Nuestro Padre Jesús, junto a la de María Santísima de los Dolores a este recinto, “a su casa” como dijeron algunos, previa cesión de esta Iglesia por parte del Excmo. Ayuntamiento de la Ciudad a la Cofradía.

Tuve el honor de declarar a esta Iglesia como Santuario de Nuestro Padre Jesús Nazareno el día 8 de noviembre de aquel año y dedicarle este recinto sagrado para su culto. Finalmente el día 27 del mismo mes se produjo el solemne traslado de las imágenes desde la S. Iglesia Catedral y ¡ojalá lo sea pro muchos años!.

Puedo reafirmar ante Uds. Y especialmente ante los hermanos cofrades y devotos lo que les dije en aquella ocasión:“que comenzaba una nueva historia a favor de la devoción de Nuestro Padre Jesús Nazareno que entre todas tendremos que custodiar, vivir y transmitir a otras generaciones, bajo la intercesión de la Santísima Virgen de los Dolores”.

2. Reflexionemos también brevemente en los contenidos de las lecturas, de la Palabra de Dios, que acabamos de proclamar:

En la primera, del profeta Isaías (Is 62, 1-5) hemos escuchado la voz de Dios hecha esperanza y consuelo. La ciudad de Jerusalén vivía en una situación de verdadera devastación por parte del poder de Babilonia. El pueblo de Israel vive el drama de exilio, pero el profeta Isaías les anuncia que tienen cerca la salvación. Va a“romper la aurora del judaísmo, dice el Profeta, y la salvación va a llamera como antorcha”Jerusalén será su ciudad“favorita”y“desposada”por eso el Salmo se hace eco de este anuncio alegre con las palabras que hemos escuchado:“Cantad las maravillas del Señor a todas las naciones”.

En la segunda lectura de San Pablo a los Corintios (Cor 12,4.11) nos habla de diversidad y de unidad. Nos dice:“En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común”. Es la clave de la convivencia. Cada uno colabora con sus dones y cualidades para el bien común. A nadie se le excluye, sino que todos aportamos y ponemos a disposición de los demás lo que somos y tenemos.

La voz del Señor es muy clara y directa: por el Profeta Isaías nos invita a la esperanza y a la fe, con mirada de futuro ante nuestras situaciones personales y como Iglesia. En todo momento, sean las circunstancias que sean, nos invita sin embargo a nos cruzarnos de brazos o a cerrarnos en nuestro caparazón del egoísmo, sino a compartir, acoger, a vivir la caridad cristiana poniendo a disposición de otros nuestros dones y cualidades.

Finalmente en el pasaje de las Bodas de Caná de Galilea del evangelista San Juan (Jn 2, 1-11), se nos propone: el primer milagro o signo de Jesús, en que manifestó su gloria, (que El era el Mesías, Hijo de Dios) y creció, al verlo, la fe de sus discípulos.

Podemos destacar también que María Santísima fue coprotagonista en aquel episodio de Caná de Galilea.“Haced lo que Él os diga”dijo a los sirvientes. La hora de Jesús no había llegado todavía, pero la intervención de la madre anticipa la alegría y la gloria de la acción redentora de Jesucristo. Así es el oficio de María y continúa siéndolo. Fue ella quien se dio cuenta que no les queda vino. También ahora como Madre intercede por nosotros cuando nos faltan tantas cosas necesarias para ser verdaderos cristianos.

3. Muy queridos hermanos Cofrades y fieles devotos de Ntro. Padre Jesús Nazareno y de su Santísima Madre la Virgen de los Dolores.

Este Aniversario, con las celebraciones que hoy comenzamos deberá suponer, y estoy seguro de que así será, una ocasión providencial para vivir este Año de la Fe y no perder, en ningún momento esta perspectiva.

Me van a permitir que les anime ya desde este momento a profundizar en algunos aspectos de especial interés para sus vidas de creyentes cristianos, asociados en torno a estas imágenes tan queridas y veneradas ya por sus antepasados y familiares.

En primer lugar el Santo Padre, Benedicto XVI, cuando anunció este Año de la Fe, mediante la Carta apostólica Porta Fidei, destacó en sus tres últimos apartados lo que significa el gozo de creer. Para que consigamos descubrir este gozo nos proporciona las siguientes pautas:

- El Año de la Fe ha de fortalecer nuestra relación con el Señor... porque solo en Él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero. Ha de ser un año para volver a“recorrer la historia de nuestra fe, una historia que contempla el misterio insondable del entrecruzarse de la santidad y el pecado”(n.13). Un año para tener“la mirada fija en Jesús que inició y completó nuestra fe (Heb 12, 2): en él encuentran su cumplimiento, nos dice el Papa, todo afán y todo anhelo del corazón”(Ibídem).

(También debemos contemplar la vida de fe de María, la de los apóstoles y la vida de fe de muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia. De una manera especial podríamos contemplar la fe por la que “los mártires entregaron su vida como testimonio de la verdad del Evangelio”. A las puertas de la ceremonia de beatificación de nuestro querido Señor Obispo Mons. Manuel Basulto y otros seis mártires diocesanos el próximo día 27 de octubre de este año en la Ciudad de Tarragona, nos podrán ayudar sin duda también a fortalecer nuestra fe y a transmitirla con vigor y sin complejos).

- En la misma Carta del Santo Padre que he citado nos habla asimismo de que el cristiano ha de ser signo vivo de la presencia de Cristo en el mundo. La fe, nos dice, debe ser en nosotros como la“compañera de vida que nos permite distinguir con ojos siempre nuevos las maravillas que Dios hace pro nosotros. Esto nos compromete a convertirnos, dice el Papa, en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el mundo. Pues lo que el mundo necesitaba hoy, de manera especial, es el testimonio creíble de los que, iluminados en la mente y en el corazón por la Palabra del Señor, son capaces de abrir el corazón y la mente de muchos al deseo de Dios y de la vida verdadera, esa que no tiene fin”(n.15).

- Finalmente el Año de la Fe puede servir también para intensificar el testimonio de la caridad. El Papa nos recuerda para ello las palabras claras y exigentes, fuertes, del Apóstol Santiago:“¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe?...”(St 2, 14-18).

Los vínculos entre la fe y la caridad son muy claros: la fe sin la caridad no da fruto y la caridad sin la fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente.

Sé que no olvidarán tampoco los hermanos Cofrades con su Capellán al frente, el cincuenta aniversario de la celebración del Concilio Vaticano II, y el veinte aniversario, asimismo, de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica.

Feliz aniversario. Que las gracias de Nuestro Padre Jesús Nazareno, por la intercesión de María Santísima de los Dolores, sean preludio de la alegría y la esperanza a la que nos conduce la fe. Que así sea.

El P. Antonio Ángel Sánchez Cabezas es natural de Córdoba y acaba de cumplir 42 años el pasado día 20. El próximo 20 volverá a estar de fiesta, porque hará 17 años de sacerdote. Ingresó carmelita descalzo a los 18 e hizo el año de noviciado en la única casa de su Orden en nuestra diócesis: Úbeda, donde murió su fundador, S. Juan de la Cruz. De allí marchó a Granada para realizar el bachillerato en Teología en la Facultad de Cartuja. Tras los cinco cursos de esos estudios, hizo la licenciatura en Espiritualidad entre el Centro Internacional Teresiano-Sanjuanista de Ávila (CITeS) y la Universidad de Comillas (Madrid). Después de esto y con dos años de sacerdocio ya, regresó destinado a la comunidad de Úbeda-Baeza en septiembre de 2001, donde entre otras cosas le tocó hacer del antiguo noviciado la actual Casa de Espiritualidad, que dirigió durante sus primeros años de andadura, hasta abril de 2005. Entonces marchó destinado a Granada como prior y formador, y allí estuvo 9 años; hasta que, ya hace casi dos, ha sido nuevamente destinado a nuestra tierra. Podría decirse que su misión principal en todo este tiempo, a pesar o en medio de las distintas encomiendas y tareas, ha sido la de divulgador de espiritualidad carmelitana a través de la predicación, el acompañamiento espiritual, cursos periódicos –especialmente de S. Teresa, S. Juan de la Cruz y S. Teresita–, tandas de ejercicios y algún artículo. De ahí que en octubre de 2009 fuese incorporado a la Comisión Internacional para la preparación del V Centenario del Nacimiento de S. Teresa, que tan intensamente vivimos en nuestra diócesis durante el curso pasado. En concreto se ocupó dentro de esa comisión de la elaboración de materiales que ayudasen a la lectura personal y comunitaria de las obras de la santa.

 

PRIMER DIA NOVENA

“Quisiera yo siempre traer delante de los ojos su retrato e imagen”

(S. Teresa: Vida 22,4)

Las lecturas de la Palabra de Dios de la Misa de este viernes III de Cuaresma son un estupendo pórtico para nuestra Novena.

1) El conocido Evangelio del mandamiento principal (amar a Dios con todo el corazón y todo el ser… y al prójimo como a uno mismo) nos pone desde el principio ante la verdad central de nuestra fe: el amor, la relación afectiva y efectiva con Alguien. Lo nuestro no son los ritos, ni los valores, ni las tradiciones entrañables… Todo esto solo vale si nos ayuda a esa relación. De hecho, no nos llamamos miseros ni eclesiásticos, a pesar de lo grandes e importantes que son la Misa y la Iglesia; nos llamamos cristianos porque lo que nos identifica y nos da el ser es la unión con Cristo Jesús, el Nazareno. Todo lo anterior está en función de esto. Por supuesto, de la otra parte de este mandamiento (el amor al prójimo) vamos a hablar también bastante en esta Novena del Año de la Misericordia.

            A propósito de misericordia, basta mirar la imagen de nuestro titular o recordar el Evangelio del Domingo pasado (ese viñador que nos da prórroga y nos cuida y trabaja para que demos frutos de vida) o el del próximo (¡el Padre del hijo pródigo!) para caer en la cuenta de que es Él quien nos ama primero. Solo seducidos, empapados de ese amor… podremos nosotros intentar vivir el mandamiento primero del que habla hoy el Evangelio.

2) Para eso, como ya se intuye en lo anterior, y el salmo responsorial ha explicitado de manera muy interpelante (“Yo soy el Señor Dios tuyo: escucha mi voz”) necesitamos aprender a escucharlo. Ni siquiera nuestra preciosa imagen del Nazareno hace verdadero el refrán de que una de ellas vale más que mil palabras. Durante no poco tiempo y no pocos cristianos de buena voluntad, han visto en esta imagen una especie de negación de la vida, de invitación al rigorismo, a sacrificios desconectados de la vida… Si la entrega final del Nazareno, tal y como lo contemplamos en nuestro titular, nos recuerda la Pasión del Señor por nosotros, no debemos olvidar que esa pasión, esa entrega y cercanía, su encarnación, tuvo lugar desde el primer momento de su vida, creciendo, haciendo proceso, trabajando, divirtiéndose… De hecho habrá quien lo llame comilón y borracho por ser tan natural, tan cercano. Necesitamos aprender a escuchar cómo nos enseña a orar, a amar al prójimo, a entregarnos a su causa… Sólo empapados de esta palabra sencilla y clara que es el Evangelio podremos aprovechar bien las miradas que dirigimos al Nazareno, para aprender cómo nos quiere y cómo quiere que le amemos y nos amemos.

3) La primera lectura parece ser una provocación a nuestro deseo de venerar y honrar la imagen del Nazareno y dejarnos ayudar por ella, pues dicha lectura se centra en la prohibición del Antiguo Testamento de hacer imágenes de Dios o lo divino.

            No ignoramos los peligros que ello encierra. El mismo S. Juan de la Cruz, a quien debemos la devoción al Nazareno en nuestra Orden y en cierto sentido por tanto la fundación de esta Cofradía como una de las más antiguas (si no la más), escribió en su obra “Subida del Monte Carmelo” contra los que “ponen su gozo más en la pintura y ornato de las imágenes que en lo que representan” (III 35,2) y también contra aquellos a los que el culto a estas “se les queda en poco más que en ornato de muñecas, no sirviéndose algunos de las imágenes más que de uno ídolos en que tienen puesto su gozo” (ib. 4). En fin, concluye algo más adelante, “mucho habría que decir de la rudeza que muchas personas tienen acerca de las imágenes; porque llega la bobería a tanto, que algunas ponen más confianza en unas imágenes que en otras, entendiendo que las oirá Dios más por ésta que por aquélla, representando ambas una misma cosa, como dos de Cristo o dos de nuestra Señora. Y esto porque tienen más afición a la una hechura que a la otra, en lo cual va envuelta gran rudeza acerca del trato con Dios y culto y honra que se le debe, el cual sólo mira la fe y pureza de corazón del que ora. Porque el hacer Dios a veces más mercedes por medio de una imagen que de otra de aquel mismo género, no es porque haya más en una que en otra para este efecto, aunque en la hechura tenga mucha diferencia, sino porque las personas despiertan más su devoción por medio de una que de otra; que si la misma devoción tuviesen por la una que por la otra, y aun sin la una y sin la otra, las mismas mercedes recibirían de Dios” (III 36,1).

Pero una cosa es reconocer los errores y otra bien distinta no valorar su sentido. Y por eso el mismo santo escribía, que las imágenes son “tan importantes para el culto divino y tan necesarias para mover la voluntad a devoción, como la aprobación que tiene de ellas nuestra madre la Iglesia muestra, por lo cual siempre conviene nos aprovechemos de ellas para despertar nuestra tibieza” (III 35,2), “para mover la voluntad y despertar la devoción” (ib. 3). En definitiva, como hacemos con las fotografías de nuestros seres queridos: verlas nos permite hacer presente, a pesar del ajetreo del día o la distancia, lo que nos quieren, lo que los queremos, avivar los vínculos que nos unen, las ganas de reencontrarnos… Sabemos que la fotografía no es la persona que representa, pero la cuidamos con mimo, la guardamos o colocamos en un lugar privilegiado… porque nos hace muy, muy presente a quien queremos. Mucho más si se trata de una imagen de tanta calidad y antigüedad como nuestro Nazareno y de tanta veneración, que tantas oraciones de los nuestros ha recogido…

            Por eso S. Teresa recomendaba allá por el siglo XVI y sigue haciéndolo hoy: “Lo que podéis hacer para ayuda de la oración, procurad traer una imagen o retrato del Señor que sea a vuestro gusto; no para traerle en el seno y nunca le mirar, sino para hablar muchas veces con Él, que Él os dará qué le decir. Como habláis con otras personas..." (Camino de Perfección 26,9).“Quisiera yo siempre traer delante de los ojos su retrato e imagen, ya que no podía traerle tan esculpido en mi alma como yo quisiera” (Vida 22,4). “Tenía tan poca habilidad para con el entendimiento representar cosas, que si no era lo que veía, no me aprovechaba nada de mi imaginación, como hacen otras personas que pueden hacer representaciones adonde se recogen. Yo sólo podía pensar en Cristo como hombre. Mas es así que jamás le pude representar en mí, por más que leía su hermosura y veía imágenes, sino como quien está ciego o a oscuras, que aunque habla con una persona y ve que está con ella porque sabe cierto que está allí (digo que entiende y cree que está allí, mas no la ve), de esta manera me acaecía a mí cuando pensaba en nuestro Señor. Por esta causa era tan amiga de imágenes” (Vida 9,6).

TERCER DIA NOVENA

“Tendré para con Dios, corazón de hijo; para conmigo mismo, corazón de juez;
y para con el prójimo, corazón de madre”
(S. Antonio Mª Claret)
El título popular del texto evangélico de hoy (parábola del hijo pródigo) reduce mucho su riqueza; el mejor título sería: parábola del Padre misericordioso y de sus dos hijos; cada uno de ellos tres tiene mucho que enseñarnos. Seguro que vuestro capellán, D. Antonio, que celebró ayer ante mi imposibilidad de asistir, insistió de manera hermosa y suficiente en la figura principal: ese Padre misericordioso, de entrañas (¡maternales!, que dijo en su día original y valientemente Juan Pablo I) que se conmueven ante el hijo que vuelve… No es que hoy no vaya a tenerlo en cuenta pero, supuesto lo anterior, no insistiré demasiado en ello, para detenerme más en otras de las muchas enseñanzas que este texto nos ofrece.
Desde el domingo pasado al próximo, los textos del Evangelio nos sitúan ante la misma realidad aunque con relatos distintos. Realidad que tiene que ver con nuestra “lógica”, con nuestra imagen de Dios y con nuestra forma de situarnos ante los demás. Por ello, a lo largo de estos domingos de Cuaresma, somos llamados a una experiencia de purificación y conversión de esos tres aspectos en nosotros, gracias a la novedad y hasta provocación con que irrumpe Jesús.
La semana pasada se nos desenmascaraban la lógica y la tendencia a culpabilizar a los que sufren o, más sutilmente, la de rebelarnos contra el Dios que lo “permite” para, en un caso y otro, tener excusa para no implicarnos. Pero el Nazareno respondía tajantemente: ¡Dios no tiene nada que ver con esa primera imagen cruel! ¡Pero tampoco con esta otra “mágica”! Por ello no preguntes ante el mal dónde está Dios, sino conviértete, pregúntate dónde estás tú… De hecho Jesús no explicó nunca la razón última de tanto mal y sufrimiento como se dan en el mundo (que siempre serán un auténtico sin sentido, un escándalo para la fe), sino que abrazó nuestra condición incluso en eso y nos “reta” a la confianza: ¿te fías de mí y estás dispuesto a seguir mis huellas, a pasar haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal (Hch 10,38), a pesar del escándalo del mal y el de mi Cruz?.
El texto de hoy, como revela desde el principio, tiene una finalidad clarísima: corregir a los que piensan que lo lógico y religioso es no acoger a los pecadores. Y por ello se pone primero el ejemplo de un hijo que se comportó tan despreciablemente con su padre (su soberbia, dispendio, lujuria… pero también su conocimiento del padre y los bienes que hay a su lado, su capacidad de retornar y pedir perdón). Y en seguida y sobre todo se nos presenta también la lógica y la imagen de un Dios tan distintas a las habituales entre nosotros: perdón radical, deseo de fiesta… De hecho la semana pasada se nos había dicho más aun: no espera simplemente cada día a la puerta, sino que es el dueño de la viña que permite y desea que su viñador, su Hijo, nuestro Jesús Nazareno, nos cuide y ayude para poder dar los frutos que necesitamos.
Eso sí, tan misericordioso es Dios cuando nos ayuda y acoge de esas maneras, como cuando nos toma tan en serio, tan como adultos, que nos pide frutos y no hacer de la gracia una excusa para la inmadurez o la irresponsabilidad, mucho más si estas dañan directamente a otros o no los ayudan en su necesidad.
Esta es la tragedia del hijo mayor de la parábola de hoy. Nunca se ha marchado de casa, pero su corazón ha estado siempre lejos. Sabe cumplir mandamientos pero no sabe amar. No entiende el amor de su padre a aquel hijo perdido. Él no acoge ni perdona, no quiere saber nada de su hermano. Jesús termina su parábola sin satisfacer nuestra curiosidad: ¿entró en la fiesta o se quedó fuera?
El «hijo mayor» es una interpelación para quienes creemos vivir junto a Dios. ¿Qué estamos haciendo quienes no hemos abandonado la Iglesia? ¿Asegurar nuestra supervivencia religiosa observando lo mejor posible lo prescrito, o ser testigos del amor grande de Dios a todos sus hijos e hijas? ¿Estamos construyendo comunidades abiertas que saben comprender, acoger y acompañar a quienes buscan a Dios entre dudas e interrogantes? ¿Levantamos barreras o tendemos puentes? ¿Les ofrecemos amistad o los miramos con recelo o desprecio?.

DIA CUARTO DE NOVENA

“Obras quiere el Señor”

(S. Teresa: Moradas V 3,11)

La lectura del Evangelio de la Misa de hoy (lunes de la IV semana de Cuaresma) nos ha narrado la curación del hijo de un funcionario real. Uno de esos milagros que tantas veces venimos a pedir con fe ante esta imagen del Señor o desde lo más profundo de nuestro corazón en cualquier rincón de nuestra jornada o nuestras soledades. Oraciones por tantos seres queridos y hasta desconocidos, pero muy necesitados. Milagros que rogamos al Señor desde el dolor y la esperanza… En ocasiones, como en este relato evangélico, se nos concede esa gracia extraordinaria. Pero lo ordinario es que la enfermedad, tantas veces, sigue su curso implacable, y la vida, con no triste frecuencia, se trunca prematuramente, ¡incluso en tantos niños! Lo ordinario es que el Señor nos emplace a creer sin ver signos, como recordamos ayer: ¿te fías de mí y estás dispuesto a seguir mis huellas, a pasar haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal (Hch 10,38), a pesar del escándalo del mal y el de mi Cruz, del sufrimiento y el aparente sinsetido?

      Así que, como en esto insistimos más ayer, hoy quiero detenerme en una o algunas obras de misericordia, que el relato me inspira. Aunque de nuevo antes, volver a recordar algo dicho ayer: tan misericordioso es Dios cuando nos acoge y perdona como el Padre del hijo pródigo, como cuando nos toma tan en serio, tan como adultos, que nos pide frutos y no hacer de la gracia una excusa para la inmadurez o la irresponsabilidad, mucho más si estas dañan directamente a otros o no los ayudan en su necesidad.

          Pensando pues, por un lado, en tanto niño o persona que no se salva milagrosamente, y por otro, en los frutos que el Señor nos pide, la obra de misericordia que he entrevisto en este relato es la de enterrar a los muertos: la séptima de las clásicas obras corporales de misericordia. En los tiempos del Señor y hasta el siglo XVI, cuando nace esta Cofradía (y por desgracia durante bastantes siglos más), se trataba de algo necesario, porque encontrar un cadáver desamparado en cualquier cuneta no era extraño. Por tanto la atención a la dignidad sagrada de cada persona (y a la salud pública, en segundo lugar) movía a gente compasiva a remediar ese horror; no pocas cofradías nacieron entre nosotros con esa obra de caridad como principal fin, junto al culto de sus titulares por supuesto.

          Desde mitad o poco antes del siglo pasado, en lo que hemos llamados estados de bienestar, han sido las instituciones públicas las que han acabado asumiendo esa y otras antiguas obras de misericordia, por considerar que son de justicia y no algo que deba depender solo de la caridad cristiana o de otras personas de buena voluntad. Así nacieron la educación y la sanidad pública, la asistencia a personas explotadas sexual o laboralmente… Es un gozo para toda la Iglesia comprobar que su práctica de la misericordia ha ayudado a reconocer muchos derechos fundamentales de la persona.

          Pero la necesidad de la misericordia no caduca. Y si ya no hace falta que nos dediquemos a enterrar muertos recogidos de nuestras calles, sí que hace falta que estemos solícitos para acompañar a los moribundos y sus familias desde la cercanía y la fe (consolar al triste, que reza la quinta de las obras espirituales de misericordia). Por supuesto también cuadran aquí bien las clásicas obras corporales de visitar a enfermos o presos; u otras menos clásicas, porque no aparecen en esa famosa lista, aunque ya se encuentran subrayadas desde el Antiguo Testamento como visitar o acoger al inmigrante…

          La importancia de estas prácticas no es solo por coherencia con la compasión y la entrega que contemplamos en la imagen de nuestro titular, sino porque la misericordia experimentada en la intimidad con el Señor, si no se hace obras, acaba en estéril y engañoso sentimentalismo; mientras que al encarnarse en nuestras acciones, aunque sea torpemente, no solo beneficia a la persona atendida, sino que hace que la experiencia de la misericordia crezca en nosotros, con esa lógica tan especial del Nazareno, en la que el que pretende guardar para sí su vida y sus fuerzas las pierde, mientras quien las entrega, las salva.

          A veces algunos nos quejamos de aburrimiento, aunque muchos también de lo contrario, de no tener respiro; pues a unos y a otros, pero sobre todo a los primeros, nuestro Jesús nos llama a acercarnos a ese familiar o vecino que necesita quizá solo un gesto de interés o escucha, una visita o llamada… por supuesto lo primero siempre el próximo, el prójimo. Pero también, sea a través de la Iglesia u otras instituciones, algunos seréis o seremos llamados a acercarnos a otros, menos conocidos, y no solo desde la espontaneidad, sino dispuestos a prepararnos para saber consolar al moribundo o al enfermo o al preso… con la ofrenda de algo de nuestro tiempo y compañía.

Que no, hermanas, no –escribía S. Teresa a sus monjas de clausura en el siglo XVI– que la verdadera unión con Su Voluntad no es la mucha concentración o gusto en la oración, sino que obras quiere el Señor. Y si ves una enferma a quien puedes dar algún alivio, no se te dé nada de perder esa devoción y te compadezcas de ella y le dediques ese tiempo (cf. Moradas V 3,11).

Que Jesús Nazareno nos ayude a seguir bebiendo y viviendo de su misericordia.

DIA QUINTO DE NOVENA

Tan misericordioso es el Señor cuando nos acoge, como cuando nos exige.

Ayer nos centramos en algunas obras corporales de misericordia (visitar a enfermos, presos, emigrantes, moribundos y quienes viven un duelo) que están conectadas con la quinta de las espirituales según la tradición: consolar al triste. Por supuesto ahondaremos en otras, como la caridad cotidiana (D. m. mañana) o la social y política incluso (el viernes). Pero hoy, la frase final del evangelio que acabamos de escuchar (“no peques más, no sea que te ocurra algo peor”), invita a ahondar en eso que ya nos ha aparecido varias veces a lo largo de estos días: tan misericordioso es el Señor cuando nos acoge, como cuando nos exige. Así, las tres primeras clásicas obras espirituales de misericordia son enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita y corregir al que está en el error: ¿no va a dejar Él de ejercitarlo con nosotros mismos, verdad?

          De hecho aunque, por ejemplo, el Papa antes y durante este Año de la Misericordia ha lamentado insistentemente las faltas de acogida y delicadeza, las indiscreciones y el rigorismo de no pocos confesores (cosas que por desgracia siguen dándose en algunos sitios y espiritualidades entre nosotros), yo personalmente nunca me he encontrado como penitente con ese problema. Quizá el de buena parte de mi generación, y desde entonces hasta aquí, es el contrario, al menos en otros lugares y espiritualidades del mundo: confesores demasiado indulgentes y complacientes, que no saben ayudar a ahondar en el propio pecado, momento y proceso. Como se repite con cierta frecuencia: contamos con gente capaz de transmitir doctrinas, pero necesitamos maestros (de vida).

          Todo esto evidentemente apunta a la importancia de la confesión y, en un sentido más amplio, a la del acompañamiento o dirección espiritual; ministerio este que nunca y menos hoy es exclusivo de sacerdotes y realizan otros fieles (laicos y religiosas, por ejemplo) con admirable dedicación y fecundidad. Pero con el subrayado de la importancia de confesión y acompañamiento, ¿no contradecimos el estilo del Padre del hijo pródigo, que interrumpió la confesión de este y lo introdujo directamente en la casa y la fiesta?

          Siempre que se eviten las faltas de acogida y delicadeza, las indiscreciones y el rigorismo, que hemos dicho hace un momento, parece que no se contradice al Padre del hijo pródigo, que ahorró a este un discurso innecesario, pero dialogó con el hijo mayor (representante de la gente religiosa y de orden, los que nunca nos fuimos de su casa) para que reconociese su error y su pecado. El mismo Papa –que tanto defiende lógicamente la importancia de esa acogida compasiva, entrañable, etc– ha dicho recientemente en respuesta a la pregunta ¿no bastaría, en el fondo, con arrepentirse y pedir perdón solos, enfrentarse solos con Dios?

Fue Jesús quien les dijo a sus apóstoles: «Aquellos a quienes perdonéis los pecados, serán perdonados; aquellos a quienes no se los perdonéis, no serán perdonados» (Evangelio de san Juan 20, 19-23). Así pues, los apóstoles y sus sucesores —los obispos y los sacerdotes que son sus colaboradores— se convierten en instrumentos de la misericordia de Dios. Actúanin persona Christi. Esto es muy hermoso. Tiene un profundo significado, pues somos seres sociales. Si tú no eres capaz de hablar de tus errores con tu hermano, ten por seguro que no serás capaz de hablar tampoco con Dios y que acabarás confesándote con el espejo, frente a ti mismo. Somos seres sociales y el perdón tiene también un aspecto social, pues también la humanidad, mis hermanos y hermanas, la sociedad, son heridos por mi pecado. Confesarse con un sacerdote es un modo de poner mi vida en las manos y en el corazón de otro, que en ese momento actúa en nombre y por cuenta de Jesús. Es una manera de ser concretos y auténticos: estar frente a la realidad mirando a otra persona y no a uno mismo reflejado en un espejo (El nombre de Dios es misericordia, Planeta Testimonio, Barcelona 2016, pp. 41-42).

El de la confesión además es el sacramento más personalizado: en los demás la Palabra y las palabras del que preside son para una asamblea en general; en la confesión se me acoge personalmente en la situación que llego, escuchándome primero…

          ¿Todo esto, unido al hecho de que estamos en Cuaresma, significa que todos corriendo a confesarse? ¡No!

¿Qué piensa de quien confiesa siempre los mismos pecados? Si se refiere a la repetición casi automática de un formulario, diría que el penitente no está bien preparado, no ha sido bien catequizado, no sabe hacer examen de conciencia y no conoce muchos de los pecados que se cometen y de los que no es consciente… Si hay una repetitividad que se convierte en costumbre, es como si no se llegara a creer en el conocimiento de uno mismo y del Señor; es como no admitir haber pecado, tener heridas por curar (El nombre de Dios… pg. 71).

Por tanto no se trata de correr y confesarse porque toca, rutinariamente. Aunque –continúa el Papa en esas mismas páginas– hay que saber distinguir esto de las recaídas:

Otra cosa es quien recae en el mismo pecado y sufre por ello, aquel a quien le cuesta volver a levantarse. Hay muchas personas humildes que confiesan sus recaídas. Lo importante, en la vida de cada hombre y de cada mujer, no es no volver a caer jamás por el camino. Lo importante es levantarse siempre, no quedarse en el suelo lamiéndose las heridas. El Señor de la misericordia me perdona siempre, de manera que me ofrece la posibilidad de volver a empezar siempre. Me ama por lo que soy, quiere levantarme, me tiende su mano. Ésta también es una tarea de la Iglesia: hacer saber a las personas que no hay situaciones de las que no se puede salir, que mientras estemos vivos es siempre posible volver a empezar, siempre y cuando permitamos a Jesús abrazarnos y perdonarnos.

Así pues si no se trata de correr a confesarse sin más, ¿qué hacer? Lo primero:

¡Les aconsejaría que pidieran esta gracia! Sí, porque reconocernos pecadores es una gracia. Es una gracia que te viene dada. Sin la gracia, a lo máximo que se puede llegar es a decir: soy limitado, tengo mis límites, éstos son mis errores. Pero reconocernos pecadores es otra cosa (El nombre de Dios… pg. 50).

Lo segundo, lo contrario de la confesión rutinaria brevemente descrita antes por el Papa: prepararse bien, no solo con buena formación y examen, sino incluso y especialmente con la ayuda del acompañamiento espiritual, para conocerse uno mejor, el propio pecado y hasta las heridas, que sin ser pecado, nos condicionan… Él mismo lo ha recomendado encarecidamente en su encíclica programática Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio) en unos párrafos que no os leo por no cansaros, pero que merecen que les dediquéis un rato cuando podáis (44 y 169-173).

          En definitiva por tanto aquella paradoja que recoge certeramente la popular frase, creo que de S. Ignacio de Loyola: hay que orar como si todo dependiera de Dios, y trabajar como si todo dependiese de nosotros.

DIA SEXTO DE NOVENA

“El amor no consiste en simples sentimientos, sino en obras”

(S. Teresa de Lisieux: Ms C 13v)

El texto del Evangelio recién proclamado (miércoles de la IV semana de Cuaresma) apunta muy bien al centro de nuestra fe, de nuestro credo: Dios se ha revelado, por la vida entregada de Jesús Nazareno, su Hijo, como misterio de Comunión, Relación, Donación, Familia… ¡Trinidad! No como soledad, un gran yo… Y esto que escandaliza a los otros grandes monoteísmos (judaísmo e islam) y a nuestra misma racionalidad (¿tres en uno; máxima unidad y personalidad…?), repito, no es fruto de grandes y abstractas especulaciones de salón, sino de la contemplación y el seguimiento de aquel Nazareno en quien se contiene la plenitud de la divinidad (Col 2,9) y que nos prometió que su Espíritu nos llevaría a la verdad plena (Jn 16,13). La misma Iglesia recibió agradecida y sorprendida desde sus primeros siglos de vida esta revelación, que casi sin darnos cuenta confesamos a cada rato con el gesto más sencillo del cristianismo: signarnos con la señal de la cruz en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

          Hemos repetido mucho desde el comienzo de la Novena, la ayuda que son las imágenes –en concreto esta preciosa y tan venerada de Jesús Nazareno– para empaparnos de la experiencia de ese Dios que es relación, comunión… cuyo amor crece al comunicarse; a diferencia de nuestros chatos amores que temen agotarse al darse. Y así se presenta en la Sagrada Escritura como constante deseo de salida, de entrega… como destaca el hecho de que nunca habla de sí, sino que nos revela su ser más íntimo por lo que hace: desde la primera página de la Biblia crear a otros a su imagen y semejanza (es decir, capaces de amar y trabajar creativamente, continuar su obra creadora) para poder entrar en comunión con ellos, con nosotros; hasta la plenitud de su revelación: este Nazareno que se entrega hasta la muerte por nosotros.

          Al convocar el Papa este Año de la Misericordia evidentemente quiere que ahondemos en esa experiencia. La bula, el breve documento, con el que da las principales pistas o pautas para este año jubilar, es prácticamente un folleto, que por su brevedad, interés y accesibilidad (está en internet y en publicaciones muy asequibles…) hay que leer sin excusa ninguna. La primera parte se dedica a recordar algunos de los textos fundamentales de la Sagrada Escritura que muestran ese rostro misericordioso de Dios y, además, a explicar básicamente las claves y el sentido del año jubilar. En la segunda parte trata de medios prácticos para vivirlo y sobre todo hacer la experiencia de la Misericordia. El Papa aquí no nombra lo que nosotros hemos destacado del culto a las imágenes; pero su aprecio por este y por toda la religiosidad popular –más importante aún en su tierra que en la nuestra– está más que probado por muchas afirmaciones y escritos suyos. Lo que sí que nombra aquí primeramente, también lo hemos subrayado nosotros desde el comienzo de la Novena:

Para ser capaces de misericordia, entonces, debemos en primer lugar colocarnos a la escucha de la Palabra de Dios. Esto significa recuperar el valor del silencio para meditar la Palabra que se nos dirige. De este modo es posible contemplar la misericordia de Dios y asumirla como propio estilo de vida (Misericordiae Vultus 13).

Lo segundo que nombra es la práctica de la peregrinación, no como una excursioncita (aunque también sea bueno el sentido lúdico y de convivencia que a veces tiene), sino sobre todo como signo de que “también la misericordia es una meta por alcanzar y que requiere compromiso y sacrificio (…) por tanto, estímulo para la conversión” (MV 14). Y en ese mismo número, sorprendentemente, añade el tema en que yo quiero detenerme hoy:

El Señor Jesús indica las etapas de la peregrinación mediante la cual es posible alcanzar esta meta: «¡No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará: una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque seréis medidos con la medida que midáis!» (Lc6,37-38).

Si el texto del Evangelio de hoy nos permitía evocar algo tan hermoso como lo dicho al comienzo de esta homilía, la actitud de muchos de los que rodeaban a Jesús muestra algo bastante menos bello: esa fácil tendencia humana al juicio y sobre todo la condena. Incluso y especialmente en las relaciones más cotidianas, familiares y próximas, que es adonde quiero llegar hoy. Varias de las obras espirituales de misericordia invitan justo al ejercicio contrario: perdonar las injurias (la 4ª de esas obras, según la clásica lista), sufrir con paciencia los defectos de los demás (la 6ª) y orar por los vivos y los difuntos (la 7ª). El Señor propone incluso cosas más cotosas:

Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda (Mt 5,23-24).

¡Atención! No dice si tú tienes algo contra él, sino al revés; es decir, no vale la excusa de que es problema del otro o ha empezado él (como se disculparía un crío), sino que hay que estar y esforzarse por la reconciliación, aunque uno creas no ser el causante del problema, ¡supeditando incluso el culto, la práctica de los sacramentos, a ello!

          Escribía S. Teresa, ¡para sus monjas de clausura del siglo XVI!; es decir para seres medio angélicos, a los que cabría imaginar libres de todo esto:

¡Qué estimado debe ser este amarnos unos a otros del Señor! Pues pudiera el buen Jesús ponerle delante otras [obras nuestras al Padre, en la oración que nos enseñó], y decir: “perdonadnos, Señor, porque hacemos muchapenitencia, o porque rezamos mucho y ayunamos y lo hemos dejado todo por Vos y osamamos mucho”; y no dijo “porque perderíamos la vida por Vos” y otrascosas que pudiera decir, sino sólo “porque perdonamos”. Por ventura, como nos conoce portan amigos de esta negra honra [tan esclavos de nuestro penoso amor propio] y como cosa más dificultosa de alcanzar de nosotros y másagradable a su Padre, la dijo y se la ofrece de nuestra parte (Camino de Perfección 36,7). Muchas veces os lo digo, hermanas, y ahora lo quiero dejar escrito aquí, porque no se osolvide, que en esta casa, y aun toda persona que quisiere ser [cristiana], huya mil leguas de “razón tuve”, “hiciéronme sinrazón”, “no tuvo razón quien esto hizo conmigo”... De malas razones nos libre Dios. ¿Parece que había razón para que nuestro buen Jesús sufriesetantas injurias y se las hiciesen y tantas sinrazones? La que no quisiere llevar cruz sino laque le dieren muy puesta en razón, no sé yo para qué está en el monasterio (13,1).

Por resumir de nuevo con palabras del Señor: si amamos solo a los que nos aman, ¿qué merito tenemos? Eso también lo hacen los terroristas: querer a sus cónyuges, hijos o padres… (cf. Mt 5,46). Ahora bien, aclaraciones fundamentales para no malinterpretar todo lo anterior:

1) Tener ojos y cabeza, aunque no sea mucha incluso, significa hacerse constantemente idea (juicio) de todo: ahora mismo estaréis pensando si os gusta o no mi voz, la homilía, la ornamentación de la iglesia… Por tanto no hay que interpretar escrupulosamente la afirmación del Señor “no juzgar”, porque muchos de nuestros pensamientos nos vienen y nos tienen ellos a nosotros, más que nosotros a ellos. Así que hay que centrarse en la segunda parte de la frase del Señor: “no condenar”. Si no puedo evitar, como sucederá muchas veces, pensar que algo o alguien está mal, lo importante será no quedarme ahí, sino usar esta tentación para darle la vuelta y ejercitar la misericordia, como mínimo, orando por esa persona y/o situación, y si puedo ayudar de obra, mejor que mejor. Los juicios no dejarán de venir, pero nosotros tendremos con ellos materia constante para ejercitar la misericordia que nos viene de Dios y, a la vez, dejarla crecer en nosotros.

2) Buscar la reconciliación con quien creemos que tiene algo con nosotros (y mucho más si fuese al revés: nosotros los que tenemos algo contra alguien) no significa que se vaya a conseguir. Sucede, y no pocas veces, que dejo mi ofrenda ante el altar, busco reconciliarme… y me encuentro una puerta cerrada o una mano que no acepta la mía… Entonces puedo volver a presentar mi ofrenda y tener tranquila mi conciencia, con tal que mi puerta esté siempre abierta para el otro, por si se arrepiente de su negativa, o incluso estar dispuesto a acercarme yo mismo de nuevo, si hay un momento propicio.

3) El amor no consiste en simples sentimientos, sino en obras (S. Teresa de Lisieux: Ms C 13v). Esto escribía S. Teresita, cuando explicaba cómo hacía para convivir con una hermana por la que sentía “antipatía natural”; es decir, sentimientos de rechazo, sin que hubiera causa aparente. Teresita estuvo tentada de creerse hipócrita, porque sentía eso aunque procuraba portarse bien con la hermana; acabó descubriendo lo contrario: eso no era ser hipócrita sino amar de verdad, por encima de sentimientos contradictorios pero involuntarios. Cuando el Señor nos pide amar a los enemigos, está en esta línea: no se refiere a que sintamos por ellos lo mismo que por nuestros padres, esposos, hijos amigos… sino que no devolvamos mal por mal, que oremos por ellos… ¡Obras, no sentimientos!

          4) ¡Pero ojo! La disposición al perdón, a sufrir con paciencia los defectos de los demás, no puede entenderse como un buenismo simplista y pusilánime que se vuelva indiferencia o desamparo de las víctimas de ofensas graves, que requerirán con razón, una reparación proporcional a la ofensa. Mucho más si la ofensa es un delito civil o penal: la Iglesia exigirá como parte del perdón, reconocer ese delito, devolver lo robado (el caso por ejemplo de un corrupto que abusa de su poder o cargo) y aceptar la sanción y/o la pena correspondiente de prisión; luego, a la prisión iremos con nuestra pastoral penitenciaria a ayudar a la persona a sentirse tal, a tratar de recuperarse, a reintegrarse en la sociedad cuando salga… Pero si no hubiese tales exigencias para tales ofensas y pecados, ¡nuestro perdón sería un acto de cinismo con las víctimas! Por desgracia ha habido casos, como el de las mujeres maltratadas, en el que se ha andado muy despistado en la sociedad y la Iglesia hasta hace poco: ser buena equivalía a aguantar de todo, y a eso se “animaba” a la víctima, y así se la condenaba a una espiral de maltrato incesante. Aparte de la crueldad y el desamparo de la víctima, también se perjudicaba al maltratador, al privarlo de la corrección y la enseñanza que necesitaba, y no sacarlo de su error. Otro tristísimo ejemplo es el que vuelve a recordar estos días la recién oscarizada película “Spotlight”, centrada en la fatal forma en que las autoridades de la Iglesia en Boston enfrentaron los casos de pederastia por parte de sacerdotes; una equivocadísima idea del perdón hacia estos, hizo que esas problemáticas crecieran en vez de corregirse y, lo que es peor, multiplicaron el número de víctimas y su posterior humillación y desamparo. Sin citar más casos de naturalezas tan horribles y escandalosas como los dos antepuestos, cualquier ofensa pública, sobre todo si es grave, aunque sea perdonada, requiere reparación proporcional y pública (Catecismo de la Iglesia Católica 2487); si no convertiríamos la virtud del perdón en defecto y pecado de irresponsabilidad y de desamparo de los afectados, cuando el Señor siempre prefirió y prefiere a los últimos, a las víctimas.

          5) Volviendo al ámbito de la caridad, las relaciones y el amor cotidianos, donde he querido centrarme hoy, sin duda que la primera actitud del que quiere vivir de la misericordia del Nazareno es la generosidad en el perdón, la paciencia, la acogida, la disculpa sin límite (que dice el himno a la caridad: 1Cor 13)… Pero también en este ámbito será fundamental saber corregir fraterna o paternamente (¡ojo los padres que quieren ser colegas de los hijos y sus nefastas consecuencias en la formación de sus personas!), ayudar a ver al otro sus defectos y pecados, y a hacer camino y proceso; lo que conecta con lo que meditamos ayer.

¡Jesús Nazareno, ayúdanos a saber perdonar, acoger, acompañar… y también aclarar y exigir, siempre con amor, siempre con deseo de que sea vencido el mal y de que la persona, primero la de cualquier víctima, pero también la del pecador, encuentre caminos de regeneración y esperanza!.

 DIA SEPTIMO DE NOVENA
 
“Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”
(Jn 19,26c-27)
 
Este texto y escena del Evangelio (Jn 19,25-27) nos presenta a los protagonistas de nuestro altar de cultos –Jesús, María y el discípulo amado– aunque no en el mismo momento; allí ya está Jesús Crucificado y a punto de expirar, mientras que aquí el Nazareno carga con la cruz, camino de ese destino, y su madre y san Juan lo acompañan y miran llenos de dolor.
 
Esa única presencia masculina del discípulo amado, nos recuerda algo que venimos subrayando desde el comienzo de esta Novena: la primacía del amor, de la relación, del vínculo personal y afectivo con el Señor… Ni siquiera san Pedro, el primero entre los apóstoles, será capaz de perseverar al lado del Nazareno durante su Pasión; solo el amor más radical puede vencer un escándalo como el de la Cruz y un miedo como el de la posibilidad de ser llevado a ella con el maestro. Solo el discípulo amado estaba en condiciones; Pedro recuperará su lugar más tarde gracias a su encuentro con el Resucitado y cuando confirme que solo lo sostiene ese amor por Él, y no sus expectativas ni sus supuestas fuerzas, como le sucedía antes de todo esto.
 
Pero como podéis suponer con facilidad, en la figura que vamos a pararnos hoy no es en la del discípulo sino en la de la madre; eso sí, contemplada ella también como discípula (formulario de la Misa que he escogido y estamos celebrando) y modelo para todos lo que queremos andar como ella: fijos los ojos en Jesús, guardando su Palabra en el corazón, para tratar de dar nuestros “hágase en mí”, es decir, para reconocer y hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas.
 
Si me permitís el atrevimiento, la Virgen en cierto sentido nos facilita esto mejor que el mismo Señor, puesto que ella, la más santa entre los santos, la única a quien llamamos santísima aparte de Dios mismo (Trinidad), tiene sin embargo una vida mucho más cotidiana, mucho menos espectacular que su Hijo y que la mayoría de los santos canonizados: ella no predicó, no hizo milagros en vida, ni siquiera perteneció al grupo que acompañó al Nazareno durante su vida pública, sino que fue un ama de casa tan normal de su tiempo, que los evangelistas no encontraron nada especial que reseñar de ella, salvo las “pinceladas” que nos indican en la concepción e infancia de Jesús (pocas pero preñadas de luces que el Espíritu irá desvelando a la Iglesia) y, por otro lado, este marco tan peculiar que san Juan pone a la vida pública del Señor: las bodas de Caná y la escena que acabamos de proclamar al pie de la Cruz.
 
Desde luego que esas pocas referencias bastan para presentarla no solo como su madre, sino como discípula y modelo de discípulos: dócil a su Palabra, disponible a su voluntad, solícita para la caridad y la misericordia (cf. Visitación)… Máxime si recordamos que María no vivió en los altares y entre las flores que nosotros le dedicamos, sino como parte de un pueblo pobre, oprimido por una potencia militar extranjera (el Imperio Romano) con todos los atropellos, violencias e injusticias que eso conlleva… Es decir, la Virgen no se mantuvo en la fe porque le faltasen muchos de los motivos que zarandean las nuestras, sino precisamente por lo contrario: porque la ejercitó en un contexto mucho más difícil que la mayoría de los nuestros y, como dice un salmo, su esperanza no se vio defraudada; antes bien, aquilatada y madurada en la prueba. ¡Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá!.
 
Si importante es lo que revela de ella la Sagrada Escritura, no menos lo mucho que ha suscitado la religiosidad popular. Dudo que la teología se hubiese atrevido a tanto, pues acabó siendo durante muchos siglos demasiado platónica, idealista, desencarnada. ¿La Virgen de los Dolores? ¿Resumen de las mayores angustias, hasta poder llamarla así: Angustias? ¿La de la mayor soledad?... La piedad popular supo ver en ella a la discípula que persevera no porque no conozca esto, sino porque habiéndolo conocido en grado sumo, sobre todo durante la Pasión y Muerte de su Hijo, acaba mostrándonos a todos que la fe no consiste en imperturbabilidad, ausencia de dudas o dolores, sino abandono y confianza radical en Dios, incluso y especialmente cuando sea casi arrastrándonos tras Él.
 
En el Carmelo, que se define desde sus orígenes, allá por el siglo XIII, como “todo de María”, contamos entre otros muchos buenos testimonios de todo lo anterior, con el sencillo, profundo y precioso de S. Teresa de Lisieux, la popular S. Teresita; la santa más grande de los tiempos modernos, como la llamó el Papa a comienzos del siglo XX, y la que inspiró su nombre de religiosa a la gran santa de la segunda mitad de ese mismo siglo: Teresa de Calcuta. A aquella le tocó vivir, en su Francia natal y en el último cuarto del siglo XIX, inmersa en una espiritualidad cristiana muy rigorista y dolorista, muy poco natural, donde la vida religiosa se entendía como algo muy separado de la vida común de los seglares (¡y ella era monja de clausura!), y la santidad como un camino extraordinario al alcance solo de una élite de religiosos… A Teresita, con el Evangelio en la mano, todo aquello le chirriaba tremendamente.
 
¡Cuánto me hubiera gustado ser sacerdote para predicar sobre la Santísima Virgen! (…) Para que un sermón sobre ella me guste y me aproveche, tiene que hacerme ver su vida real, no su vida supuesta; y estoy segura de que su vida real fue extremadamente sencilla. Nos la presentan inaccesible, habría que presentarla imitable, hacer resaltar sus virtudes, decir que ella vivía de fe igual que nosotros, probarlo por el Evangelio, donde leemos. «No comprendieron lo que quería decir». Y esta otra frase, no menos misteriosa: «Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño» (…) Está bien hablar de sus privilegios, pero no hay que quedarse ahí; y si en un sermón nos vemos obligados a exclamar desde el principio hasta el final «¡oh! ¡oh!», acaba uno harto. ¡Y quién sabe si en ese caso algún alma no llegará incluso a sentir cierto distanciamiento de una criatura tan superior (Últimas Conversaciones 21.8.3).
 
¡El Evangelio y la Virgen como la mejor manera de desenmascarar una espiritualidad “cristiana” que ha acabado siendo más idealista o platónica o cualquier otra cosa que cristiana! ¡¡¡Una tentación del siglo XIX y de siempre, también de ahora!!!
 
Sé que en Nazaret, Madre llena de gracia,
viviste pobremente y sin desear nada.
Ni raptos, ni milagros, ni éxtasis
embellecieron tu vida, ¡Reina de los elegidos!
Los pequeños son muchos en la tierra,
y pueden levantar sin temor los ojos a ti.
Por el camino común, Madre incomparable,
te gusta caminar para guiarlos al cielo.
    (¡Por qué te amo, oh María!, versos 176-183)
 
“Frente” a santidades tan espectaculares y llenas de gracias extraordinarias, como por ejemplo la de N. M. S. Teresa, la de Ávila, la de Jesús; la Virgen, la Reina de los Santos, modelo del camino común de vida y santidad que nos toca a la mayoría. De hecho en ese mismo poema, Teresita celebra que la Virgen le enseña también a disfrutar de las fiestas sanas de la vida, con su presencia en las bodas de Caná.
 
Teresita vivirá el último año y medio de su corta vida, sumida en una terrible prueba de fe, sometida a tremendas dudas, a la vez que muriendo a causa de una muy dura enfermedad y proceso degenerativo. Por supuesto también la Virgen será luz en medio de todo eso, como comparte, entre otros lugares, al comentar la escena del Niño perdido y hallado en el templo.
 
Ahora comprendo el misterio del templo
y las palabras misteriosas de mi amable Rey. [¿Por qué me buscabais? No sabíais…]
Madre, tu dulce Niño quiere que seas el ejemplo
del alma que le busca en la noche de la fe (vv. 158-163).
 
Pero si todo lo dicho es importante, volvamos al texto evangélico que hemos proclamado hoy en nuestra celebración, para reparar en su principal subrayado: “Luego Jesús dijo al discípulo: ‘Ahí tienes a tu madre’. Y desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa”, no solo para darle cobijo, sino entre los bienes de su casa, consciente de que el Señor le hacía un enorme regalo y a toda la Iglesia en su persona: desde entonces la Madre del Nazareno sería la Madre de todos los discípulos. ¡No solo un modelo, por excelente que fuese, pero ya pasado; sino la Madre solícita, activa, amorosa, compañera de camino… resucitada, exaltada y plenificada con su Hijo! María Santísima de los Dolores, como la contemplamos y llamamos en la imagen de nuestra titular, pero también de la esperanza y la perseverancia en ellos… hasta que vuelve la luz, la alegría, el sentido.
 
Como Jesús había dicho a los que trataban de contradecir sus enseñanzas, acerca de la fe en la resurrección: “estáis muy equivocados; Dios no es un Dios de muertos sino de vivos” (Mc 12,24-27). Estaríamos muy equivocados por tanto si redujésemos a la Virgen a modelo de actitudes, valores, etc, y por el contrario nos cansásemos de mirarla e invocarla como a la persona viva y auxilidora que es, ¡la Madre! La que entre la gran nube de testigos que nos ha precedido y ayuda en el camino de la fe (Hb 12,1) ocupa ese primer lugar que su Hijo quiso otorgarle desde el altar del Calvario: “ahí tienes a tus hijos”. La que ayuda como nadie a perseverar con el Nazareno, tras sus huellas, ayudándole con su Cruz, ayudándole a continuar con su causa y con su entrega.
 
¡A Jesús por María!, que reza una importante tradición católica. ¡Y a María por Jesús!, que nos la dejó como Madre y como compañera de camino.
 
DIA OCTAVO DE NOVENA
El impío maquina eliminar al justo porque sus palabras y acciones son incómodas
(Sb 2,1a.12-22)
 
Prometimos el martes que hoy miraríamos a esa dimensión de la misericordia del Nazareno que tiene que ver con el compromiso social y político, y aquí estamos. Político por supuesto no en sentido solo de militancia en un partido o tenencia de un cargo público, sino en cuanto se refiere a nuestra responsabilidad como ciudadanos en la gestión de lo público, mediante distintas formas: opinión, reflexión, manifestación y presión pacífica, participación en movimientos…
 
Me ha pasado en algún retiro, sobre todo de Cuaresma, en que suelo dedicar la mañana a la oración u otras formas de intimidad con el Señor, y la tarde a esta otra dimensión de la relación con Él, que alguno exclame “esto ya es otra cosa”. Y no porque esa persona tuviese ganas de llegar a algo así, sino por lo contrario: aquello le parecía muy hermoso y cristiano, pero esto del compromiso social y de meterse en ‘política’, no; esto le parecía poco religioso. Sin embargo, no se puede mirar al Nazareno y recortar su Evangelio a la carta: a mí me gusta rezar, pero lo otro me asusta o desborda y entonces lo omito o incluso critico y rechazo; o al contrario, a mí me gusta la acción y entonces reduzco a Jesús y su Evangelio a ella, ignorando sus constantes y largas noches de oración, su total referencia al Padre…
 
Esto de quedarse con la parte del Evangelio que me apetece e ignorar o despreciar el resto, esto sí que es otra cosa que ser cristiano. Ser cristiano es reconocer el señorío de Cristo, sus palabras de vida y –como recordamos ayer con la Virgen– guardarlas en el corazón y dejarlas fructificar siempre, y especialmente esas que no entiendo o no me cuadran de primeras. Por si no está bien claro en el Evangelio, ahí tenemos más de un siglo de Doctrina Social de la Iglesia o, como no vais a tener tiempo de repasar tanta materia, leed al menos estos días en el número 15 de la Bula de este Año de la Misericordia (Misericordiae Vultus). Y luego, aunque no pueda ser estos días porque es un escrito más largo, no dejéis de leer la reciente y monumental encíclica del Papa Francisco “Laudato Si”; merece muchísimo la pena: literalmente sí; el esfuerzo (la pena) lo merece y se agradece después de corazón.
 
Pues bueno, medio convencidos ya, espero, de que hay que tener también muy abierto el oído y el alma a esto de hoy, voy a algunas cuestiones concretas. Cuando yo era novicio, con 18 añitos, y estudiaba con mis formadores y compañeros nuestras Constituciones (las pistas y normas básicas de nuestra vida de carmelitas descalzos), me encontré con el siguiente texto: “Respecto al salario de los empleados de nuestros conventos, se han de guardar no sólo las normas del derecho civil, sino también las exigencias de la justica y la caridad” (N 266). ¡Así que hay salarios legales que, sin embargo, no son justos ni éticos ni mucho menos caritativos! Hasta ese momento yo ni me lo había planteado. Luego, como todos y más durante esta ‘dichosa’ crisis de los últimos años, he podido comprobar de sobra en familiares, amigos… la vergüenza de salario mínimo que rige en nuestro país.
 
Pero el caso es que ese número de nuestras Constituciones no se dirige en primer lugar a las autoridades con más o menos responsabilidad en esto, sino a nuestras comunidades de frailes y, nos sirve ahora también por tanto, para cualquiera de los que estamos aquí y, aun no siendo ricos, tenemos empleados: de hogar, para asistencia a nuestros mayores o enfermos, en nuestros pequeños negocios o asociaciones… Desde luego, lo primero es que sus salarios sean conformes al derecho, es decir, dados de alta, etc (salvo que honestamente y aclarado con el empleado, uno muestre que necesita ese servicio y no tiene para más, como sin duda os pasa a algunos con los mayores dependientes por ejemplo). Con no poca frecuencia, personas de Iglesia pagan a esos empleados poco y respetan menos aun sus derechos al descanso y la vida familiar, exigiendo jornadas de trabajo, que luego nos escandalizan cuando se les imponen a nuestros hijos o nietos. Pero además una vez que el salario sea el legal, habrá que procurar lo que el texto citado pedía: ¡si a todos nos parece vergonzoso el salario mínimo en España, procura mejorarlo tú en el caso de tus empleados! ¡Que no nos pase como a esa sección local de uno de los grandes sindicatos nacionales que, después de criticar duramente la actual legislación laboral, fue y la aplicó a varios de sus trabajadores que quería expulsar! Lógicamente la prensa se hizo eco con escándalo: ¡si estas leyes te parecen injustas, cómo vas y las aplica para tu beneficio!.
 
Por supuesto lo que vale a nivel casero, mucho más para los empresarios que podáis estar aquí. Seguro que todos conocemos casos cercanos de personas que, con la excusa de la crisis, han trabajado sin cobrar durante meses y hasta años, mientras veían a sus jefes cambiar de coche sin necesidad, no privarse de su mes de vacaciones en la playa… ¡Hay que tener poca vergüenza! Si el empresario también anduviese apretándose el cinturón para salvar su trabajo y el de sus empleados, sería otra historia; pero el ejemplo anterior es injustificable humana y mucho menos cristianamente. Obviamente la mayoría de los empresarios sí que pagan, pero también se ha convertido en una costumbre que ya parece lo normal estirar las jornadas laborales de los empleados mucho más allá de lo justificable y sin retribuir las horas de más, porque para ganarse el puesto lo que toca, dicen, es trabajar extra de balde todo lo que haga falta; y todo justificado porque si no no somos competitivos… ¡Y luego nos extrañamos de que en estos cultos y en muchas de nuestras celebraciones a penas se vea gente joven y matrimonios de mi quinta, de mediana edad! Muchos no tendrán interés en venir, cierto. Pero otros que sí lo tienen, ¿cómo van a hacerlo con esos horarios de trabajo, conjugados como pueden además con la crianza de sus hijos…?
 
Y hablo para quienes están dentro de los márgenes de la legalidad; para los que explotan y defraudan a sus trabajadores directamente y sin escrúpulos, la fe casi no me alcanza y la palabra no me sale. Menos mal que al Papa sí y se las ha escrito bien valientes y a la vez llenas de misericordia, en la Bula arriba aludida (MV 19).
 
Como bien sabéis, el aspecto social de la misericordia y la caridad está abierta a otras muchas realidades más allá del ejemplo de los salarios: personas marginadas o en riesgo de exclusión entre nosotros, cooperación con el ‘tercer mundo’, enfermos o discapacitados, ecología, personas traficadas y explotadas sexual o laboralmente… Es decir, a alguna de estas realidades nos acabará llevando el Señor para ayudar, sea por la cercanía del problema o por mi sensibilidad hacia el mismo o por cualquier otro motivo; el caso es que no podemos decir que tenemos excusa para aburrirnos. ¡Cuánta gente desempleada tiene en estos ámbitos de colaboración un lugar donde emplear sus energías y capacidades y sentirse útil, digna…! Desde luego que lo primero que necesita y le conviene es un buen trabajo remunerado económicamente; pero mientras lo encuentra, ¿os parece mala opción ayudar a otros, en la línea de lo dicho?.
 
Sin embargo, aunque esa ayuda pueda hacerse espontáneamente, no hay que reducirla a ello y mucho menos al hecho de la asistencia concreta que se brinda. En la misericordia y el compromiso que Dios quiere hay al menos tres niveles, o mejor, dimensiones que atender. Por ejemplo, estos años que yo he pasado en Granada, he sido capellán de una residencia de mayores con hijos con discapacidades físicas y/o psíquicas. Como es una muy buena residencia, a nivel asistencial no necesitaban de los voluntarios apenas más que para empujar alguna silla de ruedas en las salidas extraordinarias, como visitar algún Belén en Navidad o alguna imagen de Pasión, lista para procesionar, en sus templos durante la Semana Santa. Yo como un voluntario más para esa tarea, presté ese servicio concreto y primario, empujar un ‘carrito’, en más de una ocasión (dimensión asistencial). Pero al hacerlo, descubrí una segunda dimensión: empecé a tomar conciencia de que dejar el coche en el paso rebajado de una acera, aunque fuese solo para un ratito, podía complicarle la vida a alguna de estas personas mucho; y no me conformé con captarlo yo, sino que, como ahora me importaba y dolía, empecé a comentárselo a los amigos y la familia en los encuentros informales y, poco a poco, a tratar del tema más formalmente en mis clases de bachillerato o en homilías o en charlas cuaresmales… (dimensión de concienciación social). Y más aun: pasó a urgirme en el ámbito público, en la forma de legislar y de repartir los recursos (más teniendo en cuenta tantos como se emplean en superficialidades o tontadas), la eliminación de las barreras arquitectónicas, de modo que mediante la opinión o alguna manifestación de apoyo a esto… uno presiona legítimamente a las autoridades (dimensión política). Por tanto sea cual sea el ámbito o la necesidad a la que el Nazareno nos empuja a arrimar el hombro, es vital no quedarnos solo en la dimensión asistencial e irnos adentrando en las otras dos.
 
Ahora bien, si es cierto que cada cual es llamado a uno o varios de esos ámbitos concretos (personas marginadas, ecología, inmigrantes…) pero no puede ni debe estar en todos; también es cierto que hay algo en lo que todos estamos y es la savia del sistema: las finanzas, los bancos. La banca es un invento estupendo: alguien con 1000 € ahorrados, encuentra quien se lo guarda con seguridad y además evita que ese dinero se devalúe, porque lo presta a otra persona que necesita financiación para poner en marcha, por ejemplo, una panadería, y con el progreso de su negocio, hace que aquel dinero se multiplique, pueda ser devuelto… ¡La intermediación financiera, la labor del banco, ha facilitado el crecimiento de los bienes y servicios y, por tanto, la creación de riqueza como no podía imaginarse antes de la creación de estas instituciones! El problema comienza cuando el mediador, quien controla el banco, por eso de que controla grandes sumas, pretende ganar mucho y a cualquier precio y entonces prefiere prestar, en vez de a ese panadero, a la multinacional que rentará mucho más o, peor aun, especular con los alimentos básicos de un país empobrecido, comprado la mayor parte de ellos y reteniéndolos hasta que la demanda los encarezca y así sacar mayor ganancia, sin haber generado ningún bien ni servicio, sino solo gracias a esta cruel estrategia. Ante la evidencia de que estas prácticas (aunque sea con ejemplos tan caricaturescos) son las mayoritarias de la banca convencional, los últimos Papas y especialmente el actual han llamado a regenerar el sistema financiero y crear alternativas. Y así surgió en nuestro país Fiare Banca Ética (www.fiarebancaetica.coop), animada por muchas personas e instituciones cristianas, aunque es una entidad aconfesional. No es que en los bancos convencionales no haya muchos profesionales muy éticos; los hay y los necesitamos. Pero la novedad de Fiare es el carácter mucho más ético de toda la estructura y operativa bancaria. No tengo tiempo ya para detallarla, pero a su página en internet os remito; aparte de ofrecerme yo mismo, como socio y colaborador que soy, para cualquier charla al respecto que queráis; la Junta de Gobierno de la Hermandad tiene mis datos y cuenta desde ya con mi permiso para facilitárselo a quien quiera contactar conmigo por este motivo.
 
En fin, desde la preocupación en la oración, a la dimensión asistencial de la caridad o de la misericordia –como prefiramos– hasta estas otras dimensiones algo más complejas, pero imprescindibles, lo cierto es que uno no puede decir que está por el Nazareno y su causa, y dejar de caminar por esas sendas. ¡Que Él nos guíe y aliente en ellas!.
 
DIA NOVENO DE NOVENA 
 
“Dios no mandó a su Hijo al mundo para condenar al mundo,sino para que el mundo se salve por él”
(Jn 3,17)
 
La oración con la que hemos iniciado la Misa de este Domingo V de Cuaresma resume muy bien lo que sería el mejor fruto de esta Novena en honor de Jesús Nazareno:
 
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que tu gracia nos ayude, para que vivamos siempre de aquel mismo amor que movió a tu Hijo para entregarse incluso hasta la muerte por la salvación del mundo. Él, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
 
Vivir siempre de ese mismo amor del Nazareno: recibirnos de ese amor, de la confianza y el perdón que nos infunde… y movernos por él, por el deseo de ser misericordia suya para los demás… ¡Ojalá hayamos experimentado esto, aunque solo sea un poquito, durante nuestros nueve días a los pies de su antigua, hermosa y venerable imagen!.
 
¡Ojalá esta experiencia nos anime a ir creciendo siempre en esa línea! Recibirnos de Él y entregarnos por Él y con Él. No conformarnos nunca con lo ya vivido o sabido, sino querer ir siempre, humilde pero tenazmente, un paso más allá. Como nos acaba de interpelar la primera lectura: el pasado no ha de actuar en nosotros como una rémora que impida la marcha, sea desanimándonos por un pasado defectuoso, o sea adormilándonos con un pasado engañosamente perfecto. No recordéis lo antiguo, exhortaba Isaías en el destierro a los desanimados: cambiad la dirección de vuestra mirada, ¿no notáis que Dios hace brotar algo nuevo?.
 
Si el profeta animaba a no anclarse en el pasado y esperar de Dios siempre algo nuevo y mejor, san Pablo lo ha confirmado de manera preciosa y rotunda en la segunda lectura que hemos escuchado: todos sus méritos como buen judío y todas las riquezas de su antigua fe le parecen nada, y menos que nada (¡basura!), comparado con la definitiva revelación de Dios en Jesucristo (paradójicamente tan humano y tan sencillo, tan poco espectacular comparado con los grandes portentos del Antiguo Testamento). ¡Corramos pues hacia la experiencia de la Pascua, de Su Presencia viva y vivificante, identificándonos con Él, olvidando lo que queda atrás, buscándolo con la misma intensidad que el apóstol! ¡Apoyados no en nuestros méritos, en el cumplimiento de ‘la ley’, sino en la confianza en Él, en la fe!.
 
¡La ley de Dios! Ayuda para el camino, pero instrumento de tropiezo con tanta facilidad, por nuestra torpeza y pecado. Desde hace dos domingos el Señor trata de aclararnos esto con su Evangelio. Los textos de los domingos pasados nos ayudan a entender la cuestión que se plantea en este. En ellos Jesús ha presentado un rostro de Dios misericordioso, cercano a los pecadores, perdonador, alguien al que le importan más las personas que sus actos, por malos que sean; un Dios que quiere la vida. Jesús mismo se concibe y se presenta como esa mano tendida de Dios. En palabras del evangelista Juan: “Dios no mandó a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él” (3,17). Frente a esa pretensión de Jesús los letrados y fariseos le enfrentan a la ley escrita, es decir, a la Palabra de Dios, la voluntad manifiesta de Dios según la fe de su pueblo. Pero este domingo ya no se trata de opinar sobre unos que habían sido asesinados por Pilatos o de comentar su parábola del hijo pródigo; hoy se le trae delante un caso concreto, una mujer sorprendida en adulterio. La confrontación viene presentada con gran habilidad: al hacerle juez le obligan a tomar una decisión; pero optar por la misericordia (como saben que hará Jesús) en esta ocasión lo comprometerá, le hará condenable según esa misma Ley. Sus rivales parecen haber conseguido acorralarlo por fin.
 
Sin embargo, hemos contemplado cómo el Señor ha salido del acorralamiento airosa y preciosamente: hace a los acusadores que contrasten su corazón con la ley y que reconozcan que, si el sentido de ella fuese condenar, todos lo estarían de un modo u otro (mucho más en casos como este, pues en una sociedad tan machista como aquella sin duda los varones eran los responsables de la mayoría de los adulterios). Pero no; el sentido de la ley (si es la de Dios, claro) no es condenar sino iluminar, purificar, renovar y abrir camino.
 
Los acusadores se retiran avergonzados. Entonces Jesús se dirige a la mujer que acaba de escapar de la ejecución y, con ternura y respeto grande, le dice: «Tampoco yo te condeno». Luego, la anima a que su perdón se convierta en punto de partida de una vida nueva, basada en la confianza, la gratitud y en una seria lucha contra el mal: «Anda, y en adelante no peques más».
 
 
En la defensa, perdón y re-creación de esta adúltera hay más verdad y justicia que en nuestras reivindicaciones y condenas resentidas, como nos viene recordando el Evangelio estas últimas semanas. Pero además el relato de hoy, a corta distancia del Día Internacional de la Mujer y presentando una escena tan machista (¿dónde estaba el adúltero y por qué no era castigado como ella?), nos invita también a comprometernos en tantos esfuerzos por la igualdad de derechos y contra las injusticias que sufren aún por razón de su sexo tantas mujeres (lo que no significa comulgar con muchas de las imposiciones de la “ideología de género”). Si no es así personal y eclesialmente, ¿qué será de la credibilidad de nuestro Año de la Misericordia? Es cierto que en nuestra sociedad no se dan ya injusticias como las que relata el texto evangélico de hoy. Pero por ejemplo y para mi sorpresa, pues no creía que eso fuese posible ahora entre nosotros, la prensa de estos días recordaba que todavía son muchas las mujeres que cobran menos que los varones por realizar un mismo trabajo.
 
Así que el Nazareno no ha podido decírnoslo más claro durante estos días de Novena, con esas mil palabras suyas, que hacen posible la única legítima interpretación de su preciosa imagen: nos despide con estas enseñanzas de hoy, tras haber comenzado el viernes recordándonos el mandamiento primero y principal: amar a Dios con todo el corazón… y al prójimo como a uno mismo. Que Él nos alcance la principal gracia de este Año Jubilar: ser misericordiosos como el Padre.
 
 
 

 

 

 

 

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La Vocalía de Manifestaciones Públicas es la encargada de la Procesión en la madrugada del Viernes Santo y todos los actos que muestra nuestra profesión de fe en la calle. Somos un grupo de personas a las cuales nos gusta, nuestra cofradía y nos agrada trabajar para ella.

 

Hago un llamamiento a los promitentes jubilados, y demás nazarenos cofrades de vela que quieren participar y no saben cómo hacerlo. Deciros que la cofradía estará siempre abierta a toda persona que venga de buena fe y con ganas de trabajar por ella. Dando por hecho que seréis siempre bien recibidos, ya que todos los años se necesita gente para portar enseres, organización de filas y por supuesto mucho trabajo para poder dar mayor esplendor, lucidez y dignidad a nuestras imagines titulares en el discurrir de la procesión por las calles de Jaén.

 

          También me gustaría mencionar, que no todo es trabajo dentro de la cofradía, también tenemos convivencias, encuentros, viajes y por supuesto se forjan amistades muy duraderas, porque una cosa si tengo clara y es que hoy ocupo un puesto dentro de la Junta pero mañana puedo y debo pasar a ser un simple cofrade de vela, donde seguiré trabajando para y por mi cofradía y lo único que me podre llevar será siempre el cariño y la amistad de la gente que la formamos.

         

Anímate a formar parte de tu cofradía y verás cómo la vives de otra manera.

 

Si deseas  puedes  ponerte en contacto  en el email.

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XVII  PREGÓN “MADRUGADA”

 De la

Antigua Insigne y Real Cofradía de  Nuestro Padre Jesús Nazareno

y María Santísima de los Dolores.

 Por

Rocío Biedma

19 de Febrero del Año del Señor de 2016

Donde crepita la luz

 

Por entre las losas de la Plaza de Santa María,

alguien llora,

con un amor de madre eterna.

La marcha procesional calla por dentro,

al escuchar en su pecho

el dolor del mundo.

 

 

Por el amanecer de San Ildefonso,

ella llora,

y todo el universo está engarzado

como ofertorio de luz,

en una infinita maternidad.                                                                        

 

Silente llora,

por cada piedra malherida de Carrera de Jesús,

en medio de un oleaje de quejidos.

 

Cuando la hilera de luto alarga el Viernes Santo,

y mientras amanece en la sangre de los claveles,

ella avanza con el pulso de la vida

resplandeciendo en los últimos gritos de la noche.

 

Los varales la mecen,

anunciando su verticalidad:

esa horrible transcripción de los atabales.

Cada paso rezuma un dolor divino

semejando preludios de encajes negros.

 

Callada llora,

rozando la calle Almenas, 

Campanas, Rastro,  La Carrera,

 

Reja de la Capilla,

breve Ramón y Cajal;

en su convento de Carmelitas, 

en los desconchones de cal,

en este azul oculto,

bajo palio de tristezas,

donde la cerrazón le arranca a su hijo.

 

Nos mira y llora,

y es como un puente de magnolias

que abre la redondez del mundo;

este mundo, donde se apretuja la fiebre,

bajo un coro de balcones, exhalantes de abril,

do trascienden suspiros

por aquellos que no están,

nombrándote, grácil Madre

en los reclinatorios de tu clemencia,

con un vals de agónicas plegarias.

 

Me dejó mi padre,

la ternura de tu nombre,

reflejo de nuestra infancia sorprendida,

al verte pasar con los iris rotos

de tanto llorar.

-Calor de madre que arrancaba, sólo al mirarme,

el frío acuchillado de la madrugada-.

Desde entonces llevo tu beso maternal

hilvanado en mi pecho.

 

Tu nombre duele

Virgen Santísima de los Dolores,

y tú lloras.

 

Te acunan lo cordajes,

en la quietud del llanto.

El olor del cirio que traspasa y te intuye,

contiene la respiración al verte,

hermosa mujer afligida,

que tienes el idioma de la lluvia,

y bordas un cortejo

en el inverso resplandor del tiempo.

 

Y el costalero, apretado en la madera,

con el sudor de clavo en el costal, 

el alma plisada, cabal el músculo,

mesura en el paso y ausente del mundo,

eleva con tu nombre su promesa,

olvidando la gravedad del canasto.

 

Nunca imaginé que tu dolor

sería capaz de cincelarme los versos

en la íntima hendidura de tus ojos,

donde crepita la luz.

Toda tu belleza es un poema,

cada verso se engendra en tu lindura,

y las estrofas estallan en simientes

porque eres honda raíz del universo.

 

Tienen tus manos, Madre preciosa,

el verbo exacto de la bondad,

la misma silueta, idénticas líneas de pureza,

esa forma perfecta de la rosa,

la costumbre tuya de abrazarnos con ellas,

de hablarnos con ellas, muy quedo,

con el hálito amoroso de tu piedad.

 

Cómo alcanzar lo excelso de tu nombre.

 Cómo levantar la mirada y verte,

y respirarte callada,

como quien espera que florezcan los almendros,

y contemplarte Madre,

en tu angustia arterial,

desde este cosmos desolado

que atraviesa los miedos.

 

Cómo recoger todas las estrellas

que caen del cielo a tu paso,

haciéndose mineral ardiente, ángel pretérito,

para ser rocío y coronarte entre las flores,

que son pájaros conjugados en tu boca.

 

Cómo no ayudarte a sostener

el costado donde tu hijo se detiene,

en su interminable agonía.

 

Cómo decirte,

no llores Madre.

Cómo acabar, dime,

con tantas fauces de egoísmo,

estas estelas de la prisa,

el llanto del viento y su vigilia

cuando tañen las campanas del hambre,

los pastizales de odio con espigas de muerte,

la huida de las olas entre mástiles de pateras,

los pasos del delito hacia el abismo de la muerte,

esta fosa sin sosiego que confina libertades.

 

Pero lloras, y nos eximes,

y vuelves a salir un año más,

como si no pasara el tiempo,

y tu Jaén te colma de piropos.

 

Mientras permanece todo,

donde crepita la luz,

en el dolor lacrimoso de tu nombre.

 

ATRIO

Con vuestro permiso

Muy Ilustre Sr. Capellán de la Cofradía y Santuario Camarín de Nuestro Padre Jesús y Santa María de los Dolores.

Sr. Hermano Mayor.

Dignísimas Autoridades Representantes de la Corporación Municial del Exm. Aytº de Jaén.

Sres. Teniente  Coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, Comisario Jefe Provincial y Jefe del Gabinete de Prensa, Protocolo y Relaciones Institucionales del Cuerpo Nacional de Policía de Jaén.

Sres. Representantes de las Cofradías Hermanas de Pasión y gloria.

Sres. Miembros de la Junta de Gobierno, Gobierno y Camareras de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús.

Soberanos cofrades, Señoras y Señores, Jiennenses, familiares y amigos,

Con vuestra venia,

a la que me entrego pidiendo clemencia por el atrevimiento de estar esta noche aquí y mi temor a no ser digna ante vosotros todos: extiendo mi inmensa gratitud a la Junta de Gobierno por la bondad y el profundo honor para con mi persona al designarme como Pregonera de la “Madrugada 2016”.

Debo comenzar por devolverle, a Don Juan Francisco Pulgar Garzón, el mismo afecto y cariño que ha volcado en sus palabras de presentación, generosamente hilvanadas sobre mi vida.

Gracias desde lo más profundo de mi corazón a mis compañeros y amigos entrañables del Coro de la Real Sociedad Económica de amigos del País, por vuestra generosa y excelsa actuación.

Gracias, a tantos que habéis tenido una palabra de aliento y felicitación, y  a todos los que me habéis apoyado y ayudado incondicionalmente en esta honrosa tarea.

Gracias José Luis por tu exquisita generosidad y aliento. Gracias María Luisa por tu empuje y entusiasmo. Gracias Francis por tu gentileza y paciencia. Gracias Juan Francisco por tu cercanía. Gracias José Manuel Pozo Indiano por tus consejos y tu ánimo. Gracias a mi familia y a los que habéis venido de otras tierras.

PÓRTICO

Con honor llevo esta Medalla en el pecho, delante de mi corazón, donde guardaré siempre todo el cariño y respeto que me habéis otorgado. Y con humildad y decoro, me arrodillo ante esta puerta que guarda el tiempo de nuestra ciudad ceñida por olivos, a la que vengo a asomarme temblando de emoción.

Ante esta excelsa puerta de luz y esperanzas que hoy se abre de par en par para dar paso a nuestra particular primavera, de luz distinta, de lirios párvulos, de cálido chisporrotear de la cera, de aderezo y blonda de azabache, de lágrimas de nostalgia, porque vivir estos días de pasión, nos llevan irremediablemente a nuestra niñez, cuando el aire huele a evocación en las calles de Jaén, ciudad espiritual, eco de estacas desplegadas al cielo,  que cada marzo se torna en una oración de claveles rojos. Que lleva en sus genes desde hace cuatro largos siglos,  a su  Nazareno, despertando los sentidos que a flor de piel nos van avisando que se acerca, un año más, esa madrugada que nos embarga el alma, que nos conmueve y recuerda que vamos a entregarnos con orgullo y fervor a una íntima plegaria.

Puerta donde nos adentramos con las ilusiones entregadas, los ojos vidriosos y el alma estremecida en esa noche cuajada de siglos, que Jaén espera cada año. En ese perfil que el lubricán va trazando por entre los páramos del Castillo, que mira su blanca cruz, como presagiando la fiebre que las calles del Santo Reino van a poner en los labios de la madrugada.

Porque va a ser Viernes Santo y el repicar de las campanas se hará temblor por instantes, y la luna recién asomada por entre las Peñas de Castro, se colocará acongojada en el filo del madero, para sentirse dueña del secreto, en el instante preciso en que todo adquiere un sentido bajo el umbral luminoso del misterio.

Vengo a abrir esa puerta, con la que os pido que seáis benevolentes, y con la responsabilidad y el sobrecogimiento que he sentido y siento, al concederme la palabra como hilo conductor de lo que por sí mismo nos cuenta cada Semana Santa Jaén, en sus calles, en  su fisionomía cual Gólgota, en su olivar cual Getsemaní, en su  aire que huele jazmín y a geranio, sus huertos de rezos  cuya verdura tiembla de tristeza bajo el beso de Judas, que cayó en la tierra ensangrentada; su luz, hilada por átomos incorpóreos que conjugan ecos enraizados en la memoria sentimental de esta ciudad, que sabe a bacalao encebollado, a habas con aceite, a lomo de orza, a potaje de San José, a gusanillos de canela,  a hochíos con matalahúga,  a  sus lustrosos hornazos (“que no es comida de Fornos, meramente” como apuntó Alfredo Cazabán en una de sus Coplillas), a pestiños de limón, o a  torrijas bañadas en miel que, despertando recuerdos, son las llaves que abren estos aranceles que habéis puesto en mi pluma, que escribe con la sangre de Nuestro Nazareno y con las lágrimas de Nuestra Virgen Santísima de los Dolores.

Nuestra Señora, con su dulce rostro de flor apenada, fue labrada en el año 1741. Las pestañas que cubren sus desolados párpados, son naturales, y los ojos y las tres lágrimas que recorren sus mejillas, como tres diáfanas rosas, son de cristal.

Porque me vais a permitir con esta indulgencia que me habéis otorgado como mujer Jaenera, que dedique mi empeño en honrar esta figura de Madre Dolorosa, ya que celebramos este año el 275 Aniversario de María Santísima de los Dolores, tallada bajo la gubia de José de Medina, Giennense de adopción, que aunque nació en Alhaurín el Grande, llegó con veinte años a esta nuestra bendita tierra para afanar en la Catedral y quedarse para siempre; siendo sepultado más tarde en la Capilla de Nuestra Señora del Sagrario, de la  hoy desaparecida Parroquia de Santiago, dejando a su paso grandes obras tanto en Andalucía como en otras regiones. José de Medina, en gratitud a un favor recibido por la divina intercesión de la Virgen, cuando estuvo a punto de no poder utilizar más su mano de imaginero, donó la exquisita talla al Convento de los Descalzos.

A ella, Nuestra Virgen Santísima de los Dolores,  y a otras muchas mujeres que en silencio, han estado siempre presentes en los avatares de la Cofradía, que con su noble y humilde compromiso han traspasado el fuego del tiempo, les ofrendo mi deferencia, el sitio que ellas mismas han sabido conquistar.

A ellas,  Mujeres inconmensurables (aunque siglos atrás invisibles), que también forjaron la historia de la cofradía; generosas, valientes, responsables, entregadas. Que fueron bautizadas bajo la mirada dulce de Nuestra Virgen. Que tomaron su primera omunión con un angelical vestido. Que fueron jóvenes e ilusionadas novias, o dieron su último adiós a un ser querido. Las que  pidieron las lluvias para los campos, o que se aventaran las nubes del labrantío. Las que suplicaron una cura para sus hijos, o las que se inquietaron en la espera,  tras una noche Nazarena.

A todas ellas, en su lealtad: mujeres cofrades, camareras, catequistas, penitentes o promitentes de la hermandad, que también son madres, hijas, hermanas, amigas, que enjugan nuestras lágrimas, que calman nuestro desasosiego, que nos abrazan y nos alientan en cada bisectriz emocional.

A ellas, Mujeres Poetas autoras de inspiradas poesías a Nuestro Padre Jesús, como Josefa Sevillano Morillas, María Teresa de Gregorio Santamaría,  Carmen Bermúdez Melero o Amelia Fe Olivares.

O mujeres contemporáneas, como entre tantas, las jóvenes de la Vocalía de Juventud con su proyecto HAGA, que desglosado dice “Hagamos de este mundo un lugar más solidario”,  o Mª Amparo y Mª Teresa López Arandia, investigadoras e historiadoras con un acertado rigor,  de la vida de la Cofradía.

Tantas mujeres en nuestra historia…, como las hacedoras de saetas, Maria del Carmen Gersol Ayllón, Mari Cubo,  o como Rosario López, permitidme que la nombre, pues nadie como ella supo hablarle a Jesús al oído, los versos de amor más desgarrados que hayamos escuchado.

 

“Cada año te espero

de madrugá en el cantón

pa cantarte una saeta

en  nombre del mundo entero

y pa gritar viva Dios”

 

Os leo algo que le escribí algún día, a nuestra Charo López:

Se acerca sigilosa la semana de pasión Jaenera, y esa sensación tan especial que nos estremece un año más al escuchar su voz, cuando se asoma como una Reina Mora a su muralla, a cantarle a Nuestro Padre Jesús.

El rostro de Charo cuando le canta al Abuelo, tiene cerrados los ojos y entregada el alma que se va corporeizando en sentimiento, con esa digna fuerza y esa serena piedad, dejando derramarse  entre sus labios un caudal de sangre infinita y esperanzadora, rasgada de amargura, cálida y radiante, formando una constelación de notas de ámbar y canela, que lanza al aire como un tirabuzón cósmico contra lo terrenal y lo divino, hechizando la corriente que late a cada quejido mientras Jesús avanza  en la noche más eterna.

Su voz, que hace tiempo germina detrás de las callejuelas empinadas de éste Jaén tan suyo, quedará incrustada como fuego en cada losa, en cada recodo, en cada sombra maternal, en cada luz violeta.

Porque Charo será eternidad en nuestras temblorosas piedras y su cadencia quedara cosida por siempre a cada letra que da nombre a nuestra tierra.

No me olvido de aquellas mujeres de la Nobleza  que fueron Cofrades de Honor, como La Reina de España Isabel II, que nos confirió el título de “Real e Insigne Cofradía” y solicitó las llaves de plata de Nuestro Padre Jesús para que le protegiesen en sus  partos. Como la Reina Doña Mercedes de Orleans y Borbón. También Doña María del Carmen Hernández Espinosa, Duquesa de Santoña, o la Infanta Doña Isabel Princesa de Asturias, cofrade Honoraria por su contribución, a la construcción de la Capilla de Nuestro Padre Jesús en 1878.

Y no puedo olvidarme, de Santa Teresa y las mujeres de silencio que custodian su amor desde hace más de cuatro siglos.

Ni de Santa Marcela, ¿cómo olvidarme de Santa Marcela?, y cómo no hablaros de ella:

“Luz que transita en silencio”

 

Ella es Silencio.

Viene supurando humildad. No se lamenta.

Es hoja temblorosa,

lágrima que refleja el dolor de la luz del orbe.

Pisan sus pies, quedamente, códigos y estelas.

Callejuelas empinadas de altas plegarias

se estremecen con los tambores destemplados,

y la cesura “en minueto”, de las promitentes que la llevan,

amándola debajo del faldón que disimula el esfuerzo.

 

Paso a paso, herida tras herida, en cada aldaba,

ella, con su mejilla de alba desnuda,

escala arrecifes macerando el filo del sol,

que la hace florecer en medio de un monte rosado;

con su semblante de filigrana trasparente,

mirada cómplice de grana aceituna,

que cae a la piedra en el penúltimo instante,

antes de que el relámpago, fragmente en dos,

la vida con la muerte.

Y siempre pienso,

¿quién se acuerda de Santa Marcela?,

voz definitiva que calla lo indecible,

calma tibia, mujer prudente, Verónica,

nombre que tañen los códices donde la luz se posa.

 

Sus manos de  azahar, también calladas,

le lloran a los siglos,

en la humedad del barro, bajo el olivo,

al que le llueven arpegios,

en la encrucijada de un suspiro.

Y el temblor es ella,

grito de orquídea que quiebra la tarde.

Lamento mudo que enjuga en la seda blanca,

el Santo Rostro de todo el amor del mundo.

 

Difícil no darse cuenta

del sufrimiento con que miran sus ojos

a la Santísima Virgen de los Dolores:

dos signos puros y un mismo llanto.

 

Y a su paso rezan  las plazas

de Santa María, La Merced

o San Francisco, entre brumas de incienso;

mientras, como paloma en ofrenda,

cada luna de parasceve,

entra por el Arco de San Lorenzo,

detrás de Nuestro Jesús Nazareno,

en busca de su Catedral,

arrastrando su ingravidez con la ligereza de un óleo.

Y asciende por la Carrera,

con el esfuerzo de los priostes,

con un pellizco que sobrecoge a los Jaeneros,

que escuchan saetas en la lengua de los cantones

desde la lágrima y el dolor,  reflejado en los ciriales.

 

Y tras la mañana agonizante, que  llega de puntillas,

allá por la calle Campanas,

la vemos venir en la beldad de su sencillez,

bajo el exorno que se adivina en el fondo de sus ojos,

donde hiere el murmullo a ráfagas,

y ella sigue en silencio, para que  la luz irradie

otros rincones divinos.

 

Su secreto es una bella liturgia

que transita en silencio.

 

Y con un cariño especial, las menciono a Ellas, cual jóvenes hebreas, promitentes de Santa Marcela: ciento veinte dalias que recibieron el feliz aldabonazo en sus corazones, de ser las primeras en la historia de la Hermandad que llevarían sobre  sus hombros el trono de la Verónica, en un momento crucial como fue el 425 aniversario de la Cofradía.

Sabia nueva que vierte su ardor como río cristalino en el pavimento. Expresión femenina que va desgajando promesas con un rumor de arcángeles. De fieles afectos y devoción cálida. Que elevan a la Verónica con sencillo donaire, cual caricia, liviana y dulcemente, y pespuntean la minuciosa pisada con sublime armonía, con una elegancia curva bajo la clausura del fieltro, ahondando nuestras emociones en las médulas de la ternura.

Tantas y tantas mujeres…

Nunca olvidaré aquella noche. Os cuento: después de la Solemne Novena, donde tuve el inmenso honor de cantar durante años, y expresar con mi sentir los Dolores a la Virgen, de Hilarión Eslava o de Guillermo Alamo Berzosa y las Coplillas a Nuestro Padre Jesús de José Sequera, datadas todas desde principios del siglo XIX.  La inmensa emoción que sentí esa noche, os digo,  cuando un áspero sonido de cerrojo enmudeció la estancia al sellar tras de mí la puerta de Los Fieles de nuestra Catedral, para dar comienzo casi en penumbra, a un íntimo, noble y piadoso ritual: el cambio de vestiduras de la talla de un Nazareno asomado al precipicio del tiempo. Fui testigo del esmero más sublime. De ese íntimo momento en que el silencio atraviesa y descorre, como quien aparta un velo, el otro lado de la bondad, del respeto, de la efigie  única de la melancolía. Era un elogio el silencio. Todo el aire estremecido. Su espalda arqueada y desnuda, cual divinidad de un sufrimiento metafísico. El pulcro equilibrio masculino de su rostro humildemente colmado de ternura y paciencia, apesadumbrado, humano y sencillo. Un misterio en la serenidad de la luz que en la inmensidad del templo pareciese que nada más existía.

Entonces supe de ellas, las Camareras de Nuestro Padre Jesús, de esa excelsa mesura en cada inclinación, ese amor sereno en la mirada, la ternura en cada movimiento, la parsimonia en las manos que retiraban la camisa como si quisieran detener el roce de la luz. La delicadeza en los dedos que como colibrís, aleteaban suspendidos en el aire a contraluz. Ese privilegio único de estar  a solas con él, casi abrazarlo por momentos. Esa otra forma de rezarle en los gestos. El profundo respeto con que minuciosamente lo lavaban, lo mismo que se lava a un amado padre.

Porque son ellas, en su preciosismo, con el cariño más limpio, las que visten, almidonan, lavan, peinan con esmero cada imagen; miman el exorno floral y pulen el ajuar lo mismo que lustran los anaqueles de la memoria de la Cofradía.

Un alud de virtudes donde se hilan en sigilo las horas, ennobleciendo el tiempo.

CORNISA

Aquella madrugada, una melodía conmovedora

llegaba  envuelta en un código de sombras y espirales.

 

Te vi la primera vez

en los ojos lacrimosos de mi padre

y él me enseñó a sentirte

temblando, muy quedo,

más allá del abismo,

entre atabales milenarios.

Tu nombre

como un astrolabio celeste

resonaba por todas las cornisas,

en el vértigo de las estrellas,

al  otro lado del silencio:

Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Nuestro Abuelo.

 

Descendías emocionando,

por la calle Colón

desgarrando la curvatura de las horas.

 

Sin darte cuenta, habías entrado en mi corazón

y el cielo se partió en dos mitades.

Desde entonces, cada Viernes Santo,

como un puñal,

se me clava la aurora sin hacer ruido.

Y las campanas tañen secretos del cosmos

con una  pena sin orillas,

cuando sobre el tálamo

todo el albor del mundo

se vierte en tu rostro.

 

Sales en busca de tu Jaén,

y en la ojiva, estalla la luz,

en ese hueco que llenas,

donde comienzan el final y el principio.

Ese umbral melancólico

que guarda en sus entrañas,

la sangre de la memoria.

 

Ocultas, bajo el fieltro morado

el dolor cárdeno de tus hombros,

las llagas del martirio,

la sangre de la ofensa;

mientras, los costaleros te acunan,

ingrávido,

rompiendo vértices.

Y las sombras del misterio,

se perfilan en la cal, hiriéndonos la infancia;

esa que recoges en tu mirada cómplice,

que busca encontrarse con ojos limpios

y corazones serenos,

antes de la muerte.

Y en tu manto te llevas todas las nostalgias,

los cantos desgarrados y armoniosos de tu novena,

el enjambre de luz tejido en los respiraderos,

el espacio inmaculado de nuestra niñez,

la efímera luz de los lirios,

los estambres descarnados de cera,

el silencio transparente de las miradas

que se te clavan en la agonía.

La respiración contenida

cuando te llevan de puntillas,

en busca de tu Madre,

que rasga con su dolor,

el tafetán sombrío de la madrugada.

 

El pálpito elevado al escuchar tu marcha,

Himno inmortal que perpetúa los siglos,

que suena,  como suena,

que anda, como anda,

que te lleva, como te lleva.

 

El crujido de los cirios que lloran miel en tu nombre

y  se hacen verticales como una súplica,

la que se asoma al brocal de este pozo quebrado

que la oscuridad perfila en tu frente abatida y rota.

 

El viento llora.

Llora el silencio.

Y te detienes abrumado

por el vértigo del alma,

por el inverso resplandor del espacio,

ante las escalinatas del tumulto

de enramados corazones.

 

Avanzas, hilvanado al llanto de tu Catedral

que tiene tu voz y tu signo

y que te ve pasar, como una madre,

desde la cima de su tristeza.

 

Y siempre vuelves,

a esa tu casa, donde la luz derrama su epitafio.

Donde el mármol calla el llanto de lo sombrío.

Donde regresa siempre la voz rompiente

de tantas almas que giran en sus designios,

que sangran implorándote en vocablos de esperanza.

 

Y  muy quedo escuchas,

humilde y  cariñoso,

Padre Jesús, nuestro Abuelo,

cómo se agita,

aferrado a ti,

el crisol de la vida.

 

CÚPULA

Escuchas, cuando subes anhelante el Cantón de Jesús con los primeros astros, clamando aquella cruel primavera. En la estrechez tenebrosa de la Calle Almenas, la amplitud vencida de la Plaza de la Merced, el milagroso San Idelfonso, donde en mis quince años, cuando por Puerto Alto comienzan a quebrar albores, con tan sólo una hoja de luz cruzando la plaza, allí te esperaba, allí me gustaba verte Jesús. Sí, verte y olerte y escucharte y tenerte. Sola con mis quince, con mis veinte, con mis treinta años. Sola con mis ojos, sola con el silencio, sola en mi memoria. Y el Luto en el aire.

Ya lo decía Saramago: “La belleza hay que verla a solas”.

O cuando llegas a mi calle, La Carrera de Jesús, que rezuma leyenda e hidalguía por los cuatro costados, que conserva la magia de una riqueza heredada donde el espacio ha quedado prendido en cada muro.  Donde se alzan los dinteles de la rancia muralla, para verte de cerca. Donde suspiran los acólitos de orgullo y de cansancio, mientras se le vidrian los ojos. Donde la arquitectura, rota por el tiempo, asentó el Convento de Santa Ana, hoy nuestra Iglesia de San José y Camarín de Jesús, o el de las Hermanas Clarisas, que engulleron las aguas del arroyo del Neveral.

Con palacios, como el del Conde de Toralba, el de la  familia Fernández de Moya, el de los Condes de Corbull, así como el que perteneció al Vizconde de los Villares.

Mi calle, la que vio crecer a mis hijos. Vía llana,  única, armoniosa, elegante. Con árboles a la derecha,  y reliquias del lienzo medieval  y sus cipreses cortando el cielo a la izquierda. Con nuestra magistral Catedral en la mirada, el monte de Jabalcuz y el de Santa Catalina en un costado y el Seminario en la espalda. Con el Camarín y el Cantón de Jesús abrazándola. Con el torreón del Conde  de Villardompardo y  la quietud primitiva, que nos regala el sobrio y elegante edificio del Convento de Carmelitas Descalzas, que  cuenta con pinturas de Ambrosio de Valois y Sebastián Martínez, donde se nos detiene el tiempo en su portada de piedra seca, que erige una atalaya  con dulces campanas que   trinan como avecillas melodiosas, velando en el pórtico  la efigie de Santa Teresa, pluma en mano, magistralmente vestida de historia.

Aquí viven mujeres de silencio que suspiran con el sonido del agua y coronan el día  con ese recogimiento antiguo que no nos pertenece. Tras el torno, empolvados de memoria, acunan  legajos deudores a  San Juan de la Cruz y a Santa Teresa,  que quedaron impregnados en el pavimento perpetuo de los siglos.

Por los frisos de madera, cuando la luz entra como una daga, se entreabren los postigos donde reposan  su inmensidad  el perfume a ajonjolí, a coco y canela, que inunda la umbría de las celdas, con miradas cuyo horizonte está engarzado a las flores. Las monjitas, algunas veces cuando la tarde desmaya, se sientan en el patio, entre flores y gorjeos. Y mientras  ríen  como golondrinas, rizan en una filigrana transparente, los moldes de las madalenas con sus primorosas manos.

Aquí vive el crepúsculo, que se bebe el aroma de las horas, horadando las cornisas, asomado al pretil del convento, donde todas la esencias de este rincón Jaenés, descansan en el palco de más de cuatro siglos de historia.

Y es en mi calle, donde cada Viernes Santo se siente un viento frío que viene de Jabalcuz, cual Monte Tabor, presagiando el mediodía.

Cuando sentencia la cruz de guía  que ha visto a la noche llorando por entre los olivos.

Cuando la extenuación de Simón de Cirene divisa el Templo donde descansará con el  Señor que sostiene el peso de todas las crueles madrugadas. 

Donde Santa Marcela destemplada, cruza un cortejo de tristeza en los postreros tramos de arrabal, que delinea su barrio.

Donde San Juan, inconsolable, señala a la Virgen, cegado por el sol, el último trayecto que conduce al silencio más punzante.

Donde su Madre trasciende con la serenidad y el temple de los tambores que nos hacen volver a sentir, una vez más, ese nudo que se detiene en  la garganta, que ya todos conocemos y que es inútil que os describa.

Donde la Banda se entrega como si lo hiciera por primera vez, y toca una y otra, y otra vez, ése su Himno que nos vuelca el alma. ¡Si Cebrián supiera, cuanto nos gusta a los de Jaén y a los que no son de Jaén, escucharlo!. 

Y esa otra voz de los fabricanos, que saetean el culmen del  recorridoen arpegios por tientos y seguidillas. Que tienen alma de poetas y el corazón de rapsodas llevando como nadie cada paso, meciendo al milímetro en “ssotto voce”, en un diapasón de estrellas.

Hablar de Nuestro Padre Jesús es emocionarnos, regresar a nuestra historia, reconocernos, tener un nexo entre diferentes edades, clases sociales, medidas de fe, de amistades que retornan, de complicidad debajo de las trabajaderas, de padres a hijos, de nietos a bisabuelos, uniendo memoria y sangre.

Lo digo con amor a  este Jaén donde nací, como si tras los años después de tantos golpes, mis sentidos siguieran tratando de aprenderlo y escudriñarlo, de quererlo más si cabe, y  donde he crecido adivinándolo en cada esquina de plegarias dormidas, en cada torreón donde la sombra azabache de cíngulo amarillo parece un sacramento erguido. En la alta espadaña donde se ve recortada la cerrazón de la cruz. En cada callejuela empedrada de paredes encaladas destelladas por los cirios. En cada plaza donde un vacío de sepulcro, se enseñorea y parece que la oscuridad y el frío se hayan tragado la vida. Donde siendo muy niña, un doloroso Viernes Santo, escuché por vez primera esa marcha  que me enervara. Y donde me sobrecogía que llegase el día siguiente: día de luto, música sacra en la radio bajo un cielo de vencejos perturbados.

-Hablad muy quedo niños, sin gritos, nada de juegos, que se ha muerto el Hijo de Dios- nos decían los mayores.

Entonces comprendía por qué, la  soledad de su madre. Por qué, su semblante apenado y esas setenta y dos velas llorosas.

ARQUITRABE

Fechas  melancólicas éstas que nos arrastran a días de tumulto, de emociones, de olor a incienso, a velas lacrimosas, al eco de saetas; de sombras puntiagudas que no encuentran a los que ya no están en aquella esquina en penumbra, en aquel balcón cuajado de jazmines o en la cancela antigua de madera carcomida, cuando el embrujo de los pasos flota al compás del rumor de esparteñas arrastradas y el latir de tambores y varales, se torna en una contienda de encuentros personales.

Cada recuerdo, cada año dejado atrás, la noche intensa del Jueves Santo que se le salía a mi padre por los ojos; o la mañana postrada del Viernes, se graban entre añoranzas y gestos en nuestro corazón.

A mi padre

Arrodillo mi voz

como una cría impaciente,

en la urgencia de su mirada.

 

Y él, un año más,

con lágrimas en los ojos

y con la más hermosa de las ternuras,

me dice bajito, al oído:

-asómate niña,

que ya está bajando Jesús-.

 

Y cada madrugada de Viernes Santo,

siempre es el mismo recuerdo el que regresa:

su misma voz, de terciopelo y brea.

El mismo son, meciendo evocaciones.

Las mismas gentes, que en silencio se arriman.

Los mismos nazarenos, que derraman la cera.

Todos los varales, tintineando en las cuestas.

Los mismos tambores, tañendo el miserere.

El mismo escalofrío, varado en la nuca

cuando sentencia el llamador, tres veces,

y comienzan al unísono,

a latir los pies del costalero.

Para hablar de Jaén hay que haber sido antes consumido por su fuego, haber sido herido por su beldad, conocer su drama, conservar sus vestigios, adentrarlo y amarlo hasta que te estremezca el corazón, evocarlo desde el recuerdo que rompe las palabras en el epicentro de un crisol donde terminan los labios  y comienza el poema.

Y así es como pudo hablar de Jaén una persona que está aquí esta noche entre nosotros, porque muchos queremos que así sea, que dedicó su rigor, compromiso y honradez a legarnos toda una vida de sincero y profundo amor a todo lo nuestro. Y por la admiración y el respeto que le he tenido siempre, le dedico unos versos:

A  Manuel López Pérez,

In Memoriam

Un retablo solemne

te contempla entre inciensos,

sumando sigilos

que horadan el corazón.

 

¡Qué silencio ese viernes!

qué plegaria en el viento

de un eterno violonchelo.

¿Qué frío de repente!.

 

Legajos te retienen agradecidos.

Códices sin mácula, de enmudecidos relojes

y eruditas razones que vuelan contigo.

Cofrade de silencios.

Siembra esculpida,

en la paciente luz que te regresa.

Compilación de signos

de alma y pluma con una fuerza germínea.

Centinela del tiempo

que dictas un intangible

color herido de fotos antiguas.

 

Hay una epístola

con tu nombre en las fachadas,

do caminas sereno,

con pasos quedos

y el pensamiento en los abismos.

 

Las losas de la ciudad

que habitan tras tus párpados

descifrando el misterio,

te nombran en voz baja.

 

Jaén te abre sus puertas luminosas,

a otra nueva primavera,

y clama su nostalgia

al son de los tambores,

con plegarias sosegadas

que te han visto tras la ojiva,

contemplando un libro

bajo el último palio.

 

BÓVEDA

El pueblo de Jaén le debe a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, una trayectoria incansable de amor a lo que supone nuestra tradición y lo que la mantiene viva. Su cuidado con mimo, su conservación generosa, su legado, su patrimonio material y espiritual, la recuperación del Camarín, un  recorrido impecable, su exhaustiva labor, la destreza de hacer que mucho de lo que compone su personalidad, quede elegantemente expuesto para todos y de que sea un hacer irrepetible y perdurable al mismo tiempo.

Y yo particularmente, ¡tengo tanto que agradeceros!. Vuestra confianza al creer en mí, vuestra bondad por alzar vuestros rezos por mi salud, con lo que la palabra gratitud es una simple lágrima en este océano que sois y que me ha enseñado que la Fe sigue siendo posible, en medio de este mundo desdibujado.

Muchos son los momentos que los aconteceres de la vida me han traído hasta Nuestro Padre Jesús. Vivir en los demás el misterio de la Fe es lo que más me ha enseñado y conmovido siempre. Lo he visto en la cabecera de la cama de hospital de mi padre. En su lápida más tarde. En su bar y en muchos otros bares. En la mesita de noche de mi abuela. En mi peluquería. Tatuado en la pierna de Francis el chico de la tienda de mi barrio. ¿Quién no lleva esa imagen que tanto conocemos en la cartera?, ¿En el pecho?, ¿En la guantera del coche o en la sillita de su bebé?.

Dejadme contaros:

Una pareja sencilla. Ella mi amiga del alma, ambos de Jaén, residiendo en Madrid por motivos de trabajo desde que se casaron, que cada Madrugada de Viernes Santo, aun terminando él su turno de trabajo a las diez de la noche, estaba puntual en medio de la riada de enlutados nazarenos,  para hacer con devoción todo el misterio de penitencia en la Madrugada, con la esperanza de que Nuestro Padre Jesús, curase  ese cáncer que a ella le estaba mordiendo. Así casi veinte años.

Hoy aun la veo, después de siete años sin tenerla, con sus ojos de jade  y su sonrisa eterna, en aquella silla de Roldán y Marín, cuando ya la enfermedad le apretaba el cansancio contra el pecho y el peso de su fe en las rodillas, esperando a que pasara Jesús con su milagro.

Nos lo dijo muy bien nuestro entrañable Vicente Oya Rodríguez:

“Contigo Jesús, este Jaén de tus amores. De día y de noche. Como un centinela. Con la desnuda claridad de su conciencia asomada al espejo del alma. O con la tapada oscuridad de la mente confundida entre el lodo de nuestras debilidades.

…Todo Jaén contigo”.

Ese momento íntimo que cada Jiennense hace particular y único, pero que comparte, porque lo claman a gritos sus lágrimas emocionadas, la nervadura de los sentidos a flor de piel y en las más hondas esquinas de la sangre, confluyen todos los ojos en un mismo mirar y un estremecerse que no nos deja indiferentes, nos hiere el alma a son de martinete y nos funde a todos en un  mismo sentir.

Aura en Viernes Santo

Permíteme un año más,  querer estar a solas contigo, concretarte en mi interior, en el eco de un instante, en la hondura sutil de mi memoria, en la ausencia que arde de quien me enseñó a vivirte: Jaén, mi padre.

Fuera, la bulla de los adoquines se bosqueja en los cantones y Jaén te espera abriendo esponsales, mientras el sol escala las murallas del Castillo, para hacerse noche, tras su asalto. Las calles como horizontes imprecisos, escuchan las pisadas de los siglos presagiando un Réquiem de susurro eterno como adámico testigo.

Entonces, tu Jaén te colma de requiebros, de pulsos que laten suscitando un soliloquio de campanas, para cubrir la epidermis de tu nombre: Nuestro Padre Jesús Nazareno, nuestro Abuelo, y perfumar tu caminar de paradigmas inciertos.

En la bóveda intensa de la noche, el dolor difumina los perfiles, que ciñen la secreta andadura de las velas. El espíritu se enaltece en un ángelus, y se hace profundo, como un eco.

Mas, silencias tus nervaduras y armonizas cimbreando la tumefacción exhausta, curtiendo con dulzura tu dolor. Es entonces  cuando el silencio se hace lágrima en el quicio de las miradas, que abarcan corazones como baluartes, y voltean con tu marcha, el estremecimiento de los Jaeneros.

Aura de espinas.

Cuando la noche cae en recóndito vértigo horadando sutil el horizonte, eres lámpara chispeante que clausura las estrellas, en indestructible adagio.

Los recuerdos fluyen constelados y en cada latido despunta un mendrugo de remembranza.

Con mesura te acunan tus promitentes, pues eres lirio en el asfalto, Señor, esquina empedrada, negrura sempiterna de nazarenos, árbol talado cada primavera, niños aprendiéndote, abuelos despidiéndose por si otro año no vivieran, madres llorosas que te imploran por sus hijos, jóvenes vislumbrando tu abnegación, padres anhelosos de sosiego y respeto.

Eres herida en lo imposible, que bordea la vigilia de la honda plegaria. Una plenitud rezuma entre compases con un fervor suspendido en las aceras erizadas detrás de cada mirada llorosa. Y la marcha de Cebrián, que te ama con la cadencia sutil de los Jaeneros, mece los sigilos que presagian un temblor altísimo.

La ciudad consternada va tras de ti,  y todos, te miramos con amor a los ojos. Jaén te quiere, porque te sabe suyo, porque eres las sístoles de los acólitos, saeta quebrada de los callejones, cáliz de promesas, lágrimas de cofrades, pies descalzos al calor de las promesas, inagotable consuelo.

Aura de amor.

Cuando vuelves, de bandearte con las pisadas de los promitentes en los rudos adoquines, de ver arrodillarse a la Catedral a tu paso, de relatar todos los argumentos, balcones antiguos te contemplan en los ecos diáfanos de la oscuridad. Y un coro milenario te aclama, hilando el óvalo del tiempo.

En el momento en que se cierra el pórtico del Camarín, tu casa, la mañana deja sus horas despojadas colgando en los aleros. Entonces se embellece el silencio, el aura retiniana de tu esencia, cuando la ciudad sabe, cuando nos recuerdas, que tú mueres cada día por nosotros, en ella.

JAMBA

Queden pues, abiertas las puertas de nuestro corazón, porque hoy empieza esa luz que permanece. Porque Jaén va cruzar  este dintel tendiendo manos, y va a encender los cirios para aliviar el frío y a tener los brazos abiertos para derribar muros, y el espíritu sereno para hacer ese recorrido que no nos haga impasibles ante las injusticias, siendo capaces de percibir el regalo de  una nueva floración de Madrugadas  y esperanzas.

Y  como la niña que vuelve a los brazos de su madre, vuelvo yo, para ungir esa soledad llena de amor que se siente cuando tras la arcada del Camarín, te veo entrar para quedarte hasta una nueva primavera, allí donde me vuelven a brotar los versos en tu nombre,

Virgen Santísima de los Dolores

Antes de que llegue la primavera,

tus pies ya acarician las losas mudas de tu templo,

y se hacen presencia, desnudando el aire

en tu hondura de Madre.

Pero tu dolor,  vaga todo el invierno

en la soledad de los silentes olivares.

Recuerdo, muy niña,

verte venir de madrugada

adivinando la luz.

Me pellizcaste la sangre,

cuando tanto misterio no me cabía en el alma.

Venías, como una Flor de eterna primavera.

Traías la brisa de la añoranza en tu semblante

mientras el sol porfiaba en las terrazas,

en ese silencio luminoso que rompe las vigilias.

Creí al verte,

que el viento se mecía quedamente

al compás del soplo de tu gracia.

Tu finura, flor de la tristeza, primer verbo,

era una plegaria de suspiros

en medio de la desolación del alma.

Hoy sales a la calle, desempolvando siglos,

arrastrando el desgarro de tu nombre

que nos duele en cada esquina,

en cada balcón,

en cada luna inflamada,

en cada pie descalzo que te sigue,

en cada rezo,

en cada soledad detrás de las ventanas,

en cada túnica de penitencia,

en cada perfil  lloroso

que arde en la memoria de los que no están,

de los que deberían curarse.

En la promesa morada

que se arrodilla en la platea efímera de la lenta madrugada.

En la luz que se asoma por Sierra Mágina

para prenderse al rojo de tus labios,

donde tu llanto ha rociado los requiebros de los olivos

y el suelo ha sido tocado con tu pureza de nácar.

Silueteas tu candor

en los cirios que amanecen

con la fe primera del día.

Y a tu paso

el rocío del alba se te posa en la cara

y el frío se vuelve escarcha en tu manto

para enmarcar la serenidad de tu hermosura,

que avanza con tu verdad

en busca de tu hijo,

por las calles Jaeneras.

Se asoma la belleza a tu propio nombre

para encontrarse con la metáfora de la oscuridad y de la luz.

Y cuando caminas, Señora,

se arrodillan hasta los lirios.

La dulzura de tus párpados

atrapa manantiales,

en un claroscuro de arpegios

que emite un frescor de poemas.

Entreabres los ojos,

y tu última memoria está repujada

allí donde sangran las saetas.

Porque el dolor se ha ido acuñando en tus suspiros

prolongándose en eco que hilvana

el espacio y el tiempo.

Cuando la hechura del costalero

que tanto sabe de humildad y de silencio,

te mece, suave, muy suave,

miro tus ojos, Madre,  y siento

que tus ojos tienen alma;

entonces, todo cobra sentido

porque existe tu mirar, cáliz de hermosura,

viento fino que en el aire te derramas.

…Pero que guapa.

Una letanía de negros nazarenos,

esparce el incienso

en una angustia arterial,

desgajando un murmullo

hendido  en los pliegues del dolor.

Dicen que el mundo tiene los ojos cerrados,

pero a tu paso las miradas se alzan:

embriagadas por tu horizonte de rosas,

vibrantes por el tintineo de la candelería,

traspasadas por esa luz plena de Virgen Madre

y caladas por el fulgor diamantino de tus lágrimas.

Hoy la nostalgia cae

sobre el rescoldo incierto de la vida,

en el reverso de las piedras,

sobre las huellas del muro que se ensombrece

después de cada latido tuyo robado por el sol.

Y mi niñez te busca como huérfana

por las callejuelas,

en las esquinas encaladas,

en un coro de silencio de altos pájaros,

como se busca a una Madre, en los ecos de la centuria.

Déjame esta vez,

enjugar tus lágrimas,

Virgen que argentas la pena.

Y poner en tus manos,

estos versos  de amor,

que llevan tu nombre.

QUEDA DICHO



                              

       

 

Desde la vocalía de formación queremos acercar a los cofrades y a todos los cristianos que lo deseen, el Mensaje y la vida de Cristo, así como el de Su Madre, la Santísima Virgen. Para que sus mensajes y ejemplos nos sirvan de espejo en el que mirarnos para crecer en nuestro caminar diario como verdaderos cristianos.

 

La cofradía forma parte de la Iglesia, y la Iglesia necesita a cofrades y cristianos bien formados. Desde esta vocalía entendemos que, igual que un buen profesional no deja de estudiar y actualizarse  para ejercer su trabajo con eficacia, un buen cristiano tampoco ha de descuidar su formación, siendo responsabilidad del cristiano comprometido, formarse continuamente para, crecer en la fe.

 

Puesto que no se puede amar lo que no se conoce, desde esta vocalía intentaremos acercar a los cofrades el mensaje de Nuestro Señor y el de Nuestra Madre, la Santísima Virgen, la importancia de los sacramentos, la liturgia, así como la aportación de diferentes testimonios y realidades sociales, apoyándonos para tal objetivo en un conjunto de charlas, conferencias y actividades formativas. Todas ellas, con la finalidad de madurar en nuestra fe y a profundizar como cristianos comprometidos en la doctrina católica y en el conocimiento de nuestra historia como cofradía para así, conocer, respetar y valorar, el legado que nuestros mayores nos otorgaron.

 

Desde esta la vocalía de formación abrimos pues las puertas a los cofrades para que si tienen a bien, realicen cualquier aportación o sugerencia que les resulte de interés, la cual será valorada, agradeciendo de antemano cualquier colaboración, ya que, cofradía somos TODOS.

 

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CARTEL MADRUGADA 2016

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TRIDUO A MARIA SANTISIMA DE LOS DOLORES 2015

 

 

 

                                                                                                           
                                                                                                                                                  logo
 
 
 
 

 

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LaAntigua,Insigne y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, se fundó en fecha incierta aún no documentada, que debe estar entre 5 de junio de 1588, día de apertura del Convento de San José de los PP. Carmelitas Descalzos y 29 de abril de 1594, fecha en la que se documenta, por ahora, la referencia documental más antigua sobre la existencia de la Cofradía.

 

Abierto el Convento de San José, los PP. Carmelitas Descalzos quisieron instaurar en él la devoción a Jesús Nazareno tan propia de la Orden desde que, según tradición, en 1588 la efigie de Jesús cargado con la cruz figurada en una pintura existente en el convento de Segovia  le habló a San Juan de la Cruz. Con tal fin, los religiosos en unión con varios labradores del arrabal de la Puerta de Granada, recaudaron limosnas para hacerse con una imagen de Jesús Nazareno que colocaron en su iglesia y en torno a la que pronto prendió la devoción de los fieles, lo que dio lugar muy pronto a la fundación de la cofradía.

 

Para ello es muy posible que se tomaran del convento de Baeza las ordenanzas de la cofradía allí establecida, que a su vez se habían basado en las del convento de Granada, pues los carmelitas descalzos tenían unas reglas modelo a las que se acomodaban las que se iban fundando.

 

Si sabemos que el fundador fue Juan de Orozco Godoy, familiar del Santo Oficio y marido de Dª Ana de Barrionuevo y hermano del presbítero Licenciado Luis Orozco Godoy y del platero Diego Orozco Godoy. En un principio la cofradía se denominó “Cofradía de la bienaventurada Santa Elena” y también se conoció por “Cofradía de las Cruces” o de “los Nazarenos” en razón a que sus hermanos hacían penitencia caminando descalzos en la procesión de la madrugada del Viernes Santo, portando una pesada cruz al hombro y un ramal de esparto al cuello en señal de penitencia.

 

Sería muchos años después cuando dio en el uso de titularse “Cofradía de N. P. Jesús Nazareno”.    

 

En el siglo XVIII la devoción había aumentado de tal modo, que la acción conjunta de los Carmelitas Descalzos y la Cofradía consiguió que la imagen de N. P. Jesús se asociara habitualmente a las celebraciones públicas de la ciudad, lo que difundió su renombre, de forma tal que con el siglo XIX la Cofradía acabó por convertirse en la más significativa de Jaén, integrando en sus filas a todas las clases sociales y consiguiendo un especial carisma que todavía es perceptible.

La Vocalía de Culto y Espiritualidad colabora desde la Junta de Gobierno en la organización de las celebraciones religiosas, previamente presentadas a la Comisión Permanente y aprobadas en Junta de Gobierno, dentro del curso cofrade, como expresión pública de devoción a nuestras veneradas imágenes.
Además del calendario de cultos se ocupa de la organización y protocolo de los mismos.
 
 
 
Los cultos litúrgicos, internos y externos de la cofradía son los que siguen:
-El curso cofrade se inicia con el Tríduo a María Santísima de los Dolores, debiendo coincidir uno de los días con la festividad de los Dolores de la Virgen (15 de Septiembre).
-A diario se celebra el Sacramento de la Eucaristía, precedido por el rezo del Santo Rosario.
-A diario se celebra el Sacramento de la Eucaristía, precedido por el rezo del Santo Rosario.  Los Jueves, Exposición del Santísimo, con gran recogimiento de los fieles.
 
-El cuarto sábado de cada mes se celebra una sabatina dedicada a Ntra. Madre María Santísima de los Dolores, finalizando la misma con el rezo de la Salve.
 
-En Noviembre, el Día de los Difuntos la Eucaristía en sufragio por las almas de cofrades y devotos.
 
-Coincidiendo con el traslado de las veneradas imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima de los Dolores, Santa Marcela y San Juan, de la S.I. Catedral a la Iglesia Conventual de San José de los descalzos, Santuario Camarín de N.P.Jesús, se celebra un Tríduo Eucarístico.
 
-En el mes de Diciembre, en tiempo litúrgico de Adviento, la festividad de la Inmaculada Concepción, la Natividad y Epifanía del Señor.
 
-El día 27, día de San Juan Evangelista, la celebración de la eucaristía es seguida con gran recogimiento y participación, sobre todo por el Grupo Joven e Infantil de la Cofradía.
 
-En Enero, el día de Santa Marcela, la celebración eucarística cuenta con gran participación del colectivo de mujeres promitentes, de "la Verónica".
 
-El tiempo litúrgico de la Cuaresma se inicia con el Miércoles de Ceniza, celebrándose en el Santuario la Misa e imposición de la Ceniza.    A continuación y en la S.I.Catedral, participamos en el rezo del Via Crucis con la imagen titular que corresponda, en su recorrido por las calles de Jaén.
 
-Todos los Viernes de Cuaresma tiene lugar en el Santuario un piadoso Via Crucis, así como unas Reflexiones Cuaresmales a los piés de Ntro. Padre Jesús, dirigidas por el Capellán de la Cofradía.
 
-Previos a la Novena dedicada a nuestras Imágenes titulares, tienen lugar los devotos Besapié a N.P. Jesús Nazareno y Besamano a Nuestra Señora de los Dolores.
 
La fecha de celebración de la Solemne Novena está comprendida entre los nueve días anteriores a la semana de pasión.
 
-En la madrugada del Viernes Santo, tiene lugar la Estación de Penitencia con las Imágenes titulares por las calles de Jaén, culto externo y público de esta Cofradía.
 
-El domingo siguiente a la Pascua de Resurrección, se celebra la Misa de Acción de Gracias.
 
 
 
Independientemente de estos cultos se pueden incluir en el calendario otros de carácter interno o externo que habrán de tener los oportunos permisos de la Autoridad Eclesiástica (Via Crucis, Rosario de la Aurora, ... .).
 
En la carta dada a conocer por el Año Santo de la Misericordia, el Papa Francisco explicó las formas en las que los fieles podrán obtener la indulgencia durante éste jubileo.    Según sus palabras, el estilo del Cristiano es tener misericordia y hacer la paz con los demás.   Nos advierte sobre aquellos que no son misericordiosos con los demás, juzgan y condenan y nos anima a tener sentimientos de ternura, bondad, humildad, mansedumbre, magnanimidad porque ese es el estilo cristiano, el estilo con el que Jesús hizo la paz y la reconciliación.
 
Los adolescentes vivirán su propio jubileo con motivo del Año de la Misericordia que ha convocado el Santo Padre del 8 de diciembre de este año, fiesta de la Inmaculada Concepción al 20 de noviembre de 2016, solemnidad de Cristo Rey.      Desde esta Vocalia colaboraremos en los que se programen en torno al Año Santo de la Misericordia, así como en aquellos que vayan surgiendo en la Cofradía.

NOVENA

en honor de la Antigua, Insigne y Real Cofradía de

Nuestro Padre Jesús Nazareno

y María Santísima de los Dolores, de Jaén.

Predicada por

Fr. Francisco Víctor López Fernández, ocd. Prior del Convento San Juan de la Cruz de Úbeda

 

DÍA 1º, viernes, 28 de Marzo

 

A) La novena en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno en esta cofradía de Jaén constituyen para todos nosotros una jornada de oración y práctica de virtudes que viene a ser como unos ejercicios espirituales, en que al caer la tarde de cada día venimos a darle gracias a Dios, por medio de la santa misa, a los pies de N. P. Jesús con su bendita Madre.

 

B) La Palabra de Dios que nos acompaña en este día como alimento para nuestra alma y caminar en la vida nos brinda ese primer grito de Cristo y que oímos en la imposición de la ceniza: “Conviértete”. Sí, es el tema de la conversión, lo que nos reclama el profeta Oseas (14, 2-10) orientando nuestra vida hacia el Señor y apartando las obras de nuestras manos, a las que con facilidad llamamos, a veces, dioses. Dios es amor, y por eso nos ama aunque su pueblo no se lo merezca.

Signos de ese amor, entre otras cosas, es la reconciliación. En el día de hoy se pone en práctica la Carta de nuestro Sr. Obispo: “24 horas para el Señor”, expresión patente del deseo del Papa y de nuestro Pastor en el ejercicio de la confesión. Preguntaba el  Papa en la Plaza de San Pedro, el día 19 de febrero: ¿Cuánto hace que no te confiesas? Esta es la ocasión que se presenta, sin perder tiempo. “No tardes ni un día más. Jesucristo te perdona”.  

Y de amor nos habla el evangelio (Mc 12, 28-34) ante la pregunta que hace el letrado, sobre el primer mandamiento, al Señor. Indicándole el Maestro que a Dios y al prójimo no se le pueden separar, porque este es el mandamiento principal, la clave y expresión del amor.

 

C) Una historia de amor: “escucha mi voz” como hemos repetido en el Salmo responsorial. Esa historia amorosa de Dios con su pueblo y que en nuestra tierra se ha visto enriquecida con la Orden del Carmen, en los inicios del siglo XVI.

 

 El origen de la Orden del  Carmen en Jaén se remonta al año de 1511 cuando se fundó el convento de la Coronada, extramuros de la ciudad, de la Puerta de Martos, cerca  de los ejidos de Santa Isabel; y barrio de la Magdalena. Fue trasladado el convento el año de 1621 al interior de la población, a la hoy denominada Plaza de los Rosales, en la calle de Martínez Molina, frente al “Cantón de la Ropa Vieja”, donde se mantuvieron los frailes hasta la exclaustración definitiva de 1835».  

A lo largo de la historia entre sus frutos populares, destacan:

  1. En el año 1556 se funda la cofradía de la Transfixión y Soledad de la Madre de Dios.  La Soledad realizaba sus procesiones en el campo, lo cual creó graves problemas entre los cofrades y miembros de la comunidad carmelita.
  2. La cofradía del Santo Sepulcro de Cristo se fundó en 1580 en el mismo Monasterio de Nuestra Señora Coronada, como respuesta de los Carmelitas calzados al pleito que mantenían con la cofradía de la Transfixión y Soledad de la Madre de Dios que había decidido marcharse del convento.
  3. Ya existía en 1600, radicada en el monasterio de Nª Sª de la Coronada,  con el título de “Cofradía de Nª Sª del Carmen y San Alberto”, ligada al gremio de curtidores y zapateros, la cofradía de la Virgen del Carmen de mayor renombre.

 

Ahora bien, esta la Cofradía siempre se ha sentido unida y así se ha manifestado, ostentando el escudo de la antigua Orden del Carmen y continuando una larga historia de relaciones fraternales con los frailes de la primera Orden.  «El Escapulario del Carmen, como sacramental de la Igle­sia, constituye un símbolo apropiado para expresar la devoción a la Biena­venturada Virgen María y la filiación de los fieles a la Familia Carmelita». Y al mismo tiempo que el santo escapulario es para todo cofrade un claro símbolo del hábito de la Orden, lo es también de consagración y de compromiso adquirido para con la Virgen Santísima.  

Siguiendo con la cofradía del Carmen, ocupado Jaén por los franceses y cerrado el convento de la Coronada en 1810, a causa de las leyes desamortizadoras de José I, la cofradía llevó la imagen a la parroquia de San Pedro, de donde regresaría en triunfo al reabierto convento el 29 de mayo de 1814. Mas por poco tiempo, pues la desamortización de Mendizábal la obligó a retornar a San Pedro en 1837, donde se le dispuso una hermosa capilla.

La ruina de la parroquia de San Pedro, en 1904, llevó la imagen y cofradía a la iglesia auxiliar de San Juan. En 1913, tras el cierre definitivo de la parroquia debido a su precario estado, la imagen y cofradía se instalan definitivamente en San Juan. 

Y el  2.011 la Cofradía conmemoró  el V Centenario de la  Presencia Carmelita en Jaén, así como Quinientos años de la Formalización de la  devoción en  Jaén a la  Madre y Patrona del Carmelo, cuyo acto central fue el 1 de octubre en la S.I. Catedral con el XXIV Encuentro de la Familia Carmelita, para lo cual en ambos Encuentros fue traslada la imagen de Nuestra Señora del Carmen en solemnes traslados y procesiones.

DÍA 2º, sábado, 29 de Marzo

 

 

 

A) Estamos acostumbrados a celebrar los sábados de todo el año en honor de la Santísima  Virgen María. Como cofrades y carmelitas llevamos gravado en nuestra alma esta devoción, y con mayor relieve la manifestamos en este día dentro de la Novena a  N. P. Jesús Nazareno. Ella supo alabar al Señor, siempre, pero de modo especial con el magníficat, que no es otra cosa nuestra Eucaristía que el magníficat mariano de nuestra vida. Siempre, como la Madre hemos de alabar,  bendecir y glorificar a Dios.

 

 

 

B) La mirada del Señor no es como la de los hombres. Y se fijó en David: rubio, de bellos ojos y hermosa presencia (2 S 16, 1-13). Es la elección de un hombre, pastor, trabajador, joven, de buen aspecto. Parecería que Dios se fija en todo, que tiene buen gusto: el gusto divino. Cierto, Dios ama todo lo bueno.

 

Dios elige y unge. Unge con óleo, con lo mejor, con el oro líquido para que sea el rey de su pueblo. También, el cristiano, el cofrade, que ha de ser buen cristiano con su testimonio, es marcado en el bautismo para ser sacerdote, profeta y rey, no menos que David aunque la dimensión de lo material se diluya con la fuerza espiritual. De hecho, la vocación del cristiano, desde el bautismo es la de ser sacerdote (para ofrecerse al Señor), profeta (para anunciar, predicar e conducir hacia el Señor) y la de rey (para servir por el camino de la entrega y donación de sí mismo, algo más que el dar algo).

 

Evidentemente, David es anticipo de Cristo, y por eso es ungido, como elegido por Yahveh para conducir a su pueblo como rey.

 

 

 

C) La Orden de los Carmelitas Descalzos llega a Jaén cuando lleva 20 años de historia. Aún está en mantilla, en pañales la familia de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Cierto que las estructuras ya están consolidadas, pero aún no están fortalecidos sus hijos, en general. Sin embargo hay un gran proceso de expansión y crecimiento sin poder atender a todas las peticiones para levantar fundaciones por falta de religiosos para tales fines.

 

Desde la primera fundación en tierras de Ávila, en Duruelo (1568) hasta la de la ciudad de Jaén (1588) se han ejecutado muchas fundaciones. En esta tierra de nuestra provincia, en la que San Juan de la Cruz la recorre por todos los costados,  y conoció todos los conventos jienenses:

 

 

 

La Peñuela (1573)

 

El Calvario (1576)

 

Baeza (1579)

 

La Granja de Santa Ana,  en Castellar (1581)

 

La Fuensanta, en Villanueva del Arzobispo (1583)

 

La Manchuela, en Mancha Real (1586)

 

Úbeda (1587)

 

Jaén (1588), y siguió con

 

Alcaudete (1590)

 

Andújar (1590) y

 

[de paso, Cazorla (1768), trasladado desde La Peñuela].

 

En la diócesis de Jaén, el prelado D. Francisco Sarmiento de Mendoza (1580-1595) entablará excelente relación con el P. Jerónimo Gracián de la Madre de Dios, privilegiado amigo, superior, confesor y confidente de la Madre Teresa de Jesús, con quien enlazan buenas relaciones los Mendoza. Quizás por eso venga y proceda el amor del Obispo Francisco Sarmiento por la Familia de los Descalzos. Será él quien oriente al canónigo D. Juan Orozco Godoy para ejecutar la donación de los terrenos fundacionales en el Cantón de la Puerta de Granada, y el P. Gracián quien firme las escrituras y se encargue de la fundación, siendo su primer prior Fr. Ángel de San Gabriel (5-VI-1588). Sólo las expulsiones y desamortizaciones excluirán a los religiosos de su monasterio, dedicado a San José, llegando a su fin en 1836, después de 248 años al servicio del pueblo en Jaén. Y aquí queda la huella mejor marcada en el pueblo: el amor a Nuestro Padre Jesús Nazareno.

DÍA 3º, domingo, 30 de Marzo   A) A los pies de NP. Jesús Nazareno, en estos días, nuestras celebraciones son ante todo una gran oración de acción de gracias en la Eucaristía. ¿Cómo podemos agradecer mejor a Dios todos sus regalos sino devolviéndole, reconocido, lo que nos da y hace por nosotros? La Eucaristía es nuestro alimento para el camino, en unión de los hermanos y de toda la humanidad, desde la salida del sol hasta su ocaso, y en todas partes. La Eucaristía es nuestra alabanza unidos a todos los cofrades, a Jaén y al mundo entero.   B) El Señor es generoso y da el ciento por uno en esta vida, y además, en demasía, recompensa o premio: la vida eterna. Así lo vemos, ya, en el ciego de nacimiento. Aquí, como en tantas ocasiones, el Señor,  Todopoderoso, obra sin que nadie le diga ni le pida, ni le rece o suplique nada. Igual que hace salir el sol para buenos y malos, da la luz al ciego de nacimiento, para expresar su grandeza, su poder, su ser propio, su divinidad: es Dios y obra como Dios. Y como es la luz del mundo, da la luz para que nadie ande en tinieblas. Sin embargo hay quien se empeña en caminar y andar merodeando por las oscuridades y con nocturnidad. Dios permite la libertad del hombre y le deja que recorra su camino; quien le ha conocido se ha impregnado de su claridad y quiere empaparse de ella; lo sigue. Así como el ciego  de nacimiento, dice “Creo, Señor”, de la misma forma queremos obrar nosotros, de corazón. Seguir a Jesús es la pauta principal de nuestra vida, de la cofradía y de esta cuaresma. Es la clave en nuestra vida, de tal manera que aquí se nota si vemos o somos ciegos (como los que le rechazan, que no ven).   C) Hay una tradición fuerte en la piedad en la que se dice que la Virgen vio al Resucitado, que se le apareció en primer lugar a Ella. En verdad, cuando María ve a su Hijo morir y muerto en la cruz o descendido de la misma como puesto en sus brazos, sabe muy bien que su Hijo es Dios, y no necesita de más pruebas, argumentos o razonamientos. Creía en lo dicho por el ángel desde el principio, y lo demás, sobraba. Ella es el modelo de la viva presencia del Resucitado. Quizás, por eso, la Orden del Carmen ha querido ver a la Santísima Virgen  María, siempre, cercana en la vida como fiel seguidora de su  Hijo. Los  miembros de la Orden la contemplan como

Patrona-Señora. Madre-Maestra Hermana-Compañera. Vestida-Hábito-Escapulario. Orante-Suplicante.

A Ella le dedica todos los sábados, celebra sus fiestas y de modo especial las solemnidades con oraciones y actos particulares, de devoción y tradición, como son las plegarias, cantos, comidas y recreaciones. Pero de modo especial, se le quiere imitar revistiéndose de las virtudes con el mismo vestido mariano, cual es el Hábito del Carmelo, significado, de modo particular, en el Escapulario.

Imitar a María es parecernos cada vez más a su Hijo. Aquí descubrimos nuestra verdadera devoción, por el termómetro que marca el ritmo de amor a su Hijo. Si éste (su Hijo) es en mi, en nosotros, más conocido, amado, glorificado, de tal manera que cumplamos mejor los mandamientos (Cfr. LG 66); si esto es así, gozamos de verdadera devoción mariana.

DÍA 4º, lunes, 31 de Marzo

 

A) Nuestra celebración coincide con el lunes, jornada dedicado a las almas del purgatorio. Cada día vamos ofreciendo una misa por determinados difuntos, si bien el fin de la eucaristía es para servir, alimentar y sostener a toda la humanidad. Pedimos por todos los vivos y los difuntos, aunque incidamos de forma especial en alguna persona, como estamos acostumbrados desde siglos, bien de esta tierra o del más allá. Y a San José, abogado de la buena muerte, le suplicamos, el último día del mes de marzo dedicado a él, que nos ampare en la vida y nos socorra en la muerte.

 

B) De la Palabra de Dios nos fijamos en la curación del hijo del funcionario real (Cf. Jn 4, 43-54) en Galilea, en Cafarnaúm; vemos que el niño “estaba muriéndose”. Hay un forcejeo entre Jesús y el padre de la criatura durante la conversación dialogante. El papá insiste, y gana el corazón de Dios: “Anda, tu hijo está curado”, le dice Jesús. Y al constatarlo “creyó él con toda su familia”. En ese “toda su familia” entran todos los de la casa, incluidos los servidores, niños y adultos. La fe familiar. ¡Qué importante es la fe del padre, de los padres! A veces con el campo tan respetuoso de la libertad olvidamos lo mejor: los grandes ideales a los que nos llama Dios, a unirnos con Él y a ser como Él.

El funcionario no era creyente, pero como padre no dejó perder la ocasión para su hijo; movió el corazón de Jesús, y creyeron los de su casa, con el testimonio del arrastre. Quizás necesitamos personas arrojadizas y animosas ante Dios y los hombres, y menos  encogimiento y malsana prudencia, que se convierte en pusilanimidad y cobardía o apocamiento.

Hoy necesitamos ser  fuertes y robustos, al estilo de San José.

 

C) Concluimos el mes de San José, padre de Nuestro Señor Jesucristo y esposo de la Virgen María, el hombre justo, prudente y fiel. A él le tocó la misión paternal de educar y custodiar a Jesús y a su Madre. Parecería cosa idealista, pero a la hora de la verdad no podía faltar ni fallar lo más mínimo; estaba enseñando a Dios a ser hombre y un buen hombre, en el clima judío y en el ambiente hogareño, popular y laboral del taller.

La experiencia fuerte de San José la captarán muchas personas para sus sueños y proyectos. Ahí está Teresa de Jesús que se enamora de él de tal forma que se convierte en pregonera, no de semana santa o fiestas, sino de San José. ¿Razones? Es él el que le dio la vida estando más muerta que viva; quien le inspiró la idea de fundar el Carmelo Descalzo y llamar a su primer convento San José, en Ávila como San Juan de la Cruz hizo en 1579 con Baeza. De la misma manera hicieron los Descalzos en Jaén, a su primera fundación la llamaron: San José, el mismo que campea en la portada de este templo. San José nos enseña a saber tratar de amistad con Dios, y a ser excelentes orantes y custodios de Jesús, de nuestro prójimo.

DÍA 5º, martes, 1 de Abril

A) Volvemos a la alabanza a nuestro Dios. Pues ¿qué es la misa sino una oración de alabanza? “Te alabamos, te glorificamos, te damos gracias…” decimos en el gloria, en la celebración eucarística. En otro momento añadimos: “Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor”. La alabanza es el reconocimiento de la obra del Creador, y en la misa lo manifestamos, y le damos gracias, como María con el magníficat: Proclama mi alma la grandeza del Señor, canto modelo del cristiano que lo reza la iglesia al caer la tarde, en las vísperas, para alabar al Señor.

 

 

B) Observamos en la Palabra de Dios que las curaciones en sábado ponen nerviosos a los judíos como la que hizo Jesús con el  paralítico de la piscina de  Betesda. Podíamos interrogarnos a la luz del evangelio: ¿Cuándo debemos hacer el bien? ¿Nos molesta que otros hagan el bien semejante al nuestro? ¿Qué es más importante la persona o el cumplimiento de la ley? ¿Jesús ha muerto por el hombre o por cumplir las leyes? Nos surgen un sin fin de preguntas, fáciles de responder, con criterio cristiano y de seguimiento a Jesús. Al Señor lo acechan con malas artes; hay persecución, inquina y acoso, como le tenían a Jesús los judíos.

 

Esta es la razón de que leamos estos evangelios en cuaresma, en que se prepara la muerte de Cristo por hacer el bien, que hay quien no lo resiste, ni lo soporta.

 

Recuerda Santa Teresa de Jesús al paralítico de la piscina en sus escritos doctrinales (las Fundaciones), y lo asocio a la oración comparándolo en la lección que ella da: Las almas que no tienen oración son como el paralítico, que no se pueden mover ni obrar por sí misma sino dependiendo de otros, esto es, sin libertad para la acción.

 

C) Comenzaron bien pronto los Carmelitas Descalzos a trabajar con el pueblo de Jaén en el Barrio de la Puerta de Granada echando mano de Jesús cargado con la cruz. De cuna le venía a los Descalzos el amor y devoción popular a Jesús Nazareno.

 

Santa Teresa de Jesús ante los millones de almas de indios que se perdían se refugia ante un Señor atado a la columna; y ante la necesidad de entregarse de veras a él ve en un Ecce-Homo lo mal que ha pagado las llagas de Cristo por ella.

 

San Juan de la Cruz será si cabe más preciso con el cuadro de Jesús Nazareno del convento de Segovia, que gracias a su hermano Francisco, de sangre, es el elemento biográfico más llevado a las artes y más comentado. Quizás sea de contraste su altura doctrinal y mística con la sencillez de la enseñanza de lo que Jesús hace por el hombre y el alma ha de hacer por Dios: “padecer y ser despreciado por vos”.

 

Y se quedó anónimamente Jesús con los Descalzos y con su pueblo; y echó raíces en la nomenclatura callejera: Jesús, Cañuelo de Jesús, Frente a Jesús, Camarín de Jesús, Carrera de Jesús, Santuario de Nuestro Padre Jesús, y en los vítores catedralicios: “Viva NP. Jesús”.

 

Agradecido el pueblo ha sabido expresarle su amor con la devoción que a veces se ha condensado en objetos de piedad, como en la adquisición de una cruz, túnica, corona, potencias, ceñidor… fruto del amor, como esta misma iglesia santuario de NP. Jesús.

 

DÍA 6º, miércoles, 2 de Abril

A) El acto penitencial de pedir perdón en la Eucaristía está dispuesto al inicio de la misa desde hace siglos. No siempre existió en este lugar de inicio, pero siempre se contó con este rito de reconocer los pecados propios. A veces estaba antes de la Sagrada Comunión y ahí quedó como unas letanías o recuerdo el “Cordero de Dios”; también existió antes de las ofrendas o presentación de los dones para el ofertorio, recordando aquello de que cuando vayas a presentar tu ofrenda al altar, si tienes algo contra tu hermanos, deja allí la ofrenda, y primero ve a reconciliarte con tu hermano. Viene bien aquello de misericordia quiero y no ofrendas, holocaustos, sacrificios vacíos e inútiles. Por eso, conviene que seamos sinceros pidiendo perdón al Señor de nuestros pecados y confesándolos ante el sacerdote en el momento oportuno.

 

B) La Palabra de Dios de esta miércoles de la cuarta semana de cuaresma en la que encontramos a Jesús que llama a Dios Padre (Jn 5, 17-30). Esta gran novedad de la doctrina del Señor es lo que descompone a los judíos. Un camino nuevo nos viene a comunicar, enseñar y a trabajar para alcanzar el Buen Jesús: la filiación divina, esto es: que somos hijos de Dios. Filiación no exenta de exigencias como la de la responsabilidad, conciencia, respuesta y comportamiento. Dios nos ha de reconocer como hijos si lo reconocemos a Él como Padre.

Hay una clave: la igualdad de amor con el Padre; la misma de la que acusan a Jesús los judíos.

A nivel humano podríamos responder ¿Puedo yo amar a mi esposo o esposa como él o ella me ama?  ¿Debo amar menos que la otra persona? ¿Debo amar más que la otra persona? También la otra desea amar más. Por eso, he de procurar amar con el mismo amor que Dios me ama, esto es: la igualdad de amor, de la que tanto nos hablan los míticos, y de la que acusan a Jesús: el hacerse igual al Padre. No sólo están hartos de él porque quebranta el sábado, sino que llama, además, a Dios Padre.

Esto es una gran novedad, semejante al cielo nuevo y a la tierra nueva de la que nos habla la primera lectura, en la que Dios consuela a su pueblo y se compadece de los desamparados (Cfr Is 49, 8-15), como Padre que es.

¿Existen desamparados a nuestro alrededor?  Nadie me impide a ejercer la misericordia con ellos ni con nadie. Los fundadores de las órdenes, congregaciones, institutos y asociaciones religiosas han escuchado el evangelio de un modo singular con la mirada puesta en el necesitado, y lo han ejecutado con su propia vida y contagiando a otros, los primeros seguidores en la fundación.

 

C)  Hemos escuchado un texto sagrado de San Juan. De él os quiero hablar, algo hoy. Las cofradías con varias imágenes tienen sus complicaciones y dificultades a la hora de poner la procesión en la calle. Con el paso del tiempo se van sumando años y haciendo su propia historia, como la presencia de San Juan Evangelista. A mediados     del S. XVIII ya aparece la imagen y presencia del  discípulo amado en la Cofradía. La imagen que posee es de tiempos recientes, con su trono nuevo (1955).

El Apóstol, porque lo eligió el Señor para formar parte del grupo de los Doce, y evangelista, porque escribió el llamado cuarto evangelio, es personaje de los más importantes en la pasión, muerte y resurrección del Señor.  Siempre en primera fila. Claro, después de Cristo y su Madre, junto con San Pedro.

El evangelista es símbolo de la juventud, del amor, de la fidelidad, del marianismo, de la alta teología, de la mística, del más elevado espíritu, con vuelos como el del águila. A esto somos llamados: a vuelos altos, a donde no se le dé a la caza alcance, en clave mística.

DÍA 7º, jueves, 3 de Abril

 

A) Cuando venimos a la celebración eucarística tenemos tres posturas para participar como asamblea: De pie, sentados y de rodillas. Cada una corresponde a un momento y circunstancia diferente.

De pié: Todas las oraciones en voz alta se realizan en esta posición, sean de los fieles o del sacerdote, en nombre propio o en nombre de la asamblea; igual que  los cantos oracionales: kyrie, gloria, sanctus, agnus Dei y aclamaciones cantadas. También, durante las procesiones de entrada, salida, ofertorio y comunión.

Sentados: Cuando escuchamos la Palabra de Dios (excepto el evangelio que es de pie),  la predicación, los avisos, la realización del ofertorio y acción de gracias.

De rodillas: durante la consagración como señal de respeto y reconocimiento a Dios Nuestro Señor que se hace  alimento para nuestra salvación, en esta presencia de modo especial: vere, realiter et sustancialiter.

 

B) La Palabra de Dios de este jueves de la cuarta semana es riquísima. Nos presenta desde el Éxodo (32, 7-14) la infidelidad de un pueblo. Es un tema durísimo. Es un tema que parecería imperdonable en la persona o personas como el pueblo de Israel. Se olvidan de Dios y se hacen otro, fabricando un becerro de oro. Dios arremete para liquidarlo. Moisés implora a favor del pueblo por las muchas promesas de Dios. Le gana el corazón al  Señor, y este se arrepiente a pesar de haber jurado la aniquilación. Siempre hay una oportunidad.

Si fuese necesario ¿Damos oportunidad en la vida? Esto es para que aprendamos de Dios, de quien tenemos que aprender.

Para ello, lo mejor es el testimonio de la verdad, por delante, con las obras, que es lo que el Padre me ha encomendado realizar. Así es como se  evangeliza, realizando lo que Dios manda, cada uno en su campo y en su casa.

 

C) En la cofradía se goza de Santa Marcela o Mujer Verónica, desde antiguo, pues en el S. XVII ya salía detrás de San Elías abriendo la procesión. Es la Verónica, la de la piedad y el consuelo a Jesús en la dureza del camino del Calvario. Es como un respiro para seguir caminando sin volver la vista atrás, siempre para adelante. Es como un refrigerio, como un descanso en la dureza de la vida. Un verdadero sosiego.

Con la devoción del Santo Rostro en Jaén se potenció el amor a la Verónica a mediados del S. XIX, y con su trono nuevo (1955) es una realidad que cargan-portan las mujeres de la cofradías en cuatro cuadrillas de relevos. Estamos llamados a ser “verónicas” con el pueblo, con el cofrade, con el hermano.

DÍA 8º, viernes, 4 de Abril

A) El viernes penitencial de cuaresma. Todos los viernes del año son días de  penitencia. En ellos hacemos algo que nos cuesta y redunda en beneficio del otro, como suele ser suprimir el postre o ciertas comidas de placer singular, o entre las bebidas el vino u otras semejantes; visitar  enfermos, potenciar la oración, atender de modo singular a los necesitados… Sin embargo, los viernes de la octava de pascua como los de solemnidades litúrgicas están libres de la penitencia. Pero, en la cuaresma, todos los  viernes son día de penitencia, entendida por la abstinencia de carne y de sus derivados, para aquellos que ya hemos cumplido los 14 años, hasta…que el cuerpo aguante. Y no se muere nadie por suprimir ciertos alimentos. Quizás pueda parecer que eso no significa nada; se entra en el ritmo ascético y penitencial de la Iglesia saboreando sus normas y leyes, que para quien ama a la Iglesia son normas suaves y ligeras. Lugar singular es el viernes santo donde se dedica el día al ayuno y a la abstinencia, conforme manda la santa madre Iglesia en su cuarto  mandamiento.

 

 

B) La Palabra de Dios de este viernes de la cuarta semana nos brinda  los ataques y acechanzas al justo, por parte de los impíos. El hombre justo, cabal, honrado, bueno es o resulta como un bofetón para los malos; les denuncia su pecado, maldad, trampas e injusticias; pretenden eliminar al justo para justificar su comportamiento, porque “los ciega su maldad”, pues “no conocen los secretos de Dios, ni esperan el premio de la virtud, ni estiman la recompensa de una vida intachable” (Sb 2, 1a. 12-22).

No saben los impíos que el Señor está cerca de los atribulados, de los abatidos, de sus siervos y de quien se acoge a él.

Y como hombre justo se nos presenta Jesús en el Evangelio (Cfr Jn 7) escapándose de los judíos que querían matarlo, por eso se mueve por Galilea, no por Judea. Pero lo reconocen y se interrogan sobre él. Quieren quitarlo de en medio. Sabe Jesús que ha de guardar, proteger y defender su vida, pues aun no ha llegado su hora. Es el quinto mandamiento se pone en evidencia, en Jesús mismo; no es necesario hablar ni del aborto ni de la defensa de la vida, sino de poner la vida como la causa más importante de esta vida entre las cosas efímeras, caducas y limitadas. Y esta actitud y comportamiento de la defensa de la vida nos ha de acompañar y trabajar siempre.

 

 

C) De alguna manera Simón de Cirene, el Cireneo, realiza la defensa de la vida ayudando a Jesús a descansar, a evitarle el peso del madero, a cambiarse por Jesús para que él descanse. Cierto que lo obligaron, pero, también, es cierto que ayudó al Señor. Pues a obedecer se aprende obedeciendo, y esto requiere sufrimiento al no hacer la propia voluntad sino la de Dios o la persona a la que se obedece.

En la cofradía se añadió el personaje del Cirineo a finales del Siglo XIX, al ser reformada la cruz de Nuestro Padre Jesús, haciéndola más larga para incorporar la presencia de Simón de Cirene. No cabe duda que su presencia acompañando a Jesús a llevar el peso del madero nos ayuda e invita a ser cireneos en la vida, ayudando al prójimo como a uno mismo. ¡Cuántas formas de servicio, de ayuda, de descanso podemos realizar los cofrades obrando como el cirineo con los demás!.

 

DÍA 9º, sábado, 5 de Abril

A) Concluyendo la novena y en su último día nos encontramos con este sábado en la víspera del quinto domingo de cuaresma o primero de pasión. Es la fiesta de nuestra cofradía. Es el día más grande y principal, y la liturgia es la obra principal que el  Señor nos permite realizar en este día y año, para los cofrades de N. P. Jesús.

También el domingo es el día principal y primero de la semana, en honor a la resurrección del Señor; mas en una sociedad donde se pierde, opaca u oculta la dimensión religiosa del día de Señor, el domingo ya no es domingo, para muchísima gente; se ha convertido en un día en el que no hay obligación de fichar, currar o trabajar. Es día para el culto al cuerpo, lavar el coche, no hacer nada o no parar de hacer comidas y trabajar en la casa. Es como una vivencia del ayer, pero al revés.

Tenemos necesidad de confesar nuestra fe y expresarla con los que son creyentes como yo, en un cuerpo de creyentes como es la Iglesia, que se reúne para festejar e incrementar en todos y cada uno la fe de sus hijos.

  

B) A las puertas de la pasión viene ya la resurrección de Lázaro (Jn 11, 1-45), es un anticipo de la muerte y resurrección del Señor. A esto somos llamados: a resucitar con él; pero primero hay que morir, con muertes que engendren vida, que den fruto, que produzcan alegría; no muertes de resentimientos, cobardías, desánimos o tristezas. Muerte que da paso a la vida como la del Señor, como la del grano de trigo que engendra algo nuevo y positivo, frutos para el hombre.

Si en Jesús creyeron muchos judíos por lo que él hacía, como ante el caso de la resurrección de su amigo Lázaro, es evidente que la cercanía con Jesús nos ha de llevar a creer más y mejor en él. En cualificar nuestra fe, dando pruebas de vida, en esta vida y apuntando a la vida eterna, es el proyecto de todo caminante hacia la patricia celeste en esta vida, para alcanzar la vida eterna.

 

C) La estación de penitencia viene a ser como el ejercicio del via crucis. No en vano son muchas las cofradías que durante su salida procesional hacen este acto oracional de piedad. No es que se haya silenciado el via crucis en la cofradía y en este novenario; nada de esto, sin embargo se acentúa el dolor de la Santísima Virgen María, rezando y recorriendo todos los días los siete dolores de la Virgen, para hacernos más al temple y aire de ella, también en el sufrimiento y en los dolores. Estos son los dolores de la Virgen Santísima:

 

1º La profecía de Simeón (Lc. 2, 22-35) ¡Dulce Madre mía! Al presentar a Jesús en el templo, la profecía del anciano Simeón te sumergió en profundo dolor al oírle decir: “Este Niño está puesto para ruina y resurrección de muchos de Israel, y una espada traspasará tu alma”. De este modo quiso el Señor mezclar tu gozo con tan triste recuerdo.

2º La persecución de Herodes y la huída a Egipto (Mt. 2, 13-15) ¡Oh Virgen querida!, quiero acompañarte en las fatigas, trabajos y sobresaltos que sufriste al huir a Egipto en compañía de San José para poner a salvo la vida del Niño Dios.

3º Jesús perdido en el Templo (Lc. 2, 41-50) ¡Virgen Inmaculada! ¿Quién podrá pasar y calcular el tormento que ocasionó la pérdida de Jesús y las lágrimas derramadas en aquellos tres largos días? Déjame, Virgen mía, que yo las recoja, las guarde en mi corazón y me sirva de holocausto y agradecimiento para contigo.

4º María encuentra a Jesús, cargado con la Cruz (Vía Crucis, 4ª estación) Verdaderamente, calle de la amargura fue aquella en que encontraste a Jesús tan sucio, afeado y desgarrado, cargado con la cruz que se hizo responsable de todos los pecados de los hombres, cometidos y por cometer. ¡Pobre Madre! Quiero consolarte enjugando tus lágrimas con mi amor.

5º La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor (Jn. 19, 17-30) María, Reina de los mártires, el dolor y el amor son la fuerza que los lleva tras Jesús, ¡qué horrible tormento al contemplar la crueldad de aquellos esbirros del infierno traspasando con duros clavos los pies y manos del salvador! Todo lo sufriste por mi amor. Gracias, Madre mía, gracias.

6º María recibe a Jesús bajado de la Cruz (Mc. 15, 42-46) Jesús muerto en brazos de María. ¿Qué sentías Madre? ¿Recordabas cuando Él era pequeño y lo acurrucabas en tus brazos? Por este dolor te pido, Madre mía, morir entre tus brazos.

7  La sepultura de Jesús (Jn. 19, 38-42)Acompañas a tu Hijo al sepulcro y debes dejarlo allí, solo. Ahora tu dolor aumenta, tienes que volver entre los hombres, los que te hemos matado al Hijo, porque Él murió por todos nuestros pecados. Y Tú nos perdonas y nos amas.

Aquí hay que recordar, también, al abrigo del dolor y de María,  aquellos versos que le cantaron a San Juan de la Cruz las monjas de Beas que forman parte de la vida como verdadera:

“Quien no sabe de penas

en este valle de dolores,

no sabe de cosas buenas,

ni ha gustado de amores,

pues penas es el traje de amadores”.

Fr. Francisco Víctor López Fernández, ocd.

Prior del Convento San Juan de la Cruz de Úbeda

En el inicio de una nueva etapa las personas que integramos la sección de “Gestión de Promitentes” dirigimos un fraternal abrazo a todos los cofrades y devotos, de Nuestro Padre Jesús, y María Santísima de los Dolores, de manera especial a los Promitentes; a los que están en activo, y a los que la edad u otra circunstancia les ha obligado a ”jubilarse”. A los más jóvenes, que esperan ilusionados el momento de  ser los pies de nuestras veneradas imágenes, los recibirlos con los brazos abiertos, mostrándoles como somos, nuestro particular modo de interpretar el sentimiento cofrade que nos caracteriza de manera singular, nos distingue y nos diferencia.

 

 

Nuestro objetivo en esta nueva etapa, es continuar fomentando los lazos de hermandad, convivencia e integración de los promitentes, entre nosotros y con los demás colectivos de la Cofradía. Somos unos privilegiados, con una función esencial el Viernes Santo, pues primorosamente nuestras veneradas imágenes, es un privilegio y una gran responsabilidad, ya sea llevando la Verónica que anuncia la presencia de Nuestro Padre Jesús,  al Señor, a nuestra manera, a San Juan; única imagen del Evangelista que en trono propio todavía procesiona en Jaén, o consolando a Nuestra Señora de los Dolores meciéndola cadenciosamente. Pese a desempeñar tan hermosa labor no podemos quedarnos solo en esa hora y media bajo el Trono, por muy intenso y emotivo que sea, no es suficiente, no podemos conformarnos solo con eso, debemos aumentar las vivencias como promitentes, prolongarlas más allá de la procesión, vivirlas antes y después del Viernes Santo. Los ensayos y las convivencias, son esenciales para unirnos, hermanarnos como promitentes y como Cofrades, y también para mejorar; hacer lo que hacemos,  fieles a nuestro estilo, pero cada vez mejor y trasmitirlo así a los  jóvenes que se incorporan a esta tarea.

  

 

 

El Promitente, antes y después de la procesión, es Cofrade, debemos vivir y sentir la cofradía como algo propio, sentirnos miembros de ella, conocerla, amarla, contribuir a desarrollar sus fines como asociación eclesial que  -conforme al Artº 5.4 de los Estatutos- es el culto divino y  “Para que este culto sea auténtico e integral, no se reducirá sólo a las funciones litúrgicas ni a la procesión anual; sino que ha de abarcar ante todo una adecuada formación humana y cristiana de sus cofrades y el cumplimiento del precepto de la caridad, de modo asociado o individual, a lo largo de todo el año.”. Formación, Caridad y testimonio de Fe son nuestra razón de ser. Por ello es imprescindible nuestra participación en los cultos y actividades de la Cofradía. Si solo nos ceñimos a la procesión del Viernes Santo, a la escueta actividad de cargar el Trono, por mucho sentimiento y devoción que en ese momento nos embargue y consigamos transmitir, nos habremos relegado voluntariamente al papel de meros cargadores, colaboradores ocasionales, por un día al año. Por eso pedimos plena integración y participación en las actividades y cultos de la Cofradía, eso nos hará crecer como Promitentes, Cofrades, y Cristianos. Estaréis informados a través de Correo electrónico y redes sociales de todas estas actividades. Por favor participar en a ellas.

 

Tenemos un particular modo de andar que nos caracteriza, del que estamos orgullosos, lo que no debe instalarnos en la autocomplacencia que nos impida el análisis sosegado y sincero imprescindible para extirpar aspectos, actitudes y conductas que no son congruentes con los rasgos propios de una Cofradía de pasión Sobria y Solemne, y constituye un obstáculo que nos impide avanzar en el desarrollo del natural anhelo de mejora en cada uno de los aspectos en los que se desarrolla nuestra genuina actividad, por ello no podemos hacer signo de identidad que nos defina de aquellas facetas negativas, deslucidas y anacrónicas, sino que debemos superarlos y eliminarlos y mejorar en decoro, seriedad y uniformidad.

 

 

Quienes integramos esta Sección estamos a vuestra completa disposición para ser la puerta abierta a la participación en todas las facetas de la vida Cofrade durante todo el año. Hay que abandonar la inercia de que éste  colectivo sea solo de Viernes Santo. Esta y todas las vocalías os pertenecen. Toda inquietud, toda crítica, toda observación hecha desde el sincero deseo de mejorar es bienvenida y agradecida por la Junta de Gobierno.

 

Juan de Mata Palacios Carrasco

Gestión de Promitentes.

 

 

 

 

Reproducimos a continuación las homilías y oraciones preparadas por el oficiante de la Novena 2015 el Rvdo Sr. D. Ramón López Pozas, adscrito a la parroquia de San Barlolomé de Jáen.

La Novena se celebró durante los días del 13 al 21 de marzo de 2015 en la Iglesia de San José y Santuario Camarín de Nuestro Padre Jesús.

 

VIERNES 13 DE MARZO

PRIMER DIA DE NOVENA

Hemos comenzado la Novena a “Jesús” Nazareno, al Jesús con la Cruz a cuestas. Y la acogemos como un regalo suyo, como una preciosa ocasión para fijarnos en Cristo a través de ”qué imagen”, de que “beso”, de ese momento de su Pasión. Estamos preparándonos para la Semana Santa, la semana más hermosa, más grande de todo el año litúrgico, el tiempo más intenso de nuestra piedad, y de nuestra vida religiosa.

Queremos que sea de nuevo el beso del Señor por nuestra historia, por nuestra vida, que culminará en el gran paso que es la Pascual. Sacaremos en procesión nuestros pasos artísticos de la Pasión por las calles de nuestra ciudad de Jaén y nos proponemos que la procesión en nosotros “debe ir por dentro”.

Ojalá pase Jesús por nosotros con su luz y su medicina, con su fuerza, con su Espíritu y que su beso disipe nuestra tiniebla, sane nuestra heridas, perdone nuestros pecados y nos llene de su gracia y de su vida.

De esto y de mucho más vamos a meditar en este novenario. Os saludo.

 

ORACION ANTE EL SANTISIMO DE ESTE DIA

 

¡Qué bien se está contigo, Señor, junto al sagrario! 

Que bien se está contigo ¿Por qué no vendré más?

Hace ya muchos años que vengo aquí a diario y aquí te encuentro siempre, Amor y solitario, sólo, pobre, escondido, ¡pensando en mí quizás! 

Tú no me dices nada ni yo te digo nada, si Tú los sabes todo ¿Qué voy a decirte? 

Sabes todas mis penas, todas mis alegrías, sabes que vengo a verte con las manos vacías y que no tengo nada que te pueda servir. 

Siempre que vengo a verte, siempre te encuentro sólo: ¿será, señor que nadie sabe que estás aquí? 

No sé, pero sé, en cambio, que aunque nadie viniera, aunque nadie te amara ni te lo agradeciera, aquí estarías siempre esperándome a mí. 

¿Por qué no vendré más?

¡Qué ciego estoy, qué ciego! 

Si sé por experiencia que cuando a Ti me llego siempre vuelvo cambiado, siempre salgo mejor. 

¿A dónde voy, Dios mío, cuando a mi Dios no vengo? 

¡Si Tú me esperas siempre! Si a Ti siempre te tengo, si jamás me has cerrado la puerta de tu amor.

 

 

SABADO 14 DE MARZO

SEGUNDO DIA DE NOVENA

Empezamos a fijarnos más detenidamente en Jesús en la Cruz, y nos damos cuenta que la Cruz de Cristo es a la vez instrumento de rebajamiento, de exaltación, de sufrimiento y a la vez fruto del amor de Dios.

Estamos ante un misterio de Luz, de Gracia y de Amor de parte de dios hacia los hombres. Cristo desde la Cruz nos está dando una gran lección de amor, de sacrificio, de entrega y de perdón y nos invita a hacer nosotros lo mismo.

Hoy sigue siendo válido ese mensaje que nos trae la Cuaresma, la Semana Santa, para que lo vayamos pensando y no nos dejemos vislumbrar los “otros valores”, los “otros dioses” y que Cristo sólo El y el único que de verdad puede salvar nuestras vidas.

Y recordamos el papel tan importante que aquí tienen las cofradías.

 

ORACION ANTE EL SANTISIMO DE ESTE DIA

 

Señor Jesús, en el silencio de este día vengo a ti, con humildad y confianza. 

Quiero que me des tu paz, tu sabiduría, tu fuerza para contemplar, con los ojos llenos de amor, la grandeza del universo. 

Hazme comprender que la gloria de la iglesia brota de tu cruz, como una fuente viva. 

Permite que reciba a mi  prójimo como aquel que tú quieres amar por medio de mí. 

Disponme a servirle con generosidad, y ayudarle a hacer fructificar todos los dones que tú has puesto en él. 

Que mis palabras irradien la dulzura, y que mis gestos promuevan la paz. 

Que en mi espíritu sólo habiten pensamientos generosos. 

Que mis oídos se cierren a toda calumnia y que mi lengua sólo esté al servicio de la bondad. 

Pero ante todo, Señor, permíteme estar siempre alegre y caritativo, para que todos los que están en mi camino adivinen tu presencia y tu amor en mí. 

Revísteme del resplandor de tu bondad y de tu belleza para  que dé testimonio de ti a lo largo de este día.

 

 

 

DOMINGO 15 DE MARZO

TERCER DIA DE NOVENA

En este tercer día de Novena a Nuestro Padre Jesús con la Cruz a cuestas hemos recordado el meollo del Evangelio.

La generosidad de Dios, su inmenso amor, la salvación realizada gratuitamente por Jesucristo, la necesidad de la Fe para acoger ese mensaje.

¡Tanta generosidad¡ tanto amor que Dios nos entregó a su hijo Jesucristo. Tanta gracia, que el Hijo de Dios no vino a condenar, sino a salvar.

¡Tanta generosidad¡ Tanto amor, tanta gracia que entregó su vida por nosotros. Puesto Cristo en lo alto de la Cruz, se constituyó en medicina, signo de salvación para nosotros. Puesto Cristo en lo alto de la Cruz, se constituyó en medicina y signo de salvación para todos.

Jesús es la cara del amor de Dios.

Jesús es el amor de Dios hecho rostro, hecho boca, hecho manos y corazón humano.

Aquí está el Hijo de Dios para decirnos lo mucho que Dios nos ama.

Seguiremos viendo el primer Vía Crucis de la Historia.

 

 ORACION ANTE EL SANTISIMO DE ESTE DIA

 

¿Por qué tanto empeño en salvarme, cuando a veces pienso que no estoy perdido? 

¿Para qué tanto sangre, si tal vez no le doy valor? 

¿Por qué una cruz, si seguimos sin mirar al cielo? 

¿Por qué un corazón tan blando, cuando el nuestro es tan severo? 

¿Para qué un estandarte de amor en Jesús, si nos vamos por lo placentero?

¿Por qué tanta generosidad, si encuentras cerrazón? 

¿Para qué tu pan, si no lo saboreamos con fe? 

¿Por qué tu vino, si preferimos otros vasos menos sangrientos? 

¿Para que una pasión, si vivimos sin compasión? 

¿Por qué un calvario, cuando preferimos la vida fácil? 

¿Para qué subir a Jerusalén, si preferimos los felices valles? 

¿Por qué Cristo en la cruz, si es mejor vida de luces y no de cruces? 

¿Para qué alzar la mirada, cuando nos seduce la simple bondad de la tierra? 

¿Porqué, Tú, oh Dios, te desprendes de lo que más quieres, si somos insensibles a tus esfuerzos redentores? 

Muchas preguntas, Señor, para una única respuesta: 

POR EL GIGANTESCO Y DESCOMUNAL AMOR CON EL QUE TU NOS AMAS, SEÑOR. 

¿Hay mayor felicidad que esa?

 

LUNES  16 DE MARZO

CUARTO DIA DE NOVENA

La palabra de Dios de este lunes de la cuarta semana de Cuaresma y cuarto dia de Novena en nuestra Cofradía, el profeta Isaías nos anuncia un futuro lleno de optimismo. Con tonos poéticos nos hace ser una etapa nueva, un plan nuevo. Dios va a librar de la esclavitud a su pueblo. Todo va a cambiar, todo va a ser alegría. Habrá fertilidad en los campos y felicidad en las casonas.

También en el evangelio de hoy vemos a Jesús comunicando salud, vida, alegría. Cura al hijo de aquel funcionario de Cafarnaúm.

La marcha de Jesús hacia la muerte y la resurrección está sembrada de hechos en los que comunica a otros la salud, la vida y la alegría.

Con la muerte y con el Evangelio en la mano vamos a “rebobinar” los momentos de las últimas horas de Jesús en la tierra.

Hoy el “juicio religioso” y mañana el “juicio civil”. Lean los últimos capítulos de los cuatro evangelios.

 

ORACION ANTE EL SANTISIMO DE ESTE DIA

 

4 día de novena

 

Que, si ahora todo es luz, sin ti y cuando te vayas, volverá a ser oscuridad.

 

Que, si ahora veo tu grandeza, sin Ti y cuando te vayas, sólo tocaré mi pobreza

 

QUEDATE , SEÑOR, NO PASES DE LARGO.

 

Porque, mis dudas con tu Palabra, se convierten en seguras respuestas.

 

Porque, mi camino huidizo y pesaroso se transforma en un sendero de esperanza en un grito a tu presencia real y resucitada.

 

QUEDATE, SEÑOR, NO PASES DE LARGO.

 

Que, contigo y por Ti, merece la pena aguardar y esperar.

 

Que, contigo y por Ti, no hay gran cruz sino fuerza para hacerle frente.

 

Que, contigo y por Ti, la sonrisa vuelve a mi rostro y el corazón recupera su vivo palpitar.

 

QUEDATE, SEÑOR, NO PASES DE LARGO

 

Porque, contigo, mi camino es esperanza.

 

Porque, contigo, amanece la ilusión.

 

Porque, contigo, siendo al cielo más cerca.

 

Porque, contigo, veo a más hermanos

 

Y siento que tengo menos enemigos.

 

Porque, contigo, desaparece el desencanto y brota la firme fe de quien sabe que Tú, Señor eres principio y final de todo.

 

 

 

MARTES 17 DE MARZO

QUINTO DIA DE NOVENA

La visión que tuvo el profeta Ezequiel en lo que el agua todo lo iba fecundando, todo lo iba purificando, fue como un símbolo que predecía como el Espíritu del Señor limpia , purifica y da vida a los que lo exaltan.

También en el evangelio de San Juan sale hoy el tema del agua, el agua de la piscina de Siloé que curaba y daba vida. Allí curó Jesús a aquel paralítico.

El agua viene de Cristo Resucitado que es fuente de vida, y de salvación. Desde el bautismo debemos dejar que Dios purifique nuestra vida.

Hoy consideramos también el tema del “juicio civil” de Cristo ante Pilato, allí se firmó y se confirmó la sentencia de muerte de Cristo. Allí comenzó el

ORACION ANTE EL SANTISIMO DE ESTE DIA

 

5  día de novena

 

Señor, ahora ya es demasiado tarde para callarte. Has hablado demasiado.

 

Es demasiado tarde para que te dejen hacer. Has luchado demasiado.

 

Has llamado “raza de víboras” a la gente de bien.

 

Les has dicho que su corazón era un negro sepulcro bellamente adornado.

 

Has abrazado a los podridos leprosos.

 

Has hablado descaradamente con extranjeros vulgares.

 

Has comido con pecadores públicos y has dicho que las mujeres de la vida serían las primeras en el Paraíso.

 

Te has complacido con los pobres, con los marginados, con los lisiados.

 

Has cumplido desastrosamente tus prácticas piadosas.

 

Has querido interpretar la ley y reducirla a un solo pequeño mandamiento amar.

 

Señor, yo sé que si intento vivir un poco como Tú voy a ser condenado.

 

Y tengo miedo.

 

Ya empiezan a señalarme con el dedo.

 

Algunos se sonríen, otros se burlan, otros se escandalizan, varios de mis amigos están ya a punto de traicionarme.

 

Tengo miedo de pararme a la mitad del camino.

 

Tengo miedo de escuchar la sabiduría de los hombres, la que dice: conviene hacer las cosas despacito, no hay que tomarlo todo a la letra, es mejor hacer componendas con el adversario.

 

Y yo sé, Señor, que Tú tienes razón.

 

Ayúdame, pues a luchar.

 

Ayúdame a hablar.

 

Ayúdame a vivir tu Evangelio, hasta el final.

primer Vía Crucis de la historia.

 

 

 

MIERCOLES 18 DE MARZO

SEXTO DIA DE NOVENA

Si ayer la Palabra de Dios hablaba del agua viva de Dios, de Cristo, hoy se insiste pero dando un paso más:

Dios es amor que engendra vida.

Y Jesús Hijo de Dios, que trae vida y amor.

Es preciosa la expresión de Isaías en labios de Dios: “aunque una madre se olvidara de su hijo yo no me olvidaré de mi pueblo”

El pueblo está en el destierro de Babilonia y Dios va a devolverle la alegría de vivir.

Y el Evangelio nos da otra frase que es consuelo para cuantos crecemos en Fe “El Hijo de Dios da vida a los que creen en El”.

Jesús es la Palabra de Dios hecha carne. Por eso quien escucha su palabra posee vida eterna.

Jesús es el Hijo de Dios, ama con el amor del Padre. Y por eso los judíos, dice el Evangelio de San Juan, tenían ganas de matarle.

Nosotros hoy y siempre, queremos reafirmar más nuestra Fe y nuestra esperanza en El.

 

 

ORACION ANTE EL SANTISIMO DE ESTE DIA

 

6 día de novena

 

Cogeré tu cruz, Señor:

 

Pues su madera, bien lo sé, Jesús es escalera que conduce a la Resurrección.

 

Cogeré tu cruz, Señor,

 

Pues su altura es altura de miras para los que creen en otro mundo,

 

Para los que espera en Dios, para los que cansándose o desangrándose, saben compartir y repartir a los demás.

 

Cogeré tu cruz, Señor:

 

Pues sus clavos, pasan la carne pero no matan la fe.

 

Es la fe, quien a la cruz, le da otro brillo y hasta otro color; ni es tan cruel ni es definitiva.

 

Después de la cruz, vendrá la vida.

 

¡Dame tu cruz, Señor¡

 

Merece la pena arriesgarse por Ti.

 

Merece la pena sembrar en tu campo.

 

Merece la pena sufrir contratiempos.

 

Merece la pena adentrarse en tus caminos, sabiendo que, Tú, los recorriste primero.

 

¡Cogeré tu cruz, Señor¡

 

Enséñame dónde y cómo.

 

Indícame hacia dónde.

 

Háblame cuando, por su peso,

 

Caiga en el duro asfalto.

 

Quiero coger tu cruz, Señor, porque bien lo sé, hace tiempo que lo aprendí que ideales como los tuyos tienen y se pagan por un alto precio.

Quiero coger tu cruz, Señor, porque es preferible en el horizonte de los montes ver tu cruz que el vacío del hombre errante.

 

 

JUEVES 19 DE MARZO FESTIVIDAD DE SAN JOSE

SEPTIMO DIA DE NOVENA

Estamos en plena Cuaresma. En Cuaresma no solemos celebrar fiestas porque estamos centrados en el camino hacia la Pascua. Pero el recuerdo de San José, que celebramos hoy dentro de nuestro novenario a Jesús Nazareno, no se puede decir que nos distraiga de nuestro camino.

Al contrario nos puede ayudar en nuestro esfuerzo de conversión pascual al ejemplo de este joven humilde, trabajador, fiel, hombre cauto, es decir hombre bueno. Un modelo de lo que Dios nos pide en nuestra vida de cada día, sin cosas extraordinarias, sino con fidelidad y amor.

San José es un hombre de Fe, abierto a Dios, que cumple la misión que se le fue encomendada.

También nosotros tenemos cada uno una misión que cumplir en la vida. Como a San José se nos pide no sólo que seamos buenas personas, sino que colaboremos en la evangelización y en la salvación de todos.

Hoy es también el día del Seminario. Pidamos al Señor que nunca nos fallen buenos y santos sacerdotes.

 

ORACION ANTE EL SANTISIMO DE ESTE DIA

 

7 día de novena

 

He ahí tu cruz, Señor

 

¡Tu cruz, como si hubiera realmente una cruz tuya!

 

No, Tú no tenías cruz ninguna, Tú viniste a buscar las nuestras, y a todo lo largo de tu vida, a lo largo de todo tu camino, de tu pasión, has ido tomando, uno a uno, los pecados del mundo.

 

Ahora, pues Camina, dóblate, sufre. Pero sigue caminando. Es necesario que alguien lleve la Cruz.

 

Señor, Tú caminas en silencio. ¿Es que entonces hay un tiempo para hablar y otro para callar?

 

¿es que hay un tiempo de luchar y otro de aceptar este silencioso llevar todos los pecados del mundo y nos nuestros?

 

A mí me ilusionaría batirme enarbolando la cruz; pero llevarla es duro, y, cuanto más avanzo y  más miro el mal del mundo, la cruz se hace más pesada en mi espalda.

 

Señor, ayúdame a comprender que la acción más generosa  no es nada si no es al mismo tiempo silenciosa Redención.

 

Y, puesto que Tú has querido para mí este largo Via Crucis, ayúdame cada día a reemprenderlo.

 

 

 

 

VIERNES 20 DE MARZO 

OCTAVO DIA DE NOVENA.

Hoy es viernes. Dentro de dos semanas justas estaremos en el Viernes Santo, fijos los ojos en la Cruz de Cristo.

El libro de la Sabiduría nos recuerda hoy que los justos a veces, resultan incómodos en medio de una sociedad no creyente y por tanto hay que eliminarlos.

Pero Dios como nos dice hoy el salmo responsorial “está cerca de los atribulados” aunque el justo sufra mucho, de todo lo libra el Señor.

También el evangelio de hoy nos dice “que los judíos trataban de matar a Jesús”. Jesús es el prototipo del justo que resulta incómodo y por eso tratan de silenciar su testimonio.

También en el mundo de hoy, junto a muchas personas que creen y aceptan a Cristo hay otras muchas que han optado por ignorarlo o incluso por perseguir toda idea suya.

No nos asustemos. Ya le pasó a Cristo, y Cristo dio la cara hasta el final. Pidámosle fuerza para dar valiente testimonio de Fe y de su Evangelio.

 

ORACION ANTE EL SANTISIMO DE ESTE DIA

 

8 día de novena

 

Ante tu cruz. Señor Jesús, permanecemos en silencio, con el corazón en suspenso.

 

Te recordamos recorriendo Palestina y acercándote a los pobres, y abriendo los ojos de los ciegos, y renovando las ilusiones, y llamando a cambiar la vida y el mundo, y anunciando el amor sin medida de Dios Padre.

 

Ante tu cruz recordamos tu fidelidad hasta el fin, tu entrega sin reservas.

 

Contemplando tu rostro, que refleja el rostro dolorido de toda la humanidad, y junto a María, tu madre, te expresamos nuestro agradecimiento, nuestro amor, nuestra fe.

 

Y con esta fe, Señor Jesús, queremos seguirte, porque creemos que tu camino es el camino de la vida.

 

Creemos, Señor Jesús, que tu amor ha vencido a la muerte y ahora, resucitado, estás con nosotros para siempre.

 

Míranos y danos tu gracia salvadora, Señor Jesús.

 

  

SABADO 21 DE MARZO

NOVENO DIA DE NOVENA

Hemos llegado al final de esta Novena a Jesús Nazareno y a la Virgen de los Dolores en la misa vespertina del domingo quinto de cuaresma.

El camino de cuarenta días  que comenzó el miércoles de Ceniza va a terminar. El próximo domingo, domingo de Ramos, nos va a situar ante el comienzo de la Semana Santa en la conmemoración y celebración de la muerte y resurrección de Jesucristo.

En este domingo de Pasión o quinto de cuaresma de este año Jesús nos aclara de una forma extraña el sentido de su muerte, comparándose El mismo al grano que se siembra. Dice Jesús “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere puede infecundo, pero si nace da mucho fruto”.

Dios cuenta como el sentido y el acento de esta comparación no la pone Jesús en la muerte del grano sino en el fruto que dará ese grano de trigo si muere en la tierra.

El gra

ORACION ANTE EL SANTISIMO DE ESTE DIA

 

9 día de novena

 

Quédate con nosotros porque atardece y el día ya ha declinado (lc 24,29).

 

Quédate con nosotros Señor, acompáñanos aunque no siembre hayamos sabido reconocerte.

 

Quédate con nosotros, porque en torno a nosotros se van haciendo más densas las sombras, y tú eres la Luz; en nuestros  corazones se insinúa la desesperanza, y tú los haces arder con la certeza de la Pascua. Estamos cansados del camino, pero tú nos confortas en la fracción del pan para anunciar a nuestros hermanos que en verdad tú has resucitado y que nos has dado la misión de ser testigos de tu resurrección.

 

Quédate con nosotros, Señor, cuando en torno a nuestra fe católica surgen las nieblas de la duda, del cansancio o de la dificultad: tú, que eres la Verdad misma como revelador del Padre, ilumina nuestras mentes con tu Palabra; ayúdanos a sentir la belleza de creer en ti.

 

Quédate en nuestras  familias, ilumínalas en las dudas, sostenlas en sus dificultades, consuélalas en sus sufrimientos y en la fatiga de cada día, cuando en torno a ellas se acumulen sombras que amenazan su unidad y su naturaleza. Tú que eres la Vida, quédate en nuestros hogares, para que sigan siendo nidos done nazca la vida humana abundante y generosamente, donde se acoja, se ame, se respete la vida desde su concepción hasta su término natural.

 

Quédate Señor, con nuestros niños y con nuestros jóvenes, que son la esperanza y la riqueza de nuestro continente, protégelos de tantas insidias que atentan contra su inocencia y contra sus legítimas esperanzas.

 

Oh buen Pastor, quédate con nuestros ancianos y con nuestros enfermos.

 

Fortalécenos a todos en la Fe para que seamos tus discípulos y tus misioneros en el mundo entero. Amén.

no de trigo de su Cuerpo, muerto y enterrado germinará una vida nueva para todos.

 

 

ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA DE COFRADES 2015

 La Asamblea General Ordinaria de Cofrades que se ha celebrado hoy Domingo, día 8 de febrerode 2015, en el Salón de Actos del Seminario Diocesano, sito en la calle Juan Montilla,n.º 1, con el siguiente orden del día:

1.- Lectura y aprobación, si procede, del borrador del Acta de la Asamblea General Ordinaria de Cofrades de 2014.

2.- Lectura de la Memoria del Ejercicio de 201 4.

3.- Informe Económico de 2014 y Presupuestos para e l 2015.

4.- Informe y Propuestas del Hermano Mayor.

5.- Ruegos y Preguntas

Reproducimos a continuación la Memoria de nuestro cronista D. Manuel López (punto 2 del orden del día)

MEMORIA DE LAS ACTIVIDADES REALIZADAS

EN EL AÑO COFRADE 2014 - 2015

(del 9 de febrero de 2014 al 8 de febrero de 2015)

En cumplimiento de las ordenanzas y usos tradicionales en nuestra Cofradía, recogemos en  estaMemoria Anualuna apretada síntesis de las actividades llevadas a cabo a lo largo del año cofrade, tratando de recoger con fidelidad y concisión aquellos aspectos, noticias y eventos que consideramos de mayor relevancia y dignos de ser consignados en la crónica de la Cofradía partiendo del 9 de febrero de 2014, fecha en que se celebró la anterior Asamblea General con presencia de 191 cofrades, de los cuales 86 ostentaban la condición de compromisarios.

De acuerdo con la finalidad esencial de la Cofradía, que es venerar públicamente a nuestras imágenes titulares, los actos más significativos fueron los cultos. Que como siempre fue norma, tuvieron su más significativa e intensa celebración coincidiendo con el tiempo cuaresmal.

El sábado 1 de marzo, la Cofradía intervino en la segunda jornada comunitaria y cofrade de laLectura de la Palabra de Diosque tuvo lugar en la iglesia parroquial de Nª Sª de Belén y San Roque, en la que nuestra representación leyó pasajes del evangelio de San Lucas.

El Miércoles de Ceniza, 5 de marzo, participamos en el solemne Vía-Crucis organizado por la Agrupación de Cofradías y Hermandades, en que nos correspondió la consideración y rezo de laSegunda Estación.

A partir del 7 de marzo, todos los viernes de Cuaresma se celebró en el Santuario el ejercicio del Vía-Crucis al concluir la misa vespertina.

Del 20 al 23 de marzo tuvo lugar el tradicionalbesapiéa la imagen de N. P. Jesús, calculándose pasaron por el Santuario en torno a las veinte mil personas. Elbesapiéculminó con un solemne Vía-Crucis.

Los días 25 y 26 de marzo se celebró el besamanos a María Santísima de los Dolores. Al finalizar el mismo y tras la celebración de la Eucaristía, treinta y seis pequeños menores de tres años fueron presentados y ofrecidos a la Virgen en un emotivo acto que coordino la Vocalía de Juventud en colaboración con el Grupo Joven y Cuerpo de Camareras.

La tradicional y concurrida novena tuvo lugar del 28 de marzo al 5 de abril, predicando en ella Fray Francisco-Víctor López Fernández, carmelita descalzo, prior del convento de Úbeda. En el transcurso de los días de la novena tuvo se efectuó el juramento de nuevos cofrades – 4 de abril- y el homenaje a las promitentes veteranas de La Verónica, el 30 de marzo. La novena contó con el acompañamiento musical del coroXauen Líricaque a diario interpretó las tradicionalescoplas aJesús Nazarenoy los  Dolores de Nuestra Señora.

El sábado 12 de abril, tras la celebración de la Eucaristía, se procedió al emotivo acto de jubilación de promitentes.

En total se jubilaron 34 promitentes: 7 de La Verónica, 26 de N. P. Jesús y 1 de Nª Sª de los Dolores. A todos se les reconoció su esencial colaboración en nuestra procesión durante años y se les hizo entrega de un simbólico recuerdo.

En la mañana del Jueves Santo, 17 de abril, ante los tronos de nuestros sagrados titulares, se celebró laIII Ofrenda Poética.Fue presentado y dirigido por la Vocal de Publicaciones Mª Luisa Fontecha y recitaron sus poemas Manuel Carlos Sáenz, Rocío Biedma y Martín Paredes, con el acompañamiento musical de Francisco José Aguilar y José María Mesbailer.

A continuación hubo una ofrenda floral que prosiguió a lo largo de la mañana. La encabezó el Hermano Mayor, la Junta y el Gobierno de la Cofradía y el Alcalde de la ciudad, sumándose a la misma representaciones de diversas cofradías, encabezadas por la de la Agrupación de Cofradías y Hermandades. Tras ella fueron centenares de fieles los que pasaron ante nuestras veneradas imágenes para realizar su particular ofrenda.

El Viernes Santo 18 de abril, con la puntualidad y emoción acostumbrada, a las tres y veintidós de la madrugada salió Jesús Nazareno, celebrándose en esta ocasión la procesión con toda brillantez en un día espléndido. En el discurrir de la procesión fueron varias las hermandades que le salieron al paso corporativamente. Al paso porLa Carrerase tributó un emotivo homenaje de recuerdo póstumo al fallecido Vicente Hervás Ortega,capitán de los Soldados Romanos, efectuando su hija unalevantádel trono.

Al día siguiente se procedió al reparto de claveles por los cementerios, centros sanitarios, benéficos y asistenciales de la capital, viviéndose emotivas escenas. Igualmente los  numerosos fieles que durante la jornada del Sábado Santo  pasaron por el Santuario pudieron recoger también el apreciado recuerdo de un detalle floral.

Esta intensa etapa culminó el 26 de abril con la celebración de unaMisa de Acción de Gracias.

Durante la Semana Santa y de acuerdo con la tradicional y fraterna costumbre, una representación de nuestra cofradía visitó a distintas hermandades efectuando una sencilla ofrenda floral en el día de su salida.

Este amistoso homenaje se realizó también  el 25 de abril en la visita efectuada a N. P. Jesús por los romeros de Jaén y Colomera que partían hacia elCerro del Cabezo; al paso de la procesión de la Virgen de la Cabeza ante el Santuario en la tarde del 10 de mayo y para despedir a los miembros de la Cofradía del Rocío que marchaban en romería hacia Almonte el 31 de mayo. Igualmente se personó en el Santuario la Cofradía del Cristo de Charcales el 11 de mayo, en su camino corporativo hacia la ermita de la Fuente de la Peña.

Nos hicimos presentes en la ofrenda floral a la Virgen de la Capilla el 10 de mayo; en la procesión de la Virgen de la Capilla y en la solemnidad del Corpus, levantando ante nuestra casa un artístico altar con la intervención de la Vocalía de Juventud, Grupo Joven y personal de Fabricanía.

El 8 de agosto una representación de la Cofradía estuvo presente en Monte Lope Álvarez, en la conmemoración del beato Manuel Aranda. Igualmente se acudió a esta localidad el 6 de septiembre para acompañar a nuestro querido capellán don Antonio Aranda en su toma de posesión como párroco del lugar.

Del 13 al 15 de septiembre tuvo lugar el triduo a María Santísima de los Dolores que fue predicado por el Delegado de Pastoral Penitenciaria Rvdo. Don José Luis Cejudo Moreno y armonizado por el coro de la Hermandad del Rocío.

El 2 de noviembre se celebró una Eucaristía en sufragio de los cofrades difuntos.

Del 27 al 29 de noviembre tuvimos elV Triduo Eucarísticoen acción de gracias por el regreso a la primitiva capilla y camarín de Jesús Nazareno. Ofició nuestro capellán don Antonio Aranda y el último día, tras la Eucaristía y ante la imagen de N. P. Jesús, se rindió homenaje a los medios de comunicación establecidos en la capital (prensa, radio y televisión) por la atención que asidua y habitualmente prestan a la Cofradía.

El  5 de diciembre, en sencillo y emotivo acto, fue la bendición del Belén que por cuarto año consecutivo realizan los internos del Centro Penitenciario de Jaén en la entrada del Santuario y que a lo largo de los días navideños recibió numerosas visitas.

En la noche del 8 de diciembre, miembros del Grupo Joven participaron en la Vigilia Diocesana de la Inmaculada celebrada en la Santa Capilla de San Andrés y parroquia de San Ildefonso.

El Grupo Joven celebró a su patrón San Juan Evangelista con una Eucaristía el 27 de diciembre.

Ya en 2015, el 25 de enero se conmemoró la festividad de la Verónica y tras la ceremonia religiosa tuvo lugar el acto de homenaje a sus portadoras más veteranas.

El 1º de febrero en la localidad marteña de Monte Lope Álvarez, tuvo lugar el solemne acto de hermanamiento de nuestra Cofradía con la parroquia y cofradía de Nuestra Señora del Carmen. Con este motivo se vivió una intensa jornada de actos religiosos que además dieron lugar a una animada y fraterna jornada de amistad y  convivencia.

A lo largo de todo el año en el Santuario se celebraron los cultos ordinarios siempre muy concurridos de fieles y atendidos puntualmente por nuestro capellán que realiza a través de ellos una intensa labor catequética, de formación y de asistencia espiritual.

El 10 de junio tuvo lugar la bendición de una hermosa vidriera con la imagen de N. P. Jesús, pacientemente elaborada a lo largo de 535 horas de trabajo y con 415 piezas de cristal, vidriera que fue realizada y donada por la empresa localCristalería y Aluminios Paco Moreno. La vidriera engalana desde el 17 de junio el ventanal de la puerta de salida de tronos.

Las celebraciones religiosas han estado intercaladas y acompañadas de un intenso programa formativo.

El 15 de marzo y en el Teatro Darymelia se daba a conocer elXV Cartel Madrugada, original de don Francisco Vilches Gámez, acompañado delPregón Madrugada, que en esta ocasión pronunció el periodista y promitente don Juan de Dios Colmenero Ávila quien fue presentado por Dª Encarnación Palomino Rueda.

La Real Sociedad Económica acogió el 22 de marzo la presentación del número 33 de la revista“Jesús Nazareno”que fue comentada por doña Pilar Marín Puertollano y que culminó con un concierto de María Sánchez Marín, miembro del Grupo Joven.

El sábado 4 de abril y en el Teatro Darymelia, tuvo lugar elIV Certamen de Saetas. Fue presentado por don Francisco de Paula Aguilar Barranco, interviniendo los saeteros Juan Francisco Serrano Rojo, José María Sánchez, Andrés Castro, Andrea Pérez, María del Carmen Gersol y José Gersol.

El 26 de abril los miembros del Grupo Joven participaron en elColegio Padre Povedaen el encuentro “En camino… y a volar”organizado por la coordinadora juvenil de los arciprestazgos de Jaén.

El 9 de mayo los más pequeños, dirigidos y organizados por el Grupo Joven, organizaron la tradicionalprocesión de la Cruz de Mayo, sumándose a los actos organizados en la capital con este motivo.

Se convocó y falló el XVI Concurso fotográfico “Cartel Madrugada 2015”. Resultó seleccionada una fotografía original de María del Carmen Martín-Grande Morgado.

El 26 de junio tuvo lugar el acto de presentación del cartel y programa preparado por las MM Carmelitas Descalzas, con apoyo de la Cofradía, para celebrar el IV Centenario de la fundación del Monasterio de Santa Teresa de Jesús, tan cercano afectivamente a nuestra Hermandad.

Con este motivo el 25 de septiembre y en el salón del Arco de San Lorenzo, coordinamos una velada poético-musical presentada por el cronista de la Cofradía,  en la que intervinieron los poetas Ramón Molina Navarrete y Rocío Biedma Martínez y la violinista y miembro delGrupo JovenIrene Escudero Fuentes.

El 30 de octubre, el cronista de la Cofradía pronunció una conferencia sobre el tema“El Monasteriode Santa Teresa de Jaén. Cuatro siglos de vigencia teresiana”.

El 26 de noviembre fue el P. José Vicente Rodríguez quien disertó sobre el códice delCántico Espiritual que las MM. Carmelitas Descalzas guardan como reliquia en su monasterio.

El Grupo Infantil  se asoció a estos actos carmelitanos con un certamen de dibujo celebrado el 22 de noviembre, que tuvo por tema el Convento de Santa Teresa.

El 7 de noviembre se participó en elV Encuentro de Hermandades Carmelitas de Penitenciacelebrado en la ciudad gaditana de San Fernando.

A la exposición organizada en el Palacio de la Merced, de Córdoba, por la Cofradía de N. P. Jesús Caído y Nª Sª del Mayor Dolor en su Soledad, hermandad de raíz carmelitana como la nuestra que celebra su 250 aniversario, se envió una de las túnicas de procesión de N. P. Jesús.

Los miembros del Grupo Joven asistieron el 16 de noviembre al concierto del grupoYoiréen los salones de la parroquia de Monte Lope Álvarez.

El 23 de Noviembre estuvimos presentes en el XXV Encuentro Diocesano de Cofradías y Hermandades que anualmente convoca el Obispo de Jaén.

Igualmente, a lo largo del curso cofrade se celebraron mensualmente reuniones de formación dirigidas y moderadas por nuestro capellán.

  Especial dedicación tuvo el apartado de caridad y asistencia a los necesitados y desfavorecidos. Además de ayudas discretas y puntuales a quienes a nosotros acudieron para hacernos partícipes de sus preocupaciones, tuvieron relevancia las siguientes actuaciones:

A lo largo de todos los meses se apadrinó a través deJaén Solidariaa una familia necesitada y semanalmente se compró fruta para el comedor social de San Roque, colaborando también con el comedor deEl Jordán y de Santa Clara.

El 21 de febrero medio centenar de personas participaron en la jornada de donación de sangre que anualmente organiza la Vocalía de Caridad.

Los ingresos obtenidos en elIV Certamen de Saetas, al que antes hemos aludido, tuvieron una finalidad social a través de la Vocalía de Caridad.

Se entregó un donativo al colectivoMensajeros de la Pazcon destino al proyectoTecnología yAprendizajea desarrollar en Bolivia.

Igualmente se ayudó aCáritaspara el proyectoMadres Jóvenes; a laAsociación La Estrella, de familiares de enfermos de Alzheimer; alBanco de Alimentosy al colectivoADEVIDA.

Con la colaboración delClub Jaén Paraíso Interior, se realizó una recogida de alimentos en el Polideportivo de la Salobreja; hubo otra recogida de alimentos en los supermercadosMas y Mas, entregándose a los comedores sociales de la capital y alHogar de Santa Claraun total de 1.800 kilos de alimentos recogidos en laOperación HAGA.; se participó en un torneo deportivo a favor de laAsociación ALES; miembros de la Cofradía se sumaron a las tradicionales batidas nocturnas para ofrecer alimentos,  bebidas calientes y una palabra de ánimo y consuelo a quienes pasan las noches del invierno en la calle, especialmente temporeros que acuden buscando un tajo en la recogida de aceituna; se visitó en distintas ocasiones y entregó un donativo a las MM Carmelitas Descalzas, tan unidas a la Cofradía; se colaboró con la Pastoral Penitenciaria visitando y alentando a los internos de la Prisión Provincial; se visitó a los residentes en laResidencia de Mayores “Sebastián Estepa Llaurens” y el día de Reyes se entregaron juguetes y golosinas a niños de familias desfavorecidas.

Con el deseo de fomentar la solidaridad y amistad en nuestro colectivo cofrade, menudearon los actos y reuniones de convivencia.

El 15 de febrero fueron los pequeños delGrupo Infantillos que tuvieron una jornada de actividades y juegos que se repetiría el 25 de octubre con una sesión de manualidades. El sábado 22 de marzo fue elCuerpo de Acólitosel que se reunió en una sesión formativa y de preparación para la procesión.; el 27 de abril los miembros del servicio de procesión tuvieron una grata convivencia en los locales de vocalías; el 31 de mayo los componentes delGrupo Jovenpasaron una grata jornada deportiva en las instalaciones de Las Fuentezuelas. El 6 de junio fueron los integrados en  la Vocalía de Caridad quienes se reunieron para disfrutar de unas horas de convivencia en la que se hicieron proyectos y sugerencias para su benéfica actuación. Los miembros delGrupo JoveneInfantilefectuaron, como remate del curso, una excursión alParque Warner, de Madrid. ElCuerpo de Camarerasparticipó el 27 de septiembre en elII Encuentro de Camareras de Jaéndel que fue anfitriona la Cofradía deLos Estudiantes. La Feria de San Lucas deparó jornadas de jubilosa amistad en nuestraCaseta El Encuentro. Y el 20 de diciembre tuvimos la tradicional Cena de Navidad.

Como ya es habitual, recibimos la visita en el Santuario de diversos grupos y colectivos a los que se atendió e informó cumplidamente. Entre esas visitas hay que destacar las efectuadas el 9 de septiembre por elClub Jaén Paraíso Interior F. S.que efectuó una ofrenda floral a N. P. Jesús; la visita que el 16 de noviembre nos hizo laReal y Venerable Hermandad y Cofradía de Nazarenos de N. P.Jesús abrazado a la Cruz y María Santísima de la Amargura, de la ciudad de Écija; la de la Hermana Glenda el 15 de diciembre y de manera especial, la de la pequeña Noelia, el 22 de mayo, una niña gravemente enferma que a través de laAsociación Pídeme la Luna, cumplió su sueño de poder contemplar con cercanía la imagen de N. P. Jesús.

Por nuestra parte, una representación de la Cofradía asistió el 25 de octubre, en Andujar, a la presentación de la marchaNuestra Señora de los Dolores Coronada, obra del músico iliturgitano Antonio Jesús Pareja Castilla. También estuvimos presentes en la bendición de la imagen de María Santísima Reina de los Cielos, de la pro-hermandad de N. P. Jesús de la Redención.

Siguiendo la práctica iniciada hace ya años, del 20 al 26 de julio el equipo de expertos delTaller de Restauración delArzobispado de Madridque encabezan Raimundo Cruz Solís e Isabel Poza Villacañas, volvieron a visitarnos para hacer la anual y minuciosa revisión a nuestras imágenes titulares, constatando el progresivo deterioro del talón de la imagen de Jesús Nazareno y haciendo propuestas de posibles soluciones para la mejor conservación de nuestro patrimonio.

En el capítulo de mejoras, hemos de reseñar la restauración del trono de La Verónica realizada en losTalleres San Marcos, de Sevilla.

La generosidad de don Tomás Sanz Barrau hizo donación a la Cofradía de los restos de la antigua túnica de N. P. Jesús conocida comotúnica de las estrellasy la primera fotografía que se hizo a su sagrada imagen en 1859, elementos procedentes de la casa de la familia Montero-Solá, vecinos del Santuario y antiguos cofrades.

Bueno sería que otras muchas personas imitaran este gesto haciéndonos llegar, bien en calidad de donación, depósito o préstamo para reproducción elementos que ayuden a completar nuestro archivo y fondo patrimonial.

En el apartado de personal recogemos con satisfacción el reconocimiento que el 19 de junio se hizo a nuestro consiliario y antiguo Hermano Mayor don José María Mariscal Muñoz, con la concesión de uno de los“Galardones a una vida cofrade”,distinción que le fue entregada en acto solemne celebrado en el Teatro Infanta Leonor.

Tuvimos el pesar de perder a nuestros hermanos don Antonio Delgado Mena, el 20 de marzo, cofrade muy ligado por tradición familiar a la Fabricanía y antiguo fundador de la Cofradía de los Estudiantes. En el fin de año a don Juan Fuentes Domínguez, cofrade de larga ejecutoria al servicio de la cofradía y ejemplar secretario en los años de 1981-1987 y muy recientemente a don Fernando Montoro Mesa, muchos años conductor del trono de Nª Sª de los Dolores. Igualmente hemos de reseñar nuestro sentimiento por el inesperado fallecimiento en las vísperas de la pasada Semana Santa de Vicente Hervás Ortega, que durante muchos años y al frente de laCenturia Romanaacompañó a N. P. Jesús perpetuando la legendaria presencia de losSoldados Romanosen nuestro cortejo procesional.

Por lo que se refiere al movimiento personal de la Cofradía, la estadística puede resumirse así:

El número actual de cofrades asciende a 4.266 , de ellos 3.641 son activos y 625  inactivos, entre los que figuran  un total de 46  cofrades ya fallecidos cuyas familias siguen abonando cuotas por devoción.

Las altas de nuevos cofrades ascendieron a 74.

Las bajas hicieron un total de 263  con este desglose:

Por fallecimiento, 19;  bajas voluntarias, 56; por impago de cuotas desde 2011, 188.

En resumen, los cofrades activos ascienden a 3.641, con el siguiente desglose:

Aspirantes, 338. De no pleno derecho, 44; de pleno derecho, 3259.

Con el fin de que los cofrades de pleno derecho que lo deseen puedan tener un recuerdo acreditativo de su condición e ingreso en la Cofradía, se ha editado una evocadorapatente de cofradeinspirada en que se puso en uso en la Cofradía en 1864.

Como es habitual desde hace muchos años, nuestras diferentes sedes –Casa de Hermandad,  local de Vocalías y Santuario de N. P. Jesús-  tuvieron sus puertas abiertas a diario, incluso en  época vacacional y siempre hubo en ellas un nutrido grupo de voluntariosos cofrades  ofreciendo generosamente su tiempo, conocimientos y habilidades en pro de la Cofradía. Igualmente la Junta de Gobierno en todo momento y ocasión estuvo abierta a cuantas sugerencias, propuestas y críticas constructivas se le hicieron llegar en el afán colectivo por construir una Cofradía cada vez más solidaria, más viva y en definitiva más cristiana y comprometida.

Cerramos esta Memoria con la reiterada invitación a nuestros hermanos para que se sientan partícipes del común proyecto cofrade, se hagan presentes en nuestras múltiples convocatorias y nos presten su colaboración para que entre todos mantengamos viva y  activa la devoción a Jesús Nazareno que recibimos de nuestros mayores y con la que tanto nos gloriamos.

Jaén, a 9 de febrero de 2014.

Fdo.: Manuel López Pérez.

CRONISTA


   

 

Desde la Vocalía de juventud queremos invitaros a todos aquellos jóvenes cofrades que quieran conocernos o deseen formar parte del grupo joven o infantil de nuestra hermandad,  a  que periódicamente nos visitéis en esta sección. Aquí conoceréis  las actividades que vamos realizando, así como las que iremos programando a lo largo del año, haciendo que éste lugar sea otro punto de encuentro.

Si deseas unirte a nuestro grupo joven o grupo infantil

puedes dejarnos tus datos

en el teléfono 953 233005 o enviarnos

un email a

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ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA DE COFRADES 2014

El domingo día 9 de Febrero de 2014 se celebraró la Asamblea General Ordinaria de cofrades de 2014, en el salón de actos de Seminario Diocesano , a la que asistieron un total de 191 cofrades de pleno derecho, de los que 86 eran compromisarios, constituyéndose por tanto la asamblea como válida.

Tratándose el siguiente

ORDEN DEL DÍA

1º.-          Lectura y aprobación, si procede, del borrador del Acta de la Asamblea General Ordinaria de cofrades de 2013.

2º.-          Lectura de la Memoria del Ejercicio 2013.

3º.-          Informe Económico de 2013 y Presupuestos para 2014.

4º.-          Informe y Propuestas del Hermano Mayor.

5º.-          Ruegos y Preguntas.

                                                             

Reproducimos a continuación la memoria correspondiente al ejercicio 2013 realizada por nuestro cronista D. Manuel López Pérez.

Dando cumplimiento al precepto estatutario recogido desde antaño en los usos y costumbres de nuestra Cofradía, recogemos en esta Memoria los acontecimientos más relevantes vividos desde la celebración de la pasada Junta General.

Posiblemente el hecho más significativo de los aquí recogidos, haya sido la celebración de las preceptivas elecciones para la renovación de la Junta de Gobierno.

Cumplimentando escrupulosamente la normativa diocesana dictada al  respecto, el pasado 22 de septiembre tuvieron lugar los comicios con la participación activa del 13 % del censo de cofrades de pleno derecho. De los 3.336 cofrades, participaron 407, de los cuales 317 dieron su voto favorable a la única terna que se presentaba, compuesta por don Francisco Manuel Gutiérrez Montero, como Hermano Mayor, don Juan Francisco Pulgar Garzón como Vice-Hermano Mayor y don Miguel Tirado Almagro como Administrador.

Aprobada la elección por Decreto Episcopal de 27 de septiembre, se procedió a la formación de la nueva Junta de Gobierno y Gobierno de la Cofradía, que tomó posesión el 21 de noviembre ante nuestros sagrados titulares, tras la celebración de la Eucaristía correspondiente al primer día del Triduo Eucarístico.

Debemos consignar la aprobación por la autoridad diocesana, el 12 de  noviembre pasado de algunas modificaciones a los Estatutos, previamente  aprobadas en la Asamblea General del 3 de febrero del pasado año. Se han modificado los artículos 3.1, 18.1, 20.3, 22.2, 22.3 y 22.5 y suprimido los artículos 59 y 60.

El tiempo de Cuaresma y Semana Santa concentró, como cada año, las actividades más significativas y habituales de la Cofradía.

Durante los viernes de Cuaresma -15 y 22 de febrero y 1 y 8 de marzo- y en la capilla de N. P. Jesús, nuestro capellán don Antonio Aranda dirigió las ya habitualesreflexiones cuaresmales ante Jesús Nazareno.

Con la acostumbrada y multitudinaria asistencia de fieles y devotos, del 4 al 7 de marzo se celebró el besapié a Jesús Nazareno, que tendría su populosa continuación los días 18 y 19 con el besamano a María Santísima de los Dolores. Un número incalculable de devotos pasó estos días por el Santuario para patentizar con este sencillo gesto su filiación nazarena y jaenera.

Del 10 al 17 de marzo tuvo lugar la Novena que estuvo armonizada por el grupo coral y musicalXauen Lírica, que interpretó las partituras tradicionales de  estos cultos.

Dada la coincidencia con el Año de la Fe y las celebraciones del 425 Aniversario, en esta ocasión la predicación de la Novena ofreció especial realce. La abrió el Sr. Obispo don Ramón del Hoyo, predicando en días sucesivos el Vicario General don José Antonio Maroto Expósito, el Deán de la Santa Iglesia Catedral don Francisco Juan Martínez Rojas, el Prior de los Carmelitas de Úbeda Fray Francisco Víctor López Fernández, el P. Conventual de Úbeda Fray Alejandro Soriano Martínez, el Provincial de Andalucía P. Fray Francisco José Berbell Samblás y nuestro capellán don Antonio Aranda, cerrando la novena el obispo emérito de Cádiz don Antonio Ceballos Atienza. Quedó así patente la relevancia de este centenario acto de culto y nuestra indisoluble afección al carisma carmelitano.

En el transcurso de la Novena se celebraron varios actos. El 10 de marzo se entregaron diplomas a las mujeres que habían portado el trono de la Verónica durante cinco años. El 16 de marzo fue el juramento e imposición de medallas a los nuevos cofrades de pleno derecho. El 23 de marzo tuvo lugar el emotivo acto de jubilación de promitentes y despedida de alféreces, fiscales y bolsas de caridad, así como el reconocimiento a los expromitentes mayores de sesenta años. En esta ocasión se jubilaron seis portadoras de la Verónica, un promitente de Nª Sª de los Dolores y diecisiete de N. P. Jesús.

También durante la Novena se tributó un sencillo acto de reconocimiento a los colaboradores de Fabricanía don Francisco Morales Montes y don Juan de Dios Rodríguez Martínez.

En la mañana del Jueves Santo 28 de marzo, se celebró la ofrenda poética en la que intervinieron don José Luis López Fuentes, don Juan Carlos García-Ojeda Lombardo, don José Sánchez del Moral y cantó inspiradas saetas María del Carmen Gersol. El acto se complementó con la tradicional ofrenda floral.

El Viernes Santo, pese a la inseguridad del tiempo, se inició la procesión a las tres de la madrugada, siendo retransmitida en directo por Onda Jaén y Canal Sur Televisión. La aparición de una preocupante llovizna y la confirmación por diversos conductos de la posible aparición de un frente de lluvias, obligó a iniciar el regreso desde la plaza de Santa María, suprimiéndose el tradicional acto de El Encuentro, si bien, cesada la llovizna, la procesión no finalizó hasta las ocho treinta de la mañana. Posteriormente se abrieron durante varias horas las puertas del Santuario para que los fieles pudiesen venerar las imágenes.

A lo largo del Sábado Santo se fueron repartiendo por centros sanitarios, asistenciales, cementerios y domicilios de personas imposibilitadas, los claveles que habían acompañado a nuestras imágenes, generándose escenas de gran emotividad.

El 6 de abril tuvo lugar la misa de acción de gracias con la que se ponía fin a este intenso periodo de celebraciones.

A lo largo del año se celebraron diferentes actos de culto, pues no hay que olvidar que estas celebraciones son el objetivo esencial de nuestra vida cofrade.

Entre los días 13 al 15 de septiembre se celebró el Triduo en honor de Nuestra Señora de los Dolores que fue predicado por don Juan Carlos García Serrano, Vicario Parroquial de San Félix de Valois y armonizado por el Coro de la Hermandad “Virgen del Rocío”.

El día 16 de septiembre se procedió a la bendición de una artística imagen de San José, realizada en terracota por los afamados artesanos ubetenses Francisco Martínez Villacañas, “Tito” y su hijo Juan Pablo Martínez Sánchez, imagen que se colocó en la hornacina que preside la fachada del Santuario de N. P. Jesús, en recuerdo de su primitiva advocación. Como otros detalles del Santuario, ha sido fruto de una donación anónima.

Los cuartos sábados de mes hubo  sabatina en honor de Nuestra Señora de los Dolores y el sábado 30 de noviembre,Radio Maríaretransmitió desde el Santuario el rezo del Santo Rosario.

El 2 de noviembre celebramos la Eucaristía en memoria de los difuntos de la Cofradía.

Como actos complementarios, el 23 de febrero y en el Teatro Darymelia, se ofreció elPregón Madrugada, con la presentación del XIV Cartel, obra de César Carcelén, que estuvo a cargo de la cofrade Encarnación Palomino Rueda, de quien hizo una semblanza Prudencio Villar Sánchez. Cerró el acto Ángel García de la Rosa que interpretó con la flauta la marcha de N. P. Jesús y la Salve Rociera.

El 2 de marzo, en el salón de la Real Sociedad Económica, nuestra vocal María Luisa Fontecha del Moral presentaba la edición 2013 de la revista “Jesús Nazareno” ya en su número 32.

El 15 de marzo y en el Teatro Darymelia se celebró elIII Festival de Saetas “Ciudad de Jaén”, que fue presentado por el cofrade Francisco Aguilar y en el que una docena de participantes hicieron gala de su maestría en este peculiar arte.

Hemos de consignar que en los días últimos de mayo, nuestra cofradía participó con la exhibición de sus dos más antiguos libros de actas en la exposición monográfica del maestro encuadernador don Luis Jaén Varela, celebrada en el Archivo Histórico Provincial, quedando de manifiesto ante un selecto grupo de especialistas en la materia, nuestra preocupación por la salvaguarda de nuestro patrimonio documental.

Una vez más, queremos aprovechar la ocasión para rogar se nos hagan llegar, bien en donación, depósito o préstamo para su reproducción, cuantos elementos (libros, folletos, revistas, recordatorios, fotografías, grabados, documentos…, etc.) puedan contribuir a enriquecer nuestro archivo.

El 3 de mayo, en la plazuela del Santuario se bendijo una artística “Cruz de Mayo” que había sido confeccionada por los reclusos del módulo de respeto de la Prisión Provincial y en esa misma festividad el Grupo Infantil participó en el tradicional desfile de las procesiones infantiles.

Testimoniando con sencillez la obligada fraternidad cofrade, representaciones de la Cofradía asistieron a los actos y cultos de las distintas hermandades y nos hicimos presentes con ofrendas florales al paso de las distintas hermandades de pasión ante nuestra Casa de Hermandad, al igual que ante la procesión de Nuestra Señora de la Cabeza y tradicional visita de los cofrades de “la Colomera”, despedida de los romeros al Rocío, en los cultos a la Virgen de la Capilla, y al paso de las imágenes de Nª Sª del Carmen y Divina Pastora. Y con la colaboración del Grupo Joven y sección de Fabricanía se alzó el tradicional altar al paso de la procesión del Corpus.

Además, asistimos el 8 de agosto en Monte Lope Álvarez a la conmemoración de la muerte del beato Manuel Aranda y también una representación de la Cofradía estuvo en Tarragona en el acto de beatificación de los siete mártires de la provincia de Jaén. Como complemento de todo ello, la Cofradía fletó un autobús para facilitar el desplazamiento de cofrades y devotos a la parroquia de Monte Lope Álvarez  para asistir a la fiesta de acción de gracias que allí se celebró el 15 de noviembre tras la beatificación del seminarista Manuel Aranda.

Especial relevancia tuvieron los actos previstos en el programa diseñado para realzar el 425 Aniversario de la apertura del Convento de San José y la fundación de la Cofradía, actos incardinados en elAño de la Fey para los que el Prepósito General de los Carmelitas Descalzos Fray Severio Cannistra envió su bendición desde la ciudad de México con fecha 25 de septiembre de 2013.

En el salón de la Real Sociedad Económica tuvo lugar el 8 de febrero una animada mesa redonda en torno a las cofradías mas populosas de Andalucía, que fue moderada por el periodista Manuel Contreras Pamos y en la que intervinieron don Juan Partal Rodríguez, Hermano Mayor de la Hermandad del Cautivo, de Málaga, don Ángel Espinosa Calixto, Mayordomo de la Cofradía Matriz de Nuestra Señora de la Cabeza de Andújar, doña Susana Acosta Rejas, fiscal de la Hermandad Matriz del Rocío, de Almonte y nuestro Hermano Mayor.

El 8 de marzo y en el Santuario, el P. Fray Juan Dobado Fernández pronunció una conferencia con el tema“Jesús de los Descalzos una vocación carmelitana”.

El 16 de mayo, en el salón de la Agrupación de Cofradía intervino nuestro capellán, que expuso el tema “El martirio, un don de Dios”.

El 23 de mayo, tuvo lugar la presentación de una carpeta-recuerdo de documentos facsímiles recogidos de nuestro fondo bibliográfico.

El 27 de septiembre Fray Francisco José Berbell Samblás, Provincial de los Carmelitas Descalzos de la Provincia Carmelitana del Santo Ángel, disertó sobre“Santa Teresa de Jesús, maestra en los caminos de Dios”.

La última conferencia del ciclo fue impartida el 25 de octubre en el salón de la Real Sociedad Económica por Manuel López Pérez, Cronista de la Cofradía, con el título“La Cofradía de N. P. Jesús Nazareno: 425 años de Fe, Esperanza y Caridad”.

El cupón del sorteo de la ONCE correspondiente al 30 de marzo, Sábado Santo, estuvo dedicado a nuestra imagen titular, divulgando por toda España, a través de cinco millones de cupones, nuestro 425 Aniversario.

El 16 de noviembre se celebró elIV Congreso de Cofradías Carmelitanas de Penitencia de la Provincia Carmelitana del Santo Ángel, al que junto a nuestra Hermandad se unieron representaciones de cofradías procedentes de Alcaudete, Algeciras, Cádiz, Córdoba, Granada, San Fernando, Sanlúcar de Barrameda, Sevilla, así como una específica representación de los PP. Carmelitas Descalzos.

Los asistentes fueron recibidos en el Monasterio de Santa Teresa de Jesús de las MM. Carmelitas Descalzas, donde tras el acto religioso celebrado en su iglesia fueron agasajados con un refrigerio. Pasaron luego a nuestra sede en el Santuario de N. P. Jesús, donde por parte del Cronista de la Cofradía se ofreció una ponencia sobre el devenir histórico de la Cofradía, su actualidad vital y la estrecha vinculación con el Carmelo. Seguidamente y también con la dirección del Cronista, los  numerosos asistentes recorrieron diversos lugares íntimamente relacionados con la imagen de Jesús Nazareno, tales como el Convento de la Merced, el Arco de San Lorenzo, la iglesia del Sagrario y la Catedral.

            Tras un grato y fraterno yantar en el Parador de Santa Catalina, en los locales de Vocalías la Cofradía ofreció un acto de reconocimiento a todas las hermandades participantes, en el que se entregaron recuerdos y distinciones. Se visitó a continuación la Casa de Hermandad, de la que todos los asistentes hicieron cumplidos elogios, finalizando la jornada con una solemne eucaristía en el Santuario de N. P. Jesús.

Todos los participantes fueron fraternamente atendidos por miembros de la Junta y Gobierno de la Cofradía, entregándoseles publicaciones y recuerdos.

Como ya hemos apuntado, para dejar constancia de los fastos de este 425 Aniversario, la Cofradía editó en facsímil una serie de publicaciones de gran poder evocador.

Cada uno de los facsímiles va precedido de un estudio introductorio realizado  por el Cronista de la Cofradía y acompañado de la correspondiente y artística  certificación que garantiza su calidad de edición numerada de bibliófilo,  disponiéndose todo el conjunto en una elegante carpeta-archivadora. Las  publicaciones recogidas fueron las ediciones de la Novena de 1826 y 1861, los apuntes históricos sobre la imagen y Cofradía elaborados por el cronista don Alfredo  Cazabán Laguna en 1902, el romance“El prodigio”, original de don Antonio Alcalá Venceslada, sobre las vicisitudes vividas en la procesión de 1928, el soneto de don Antonio Alcalá Venceslada alusivo a la primera vez que N. P. Jesús pasó bajo el Arco de San Lorenzo, el texto y partituras de las antiguas saetas a Jesús Nazareno y una carpeta conteniendo quince láminas de gran poder evocador alusivas a N. P. Jesús.

La edición fue realizada por Imprenta Blanca, con el asesoramiento de nuestro Cronista. De manera simultánea, el diario “JAÉN” distribuyó durante la Cuaresma una carpeta con diversas reproducciones artísticas alusivas a Jesús Nazareno –grabados y fotografías antiguas, pinturas, documentos…- debidamente comentadas.

En gratas audiencias concedidas al efecto, ejemplares de estas carpetas se entregaron al Sr. Alcalde y al Sr. Obispo por una representación de la Cofradía.

Hubo también, el 5 de diciembre, una entrevista con el Delegado Episcopal de Cofradías para abordar diversos temas de interés, entre ellos el proyecto de Coronación de Nª Sª de los Dolores.

Debemos consignar también la publicación en el boletín de la popular hermandad del “Baratillo”,de Sevilla, de un trabajo alusivo al palio y manto de nuestra Virgen de los Dolores, evento que supuso el inicio de una fraterna colaboración con dicha cofradía.

El 12 de noviembre, el Alcalde de Jaén firmó un Decreto por el que el Excmo. Ayuntamiento ofrecía a N. P. Jesús las simbólicas llaves de la ciudad, que le fueron entregadas en acto celebrado en la mañana del 23 de noviembre.

A la tarde tuvo lugar una procesión extraordinaria que trasladó las imágenes de N. P. Jesús y Nª Sª de los Dolores a la S. I. Catedral donde se celebró una solemne eucaristía de clausura de los actos del 425 Aniversario oficiada por el Sr. Obispo, regresando seguidamente al Santuario en una procesión que se prolongó hasta la madrugada. Hemos de consignar que en la procesión y por vez primera fueron mujeres quienes portaron el trono de la Virgen de los Dolores.

Esta procesión estuvo precedida delTriduo Eucarístico de Acción de Graciasrecordatorio de la apertura del Santuario.

Como en años anteriores se puso especial empeño en el acompañamiento y formación de nuestros más jóvenes cofrades para los que organizaron actividades específicas adecuadas a su edad.

El sábado 9 de febrero el Grupo Infantil se reunió en las dependencias de vocalías para una tarde de convivencia y formación en la que escenificaron la Madrugada a través de ingeniosas manualidades.

El 16 de febrero los componentes del Grupo Joven, junto a varios miembros de la Cofradía, se desplazaron a la ciudad de Málaga con el fin de visitar distintas hermandades de aquella capital. Así mismo, el domingo 3 de marzo el Grupo Joven mantuvo una fructífera jornada de formación y convivencia.

El Grupo Joven participó el 6 de abril en las jornadas de convivencia organizadas por el Arciprestazgo en el Colegio “Divino Maestro”. Igualmente se  celebró elII Concurso de DibujoInfantilcon una gran aceptación.

En el apartado de acción benéfico-social se abordaron numerosas iniciativas.

El 22 de febrero en el local de Vocalías hubo una jornada de donación de sangre.

Se entregaron ayudas  a Manos Unidas, Hermanitas de los Pobres, Emergencia Filipinas, Edad Dorada-Mensajeros de la Paz y con destino a los damnificados de Haití, Bolivia y El Salvador. Colaboramos en las salidas solidarias nocturnas para acompañar a los inmigrantes que pueblan nuestras calles en busca de trabajo durante la recolección de la aceituna. En la jornada de recogida de alimentos celebrada el 7 de diciembre bajo la denominación de Operación Haga, se recogieron 1310 kgrs. A través del colectivo Jaén Solidario se ha procedido a apadrinar a una familia necesitada durante un año. Se ha colaborado, a través de la Vocalía de Caridad y Convivencia, con la colaboración de la Vocalía de Juventud, con el comedor social de San Roque, el Centro Social “El Jordán” y el “Hogar de los Sin Techo” y compartido gratos momentos con los mayores de la residencia Sebastián Estepa Llaurens. En la festividad de los Reyes se entregaron juguetes a los niños de cuarenta y cinco familias necesitadas. Se visitó en varias ocasiones a la MM Carmelitas Descalzas para entregarles afectivas ayudas y se propiciaron diferentes actividades de convivencia, entre las que destaca la acostumbrada cena de Navidad, la instalación durante la Feria de San Lucas de la animada caseta “El Encuentro” y la celebración durante las fiestas navideñas del ya tradicional “partidillo” de fútbol entre miembros de la Junta y Gobierno.

Entregamos un donativo a Cáritas, destinado a ello el importe del sorteo de una pintura donada por don Jesús Colmenero de la Torre. Se colaboró con la  pastoral penitenciaria, visitando la Prisión para llevar nuestro aliento y esperanza a los internos y el 3 de diciembre los reclusos de la Prisión Provincial volvieron a montar en el Santuario un artístico Belén.

Respecto al cuido y conservación de nuestro patrimonio, el 22 de noviembre, en el transcurso del Triduo Eucarístico, tuvo lugar la bendición del nuevo pendón de la Hermandad, obra de los bordadores Javier García y Martín Suárez. Se han  restaurado los ramilletes de olivo que adornan el trono de la Virgen de los Dolores,  el histórico ramo de espigas y olivo que figura en el frontal del trono de N. P. Jesús y se han recuperado y restaurado las antiguas coronas-aureolas de las imágenes de la Verónica y San Juan.

En el capítulo de donaciones hemos de consignar que Don Ricardo Cobo López donó un sudario de raso morado, Don Francisco Carrascosa un lote de antiguas fotografías con destino al archivo, la familia Callado Martos un saya para María Santísima de los Dolores, Dª Ignacia Fuentes Ramírez, un pañuelo de encaje, Dª Dulcenombre Gómez Blanca una mantilla de encaje, la Comunidad de MM Carmelitas Descalzas un ajuar completo de altar, D. Florentino Fernández Martínez, su Cruz del Mérito Militar y el exalcalde de Jaén don Alfonso Sánchez hizo entrega de una interesante pieza documental alusiva a la concesión a N. P. Jesús de la Medalla de Oro de la ciudad y su imposición en mayo de 1999.

Los “Galardones a una vida cofrade” correspondientes a 2013, que fueron entregados en el Teatro Infanta Leonor el 20 de septiembre, se proyectaron en esta ocasión sobre nuestra Cofradía a través de las personas del Fabricano de Honor don Juan Delgado Mena, que recibió uno de ellos y el cronista Manuel López Pérez, que recibió el galardón especial otorgado por la Agrupación de Cofradías. En el acto ambos manifestaron su estrecha y antigua vinculación con la hermandad, estando acompañados por una nutrida representación encabezada por el Hermano Mayor.

ElXV Certamen Fotográfico “Madrugada”, quedó en esta ocasión desierto.

Respecto al movimiento de cofrades a lo largo del ejercicio la situación se resume así:

El número actual de cofrades asciende a 4.405, de ellos 3.831 son activos y 619 inactivos. Además hay 45 cofrades ya fallecidos, cuyas familias los mantienen por devoción en el nomenclátor de la Cofradía.

Las altas de nuevos cofrades ascendieron a 112.

Las bajas fueron 283, con este desglose: por fallecimiento, 31; bajas voluntarias, 59; por impago de recibos desde 2010, 193.

Cofrades aspirantes activos contamos con 353.

Entre las bajas de cofrades, hemos de lamentar el fallecimiento de don Fernando Hermoso Poves, cofrade cumplidor y fiel, que solía acompañarnos en todos nuestros actos y cuya devoción a N. P. Jesús hizo patente durante la etapa en que fue Delegado Provincial del Ministerio de Cultura, luchando decididamente para evitar la demolición del Camarín de Jesús. También nos dejó don Ezequiel Calatayud Sierra, cofrade y antiguo componente de la Junta de Gobierno, muy devoto por  antigua tradición familiar.

Por lo que respecta al Santuario, a lo largo de todo el ejercicio se han mantenido y potenciado los actos habituales y diarios de culto, contando en todo momento con la asistencia y orientación de nuestro capellán, la frecuente visita de los PP. Carmelitas Descalzos y el silente y orante acompañamiento de las MM Carmelitas Descalzas del vecino monasterio de Santa Teresa.

Se realizaron modificaciones y mejoras en el sistema eléctrico y se prosiguió en la búsqueda de soluciones para la eliminación de humedades y goteras. Así mismo, gracias a la colaboración desinteresada del cofrade don Luis Cárdenas Luque se tapizaron los reclinatorios de los bancos.

Fueron frecuentes las visitas de grupos, destacando entre ellas la realizada el 22 de mayo por el FUNCOSA JAÉN F. S. y el 10 de septiembre por el JAÉN PARAÍSO INTERIOR F. S. Con el fin de atender con eficacia las “visitas guiadas” que suelen solicitarse, por parte del Cronista se ha preparado un cuaderno-guía orientativo.

Con el inicio del año se puso en práctica la celebración de una sesión mensual de formación para la Junta y Gobierno de la Cofradía, en la que bajo la dirección de nuestro capellán se estudia la Exhortación apostólica“Evangelii Gaudiun”.

Como es habitual en nuestra hermandad, a lo largo de todo el ejercicio cofrade en ningún momento decayó la actividad en nuestras sedes, en las que siempre hubo un animado grupo de voluntariosos cofrades aportando su tiempo y trabajo y donde la Junta de Gobierno siempre tuvo las puertas abiertas para atender propuestas, sugerencias y críticas constructivas que nos ayuden a diseñar una Cofradía cada vez mas viva, mas solidaria, mas cristiana.

Al cerrar esta Memoria, que como es habitual se incluirá para su difusión en la página web de la Cofradía, queremos invitar un año mas a nuestros hermanos a que cada uno, desde sus posibilidades, se haga partícipe y actor de nuestro proyecto cofrade, pues solo con la ayuda y la aportación de todos podremos enriquecer ese querido y entrañable proyecto nazareno que pese a los avatares de los hombres y los tiempos, supera ya los cuatro siglos de vigencia.

Jaén, a 9 de febrero de 2014.

Fdo.: Manuel López Pérez.

CRONISTA


El pasado 3 de febrero de 2013, se celebró en el Salón de Actos del Seminario Diocesano de Jaén, la Asamblea General Ordinaria de Cofrades 2013, donde habían sido citados en tiempo y forma todos los cofrades de pleno derecho. A la misma asistieron 198 cofrades, de los que 77 eran compromisarios, por lo que la Asamblea quedó constituida  al haber quorum suficiente de compromisarios al superar los 75 establecidos en los Estatutos.

Comenzó la Asamblea con el rezo del Credo por todos los presentes al estar inmersos en el año de la Fe. Acto seguido el secretario D. José Luis Pérez procedió a dar lectura al acta correspondiente a la Asamblea celebrada en el año 2012, siendo la misma aprobada por unanimidad.

Siguiendo el orden del día se procedió a la lectura de la Memoria del Ejercicio 2012, a cargo del cronista de nuestra Hermandad, D. Manuel López, a continuación de esta pequeña crónica reproducimos la totalidad de la misma.

Terminada la lectura tocó el tercer punto del orden del día, Informe Económico de 2012 y Presupuesto para el 2013, el administrador D Miguel Tirado procedió a desgranar el informe económico del reciente año terminado, informando a la asamblea que a pesar de los tiempos que vivimos, con una bajada importante de ingresos el saldo final del ejercicio ha sido positivo, informe que fue aprobado por unanimidad. Seguidamente procedió a  exponer los presupuestos para el año 2013, reducido un 12% con respecto al año anterior y que se ha confeccionado para intentar conseguir al final del ejercicio el equilibrio presupuestario.

Tocaba el cuarto punto del día, la propuesta y aprobación si procede de modificación parcial de estatutos, el vice-hermano mayor D. Ricardo Cobo procedió a explicar para su discusión o aprobación la propuesta de modificación de los estatutos. Tres son los bloques que se propusieron su modificación, el primero correspondía a los artículos relativos a la sede de la cofradía  ello motivado por el cambio al Santuario de la cofradía. El segundo bloque correspondía algunos artículos para adaptarlos al estatuto marco de cofradías propuesto por la diócesis . Y el último bloque relativo  a la constitución de la propia asamblea, actualmente para constituir la asamblea se precisaban la asistencia del 8% de cofrades de pleno derecho o 75% de compromisarios, lo que hace que en ocasiones la asamblea no pueda constituirse y tenga que celebrarse solamente con carácter informativo. La propuesta que fue sometida a la asamblea  consiste si no es posible constituirse por las dos fórmulas anteriores la misma pueda ser constituida por los asistentes siempre que su número supere los 100. Todos los cambios fueron aprobados, por lo que serán elevadas las propuesta a la autoridad eclesiástica para la definitiva modificación.

Seguidamente fue el  hermano mayor D. Francisco Gutierrez quien dio paso al quinto punto del orden del día, informe y propuestas del mismo. Comenzó agradeciendo la labor de nuestro Capellán siempre a disposición de la cofradía y del Santuario para todo lo que se le solicita. Respecto de la Coronación de Nuestra Sra de los Dolores indicó seguían los trámites ante el obispado, aprovechando para invitar a todos los asistentes a la Sabatina que cada cuarto sábado de mes se realiza a Nuestra Señora. Informó sobre el convenio firmado por la Agrupación de cofradías con la Banda de Música de Jaén  y aceptado por la misma de tocar todas las Madrugadas acompañando a Ntro Padre Jesús. Comentó acto seguido la desazón por la suspensión de la procesión el año pasado. Seguidamente informó que en el presente año en el mes de septiembre habrá elecciones de nuevo, y en noviembre se celebrará la procesión extraordinaria con motivo del 425 aniversario.   Continuó informando de los cambios realizados en cuando a la hora de salida de la procesión este año que se retrasa a las 3,  explicando las causas que lo han motivado, y llamó la atención de la situación de los promitentes lo que hace plantearse un estudio para modificar el reglamento del promitente buscando nuevas propuestas que haga viable en el futuro no se produzcan problemas por falta de los mismos. Por último propuso que al estar dentro del año de la fe y por la situación especialmente delicada que estamos padeciendo, el 50% de la bolsa de lo recaudado en la procesión se entregue a Caritas, siendo aceptada la propuesta por la asamblea..

En el apartado último del orden del día el correspondiente a los ruegos y preguntas, sólo se formuló un ruego por un cofrade asistente relativo a cuestiones de promitentes que será tenidas en cuenta por el responsable de dicha sección.

Antes de finalizar con todos los asistentes en pie se oyó el himno a Nuestro Padre Jesús.

Terminó  la asamblea con las palabras de nuestro capellán D. Antonio Aranda y con el rezo de un Padre nuestro y la Salve.

 

 MEMORIA DEL EJERCICIO 2012

En virtud de lo señalado en nuestras reglas y ordenanzas y siguiendo la antigua tradición de nuestra Cofradía, recogemos en esta Memoria Anual una síntesis de las actividades más relevantes acaecidas desde la última Asamblea General celebrada en el mes de febrero del pasado año.

 

Dada nuestra específica condición de asociación religiosa, el fomento del culto público a nuestros sagrados titulares fue durante el año el objetivo más relevante y primordial de nuestra actuación.

 

A lo largo de los días 24 de febrero y 2, 9, 16 y 30 de marzo, coincidiendo con las celebraciones propias de la Santa Cuaresma tuvieron lugar, dirigidas por nuestro capellán, las“Reflexiones cuaresmales a los pies de Jesús Nazareno”.

 

Entre los días 12 al 15 de marzo se celebró el tradicional“besapié”a Jesús Nazareno, que un año más transcurrió con el mayor respeto y fervor, siendo incontables las personas que se acercaron al Santuario nazareno para ofrendar su íntimo homenaje a nuestra querida imagen. Se sucedieron durante el mismo las habituales escenas de emoción y durante esas fechas el entorno carmelitano del Santuario registró una especial animación. Al finalizar este peculiar acto, se celebró un devoto Vía-Crucis.

 

Igualmente, el 26 de marzo tuvo lugar el“besamano” a la Virgen de los Dolores, que se desarrolló con idéntica concurrencia y devoción.

 

Entre los días 17 al 25 de marzo, celebramos la tradicional Novena, que fue dirigida por Fray Francisco José Berbell Samblás, Provincial de los PP. Carmelitas Descalzos. Las celebraciones tuvieron el acompañamiento musical del grupo“Xauen Lírica”, que además de recuperar los gozos y coplas tradicionales de este culto, estrenó la obra“Cantando a Jesús”original de Natalia González Marín, escrita para tres voces con acompañamiento de piano y violonchello. Durante la Novena, los días 17 y 24 se impusieron medallas a los nuevos cofrades y el día 18 se ofreció un sencillo homenaje de reconocimiento a quienes portaron el trono de la Verónica durante cinco años consecutivos.

 

Como siempre, la concurrencia a la Novena fue sumamente nutrida, poniéndose de manifiesto en ella, un año más, la profunda ligazón de nuestra Hermandad con la espiritualidad carmelitana que la dio origen y sentido.

 

El Jueves Santo, 5 de abril, ante los tronos ya dispuestos, hubo una ofrenda poética coordinada por nuestro hermano Javier Cano, en la que los poetas José Martínez Calabria, Ramón Molina Navarrete y el propio Javier Cano, hicieron a N. P. Jesús una lírica oración, que culminó con la interpretación de saetas por Victoria Garvín y una ofrenda musical de Luis Delgado.

 

Seguidamente se inició una emocionada ofrenda floral, a la que acudieron el alcalde de la capital, el presidente de la Agrupación de Cofradías y Hermandades y comisiones de distintas cofradías de Pasión y Gloria, así como numerosos cofrades y devotos.

 

A la medianoche se congregó en el Santuario la Junta y el Gobierno de la Cofradía, que presidida y dirigida por nuestro capellán tuvo un acto de meditación y reflexión penitencial  para preparar cristianamente la estación de penitencia del Viernes Santo 6 de abril, que habría de ser suspendida ante las inclemencias del tiempo.

 

La suspensión de la procesión quedó sobradamente paliada con la apertura ininterrumpida del Santuario  durante la mañana del Viernes Santo, en que fueron muchísimos los fieles que se acercaron a venerar las imágenes, así como numerosas las comisiones de hermandades y cofradías que corporativamente se hicieron presentes en gesto de cofrade fraternidad, para solidarizarse con nuestro lógico pesar.

 

A lo largo de la Cuaresma y Semana Santa, hicimos acto de fraterna presencia en los cultos y actos de otras cofradías hermanas, colaboramos en las iniciativas de la Agrupación de Cofradías y al paso de los cortejos procesionales ante nuestra casa hicimos nuestra particular ofrenda floral a sus titulares.

 

El 14 de abril celebramos una Eucaristía de acción de gracias, dando por finalizados los trabajos propios del año cofrade.

 

Entre los días 13 al 15 de septiembre tuvo lugar el Triduo en honor de Nuestra Señora de los Dolores, que fue predicado por don Juan Jesús Cañete Olmedo. Hemos de consignar al respecto que continúa la tramitación del expediente en solicitud de que se conceda la Coronación Canónica de esta venerada imagen. Y que se ha instituido la celebración de una“sabatina” en su honor el último sábado de cada mes.

 

El 2 de noviembre se celebró el acostumbrado funeral por los cofrades difuntos.

 

Del 22 al 24 de noviembre tuvo lugar el Triduo Eucarístico de acción de gracias, conmemorativo de la recuperación del Convento de San José y su capilla y camarín de Jesús Nazareno.

 

En Navidad los reclusos del “módulo de respeto” montaron en el Santuario un hermoso Belén.

 

El 27 de diciembre celebramos la festividad de San Juan Evangelista, patrón de la juventud cofrade. También se celebró con la debida relevancia la festividad de la Verónica.

 

A lo largo de todo el ejercicio mantuvimos y reforzamos nuestras filiares relaciones con el Carmelo Descalzo, siempre tan presente en nuestro ideario y actividades. Ello se volvió a hacer patente en la visita corporativa que según añeja costumbre hicimos el 24 de marzo al vecino monasterio de Santa Teresa de Jesús, de cuyas religiosas tantas atenciones y colaboraciones recibimos.

 

Cumplimentando la tradición, acogimos las despedidas de las cofradías de la Virgen de la Cabeza y Nuestra Señora del Rocío antes de partir a sus respectivas romerías. Y nos hicimos presentes corporativamente en las procesiones del  Resucitado, Corpus y Virgen de la Capilla. También se hizo una donación al Grupo “Caridad y Salud” para la adquisición de un manto.

 

Una delegación de la Cofradía asistió el 10 de mayo, especialmente invitada, a la coronación de la imagen de Nuestra Señora del Carmen, de la cordobesa parroquia de Santa Marina. También nos hicimos presentes en el III Congreso de Cofradías Nazarenas celebrado en Algeciras.

 

Una vez más tenemos que resaltar el acompañamiento pastoral de nuestro querido capellán don Antonio Aranda, manifestado no solo en su celo por dignificar el culto diario en el Santuario, sino en su acertada labor de catequesis y formación y en su asidua colaboración en la gestión de la cofradía.

 

La afluencia de fieles al Santuario mantiene su ritmo habitual, siendo muy señalada la de gentes procedentes, no solo de la capital, sino de pueblos de la provincia.

 

Lamentablemente tenemos que volver a señalar la persistencia de goteras y filtraciones a causa de los temporales de lluvias por defecto de la obra original, cuya reparación y solución venimos solicitando, infructuosamente, en las correspondientes instancias. Por nuestra parte se procedió a mejorar y adaptar el sistema de iluminación del Santuario.

 

Junto a los actos de culto, la Cofradía, a través de su Vocalía de Caridad procuró que nuestros sentimientos colectivos de fe se proyectasen sobre nuestros semejantes, especialmente entre quienes en estos tiempos de desamor y crisis más lo necesitan. Para ello la Vocalía de Caridad diseñó un amplio plan de actuación, procurando que en cada mes del año se cumplimentase algún objetivo concreto.

 

De esta forma se entregaron ayudas a la Asociación Española Contra el Cáncer, parroquia de la Merced, Cáritas, Convento de Santa Clara, Manos Unidas, Misiones Carmelitas de Tucumán, Mensajeros de la Paz, Asociación de Enfermos de Alzheimer, Asociación Adevida, Comedor del Jordán, Casa de los sin techo y comedor de San Roque.

 

Igualmente se intentó llevar nuestro acompañamiento y cristiana alegría a diferentes lugares. Así, con motivo de la fiesta de Reyes, se repartieron golosinas y juguetes; se distribuyeron claveles y estampas en residencias benéficas, centros hospitalarios y cementerios; nos hicimos solidarios con los reclusos del centro penitenciario; acompañamos a los residentes de la Residencia de Ancianos de Los Villares; junto a compañeros de otras hermandades atendimos en las crudas noches de invierno a los inmigrantes que en esta época de recolección suelen poblar las calles de la capital; promovimos la “Operación HAGA” de recogida de alimentos y colaboramos en diversas campañas solidarias de recogida de alimentos, ropas y juguetes.

 

Se organizó una jornada de donación de sangre en la que se recaudaron treinta y ocho bolsas y se animaron varios actos de convivencia.

 

Especial interés se puso por parte del Grupo Joven e Infantil en la programación de actividades formativas y  de sano ocio.

 

A tal efecto el 7 de enero hubo una jornada de convivencia en familia para poner de relevancia la figura de los abuelos; el Grupo Infantil celebró una animada chocolatada y los miembros del Grupo Joven mantuvieron una alegre jornada de  convivencia en la caseta ferial. En febrero se realizó una excursión a Sevilla para conocer su mundo cofrade. En mayo un viaje de carácter recreativo a Madrid. Y en noviembre una peregrinación al Santuario de la Virgen de la Cabeza. También hubo una visita cultural a las criptas de San Ildefonso y al Arco de San Lorenzo.

 

Habitualmente, miembros del grupo intervinieron como acólitos en los actos de culto, colaboraron con Fabricanía y con la Vocalía de Caridad y tuvieron activa participación en el montaje y organización de muchos de nuestros actos. Se participó en las tradicionales procesiones infantiles de mayo con una procesión infantil que partió del Santuario y recorrió diversas calles de la ciudad y en la fiesta del Corpus se colaboró en el montaje de un artístico altar. Hubo además participación activa en elVía Luciscelebrado en el mes de abril por el Arciprestazgo “Virgen de la Capilla” y en la Vigilia de Pentecostés. También nuestros jóvenes cofrades llevaron su animación a la residencia de mayores “Sebastián Estepa” y celebraron con una Eucaristía la festividad de su patrón San Juan Evangelista.

 

Muy significativos y concurridos fueron los actos de carácter formativo y cultural.

 

El 23 de marzo se celebró en el Teatro Darymelia el“II Festival de Saetas Ciudad de Jaén”.

 

Fue convocado el XIVCertamen de Fotografía “Madrugada”.

 

La presentación del XIII“Cartel Madrugada”, obra de María Victoria Fuentes,  tuvo lugar el 2 de marzo en el Teatro Darymelia, a cargo de María Luisa Fontecha. Luego, nuestro Consiliario Prudencio Villar pronunció el“Pregón Madrugada”, en el que fue presentado por don Francisco Carrasco Cuadros.

 

El 10 de marzo se presentó con gran expectación el número 31 del boletín“Jesús Nazareno”, acto que tuvo por escenario la Real Sociedad Económica y protagonizó nuestro vocal de publicaciones Jesús Carmelo Palomo Lopera.

 

En el acto de reconocimiento institucional coincidente con el aniversario del retorno al “Camarín de Jesús”, la Cofradía reconoció en esta ocasión la entrega y colaboración de la Banda Municipal de Música. A tal efecto, el 24 de noviembre y luego de la celebración de una Eucaristía, tuvo lugar el acto de homenaje personalizado en una representación de la Banda  a la que se hizo entrega de una placa ante la imagen de Jesús Nazareno.

 

Durante la Feria de San Lucas, se montó la Caseta“El Encuentro”que sirvió de escenario a gratos momentos de convivencia cofrade.

 

Especial relevancia tuvo el inicio del programa de actividades con el que pretendemos conmemorar nuestro 425 Aniversario, venturosamente inserto en el“Año de la Fe”.

 

El 13 de diciembre, en el salón de la Real Sociedad Económica se presentó el cartel anunciador, obra del pintor don Francisco Carrillo Cruz. Posteriormente, el domingo 20 de enero y en el Santuario tuvo lugar la solemne misa de apertura que fue presidida por el Sr. Obispo y el viernes 25, en el Teatro Darymelia la presentación oficial del programa de actos, que se complementó con un concierto en el que la Banda Municipal de Música y el Grupo“Xauen Lírica” interpretaron una serie de obras relacionadas con nuestra Hermandad que fueron antecedidas de una glosa literaria para su mejor comprensión.

 

Prosiguiendo la labor diseñada hace años en pro de la mejora, aumento y conservación de nuestro patrimonio bibliográfico y documental, se ha procedido a la restauración integral de los seis libros de actas mas antiguos de nuestro archivo, tarea llevada a cabo minuciosamente y con gran profesionalidad por el maestro encuadernador don Luis Jaén Varela.

 

En el capítulo de donaciones hemos de reseñar la donación de un “manto de diario” por el Cuerpo de Camareras, un tocado de seda por don Javier García Molina, una pintura por don Jesús Colmenero de la Torre, un anillo de plata por doña Begoña Marchal Gallego y dos antiguos carteles de Semana Santa de los años 1972 y 1979, alusivos a nuestra Cofradía,  debidamente enmarcados, por don Juan Manuel Molina Damián.

 

A este respecto reiteramos, un año mas, la petición de que bien mediante donación, depósito, o préstamo para reproducción, se nos hagan llegar piezas de interés documental o bibliográfico (libros, folletos, estampas, grabados, periódicos antiguos, programas, fotografías, etc) con el fin de acrecentar y completar nuestro archivo histórico.

 

Por lo que respecta al movimiento de personal, hemos de recoger que al día de la fecha el número de cofrades asciende a 4.620, de los cuales 3.994 son activos y 626 permanecen inactivos. Las altas de nuevos cofrades durante el ejercicio han sido 98 El total de bajas fue de 316, de ellas 77 voluntarias, 35 por fallecimiento y 204 por impago de cuota desde 2009.

 

Queremos resaltar una vez más, sobre todo en estas fechas de crisis económica y dificultades laborales, que en caso de que algún cofrade no pudiera hacer frente al abono de su cuota por su situación personal, puede hacerlo saber a la Junta de Gobierno en la seguridad de que con la mas absoluta discreción y comprensión se le eximirá del pago de cuota durante el tiempo en que persistan sus dificultades, con el fin de que continúe en las filas nazarenas. 

 

El 31 de marzo tuvo lugar el acostumbrado acto de despedida de alféreces y fiscales y jubilación de promitentes. Se celebró la Eucaristía y a su término se entregaron recuerdos a quienes reglamentariamente cesaban en su devota tarea. En este año se jubilaron cuatro portadoras de la Verónica y veintiocho promitentes de N. P. Jesús.

 

Hemos de consignar en este apartado la penosa pérdida del reverendo don José Lomas Mayas, Consiliario de la Agrupación de Cofradías, la de don Manuel Cañones Rodríguez, antiguo Hermano Mayor de la Buena Muerte con el que tantas veces coincidimos en nuestra común estancia en la S. I. Catedral  y la del saetero Juan Casas Casas, fallecido en Mancha Real el pasado mes de noviembre, que tantas veces rezó cantando a Nuestro Padre Jesús. Dejamos constancia de nuestro pesar por su definitiva ausencia, desde la cristiana esperanza de que hoy gozan de la paz y la misericordia del Señor al que ellos sirvieron con ejemplar fidelidad.

 

A lo largo del año se mantuvieron diferentes encuentros institucionales con autoridades, entidades y cofradías, siendo de destacar la visita efectuada  el 11 de julio al Sr. Alcalde de la capital para tratar diversos temas de interés para nuestra cofradía y la realizada al Sr. Obispo el 4 de julio para darle a conocer el proyecto de programa de actos conmemorativo del 425 Aniversario.

 

Fueron numerosas las visitas corporativas de asociaciones y grupos al Santuario, siendo de destacar la realizada el 28 de abril por la peña cofrade“Cruz de Guía”,de Málaga y la de un grupo de “Pastoral Universitaria”. Con el fin de facilitar el acompañamiento de este tipo de visitas, se ha preparado un cuaderno didáctico para uso del Grupo Joven a fin de que algunos de sus integrantes puedan servir de guías.

 

Es obligado consignar en esta Memoria el constante, silencioso y eficaz trabajo realizado a lo largo del año por el grupo de Fabricanía, que con toda diligencia y profesionalidad se ocupa a diario de una serie de tareas de muy distinta índole y envergadura, haciendo posible con su trabajo anónimo y sacrificado, no solo la adecuada conservación de nuestro patrimonio y enseres, sino que nuestros actos públicos tengan la ambientación y el decoro que merecen. Igualmente hay que resaltar la no menos anónima y sacrificada tarea que a diario desarrolla el reducido grupo que atiende y controla las dependencias y actividades del Santuario, permitiendo y propiciando que éste sea la auténtica Casa de Jesús en la que propios y extraños se sientan cordialmente acogidos y atendidos.

 

Y como no, la eficaz y diaria colaboración de quienes haciendo honor a su compromiso cofrade, se ocupan de las múltiples tareas que permiten que a diario y a lo largo de todo el año, tanto las dependencias de Vocalías como las de Secretaría y Administración  puedan permanecer abiertas y gestionando con rigor y eficacia la actividad de una cofradía tan compleja como la nuestra.

 

Finalmente recogemos que en las vísperas de esta anual Asamblea y con motivo del“Año de la Fe”, el Santuario de Nuestro Padre Jesús ha sido escenario de una intensa jornada de oración protagonizada por todas las cofradías de la capital, que desde las ocho de la mañana hasta la media noche se han sucedido una tras otra en fervorosos turnos de oración y meditación.

 

Como vemos y pese a los inevitables fallos y lagunas que pudiera ofrecer este ejercicio cofrade, la Cofradía mantiene vivo y actualizado su ideario. Ojalá en este“Año de la Fe”todos sepamos entender  y asumir nuestro voluntario compromiso cofrade, dando primacía a nuestra formación cristiana, despojándonos de humanas vanidades y ofreciendo el testimonio, ante una sociedad cada vez mas descristianizada, de que las cofradías pueden y deben ser, ante todo y sobre todo, elementos activos de dinamización eclesial y a la vez agentes solidarios y eficaces para vertebrar, en eficacia y justicia,  la sociedad civil.

 

Jaén, 3 de febrero de 2013.

EL CRONISTA DE LA COFRADÍA

VIDEO PROCESO DE RESTAURACION DE LA IGLESIA DE SAN JOSE Y SANTUARIO CAMARIN DE NUESTRO PADRE JESUS

 

 

El pasado 16 de septiembre, en la Iglesia de San José y Santuario Camarín de Nuestro Padre Jesús, tuvo lugar la presentación y bendición de una escultura de San José con en Niño Jesús, obra del alfar de Paco y Pablo Tito de Ubeda. Dicha imagen ha sido ubicada presidiendo la fachada de entrada del Santuario.

 

Para conocer más sobre la misma en palabras de Pablo Tito, nos dice

"Se trata de una escultura  en terracota, modelada en hueco y de dos metros de altura.En ella San José, posa su mano sobre el hombro del Niño y este le agarra amorosamente la túnica que viste el padre, a la vez que se miran con dulzura fraternal. No faltan en la escena la vara de azucenas con que tradicionalmente se representa al Santo, ni el cenacho lleno de herramientas propias de un carpintero.

La escultura de San José con el niño Jesús, se comenzó el día 6 de marzo de 2013. Está realiza con barro o arcilla de Úbeda, seleccionando la mejor materia prima recogida en la cantera cercana al Santuario de Ntra. Sra. de Guadalupe, Patrona de Úbeda.

La técnica de modelado es única en el obrador de Paco y Pablo Tito, ya que la escultura en barro se modela en hueco desde su comienzo, una vez modelada, debido a sus grandes dimensiones tuvimos que cortar por los hombros el busto de San José, ya que no entraba por la puerta del horno y una vez dentro volverlo a unir bien el barro, cuando estuvo bien seca se coció en un horno árabe de leña el día 13 de agosto, la cochura duró 30 horas aproximadamente, hasta alcanzar 1000º de temperatura.

Pasados 3 días, cuando el horno había bajado de temperatura, fue cuando se sacó. Una vez fuera del horno se le hicieron los anclajes para la sujeción en la hornacina, también se le hicieron algunos elementos decorativos de la escultura, como la vara de azucenas que porta San José y la sierra que lleva en la mano derecha el Niño Jesús.

También se le dio una pátina de cera incolora para protegerlo de las inclemencias meteorológicas.

En este video puedes ver el proceso de elaboración, bendición y colocación en la fachada del Santuario.

 

 
 
 
 

El día 8 de noviembre de 2009, a las 11 horas tuvo lugar la celebración de la dedicación de la Iglesia de San José y Camarín de Jesús, para el culto exclusivamente cristiano, por parte del obispo de la Diócesis de Jaén Mon. D. Ramón del Hoyo López.

Con esta dedicaciónque se realizó de modo solemne no es sino la restauración del culto que ya se realizaba en el antiguo convento de “San José” de los PP. Carmelitas descalzos, ubicados en esta iglesia desde que fuera fundado en 1588 por el Obispo D. Francisco Sarmiento de Mendoza. Ahora ya el edificio renovado vuelve a recuperar la función para la fue creado y ofrecer de nuevo a la veneración de los fieles la imagen de “Nuestro Padre Jesús Nazareno”, en el mismo lugar donde desde el principio recibió su culto, acompañado de Nuestra Señora de los Dolores, San Juan y la Verónica.

 

El acto comenzó con el descubrimiento de una placa conmemorativa situada en el patio de entrada a la iglesia por parte del Obispo, en presencia del Capellán de la cofradía, el Hermano Mayor, el Vice-hermano, Administrador y Secretario.

 

 En este momento una vez revestido el Obispo, en procesión con los presbíteros concelebrantes y demás ministros en procesión desde el lateral de la Iglesia se dirigieron a la entrada principal precedidos todos por el crucífero. Al llegar a la puerta entró en primer lugar el Obispo junto con el Hermano mayor y la Vocal de cultos, detrás entraron los demás dirigiéndose todos al presbiterio para dar comienzo al rito inicial.

 

Después de unas palabras de Mons. D. Ramón del Hoyo a los asistentes, el Hermano Mayor entregó simbólicamente las llaves del templo a éste, el cual a su vez las entregó al presbítero encargado por él del culto en ella.

 

Comenzaba entonces el rito de la bendición y aspersión del agua. Al igual que los creyentes nos convertimos en templo de Dios al recibir sucesivamente el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, el edificio que este momento fue dedicado para culto cristiano, fue rociado primero con agua y luego más tarde con crisma.

 

El Obispo procedió a bendecir el agua con la cual procedió aspergear los muros de la iglesia y el altar, luego roció a la asamblea en recuerdo del Bautismo y señal de purificación, regresando a su cátedra para cantarse a continuación el Gloria, terminando con una oración el rito inicial.

 

Empezaba la liturgia de la palabra, el Obispo hizo entrega al primer lector del leccionario de la misa, dirigiéndose éste al ambón donde comenzó la proclamación de las lecturas.

 

Lectura del libro de Nehemías (8,1-4a.5-6.8-10)

En aquellos días, todo el pueblo se congregó como un solo hombre en la plaza que hay ante la puerta del agua.

Dijeron al escriba Esdras que trajera el libro de la ley de Moisés que el Señor había prescrito a Israel. Esdras trajo el libro a la asamblea de hombres y mujeres y de todos los que podían comprender. Era el día primero del mes séptimo. Leyó el libro en la plaza que hay ante la puerta del agua, desde el amanecer hasta el mediodía, en presencia de hombres, mujeres y de los que podían comprender;

y todo el pueblo estaba atento al libro de la ley. Esdras, el escriba, estaba de pie sobre un estrado de madera, que habían hecho para el caso.

Esdras abrió el libro a vista del pueblo, pues los dominaba a todos,

y cuando lo abrió, el pueblo entero se puso en pie.

Esdras pronunció la bendición del Señor Dios grande,

y el pueblo entero, alzando las manos, respondió: «Amén, Amén»;

se inclinó y se postró rostro a tierra ante el Señor.

Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad

y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura.

Nehemías, el Gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba,

y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero:

– «Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis»

(porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la ley).

Y añadieron:

– «Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene preparado, pues es un día consagrado a nuestro Dios.

No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza».

 

Salmo responsorial (18B,8-9.10.15)

 

R/. «Tus palabras, Señor, son espíritu y vida» (D. Cols)

La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel

e instruye al ignorante.

R/. «Tus palabras, Señor, son espíritu y vida»

 

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.

R/. «Tus palabras, Señor, son espíritu y vida»

 

La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.

R/. «Tus palabras, Señor, son espíritu y vida»

 

Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditad de mi corazón, Señor, roca mía, redentor mío.

R/. «Tus palabras, Señor, son espíritu y vida»

 

Segunda Lectura 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (3,9b-13.16-17)

Hermanos: Sois edificio de Dios. Conforme al don que Dios me ha dado, yo como hábil arquitecto coloqué el cimiento, otro levanta el edificio.

Mire cada uno cómo construye. Nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo.

Encima de ese cimiento edifican con oro, plata, piedras preciosas o con madera, heno o paja. Lo que ha hecho cada uno saldrá a la luz; el día del juicio lo manifestará, porque ese día despuntará con fuego y el fuego pondrá a prueba la calidad de cada construcción.

¿No sabéis que sois templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios , Dios lo destruirá a él;

porque el templo de Dios es santo y ese templo sois vosotros.

 

Aclamación al Evangelio:

 

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.

Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura.

Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: – «Zaqueo, baja en seguida,

porque hoy tengo que hospedarme en tu casa». Él bajó en seguida, y lo recibió muy contento.

Al ver esto, todos murmuraban diciendo: – «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».

Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor:– «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más».

 Jesús le contestó: – «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

 

Proclamada la palabra llegó la Homilía por Mon. D. Ramón del Hoyo,  que reproducimos a continuación.

 

   1. Reitero mis saludos del inicio de esta solemne celebración, sacerdotes, autoridades y fieles devotos de la venerada imagen de Nuestro Padre Jesús.    Ha sido un gran acierto y por ello debemos felicitarles, una vez más, al Hermano Mayor, Junta de Gobierno y Hermanos de la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, haber programado en tres fechas distintas el definitivo traslado de la Imagen de Nuestro Padre Jesús a su Camarín en esta Iglesia.  Tras de un largo recorrido no exento de dificultades, pero lleno también de generosos logros, el pasado día 30 de octubre, bajo la presidencia de la Ilma. Señora Alcaldesa de la ciudad, se procedió a la inauguración y entrega de este precioso edificio rehabilitado y restaurado, a la Real Cofradía, por el Excmo. Ayuntamiento de la ciudad, como Sede de la imagen de Nuestro Padre Jesús y lugar de culto para sus numerosos devotos.  Hoy, 8 de noviembre, declaramos a esta Iglesia Santuario de Nuestro Padre Jesús y procedemos a su solemne Dedicación para su culto. Verán que es una ceremonia llena de simbolismos religiosos muy profundos. Desde esta fecha, Jesucristo permanecerá ya en el Sagrario, de forma sacramental, y darán inicio cultos litúrgicos, para lo que ya dispone también el Santuario de Capellán, que tengo interés en presentar ante ustedes, el sacerdote D. Antonio Aranda Calvo.  La tercera fase del programa de la Cofradía será, como saben, el solemne traslado desde la Catedral hasta esta su Casa, el próximo día 27 de este mismo mes, de la imagen, con una solemne procesión. Y en este Templo que hoy dedicamos al Señor, permanecerá ya ¡ojalá por muchos siglos! En espera de nuestras citas y visitas con él, a través de su impresionante imagen de Jesús cargado con la cruz.  Todo es alegría y gozo. Sentimos el final de un recorrido bien hecho, que el pueblo de Jaén esperaba, deseaba y que sabrá valorar. Pero intuimos también, al mismo tiempo, que comienza una nueva historia en esta devoción que, entre todos hemos de custodiar, vivir y transmitir a otras generaciones.  2. Se habrán fijado que antes de escuchar las tres lecturas, del libro de Nehemías (8, 2-4ª. 5-6. 8-10), Carta del Apóstol San Pablo (1 Co 3, 9b-13. 16-17) y del Evangelista San Lucas (Lc 19, 1-10), se han acercado al Obispo con el libro sagrado, el Leccionario, dos lectores.  El Obispo, de pie y con toda solemnidad, ha tomado en sus manos el Leccionario y, mostrándolo al pueblo, ha pronunciado estas palabras:  “Resuene siempre en esta Casa la Palabra de Dios, para que conozcáis el misterio de Cristo y se realice vuestra salvación dentro de la Iglesia.”  El Obispo ha entregado el Leccionario al primer lector, quien se ha dirigido al ambón llevándolo en alto, a la vista de todos, y ha proclamado la Palabra de Dios ante el pueblo, como un día lo hizo el Escriba Esdras ante el pueblo de Israel. También los levitas, hemos escuchado, leían el libro de la Ley ante los congregados y explicaban su sentido. Decían a los israelitas: “Hoy es un día consagrado a nuestro Dios... No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es nuestra fortaleza.”  Después de los siglos, hemos repetido el mismo gesto. El nuevo pueblo de Dios sigue escuchando su ley, sus enseñanzas, y las recibe con gozo. Canta también el mismo salmo del pueblo de Israel: “Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.”  3. En la segunda lectura, del Apóstol Pablo, que acaba de sufrir un fuerte fracaso en su predicación en Antenas, se presenta en Corinto a presentar el mismo mensaje: el Evangelio de Jesucristo y a éste crucificado. Les dice sin rodeos que es mirando a Jesucristo con su cruz donde mejor se cumple y puede apreciarse el amor que Dios nos tiene. Se hizo hombre y murió por nuestra salvación. Esta era la noticia, la Buena Noticia que quería comunicar a los ciudadanos de aquella gran ciudad de Corinto. Y quiso hacerlo, más que con argumentos y razones, por lo que en parte había fracasado en Atenas, con su propia vida, como hizo Jesús.  Por su muerte en la cruz, Jesucristo es nuestro salvador y lo es de cada persona humana. Para Dios nadie es anónimo. Por Jesucristo llega a todos, uno por uno, el amor de Dios, por eso concluirá San Pablo: Jesucristo es el único y verdadero cimiento del creyente, que formamos juntos el gran templo de Dios.  Nos anima y exhorta, como a los de Corinto, a mirar en nuestra vida “si edificamos sobre este cimiento” , y nos recuerda al mismo tiempo que estamos llamados, cada uno, a colaborar en la edificación de este gran templo que forman tantas piedras vivas con Jesucristo, su Iglesia.  Cuando dentro de unos momentos sellemos los muros de este templo con cuatro cruces y la santa unción, el Obispo dirá en alta voz:  Que “el Señor santifique con su poder esta casa que vamos a ungir, para que exprese, como señal visible, el misterio de la Iglesia”.  Como podrán comprobar, es la misma doctrina paulina que acabamos de escuchar. Este templo material es señal visible del gran templo invisible de Jesucristo y sus discípulos, su Iglesia.  4. Pongamos nuestra atención, finalmente, en el precioso y profundo relato del Evangelista San Lucas (Lc 19, 1-10).  Mientras caminaba Jesús por las calles de la ciudad de Jericó, siempre rodeado de gente que quería escucharle, alzó su vista hacia una higuera, en la que se había encaramado Zaqueo. Era pequeño de estatura y también quería, al menos, verle. Con gran sorpresa seguramente por parte de todos, y seguramente mayor en Zaqueo, Jesús le llama, aunque era un publicano, y, por tanto, un pecador oficial, conocido por todos.  Buen ejemplo el de Zaqueo para nosotros que a menudo nos quedamos “abajo”, centrados sólo en nuestras preocupaciones y nuestras cosas. Sin embargo, para ver a Jesús, para encontrarnos con Él, es necesario salir de nosotros y dejarnos interpelar por Jesús, por su amor, por su dulce y penetrante mirada.  Si Zaqueo quería verlo, casi a escondidas, Jesús fue mucho más allá, deseaba encontrarse con Él y darle la salvación. Tras de la invitación de Jesús, Zaqueo baja de aquel árbol a toda prisa y lo acoge en su casa con alegría. Aquel encuentro cambió el corazón de Zaqueo. Era ya una persona feliz, con un corazón nuevo para sí y para quienes le rodeaban. La vida de Dios comenzó a inundar el templo interior de aquel hombre, como de tantos a lo largo de la historia.  Estas palabras son también una invitación muy personal y directa para postrarnos y buscar la mirada de Nuestro Padre Jesús, el Hijo de Dios, con un corazón sencillo y humilde como el de Zaqueo. Es ahí donde Dios transforma y hace maravillas. Su vida se instala en nuestro pequeño templo personal.  5. Hermanas y hermanos todos.  Somos hoy testigos privilegiados de la Dedicación de este Santuario para el Señor.  Nuestro Padre Jesús estará siempre dispuesto para recibirnos, escucharnos, renovarnos interiormente y, desde su imagen venerada, nos indicará su presencia real sacramental en la Eucaristía y el sacramento del perdón.  También la Santísima Virgen de los Dolores nos ayudará como Madre a este encuentro de amor con su Hijo.  Demos gracias a Dios. Gracias también a quienes han hecho posible esta gozosa realidad.  ¡ Nuestro Padre Jesús y María Santísima de los Dolores, rogad por nosotros!  Amén.

  

 Finalizada ésta toda la asamblea rezó el Credo, comenzando la oración de la Dedicación y Unción.

 

Se iniciaba con el rezo de la Letanía de los Santos, para acto seguido por parte del Obispo proceder a decir la oración de la Dedicación, con ésta se expresó la voluntad de dedicar para siempre el edificio al Señor, pidiendo que lo bendijera.

El ritual continuaba con la unción de las paredes de la iglesia con el Santo Crisma, con ello la iglesia significa está dedicada toda entera y para siempre al culto cristiano. Y procedió a realizar cuatro cruces en distintos lugares del templo para significar la edificación de la Iglesia sobre los cuatro Evangelios.

 

Procedió entonces a incensar la nave de la iglesia significando con ello que llegaba a ser casa de oración, pero antes  procedió a incensar a los asistentes como templos vivos, ya que cada uno de nosotros somos un altar espiritual.

Terminó por incensar el altar, para significar que es allí donde se perpetúa la oración de Cristo y su sacrificio, con esto terminaba la Dedicación y bendición del Altar y comenzaba la liturgia Eucarística. 

En este momento los ministros procedieron a cubrir el altar con el mantel, lo adornaron con flores y colocaron los dos candelabros con los cirios requeridos para la celebración de la misa. Los mismos fueron encendidos con un cirio que previamente había sido entregado al Obispo con estas palabras "Brille en la Iglesia la luz de Cristo para que todos los hombres lleguen a la plenitud de la verdad.

 

Se procedió al rito de la comunión, con la bendición del pan y el vino.

 

Repartida ésta se dejó sobre la mesa del altar el copón con el Santísimo Sacramento, el Obispo una vez lo incensó, luego con el velo humeral tomó el copón y se dirigió al Sagrario acompañado del Capellán donde procedió a depositarlo, con ello quedaba inaugurado el mismo, entregando la llave del mismo para su custodia.

El Capellán   en este momento a encendió una lámpara que arderá continuamente indicando la presencia del Señor.

 

 

 

Volvió el Obispo al prebisterio para dar la bendición final, si bien antes el Hermano mayor dirigió unas palabras a los presentes, procediendo antes a la lectura del decreto que reproducimos,

 

Mons. RAMÓN DEL HOYO LÓPEZ Obispo de la Diócesis de Jaén  DECRETO:

 1.- El día 19 de octubre de 2000 el Excmo. Señor Obispo de esta Diócesis, D. Santiago García Aracil, autorizó a la Antigua, Insigne y Real Cofradía de Nuestro padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, de la Ciudad de Jaén, el futuro traslado de la imagen de Nuestro Padre Jesús, desde su actual ubicación en la S. Iglesia Catedral de Jaén a su anterior Camarín en la Iglesia Conventual de San José de los Descalzos, si se llevara a cabo la recuperación y se acometieran los trabajos de restauración de la misma por parte del Excmo. Ayuntamiento de la Ciudad de Jaén,

 2.- La Cofradía expresada celebró Asamblea General ordinaria de Cofrades, el 19 de noviembre del mismo año, bajo la presidencia del Capellán. M.I. Sr. D. Jesús Simón Peinado Mena, Delegado Episcopal de Cofradías y Hermandades, M.I. Sr. D. León Suárez Palomares, Hermano Mayor, D José María Mariscal, Secretario, D. Prudencio Villar Sánchez, Junta de Gobierno y 220 Cofrades, entre los 85 Compromisarios y 135 de Pleno Derecho. Aprobaron, por unanimidad el traslado de la imagen al lugar indicado si las gestiones para la recuperación del Camarín de Jesús se llevaban a cabo por el Excmo. Ayuntamiento,

 3.- El día 13 de julio de 2009 el Hermano Mayor de la Cofradía, D. Prudencio Villar Sánchez, presentó en el Obispado una Resolución de la Alcaldía del Excmo. Ayuntamiento de esta Ciudad, de fecha 25 de mayo del mismo año, con el Documento Administrativo de Cesión Demanial, a favor de la Cofradía expresada sobre uso del inmueble de la Antigua Iglesia de San José y Camarín de Jesús, a Título gratuito, por 75 años, declarándose a esta Cofradía como Entidad de Utilidad Pública local. Se solicitaba el beneplácito para ello del Obispo diocesano, con el fin e proceder a la firma de este acuerdo entre representante del Excmo. Ayuntamiento de Jaén y de la Real Cofradía,

 4.-  Por Decreto del día 23 del mismo mes de julio, previos los informes correspondientes que obran en el expediente del Excmo. Cabildo, Consejo Episcopal, Delegación Episcopal de Cofradías y Secretaría de la Junta de Asuntos Jurídicos de la Conferencia Episcopal Española, se otorgó, por mi parte, el beneplácito favorable sobre cesión de uso del inmueble, a título gratuito por 75 años, a los fines y en los términos expresados,

 5.- El pasado día 30 de octubre bajo la Presidencia de la Iltma. Señora de la Ciudad, D.ª Carmen Purificación Peñalver; Excmo. Señor Secretario de Estado de Cooperación Territorial, D. Gaspar Zarrias; Iltma. Señora Vice Consejera de Cultura, D.ª Isabel Muñoz; representación de la Corporación Municipal, otras autoridades civiles, académicas, militares y eclesiásticas, en presencia del Obispo de la Diócesis, Hermano Mayor de la Cofradía, gran número de Hermanos Cofrades de Nuestro Padre Jesús, Presidente de la Agrupación de Cofradías y Hermandades de la Ciudad de Jaén y otras representaciones, se procedió al solemne acto e inauguración y entrega de las obras de recuperación de la Iglesia Conventual de San José de los Descalzos y Capilla de Nuestro padre Jesús, como Camarín “muy digno” para el próximo traslado de su imagen desde la S. I. Catedral y destino de esta Iglesia para su culto y veneración,

 6.- A propuesta del Hermano Mayor y de la Cofradía, y Vicaría General del Obispado de Jaén se acordó proceder a la Bendición de esta Iglesia Conventual de San José y Capilla de Nuestro Padre Jesús, el día 8 de noviembre y, al solemne traslado de la imagen, desde la Catedral a su Camerino e Iglesia, con el conocimiento oportuno del Cabildo y del Rvdo. Señor Párroco de la Iglesia de la Merced, el día 27 del mismo mes, Viernes,

 A la vista de los hechos precedentes y previas las consultas requeridas en derecho, a tenor de lo dispuesto en los cánones 1215 § 1 y 2; 1205- 1211; 1230 y 1332 § 1, 2; 565, 567 § 2 y 571 del Código de derecho canónico, en virtud de nuestras facultades ordinarias, por el presente,

 DISPONGO:

 A- Proceder a la Dedicación de la antigua Iglesia de San José de los PP. Carmelitas Descalzos de Jaén, destinada para Camarín de Nuestro Padre Jesús y con culto estable a favor de sus fieles devotos, el próximo día 8 de noviembre, conforme al Ritual, por entender que servirá al bien de los fieles y que es de prever, con fundamento, que no faltarán los medios para sostener en ella el culto divino.

 B- Autorizar el solicitado traslado procesional de la venerada imagen de Nuestro Padre Jesús desde la S. Iglesia Catedral de Jaén, hasta el Camarín de la Iglesia expresada, invitándose para ello a los incontables devotos en la Ciudad de Jaén al solemne e histórico acto, levantándose la correspondiente acta por el Cabildo Catedral de su traslado y por el Canciller Secretario del Obispado sobre la nueva ubicación de esta singular imagen.

 C- Declarar Santuario local a esta Iglesia, antigua Sede y Camarín de la Imagen de Nuestro Padre Jesús, en razón del culto que se le tributa y la gran veneración por parte del pueblo fiel, apoyada en todo momento por la Antigua, Insigne y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores.

 D- Constituir una Junta Rectora, integrada por el Rector del Santuario, que lo será el Iltmo. Señor Deán Presidente de la S. I. Catedral de Jaén, el Hermano Mayor de la Cofradía, Vice- Hermano Mayor, Administrador y Secretario, , más otros tres Cofrades elegidos por su Junta de Gobierno, el Rvdo. Sr. Cura Párroco de la Iglesia de la Merced y el Rvdo. Sr. Capellán.

 Encomiendo a esta Junta Rectora la elaboración, cuanto antes, del correspondiente Estatuto del Santuario que será sometido a consultas antes de su aprobación por mi parte (Cf. can 1232 § 1 y 2) 

 E.- Nombrar Capellán al M. I. Sr. D. Antonio Aranda Calvo, Consiliario de la Cofradía y Canónigo de la S.I. Catedral, para la atención pastoral del Santuario, con todas las facultades.

 Será responsable de la celebración, por sí o por otros, de los cultos que se acuerden, de la organización de las funciones litúrgicas y atención a los confesionarios, en coordinación con la Junta Rectora y Parroquia.

 Recogerá, anotará y dará cumplimiento a las solicitudes y estipendios de Misas, en la forma canónica, abriéndose libro específico para tales fines, que estará a su cargo. (cf. cans. 945- 958)

 Comuníquese, por el Canciller Secretario del Obispado, al Excmo. Ayuntamiento de la Ciudad de Jaén, Hermano mayor de la Cofradías, Excmo. Cabildo Catedralicio, Capellán, Párroco de la Iglesia de la Merced y RR. Padres Carmelitas Descalzos de Úbeda, a los efectos oportunos. Archivándose originales en la Curia Diocesana y publíquese en el Boletín Oficial del Obispado.

 Dado en Jaén a cinco días del mes de noviembre de dos mil nueve.

X RAMÓN DEL HOYO LÓPEZ

Obispo de Jaén

 

Por mandato de S.E.Rvdma.

Antonio Javier Cañada Morales

Canciller- Secretario

 

Terminada la intervención del Hermano Mayor se le entregó una placa como recuerdo del acto a Mon. D Ramón del Hoyo, recibiendo los asistentes la Bendición.

 

 

Descarga de Folleto Informativo sobre la historia y restauración del  Antiguo Convento de San José de los P.P. Carrmelitas Descalzos, Capilla y Camarín de N.P. Jesús Nazareno.

El Convento de San José, de los PP. Carmelitas Descalzos, abrió sus puertas el 5 de junio de 1588. Se fundó gracias a la generosidad del canónigo Juan Pérez de Godoy, que cedió unos huertos, cuatro casas y un molino aceitero en el arrabal de Santa Ana, a las afueras de la Puerta de Granada, para que se levantase  iglesia y  convento y a la protección del obispo don Francisco Sarmiento de Mendoza (1580-1595), que medió para ello con el P. Jerónimo Gracián.

Con el apoyo del Concejo de la ciudad, se construyó la iglesia, colocándose el Santísimo en su capilla mayor el 3 de febrero de 1619. El complejo conventual, que fue durante muchos años noviciado y casa de formación, respondía arquitectónicamente al patrón típico de los monasterios carmelitanos.

El templo, de una sola nave, se cubría con bóveda de cañón decorada con cornisa y lunetos. A sus pies contaba con amplio coro y  un grupo de confesionarios embutidos en el muro. La capilla mayor disponía de retablo con la imagen de la Virgen del Carmen. Repartidos por la iglesia había altares con retablos dedicados a Santa Teresa, San Juan de la Cruz, San Juan Nepomuceno y San Alberto. También hubo muchas pinturas de tema carmelitano, sobresaliendo entre los lienzos uno de Nuestra Señora de la Capilla. Desde 1741, en un altar que antes fue de N. P. Jesús,  se veneró la imagen de Nuestra Señora de las Angustias que hoy vemos en la Catedral.

Al costado de la iglesia estaba el monasterio, organizado en torno a un bello patio claustral donde pusieron mano el arquitecto Eufrasio López de Rojas y el cantero Pedro Conde. Todo el conjunto se prolongaba con diversas dependencias auxiliares y de servicio hasta el convento de Santa Ana y el puente del mismo nombre.

* * *

Tan pronto como se abrió el convento los carmelitas quisieron implantar  el culto a Jesús Nazareno, tan propio de la orden. Para ello, en unión de algunos labradores del barrio, recogieron limosnas con las que adquirir una imagen del Nazareno. Desconocemos que escultor la talló, aunque hay fundados motivos para creer  que su autoría se corresponde con el taller de Sebastián de Solís.

 La imagen despertó tanta devoción, que en fecha imprecisa entre los años de 1588 a 1594 se fundó para su culto una cofradía que en principio se conoció por “Cofradía de Santa Elena”, “de las Cruces” o de “los Nazarenos”  que  se dio en procesionarla penitencialmente en la amanecida del Viernes Santo. En la fundación intervino Juan de Orozco Godoy, familiar del Santo Oficio.

 A influjos de su devoción, un jaenés emigrado al Perú, el capitán Lucas Martínez de Frías (1616-1677), por su testamento otorgado en Lima, hizo depositario a su hermano Diego de Frías Montemayor de un legado de dos mil pesos de plata para que con él se hiciera una capilla a Jesús Nazareno y para alumbrarla una lámpara de plata.

 Las obras, con traza del arquitecto Blas Antonio Delgado y dirección del maestro Antonio Martos, se iniciaron en 1687. Como pronto se agotó el legado, hubo que buscar ayudas del Ayuntamiento, de la Cofradía y de algunos devotos, e incluso se celebraron varias corridas de toros para aumentar la recaudación. Y el 31 de julio de 1717 se inauguraba la nueva capilla de Jesús Nazareno, cuyo patronazgo se encomendó a la familia Frías. Esta capilla la presidía un retablo cuya traza hizo Andrés Bautista Carrillo y de cuya labra se ocupó el entallador Francisco Sanz, acabándolo Domingo Fernández de Burgos. Era un retablo parecido a los que hoy vemos en Nuestra Señora de la Capilla y en la capilla de la Inmaculada o Santa Capilla de San Andrés. La imagen del Nazareno se colocó en un camarín, cuya caja volaba sobre la calle colindante.

 Más tarde, se abrió otra pequeña capilla para la Virgen de los Dolores y nichos para las imágenes de San Juan y la Verónica.

 Bajo la capilla se dispuso una amplia cripta, con tres estancias, donde recibían sepultura los miembros de la familia Frías y los cofrades de N. P. Jesús.

Tras muchos años de esplendor, las desamortizaciones puestas en práctica en 1811 y 1821, cerraron el convento que se convirtió en Colegio Militar de Cadetes y viviendas militares, aunque se respetó la iglesia que como “iglesia auxiliar del Sagrario”, mantuvo el culto a N. P. Jesús.

 Aunque se consiguió reabrir el convento gracias a la intervención de Fernando VII, en 1835 la Desamortización decretada por el ministro Mendizábal lo cerró definitivamente, destinando la iglesia a cuartel del Regimiento Provincial de Murcia, por lo que N. P. Jesús hubo de ser trasladado al Sagrario.

 En 1849, el edificio se vendió al Conde de Humanes que dividió el amplio monasterio en siete fincas. En el núcleo central del Convento organizó su vivienda señorial. A la iglesia y capilla de N. P. Jesús se le añadió un cuerpo en la fachada, se le colocaron forjados y tabiques y quedó convertida en casa de vecindad donde se instaló la Comandancia de la Guardia Civil. Luego, en 1926 se transformó en casa de vecinos.

 Afortunadamente al no hacerse demolición alguna, la iglesia y la capilla quedaron integradas, aunque ocultas, en el conjunto de aquel inmenso caserón.

 * * *

A partir de 1960 comenzaron los intentos para demoler el edificio y construir viviendas en su solar. Este propósito arreció en 1974, año en que comenzó a demolerse el recinto conventual, que desapareció por completo en 1979.

Ante tan preocupante situación, entre los años de 1977 a 1988 desde el Instituto de Estudios Giennenses y el Consejero Local del Patrimonio Histórico-Artístico se inició una intensa campaña de concienciación y se emprendieron arduas gestiones ante los organismos oficiales con el deseo de impedir la demolición, primero y de afrontar la recuperación del monumento, después, consiguiendo como primera medida que en 25 de abril de 1980 el Ministerio de Cultura incoara expediente para su posible declaración como Monumento Histórico-Artístico, con lo que quedó a salvo de la demolición.

En el año 2000, el Excmo. Ayuntamiento inició los trámites para su expropiación y en 2003, la Junta de Andalucía, por Decreto 133/2003, de 13 de mayo declaraba a la iglesia conventual de San José y su capilla y camarín de Jesús Nazareno Bien de Interés Cultural, quedando ya a salvo de interesadas demoliciones.

 Gracias al apoyo municipal, que destinó para ello partidas concretas en sus presupuestos, en septiembre  de 2006 comenzaban las obras de rehabilitación y restauración que fueron adjudicadas a la “UTE Tecsa y Geocisa” y siguieron proyecto del arquitecto José Miguel Rueda Muñoz de San Pedro.

 El 6 de marzo de 2008 se establecía un acuerdo entre el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y la Cofradía, a fin de atender a la decoración interior del edificio.

 Y en 1 de agosto de 2009, la Cofradía firmaba el documento por el cual el Ayuntamiento le cedía el monumento por un periodo de setenta y cinco años con el fin de N. P. Jesús pudiera volver al templo donde se inició su devoción en las postrimerías del siglo XVI, en razón a la decisión adoptada años atrás, por la Asamblea General de Cofrades celebrada el 19 de noviembre de 2000.

 * * *

Aunque lógicamente, por motivaciones económicas, se tardará en culminar este empeño, a su apertura podrá ofrecer un aspecto digno y acogedor que evocará, sin duda, los años de esplendor nazareno.

En el presbiterio de la iglesia se ha levantado un bello retablo de maderas nobles, obra de Talleres Hidalgo, de Jaén, donde figuran los artísticos lienzos del Apostolado que a comienzos del siglo XVIII pintó Luis Melgar para la capilla de N. P. Jesús, lienzos que han sido restaurados en Sevilla por el Instituto del Patrimonio Histórico Andaluz. Presidiendo el retablo y pendiente de la cúpula figura la cruz de N. P. Jesús.

 Al costado de la iglesia hay bellos retablos, también de Talleres Hidalgo, que configuran las capillas del Santísimo Sacramento y Nª Sª de los Dolores.

 La capilla de N. P. Jesús la preside un majestuoso retablo que enmarca su añorado camarín. El retablo es obra del entallador Manuel Guzmán Fernández, de los afamados Talleres Guzmán Bejarano, de Sevilla. Sus detalles ornamentales están inspirados en los distintos templos por los que N. P. Jesús pasó en estos largos años de forzada ausencia de su capilla: el Sagrario, la Merced, la Catedral…Otros retablos laterales, de similar estilo, acogerán las imágenes de la Verónica y San Juan.

Todo este conjunto irá acompañado de suntuosas piezas de orfebrería (peana para la imagen, blandones, candeleros, jarras, lámparas votivas…), trabajadas en Sevilla por Orfebrería Villarreal.

PUBLICACIONES

 Sobre N. P. Jesús y su Cofradía se han escrito centenares de trabajos, preferentemente artículos y reportajes, que por razones obvias no es dable relacionar aquí.

 Si podeos ofrecer un breve repertorio de aquellas publicaciones de mayor trascendencia e interés que es fácil localizar en bibliotecas.

ALCALÁ VENCESLADA, A. : Semana Santa en Jaén. Prodigio. Historia del acaecido en la ciudad de Jaén dentro de la Semana Mayor del año de gracia de 1928”. Jaén, 1929. Imp. Morales. (Se trata de la narración en verso de las vicisitudes sufridas por la procesión de aquel año).

CAZABÁN LAGUNA, A. :  “N. P. Jesús de los Descalzos. Apuntes histórico-religiosos”. Jaén, 1931. Imp. de Diego Cobo. (Hay una reimpresión facsímil realizada en 1983 por Riquelme y Vargas, Ediciones).

ESTATUTOS DE LA ANTIGUA, INSINGE Y REAL COFRADÍA DE N. P. JESÚS NAZARENO. Existen ediciones impresas en 1875, 1903, 1926 y 1994.

JESÚS NAZARENO. Boletín anual editado por la Cofradía. Comienza en 1987.

LÓPEZ PÉREZ , M; LÓPEZ ARANDIA, Mª A. ; LÓPEZ ARANDIA, Mª T. : Nuestro Padre Jesús Nazareno. Leyenda, historia y realidad de la imagen y su Cofradía. Jaén, 2001. Gráficas la Paz. Dos volúmenes. (Existe otra edición en siete volúmenes editada por Diario JAÉN).

MOZAS MESA, M. : Los terceros domingos d emes consagrados a N. P. Jesús Nazareno. Jaén, 1931. Imp. Diego Cobo.

MOZAS MESA, M. : Culto a N. P. Jesús Nazareno. Piadoso ejercicio mensual. Barcelona, 1935. Imp. Luis Gili.

NOVENA consagrada a N. P. Jesús Nazareno. Existen ediciones impresas en 1826, 1861, 1887, 1912, 1927, 1944 y 1983.

"Presentación del cuadro que da origen al cartel de la conmemoración del 425 aniversario fundacional de la Cofradía, obra del pintor jiennense D. Francisco Carrillo y que se presentó en la Real Sociedad Económica de Amigos del País el pasado 13 de Diciembre de 2012.

La presentación, cuyo texto se transcribe, la hizo  el que fuera Herrmano Mayor de la Cofradía D. José María Mariscal Muñoz, que actualmente ocupa el cargo de Consiliario en la Junta de Gobierno de la misma"

  HACE MUY  POCOS DIAS,   ME INVITABA EL HERMANO MAYOR A PRESENTAR ESTE ACTO QUE COMO VDS SABEN CONSISTE EN LA PRESENTACION, VALGA LA REDUNDANCIA,  DEL CUADRO QUE DA ORIGEN AL CARTEL CONMEMORATIVO  DEL 425 ANIVERSARIO DE LA FUNDACION DE NUESTRA COFRADIA, QUE TENDRA LUGAR EL PROXIMO AÑO 2013; INVITACION QUE POR CIERTO RECIBI CON TAN ESCASO  MARGEN DE TIEMPO, QUE  ME HE ATREVIDO A ENLAZAR Y ESCRIBIR UNAS PALABRAS QUE  ESPERO SEAN LAS ADECUADAS Y SIRVAN PARA PRESENTARLO CON LA DIGNIDAD QUE MERECE. A PESAR DE ELLO, AGRADEZCO AL HERMANO MAYOR  SU CONFIANZA EN MI PERSONA.

LAS FECHAS EN LAS QUE NOS ENCONTRAMOS,  SON MAS PROPIAS PARA ESTAR PENDIENTES DE LOS PREPARATIVOS NAVIDEÑOS Y LA ESPERA DEL NUEVO AÑO, QUE A PESAR DE   LOS DESEOS DE  PROSPERIDAD QUE TODOS NOS DEDICAREMOS MUY PRONTO, APUNTA MAS BIEN A UNA PROLONGACION DE LA ACTUAL SITUACIÓN, DE PRECARIEDAD Y CRISIS QUE  A LA DE  BONANZA Y    ANSIADA PROSPERIDAD.

LA INMINENCIA DE LA NAVIDAD, CENTRA NUESTRA ATENCION EN  EL NACIMIENTO DE NUESTRO SEÑOR, CON SU PROMESA DE SALVACION PARA LA HUMANIDAD Y DE OTRAS MUCHAS COSAS MAS MUNDANAS, COMO SON LA ILUSION DE LA LOTERIA,  PONER EL BELEN, O  EN LA CENA DE ESA NOCHE ENTRAÑABLE  EN LA QUE LA FAMILIA REUNIDA EN TORNO A LA MESA, RECORDARA CON PENA LA AUSENCIA DE LOS QUE SE FUERON Y SE ALEGRARA CON  LA SAVIA JOVEN QUE SE INCORPORA A ELLA.

PERO  HOY HACEMOS UN PARENTESIS PARA ANUNCIAR ALGO DISTINTO A ESE AMBIENTE NAVIDEÑO. UN PARENTESIS,  PARA DECIR   QUE EN  LA COFRADIA DE NUESTRO PADRE JESUS  NOS DISPONEMOS PARA OTRA CELEBRACION, LA DE UN  IMPORTANTE ACONTECIMIENTO, QUE  SE INICIARÁ EL PRÓXIMO MES DE ENERO, Y FINALIZARA PRACTICAMENTE CON EL AÑO:     EL 425 ANIVERSARIO DE NUESTRA FUNDACION. CUATROCIENTOS VEINTICINCO AÑOS DESDE QUE, SEGÚN  LA TRADICION CARMELITANA, HALLANDOSE SAN JUAN DE LA CRUZ, POSTRADO EN ORACION, EN SEGOVIA, EN EL CONVENTO DEL CARMEN, JESUS LE DIJO “FRAY JUAN PIDEME LO QUE QUISIERES, QUE YO LO CONCEDERE POR ESTE SERVICIO QUE ME HAS HECHO”, A LO QUE EL CLÉRIGO RESPONDIO: “SEÑOR LO QUE QUIERO QUE ME DEIS SON TRABAJOS QUE PADECER POR VOS.

DICEN LOS CRONISTAS QUE ELLO FUE EL GERMEN DE LA DEVOCION A JESUS CON LA CRUZ A CUESTAS POR PARTE DE LOS PP  CARMELITAS DESCALZOS. EN EL AÑO 1588 EL PADRE GRACIAN,  PERTENECIENTE A ESTA  ORDEN, HABRÍA ACONSEJADO ABRIR DISTINTAS CASAS DEL CARMELO DESCALZO EN  JAEN Y SU PROVINCIA, SIENDO EN LA CAPITAL DONDE, POR INDICACION DEL ENTONCES OBISPO FRANCISCO SARMIENTO DE MENDOZA, CONOCIO AL CANONIGO PEREZ DE GODOY QUE EN TESTAMENTO DEJO UNA POSESION EN EL ARRABAL DE SANTA ANA, FUERA DE LA PUERTA DE GRANADA, PARA QUE SE HICIESE EN ELLA UN MONASTERIO DE FRAILES DE LA ORDEN DE DESCALZOS DEL CARMEN. SEGUN EL HISTORIADOR JIENNENSE D MANUEL LOPEZ PEREZ, CUYA OBRA SOBRE LA HISTORIA DE LA COFRADIA ES UNA  INAGOTABLE Y RIQUISIMA FUENTE DE INFORMACION PARA CONOCERLA, Y A CUYO AMPARO Y LECTURA ME HE ACOGIDO PARA INICIAR MI CONVERSACIÓN, DICE, QUE LA HISTORIA DE NUESTRO PADRE JESUS Y POR CONSIGUIENTE DE SU COFRADIA, NO PUEDE ENTENDERSE SIN UNIRLA AL CONVENTO DE SAN JOSE DE CARMELITAS DESCALZOS, DONDE LA IMAGEN RECIBIO CULTO A LO LARGO DE UN PERIODO DE CASI DOSCIENTOS CINCUENTA AÑOS.

 AFORTUNADAMENTE HEMOS VUELTO A RECUPERARLO, HACE TRES AÑOS, AUNQUE HAYA SIDO PARCIALMENTE, TRAS UN LARGO  Y CENTENARIO RECORRIDO,  EN EL QUE INCESANTEMENTE, LA COFRADIA Y LOS INTELECTUALES DE CADA EPOCA, HAN VENIDO LLAMANDO A MUCHAS PUERTAS PARA LOGRARLO; SI BIEN LA CODICIA Y EL MENOSPRECIO A NUESTRAS RAICES,  DE INTERESES AJENOS AL RESPETO QUE MERECE LA HISTORIA, HICIERON QUE EN ESTE TIEMPO MAS RECIENTE, CONCRETAMENTE EN EL ÚLTIMO TERCIO DEL PASADO SIGLO, LA PIQUETA DIERA AL TRASTE CON  EL CLAUSTRO DEL ANTIGUO CONVENTO, CUYO PAVIMENTO , SE DICE QUE ES HOY EL DE UNA SOLARIEGA Y RUSTICA PROPIEDAD DE UN CAPITOSTE DE LA EPOCA.

PERO, AUNQUE OBLIGADO ES HACER ESTA BREVISIMA MENCION  A LA HISTORIA DE LO QUE CONSTITUYE  PARTE  IMPORTANTE DE LO  QUE EL PINTOR PLASMA  EN SU OBRA, ME CENTRARE EN LO QUE ÉSTA,  AL MENOS A MI ME SUGIERE EN SU CONJUNTO, Y QUE HA DE  SER, YA ES,   ANUNCIO DE ESTE IMPORTANTE Y SINGULAR EVENTO, DEL QUE   EL HERMANO MAYOR DE LA COFRADIA DARA DETALLADA CUENTA   EL PROXIMO MES DE ENERO, INFORMANDO AMPLIAMENTE SOBRE EL PROGRAMA DE ACTOS Y CULTOS QUE LA COFRADIA PREPARA PARA SU CELEBRACION.

PROGRAMA QUE ESTIMO  DEBE DE SER MUY BIEN RECIBIDO, YA QUE SE TRATA DE CONMEMORAR CUATROCIENTOS VEINTICINCO AÑOS  QUE NO SOLO CONTEMPLAN UNA TRAYECTORIA PURAMENTE COFRADE, SINO TAMBIEN DE LA PROPIA HISTORIA DE JAEN QUE  SIEMPRE  ANDO LIGADA A LA DEVOCION AL NAZARENO. JESUS NAZARENO, A QUIEN, POR CIERTO,  SIEMPRE CONOCIERON Y LLAMARON LAS GENTES DE JAEN  COMO  TAL O COMO JESUS DE LOS DESCALZOS, POR SU INTIMA RELACION CON LOS CARMELITAS, TAMBIEN COMO NUESTRO PADRE JESUS NAZARENO, O SENCILLAMENTE JESUS.

ME ATREVERIA A ASEGURAR  QUE NI ANTIGUAS CRONICAS, NI ANTIGUAS ACTAS,  Y  QUIZAS TAMPOCO LAS MAS PROXIMAS A NUESTRO TIEMPO, NUNCA RECONOCIERON A JESUS COMO HOY SE LE RECONOCE POR CASI TODO EL MUNDO CON EL NOMBRE DE “EL ABUELO”. APELATIVO CARIÑOSO QUE SE HA EXTENDIDO Y DIFUNDIDO  EN ESTAS ULTIMAS DECENAS DE AÑOS PERO, QUE, PERSONALMENTE CREO QUE CARECE DE CUALQUIER VINCULO HISTORICO Y QUE SIN EMBARGO COMO DIGO, SE EMPLEA  CASI CON UNA  EXCLUSIVIDAD  QUE A VECES DEJA EN EL OLVIDO ESE NOMBRE TAN HERMOSO DE JESUS.. EVIDENTEMENTE EXPRESO ESTA OPINION, CON ABSOLUTO RESPETO HACIA QUIENES LE LLAMAN EL ABUELO.  LA DEVOCION A JESUS, CUYA TUTELA HA LLEVADO LA COFRADIA, DESDE 1588 HASTA NUESTROS DIAS, BIEN MERECE   EL ESFUERZO DE LA MISMA PARA LLEVAR A CABO UNA SERIE DE ACTOS Y CULTOS EXTRAORDINARIOS, QUE SIRVAN  PARA RECORDAR Y RESALTAR  LA IMPORTANCIA DE ESTE CENTENARIO ANIVERSARIO QUE VAMOS A VIVIR.

 POR TANTO  ANUNCIAMOS HOY TAL ACONTECIMIENTO MEDIANTE ESTA BELLA PINTURA QUE SERA REPRODUCIDA COMO CARTEL ANUNCIADOR DEL MISMO. EN ESTA PRESENTACION SERÍA NECESARIO, ES MEJOR,  CEDER LA PALABRA, VALGA LA EXPRESIÓN, A LOS PINCELES DE UN ARTISTA  DE NUESTRA EPOCA, DE UN PAISANO, NOTABLE MAESTRO DE LA PINTURA, FRANCISCO CARRILLO, PACO CARRILLO, AUTOR DE MUCHAS DE LAS OBRAS QUE YA  IRRUMPIERON CON BRILLANTEZ  HACE AÑOS EN EL MUNDO COFRADE DE JAEN Y QUE CONSTITUYEN UNA PARTE IMPORTANTE DE SU PATRIMONIO.    TRAS MIS PALABRAS EL NOS HABLARA DE  ESTA TAN SINGULAR QUE DA ORIGEN AL CARTEL DEL 425 ANIVERSARIO. 

NO ME CABE LA MENOR DUDA, QUE EN ELLA, PACO, HAS PUESTO,NO SOLAMENTE TUS CINCO SENTIDOS, TU IMAGINACION Y TU ESFUERZO,  SINO QUE TAMBIEN, INTUYO,   HAS PUESTO   MUCHO CARIÑO, MUCHO AMOR. PINTAR A JESUS, CREO QUE  NO PUEDE CONCEBIRSE SIN  QUE EL ARTISTA SE DEJE LLEVAR  ESPONTANEAMENTE POR ESE PROFUNDO SENTIMIENTO  NACIDO DE SU INTERIOR, MAS AUN SIENDO HIJO DE ESTA TIERRA ,Y A LA VISTA QUEDA EL FRUTO DE SU TRABAJO, DE SU EXCELENTE TRABAJO.

ES UNA OBRA QUE NOS  ADENTRA EN EL TUNEL DE UN TIEMPO PASADO, OBLIGANDONOS A  HACER UN PARON PARA RECORDAR LO   ACONTECIDO, HACE  VEINTICINCO AÑOS,  UN CUARTO DE SIGLO,

MUCHOS DE LOS QUE HOY AQUÍ NOS ENCONTRAMOS TUVIMOS LA SUERTE DE CELEBRAR, ENTONCES, EN 1988, COMO TESTIGOS PRESENCIALES Y ACTIVOS  DE AQUEL OTRO ACONTECIMIENTO SIMILAR; CELEBRADO EN DICHO AÑO:  SE CUMPLIAN CUATROCIENTOS AÑOS DE NUESTRA FUNDACION.

TAMBIEN ENTONCES,  UN PINTOR DE LA EPOCA, EL MALOGRADO CARMELO PALOMINO, PARA CONMEMORARLO, DEJO VOLAR SU IMAGINACION Y SUS PINCELES, LEGANDO PARA LA POSTERIDAD  UNA OBRA QUE PRESENTO JUAN MANUEL MOLINA DAMIANI, POETA JIENNENSE. OBRA QUE  HOY ENRIQUECE EL PATRIMONIO DE LA COFRADIA COMO TESTIGO VIVO DE TAN SEÑALADA CONMEMORACION.

FUE  TAMBIEN ENTONCES, CON MOTIVO  DEL CUARTO CENTENARIO CUANDO ACONTECIO LA PRESENCIA DURANTE DOS DIAS DE JESUS EN NUESTRAS CALLES,  PARA IR A LOS  CONVENTOS DE LAS MM DOMINICAS Y DE LAS FRANCISCANAS DESCALZAS,-LAS BERNARDAS-.

JESUS NAZARENO VISITO EN SU CLAUSURA A LAS   RELIGIOSAS QUE RENUNCIARON A TODO  DEDICANDO SU  VIDA  A LA ORACION. TAMBIEN   VISITO JESUS EL ASILO DE  ANCIANOS DE LAS HERMANITAS DE LOS POBRES, RECONFORTANDO CON ELLO A QUIENES DEDICARON UNA VIDA DE ESFUERZO Y TRABAJO EN POS DE UNA SOCIEDAD MAS JUSTA Y SOLIDARIA.

ESA  MANIFESTACION PÚBLICA DE FE  QUE MOSTRO  A UN  JESUS CAMINANTE, AL LADO DE TODOS, ACOMPAÑADO POR TODOS, DEJO UN  GRATISIMO Y PIADOSO  RECUERDO EN LA MEMORIA COFRADE  Y NO COFRADE DE JAEN. CREO PRUDENTE REMEMORAR HOY AQUELLA CIRCUNSTANCIA ENMARCADA DENTRO DE LAS CELEBRACIONES QUE ENTONCES SE HICIERON, PORQUE DEJO HUELLA, TUVO SENTIDO Y RESULTO ACORDE CON LO QUE SE PLANIFICO: NI PALMAS, NI VITORES, SOLO  MOMENTOS DE REFLEXION, ORACION,  PAZ Y  SOSIEGO AL PASO DE JESUS.

SERIA DESEABLE QUE DE CUALQUIER  OTRA FORMA O MANERA PUDIERA REPETIRSE  EN 2013,  UN CUARTO DE SIGLO DESPUES, ALGO SIMILAR.  SERIA DESEABLE, QUE  SI  ASÍ SE PLANTEARA, QUE NADA IMPIDIDIERA BAJO  NINGUN TIPO DE ARGUMENTO, QUE ESTA BENDITA IMAGEN PUDIERA LLEVAR NUEVAMENTE A TODOS, EN ESTA CONMEMORACION ESA PAZ   Y  CALMA, DE LA QUE TAN NECESITADA ESTA NUESTRA SOCIEDAD.

SERIA DESEABLE, QUE  SI ASI SE DECIDIERA, NO FUESE INTERPRETADO, COMO UN MERO CAPRICHO, SINO COMO LO QUE PODRIA SER: EL COMPLEMENTO A UNA SOLEMNE CELEBRACION DE TAN SEÑALADA EFEMERIDES. SON CUATROCIENTOS VEINTICINCO AÑOS Y ELLO BIEN MERECE TAL ACTUACION DENTRO DEL AMPLIO PROYECTO DISEÑADO Y QUE GLOBALMENTE FUE EXPUESTO, AUN SIENDO UN ESBOZO,  POR QUIEN DIRIGE LA COFRADIA, MERECIENDO UNA  GRATA ACOGIDA Y UNA POSITIVA EVALUCION  POR PARTE DE LA  MAS ALTA  AUTORIDAD DIOCESANA.

CUATROCIENTOS VEINTICINCO AÑOS DEBEN SER MOTIVO PARA QUE EL INMINENTE 2013 DE PASO A LA REFLEXION Y SEPAMOS DETENERNOS  EN ESE CAMINAR INICIADO POR NUESTROS MAYORES, AL QUE  NOS UNE  EL CORDON UMBILICAL DE LA MEMORIA COLECTIVA PARA PODER VER CON CLARIDAD LA HISTORIA, NUESTRO PASADO.

CAMINAR EN TORNO A JESUS DE LOS DESCALZOS, PORTADO POR GENERACIONES QUE HAN VIVIDO EN EPOCAS TAN DISPARES, DONDE LAS COSTUMBRES FUERON CAMBIANDO, DONDE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA HAN IMPUESTO UN FRENETICO RITMO EN EL QUE  NADA ES COMPARABLE A 1588 CON RESPECTO A NUESTROS DIAS…. ES TAN CIERTO COMO ASEGURAR QUE LO QUE NO HA CAMBIADO, QUE  LO QUE SE CONSERVA TAN LIMPIO E INMACULADO HOY  COMO ENTONCES ES  LA DEVOCION A NUESTRO PADRE JESUS.. SIN ADULTERAR, TAL CUAL LA VIVIERON AQUELLOS LABRADORES DE LA PUERTA DE GRANADA    QUE TUVIERON  LA FELIZ IDEA DE COSTEAR  LA IMAGEN DEL NAZARENO, CONSTITUYENDOSE QUIZAS EN ESE MOMENTO COMO COFRADIA Y PONIENDO TAN VENERADA IMAGEN  EN MANOS, DE LOS CARMELITAS PARA SU CUSTODIA Y CULTO

IMAGEN QUE LLEGO A SER    EL CENTRO DE SU AMOR, Y DE SU DEVOCION, QUE POSTERIORMENTE SE HARÍA EXTENSIBLE A NUESTRA DOLOROSA TALLADA EN 1741 POR JOSE DE MEDINA Y COSTEADA POR FRAY JUAN DEL SANTISIMO. ESO ES LO QUE ESTA PINTURA NOS  ANUNCIA YA, CUATROCIENTOS VEINTICINCO AÑOS UNIDOS POR UNA MISMA  FE,  BAJO LA MISMA  ADVOCACION A DE NUESTRO PADRE JESUS NAZARENO.

 CUATROCIENTOS VEINTICINCO AÑOS  DE FERVOROSA  DEVOCION: 

-  DEVOCION AL MAESTRO DE NAZARET, ENCORVADO POR EL SUFRIMIENTO DE TANTOS AÑOS CON EL PESO DE LA CRUZ SOBRE SUS HOMBROS.

- DEVOCION A JESUS DE LOS DESCALZOS, MERECIDO ADJETIVO DE  AMOROSA POSESION CARMELITANA, QUE NO DE PROPIEDAD,  SEÑOR DE NUESTRAS  VIDAS,   DE NUESTRAS PETICIONES,    

-  DEVOCION A JESUS NAZARENO,  ANTE QUIEN JAEN SE POSTRA EN SU CAMARIN CADA DIA QUE AMANECE CON SENCILLEZ Y HUMILDAD, HACIENDOLE  PARTICIPE Y FIEL GUARDIAN DE SUS MAS PROFUNDOS E INTIMOS SECRETOS.

-DEVOCION   AL SEÑOR DE JAEN, PORQUE ASI LO QUISO ESTE NOBLE PUEBLO OFRECIENDOLE EN LA PRIMAVERA DE 1999 UN TROCITO DE CORAZON QUE CADA JIENNENSE QUISO DARLE, SIMBOLIZADO  EN  LA MEDALLA DE ORO  DE LA CIUDAD. EN TORNO A  JESUS NAZARENO,  LA COFRADIA EN COMUNION CON ESTA  CIUDAD QUE LE ADORA Y VENERA LLEVA  EN  LO MAS PROFUNDO  DE SUS ENTRAÑAS EL PASO IMAGINARIO, SOBRE EL QUE  MECE ALGO TAN PURO, TAN SENTIDO, COMO ES SU ENORME DEVOCION POR EL,  HACIENDO LATIR SU CORAZON CON FUERZA EN CADA LEVANTA.

GENEROSO Y NOBLE SENTIMIENTO JAENERO,  QUE   HA DE DEJAR EN HERENCIA TAN  INVISIBLE, Y PRECIADA JOYA  EN EL ALMA  DE QUIENES ESTAN LLAMADOS A REEMPLAZARNOS.,

ESA ES LA PROCLAMA DE LA OBRA DE PACO CARRILLO, QUE DA ORIGEN  AL  CARTEL,  QUE REFLEJA EN UNA TABLA CUAJADA DE ARTE,  LAS RAICES  DE ESTA COFRADIA, DE ESTA HERMANDAD,   QUE ES ANTIGUA, PORQUE ESTA MARCADA CON CUATROCIENTOS VEINTICINO AÑOS DE EXISTENCIA, INSIGNE PORQUE ES CELEBRE, CONOCIDA Y ADEMAS REAL POR LA GRACIA DE LA REINA ISABEL II  SERA, ES YA, AVANZADILLA QUE PREGONA ESTE ACONTECIMIENTO QUE QUIZAS, NO ALCANCEMOS AUN A DARLE LA MAGNITUD DE LO QUE REPRESENTA:  EL PEREGRINAR ENTRE RECIAS CREENCIAS Y TRADICIONES, VIVIENDO NUESTRA FE, CRECIENDO EN ELLA..

PRECISAMENTE EN ESTE PERIODO, QUE VIVIMOS EN EL QUE EL PAPA HA QUERIDO QUE SEA  AÑO DE LA FE PARA PROFUNDIZAR EN ELLA  Y ACRECENTARLA,  LAS GENTES DE JAEN DEBEMOS ETERNA GRATITUD  HACIA QUIEN HA CONSTITUIDO UNO DE LOS GRANDES PILARES DE ESA FE EN NUESTRO PUEBLO : LA IMAGEN DE NUESTRO PADRE JESUS,  HACIA QUIEN EL JAEN DE TODOS LOS TIEMPOS HA LEVANTADO SUS OJOS COMO PUNTO DE PARTIDA PARA AHONDAR EN ELLA, PARA LLEGAR MAS ALTO, PARA  PODER MIRAR  CON CONFIANZA DE TEJAS HACIA ARRIBA, ESO MISMO QUE NOS REPITE DIA A DIA NUESTRO CAPELLAN: LA DEVOCION A JESUS Y A MARIA SANTISIMA DE LOS DOLORES  ES EL APOYO  PARA PODER  ALCANZAR Y ENTENDER  AQUELLO  QUE NO VEMOS, LO QUE SOLO PODEMOS VER CON LOS OJOS DEL ALMA, CON LOS OJOS DE LA FE  PARA LLEGAR A DIOS.

LA PINTURA DE PACO CARRILLO,  SIN ATREVERME A HABLAR DE ELLA DESDE EL PUNTO DE VISTA TECNICO O ARTISTICO,  SERIA UN NECIO SI LO HICIERA PUES DE ESTO NO ENTIENDO.  SI QUE AL MENOS, ME PERMITE  HABLAR DE ELLA DESDE OTRA OPTICA.

OPTICA QUE  ME DEJA VER UNA CONCEPCION DEL CUADRO, AJENA A  LA TECNICA CON LA QUE SE HA UTILIZADO, Y QUE DESCUBRI EN EL MOMENTO QUE LO VI YA TERMINADO  EN EL CABALLETE DE TRABAJO DEL ESTUDIO  DEL PINTOR. CREO QUE LA OBRA  ESTÁ IMPREGNADA, NO SOLAMENTE POR LA CALIDAD ARTISTICA QUE ATESORA, SINO POR UN CONJUNTO DE SENSACIONES QUE POR SI SOLAS DESENTRAÑAN RECUERDOS ACUMULADOS CON EL PASO DE CENTENARES DE AÑOS, EN ESOS ELEMENTOS QUE SE RECOJEN EN ELLA. GRUESOS MUROS Y RECIOS PILARES, TESTIGOS MUDOS  DE UNA VIDA ESPARTANA  DE ORACION Y DE  CANTICOS DE ALABANZA A DIOS DE LA CENTENARIA COMUNIDAD CARMELITANA, PIEDRAS QUE REZUMAN LA HISTORIA DE UN MILENARIO JAEN IMPREGNADA EN ACEITE DEL  VIEJO  MOLINO. , DE UN  JAEN  HABITADO EN SU INMENSA MAYORIA POR SENCILLOS LABRIEGOS QUE LABORAN CAMPOS Y HUERTAS.

DE GENTES QUE TRANSITAN EN TORNO AL CONVENTO,  EMBOZADAS EN  CAPAS DE LA EPOCA COMO RESGUARDO DEL FRIO VIENTO INVERNAL, QUE  SE CUELA ENTRE LA MELLA Y JABALCUZ.

 DE GENTES QUE DUERMEN A LA SOMBRA  JUNTO AL  RUSTICO BOTIJO, EN LAS CALUROSAS TARDES ESTIVALES.

DE UN  RANCIO JAEN QUE NO SE RESIGNA AL OLVIDO, Y PUGNA POR ABRIRSE PASO ENTRE LAS CENTENARIAS PIEDRAS  QUERIENDO HACERSE PRESENTE   ENTRE   COLUMNAS Y CAPITELES.

VIEJO CAMARIN DE JESUS,  EN EL QUE LA PROPIA PINTURA DESCUBRE, UN ARCO MAS NOVEDOSO, MAS NUEVO  COMO PORTICO QUE DELIMITA LO VIEJO, DE ESA CAPILLA AÑADIDA A LA  IGLESA  DE SAN JOSE, AL REMOZADO ASPECTO QUE PRESENTA EN NUESTROS DIAS.

 VIEJO CAMARIN DE JESUS SUFRAGADO CON  AMOR Y GENEROSIDAD POR UN JIENNENSE, LUCAS MARTINEZ DE FRIAS PERSONAJE EMIGRADO AL PERU Y QUE NO OLVIDO SUS RAICES, NI SU DEVOCION. ESA DEVOCION  QUE PARECE HACERSE MUCHO MAS FUERTE EN   QUIENES VIVEN LEJOS, EN QUIENES TUVIERON QUE EMIGRAR EN BUSCA DE UN MUNDO MEJOR.

JUAN ALVAREZ DE MENDIZABAL, MINISTRO DE LA REGENTE MARIA CRISTINA DE BORBON, ACOMETIO EN 1836 LO QUE  CONOCEMOS COMO DESAMORTIZACION DE MENDIZABAL. LEY QUE EXPROPIO A LA IGLESIA CATOLICA DE TIERRAS Y BIENES PRODUCTOS DE DONACIONES SIN COMPENSACION ALGUNA.

EL CONVENTO DE SAN JOSE Y EL CAMARIN DE JESUS SUCUMBIERON VICTIMAS DE ESTA POLITICA   CAUSANDO   EL DESALOJO DE LOS CARMELITAS Y EL COMIENZO DEL PEREGRINAR DE LA IMAGEN DE NUESTRO PADRE JESUS POR DISTINTOS TEMPLOS DE NUESTRA CIUDAD.

PERO A PESAR DE  TANTOS  AÑOS TRANSCURRIDOS, NUNCA  SE BORRO DE LA MEMORIA  DE  JAEN,  QUE SE PREOCUPO OCUPARSE Y OCUPO EN  CONTAR   A LAS NUEVAS GENERACIONES, QUE EL CAMARIN DE JESUS, EXISTÍA, QUE EXISTIO EN CADA UNA DE LAS EPOCAS PASADAS, LLEGANDO HASTA NUESTROS DIAS COMO UN VIEJO Y DESTARTALADO EDIFICIO DE LA CARRERA DE JESUS.DONDE  ANTAÑO ESTUVO EL NAZARENO, DONDE SE FUNDO SU COFRADIA.

GRACIAS AL  GENEROSO ESFUERZO   Y  A LA TENACIDAD DE MUCHOS QUE SE FUERON CON EN EL TRANSCURRIR DE LOS TIEMPOS  Y DE OTROS QUE RECOGIMOS ESE LEGADO,  JESUS DE LOS DESCALZOS  A VUELTO  SU CASA 179 AÑOS DESPUES

 EL CUADRO NOS MUESTRA UN JESUS FUERTE  QUE EMERGE DE LAS VIEJAS PIEDRAS   BAJO EL  RENOVADO ARCO DE LA NUEVA CONSTRUCCION QUE UNE EL PASADO CON EL PRESENTE, SIN ROMPER SU ARMONIA NI ESENCIA.

EL TORSO DESNUDO DE JESUS, SU CABELLO PRIMOROSAMENTE TALLADO POR QUIEN, AUN INTUYENDOSE SU AUTORÍA, PREFIERE PERMANECER OCULTO, EN EL ANONIMATO,  HACE AUN  MAS APASIONANTE LA HISTORIA DE SU PROCEDENCIA,  Y ALIMENTA   VIEJAS  Y ENTRAÑABLES TRADICIONES SOBRE SU MILAGROSA APARICIÓN,   DANDO VIDA A LA OBRA.

NUESTRO PADRE JESUS  QUE PARECE ASENTARSE SOBRE UN DIFUSO MORADO, COLOR  DE JAEN, COLOR DE SU HERMANDAD,    AMPARA AMOROSAMENTE  UNA CRIPTA QUE  GUARDA CON CELO A CIENTOS DE SUS COFRADES EN ESPERA DEL DÍA EN QUE EL  LES LLAME:  “VENID BENDITOS DE MI PADRE PORQUE TUVE HAMBRE Y ME DISTEIS DE COMER, TUVE SED Y ME DISTEIS DE BEBER, ESTUVE DESNUDO Y ME VESTISTEIS, ESTUVE EN LA CARCEL Y ME VISITASTEIS………….. VENID MIS COFRADES DE JAEN, PUES ME DISTEIS DE COMER EN AQUELLOS MAS NECESITADOS, ME DISTEIS DE BEBER EN AQUELLOS SEDIENTOS DE  MI DEVOCION, ME DISTEIS ABRIGO EN QUIENES COMBATIAN EL FRIO DE LAS NOCHES AL RASO, VINISTEIS A LA CARCEL PARA COMPARTIR MI CARNE Y MI SANGRE CON LOS PRIVADOS DE LIBERTAD.  VENID MIS COFRADES DE JAEN POR ESE CLAVEL ENTREGADO A LOS ENFERMOS EN MI NOMBRE.POR EL CONSUELO Y COMPAÑÍA QUE ME DISTEIS EN LA SOLEDAD DE LAS FRIAS MADRUGADAS DE VIERNES SANTO.  

 ESTE ES EL CUADRO, CARTEL DEL CUATROCIENTOS VEINTINCO ANIVERSARIO DE NUESTRA FUNDACION, ASI LO VEO, COMO TESTIGO DE UNA DEVOCIÓN QUE NI LOS SIGLOS NI LAS VICISITUDES HAN TRUNCADO.

SON CENTENARES DE AÑOS EN LOS QUE  TODO  HA SUFRIDO UN PROFUNDO CAMBIO; PERO  COMO ANTES DECIA   NO HA LOGRADO VARIAR NI UN APICE, DE ALGO ESENCIAL QUE SE   HA MANTENIDO, FIRME: LA  DEVOCION A NUESTRO PADRE JESUS. ESO ES UN HECHO IRREFUTABLE,  QUE EL PASO DEL TIEMPO NO HA PODIDO CAMBIAR,

 DEVOCION QUE A  VECES LEVANTA LAS MISMAS  PASIONES QUE ANTAÑO,  CON  ENCUENTROS Y DESENCUENTROS QUE HOY SE  DAN  AL IGUAL QUE ANTES SE DIERON, ASI  HAN IDO PASANDO ESOS CENTENARES DE AÑOS, EN LOS QUE TODO HA SIDO MOLDEABLE MENOS UNA DEVOCION CENTENARIA Y PROFUNDA QUE SE EXTIENDE POR TODAS LAS CAPAS SOCIALES, SIN ENTENDER DE RICOS NI POBRES, Y QUE ES PROPIEDAD DE UN PUEBLO ENTERO  CON SELLO MARCADO A FUEGO EN EL ALMA JIENNENSE.

LA COFRADIA ESTA OBLIGADA A ENALTECER Y DESTACAR TODO AQUELLO QUE ESTA RELACIONADO CON ESE SENTIMIENTO, POR ESO NO QUIERE DEJAR PASAR ESTA NOBLE CONMEMORACION DE NUESTRA FUNDACION  QUE SEA  TAMBIEN  TRIBUTO OBLIGADO Y MERECIDO A QUIENES NOS PRECEDIERON,  QUE SINTIERON ESAS MISMAS EMOCIONES Y SENSACIONES QUE HOY NOS ACOMPAÑAN A NOSOTROS, QUE DE ELLOS RECIBIMOS Y QUE   DEJAREMOS CUANDO DIOS LO DISPONGA EN MANOS DE LOS QUE YA VIENEN SINTIENDOLAS CON FUERZA. EL CUADRO DE PACO CARRILLO PODEMOS CONSIDERARLO COMO LA CRUZ DE GUIA DE ESTE AÑO QUE SE AVECINA.

 COMO  ESTANDARTE QUE, EN PRIMERA LINEA ANUNCIA TAN MAGNO ACONTECIMIENTO

 COMO SANTO Y SEÑA QUE PERMITE ENTRAR EN ESE MUNDO ÍNTIMO DONDE EL ESPIRITU SE SOSIEGA ANTE LA PRESENCIA DEL SEÑOR.

COMO PALADIN DE UNA HISTORIA PLAGADA DE VIVENCIAS PROTAGONIZADAS POR NUESTROS ANTEPASADOS,

 COMO VEHICULO DE ENTRADA EN UN FUTURO ESPERANZADO QUE EL MAESTRO NOS TIENE PROMETIDO.

VAMOS A SER ACTORES Y TESTIGOS PRIVILEGIADOS DE ESTE TIEMPO. SEAMOS COHERENTES CON NUESTRA FE Y CON NUESTRA CONDICION DE COFRADES DE JESUS,  PARA LEJOS DE TODA ALTANERÍA,  CON SENCILLEZ  Y HUMILDAD AFRONTAR  DIGNIDAMENTE ESTA CELEBRACION, ASI CREO YO QUE DEBEMOS ACTUAR QUIENES  DECIMOS SER COFRADES, O LO QUE ES LO MISMO HERMANOS EN LA MISMA FE  BAJO LA ADVOCACION DE  NUESTRO PADRE JESUS NAZARENO Y MARIA SANTISIMA DE LOS DOLORES.

HE INTENTADO PRESENTAR EL CUADRO QUE NOS PRESIDE Y QUE MILES DE JIENNENSES QUERRÁN TENERLO ENTRE SUS RECUERDOS  COFRADES QUE GUARDEN  CON MAS ESTIMA.

 HE HABLADO SOBRE LO QUE EN NOSOLAMENTE SE VE EN EL SINO EN AQUELLO QUE MI IMAGINACION ME HA DICTADO, NO SE SI CON ACIERTO O NO. LO HE HECHO  DESDE UN PUNTO DE VISTA EMOCIONAL, DE LOS SENTIMIENTOS Y DEL RECUERDO.

AHORA ES EL MOMENTO EN EL QUE DEBEMOS CONOCER  DE  OTRAS SENSACIONES DE  TECNICAS EMPLEADAS, POR QUIEN LO HA CREADO, DE QUIEN PUEDE HABLARNOS CON MAS CONOCIMIENTO SOBRE LA OBRA COMO TAL.

 

 

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NOVENA HOMILIAS

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El pasado 8 de febrero de 2013, a las 20:45 horas, en el salón de actos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, tuvo lugar una Mesa Redonda con el título “La Fe en la cofradías populosas de Andalucía”.

En la misma intervinieron:

       D. Juan Antonio Partal Rodríguez.

Hno. Mayor de la Cofradía de Jesús Cautivo de Málaga.

D. Ángel Espinosa Calixto.

Mayordomo de la Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza de Andújar.

Dª. Susana Acosta Rojas.

Fiscal de la Hermandad Matriz de Ntra. Sra. del Rocío de Almonte.

D. Francisco Manuel Gutiérrez Montero.

Hno. Mayor de la Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno de Jaén.

Moderador de la mesa fue

D. Manuel Contreras

En este  video puedes ver  resumen que el moderador realizó una vez finalizó la intervención de los distintos ponentes.

 

 

Domicilio: C/Maestra, 2  23002 Jaén

E-mail Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Teléfono y Fax:

953 233 005

Los avatares de los tiempos han motivado que la imagen y la Cofradía radicaran sucesivamente en distintas sedes.

 

En principio estuvieron en el Convento de San José, de los PP. Carmelitas Descalzos.

 

 

 

 

 

 

 

En 1617, las desavenencias entre los carmelitas y los cofrades motivaron la marcha al convento de la Merced, donde se permaneció hasta 1635, en que se volvió al convento descalzo de San José.   Las leyes desamortizadoras de José I obligaron a trasladarse a la Catedral, en 1810, permaneciendo allí hasta 1814.

 

 

 

 

Con la Desamortización de Mendizábal que cerró el convento carmelitano, hubo que acogerse a la parroquia del Sagrario durante los años 1836-1846.

 

 

 

 

 

 

 

 

De allí se pasó al convento de la Merced donde se estuvo los años de 1846 a 1953.

 

 

 

 

 

 

La ruina del convento motivó un traslado provisional a la parroquia del Sagrario durante los años 1953 a 1961.

 

 

 

Luego se retornó a la Merced durante el periodo 1961-1970.

 

 

 

 

 

En 1970, luego de arduas negociaciones, se pasó a la Catedral donde se permanece hasta noviembre de 2009 en que venturosamente la imagen y cofradía vuelven a su sede fundacional del convento de San José.

 

 

A partir de noviembre 2009 la sede canónica de la Cofradía es el Santuario Iglesia de San José y Camarín de Jesús.

Homilía  M.I. Sr. D. Ramón del Hoyo López , obispo de Jaén.

425º Aniversario de la Fundación de la Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y Stma. Virgen de los Dolores

Jaén, Santuario Ntro. Padre Jesús Nazareno

20 de enero de 2013

1. Abrimos con esta celebración litúrgica los actos que se celebrarán a lo largo de este año con motivo del 425º aniversario de la aprobación de la Antigua, Ilustre y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, de la Ciudad de Jaén.

Aunque no es segura la fecha exacta de su fundación se ha elegido como la más probable la del 5 de junio de 1588, en que se abrió el antiguo Convento de San José de los PP. Carmelitas Descalzos en este mismo lugar.

Bien pudo hacerse coincidir esta apertura con el inicio de la Cofradía, dada la arraigada devoción de la orden carmelitana a Nuestro Padre Jesús Nazareno. Se sabe que los religiosos Carmelitas, junto con los labradores del arrabal de la Puerta de Granada recaudaron limosnas para conseguir una imagen de Jesús Nazareno. La colocaron en esta misma Iglesia y bien pronto fue en aumento la devoción de los fieles, dando lugar al incremento de esta Cofradía que nos ha llegado hasta el día de hoy.

Aunque no es el momento, bien podríamos decir que la Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno ha ido emigrando de Iglesia en Iglesia a lo largo de estos siglos, por la Ciudad de Jaén. Daría la impresión que desde esta Iglesia, pasando por las Parroquias del Sagrario y del Merced, Iglesia de las Bernardas y desde la  Santa Iglesia Catedral ha querido bendecir en todo tiempo a los devotos de su querida Ciudad.

Por fin el 30 de octubre del año 2009 la cofradía completaba su proyecto añorado desde hacía años, de devolver la imagen de Nuestro Padre Jesús, junto a la de María Santísima de los Dolores a este recinto, “a su casa” como dijeron algunos, previa cesión de esta Iglesia por parte del Excmo. Ayuntamiento de la Ciudad a la Cofradía.

Tuve el honor de declarar a esta Iglesia como Santuario de Nuestro Padre Jesús Nazareno el día 8 de noviembre de aquel año y dedicarle este recinto sagrado para su culto. Finalmente el día 27 del mismo mes se produjo el solemne traslado de las imágenes desde la S. Iglesia Catedral y ¡ojalá lo sea pro muchos años!.

Puedo reafirmar ante Uds. Y especialmente ante los hermanos cofrades y devotos lo que les dije en aquella ocasión: “que comenzaba una nueva historia a favor de la devoción de Nuestro Padre Jesús Nazareno que entre todas tendremos que custodiar, vivir y transmitir a otras generaciones, bajo la intercesión de la Santísima Virgen de los Dolores”.

2. Reflexionemos también brevemente en los contenidos de las lecturas, de la Palabra de Dios, que acabamos de proclamar:

En la primera, del profeta Isaías (Is 62, 1-5) hemos escuchado la voz de Dios hecha esperanza y consuelo. La ciudad de Jerusalén vivía en una situación de verdadera devastación por parte del poder de Babilonia. El pueblo de Israel vive el drama de exilio, pero el profeta Isaías les anuncia que tienen cerca la salvación. Va a “romper la aurora del judaísmo, dice el Profeta, y la salvación va a llamera como antorcha” Jerusalén será su ciudad “favorita” y “desposada” por eso el Salmo se hace eco de este anuncio alegre con las palabras que hemos escuchado: “Cantad las maravillas del Señor a todas las naciones”.

En la segunda lectura de San Pablo a los Corintios (Cor 12,4.11) nos habla de diversidad y de unidad. Nos dice: “En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común”. Es la clave de la convivencia. Cada uno colabora con sus dones y cualidades para el bien común. A nadie se le excluye, sino que todos aportamos y ponemos a disposición de los demás lo que somos y tenemos.

La voz del Señor es muy clara y directa: por el Profeta Isaías nos invita a la esperanza y a la fe, con mirada de futuro ante nuestras situaciones personales y como Iglesia. En todo momento, sean las circunstancias que sean, nos invita sin embargo a nos cruzarnos de brazos o a cerrarnos en nuestro caparazón del egoísmo, sino a compartir, acoger, a vivir la caridad cristiana poniendo a disposición de otros nuestros dones y cualidades.

Finalmente en el pasaje de las Bodas de Caná de Galilea del evangelista San Juan (Jn 2, 1-11), se nos propone: el primer milagro o signo de Jesús, en que manifestó su gloria, (que El era el Mesías, Hijo de Dios) y creció, al verlo, la fe de sus discípulos.

Podemos destacar también que María Santísima fue coprotagonista en aquel episodio de Caná de Galilea. “Haced lo que Él os diga” dijo a los sirvientes. La hora de Jesús no había llegado todavía, pero la intervención de la madre anticipa la alegría y la gloria de la acción redentora de Jesucristo. Así es el oficio de María y continúa siéndolo. Fue ella quien se dio cuenta que no les queda vino. También ahora como Madre intercede por nosotros cuando nos faltan tantas cosas necesarias para ser verdaderos cristianos.

3. Muy queridos hermanos Cofrades y fieles devotos de Ntro. Padre Jesús Nazareno y de su Santísima Madre la Virgen de los Dolores.

Este Aniversario, con las celebraciones que hoy comenzamos deberá suponer, y estoy seguro de que así será, una ocasión providencial para vivir este Año de la Fe y no perder, en ningún momento esta perspectiva.

Me van a permitir que les anime ya desde este momento a profundizar en algunos aspectos de especial interés para sus vidas de creyentes cristianos, asociados en torno a estas imágenes tan queridas y veneradas ya por sus antepasados y familiares.

En primer lugar el Santo Padre, Benedicto XVI, cuando anunció este Año de la Fe, mediante la Carta apostólica Porta Fidei, destacó en sus tres últimos apartados lo que significa el gozo de creer. Para que consigamos descubrir este gozo nos proporciona las siguientes pautas:

- El Año de la Fe ha de fortalecer nuestra relación con el Señor... porque solo en Él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero. Ha de ser un año para volver a “recorrer la historia de nuestra fe, una historia que contempla el misterio insondable del entrecruzarse de la santidad y el pecado” (n.13). Un año para tener “la mirada fija en Jesús que inició y completó nuestra fe (Heb 12, 2): en él encuentran su cumplimiento, nos dice el Papa, todo afán y todo anhelo del corazón”(Ibídem).

(También debemos contemplar la vida de fe de María, la de los apóstoles y la vida de fe de muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia. De una manera especial podríamos contemplar la fe por la que “los mártires entregaron su vida como testimonio de la verdad del Evangelio”. A las puertas de la ceremonia de beatificación de nuestro querido Señor Obispo Mons. Manuel Basulto y otros seis mártires diocesanos el próximo día 27 de octubre de este año en la Ciudad de Tarragona, nos podrán ayudar sin duda también a fortalecer nuestra fe y a transmitirla con vigor y sin complejos).

- En la misma Carta del Santo Padre que he citado nos habla asimismo de que el cristiano ha de ser signo vivo de la presencia de Cristo en el mundo. La fe, nos dice, debe ser en nosotros como la “compañera de vida que nos permite distinguir con ojos siempre nuevos las maravillas que Dios hace pro nosotros. Esto nos compromete a convertirnos, dice el Papa, en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el mundo. Pues lo que el mundo necesitaba hoy, de manera especial, es el testimonio creíble de los que, iluminados en la mente y en el corazón por la Palabra del Señor, son capaces de abrir el corazón y la mente de muchos al deseo de Dios y de la vida verdadera, esa que no tiene fin” (n.15).

- Finalmente el Año de la Fe puede servir también para intensificar el testimonio de la caridad. El Papa nos recuerda para ello las palabras claras y exigentes, fuertes, del Apóstol Santiago: “¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe?...” (St 2, 14-18).

Los vínculos entre la fe y la caridad son muy claros: la fe sin la caridad no da fruto y la caridad sin la fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente.

Sé que no olvidarán tampoco los hermanos Cofrades con su Capellán al frente, el cincuenta aniversario de la celebración del Concilio Vaticano II, y el veinte aniversario, asimismo, de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica.

Feliz aniversario. Que las gracias de Nuestro Padre Jesús Nazareno, por la intercesión de María Santísima de los Dolores, sean preludio de la alegría y la esperanza a la que nos conduce la fe. Que así sea.

 

Estatutos en vigor (Descarga fichero PDF)

 

REGLAS Y ORDENANZAS. LOS ESTATUTOS. 

Las primeras reglas de la Cofradía debieron basarse en un modelo de estatutos que se trajo del convento carmelitano de Baeza y que respondían al modelo común adoptado por los PP. Carmelitas Descalzos para sus conventos. Estos Estatutos los conocemos solo por algunas referencias, pues no han llegado a nosotros.

Cuando en 1703 el Obispado de Jaén trató de controlar la actividad de las muchas cofradías que entonces había en la ciudad, ordenó bajo severas penas canónicas, que cada hermandad presentara al señor Provisor las reglas y ordenanzas por las que se regían, para su revisión y actualización. Entonces la Cofradía de N. P. Jesús manifestó sinceramente que no disponía de Estatutos, pues “no eran necesarios para el gobierno de la Hermandad, que de tiempo inmemorial se había regido sin ellos…”.

Ante esta peregrina justificación, el obispo don Antonio de Brizuela y Salamanca (1693-1708) les mandó hacer Estatutos y hasta se dice que escribió de propia mano una espiritual introducción para ellos. Estos Estatutos fueron aprobados en Junta General celebrada el 8 de junio de 1708 bajo la presidencia del gobernador don Gabriel de Mora Dávalos, siendo aprobados por don Juan de Quiroga, Provisor y Vicario General del Obispado, en 13 de octubre del mismo año.

Su original no se conserva, aunque hay constancia de que estuvieron en poder del secretario de la Cofradía hasta los años veinte del pasado siglo. Gracias a un resumen que de ellos hizo el cronista don Alfredo Cazabán Laguna, que los manejó para escribir unos artículos en el periódico local “La Unión”, sabemos que constaban de una introducción y quince artículos.

Con el paso del tiempo, quedaron desfasado y en los años de 1787 y 1799 se propuso hacer unos nuevos, basándose en los que tenía la congregación de la Santa Vera Cruz, pero nada se realizó al respecto.

Hasta 1849 no se afrontó la redacción de Estatutos, siendo gobernador de la Cofradía don Fernando Cañabate y Gámiz, Marqués del Cadimo, que se ocupó del tema a raiz de una disposición del Ministerio de Gracia y Justicia que exigía que los estatutos de las cofradías estuvieran visados tanto por el Obispo diocesano correspondiente, como por S. M. la Reina. Aceptados por la cofradía en 2 de febrero de 1849, se aprobaron condicionalmente en 5 de junio, si bien hasta el 22 de marzo de 1852 no fueron aprobados por Dª Isabel II, Reina de España, haciéndolo igualmente el 29 de mayo siguiente el obispo de Jaén don José Escolano y Fenoy. Con todo, no se difundieron entre los cofrades hasta fecha tan tardía como 1875 en que se imprimieron por vez primera, cuando ya estaban anticuados.

Por eso, en 1878, siendo gobernador don Manuel de Miguel García, se redactaron nuevos Estatutos que serían aprobados el 12 de agosto del mismo año por el obispo don Manuel María González y Sánchez. Años después, en 1898, se rectificó su artículo 39. De ellos se harían dos ediciones, en 1901 y 1903.

En 1920, para adecuarlos a los tiempos, se redactaron otros nuevos que aprobó el obispo don Manuel Basulto el 12 de junio, imprimiéndose y difundiéndose en 1926.

En los años de 1940 y 1942 se modificó ligeramente su articulado para que siguieran vigentes.

De nuevo, en 1948 hubo necesidad de hacer nuevos Estatutos que en mayo aprobó el Obispo don Rafael García y García de Castro. Habrían de modificarse en 1950, 1953 y 1955.

Los cambios experimentados en la Iglesia aconsejaron redactar nuevos Estatutos en 1961, que aprobó el obispo don Félix Romero Mengíbar el 21 de marzo. Sufrirían alguna modificación en 1972.

Tras la aprobación de un nuevo Código de Derecho Canónico, en 1987 hubo que hacer nuevos Estatutos, ahora acomodados a unas directrices fijadas por el Obispado. Los aprobó el obispo don Miguel Peinado Peinado el 11 de abril de aquel año.

Años más tarde y tras una profunda crisis vivida por la Cofradía, el obispo don Santiago García Aracil impulsó la redacción de unos nuevos Estatutos que fueron aprobados el 27 de septiembre de 1995. Unos Estatutos de articulado denso y complejo que han sido objeto de leve modificación en sus artículos 27.1.2, 28.1, 30.2 y 30.3, que fue aprobada por el Obispo don Ramón del Hoyo López el 3 de marzo de 2006 y ratificada el 29 de marzo de 2007. En 2019 han sido nuevamente modificados y adaptados al Estatuto marco de las cofradías de la diócesis de Jaén.

Los Estatutos se complementan con otras reglas complementarias entre las que destacan el “Reglamento de Relaciones entre el Excmo. Cabildo Catedral y la Real Cofradía de N. P. Jesús Nazareno”, el “Estatuto para promitentes” y el “Reglamento de Régimen Interno”. 

La Antigua,Insigne y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, se fundó en fecha incierta aún no documentada, que debe estar entre 5 de junio de 1588, día de apertura del Convento de San José de los PP. Carmelitas Descalzos y 29 de abril de 1594, fecha en la que se documenta, por ahora, la referencia documental más antigua sobre la existencia de la Cofradía.

 

Abierto el Convento de San José, los PP. Carmelitas Descalzos quisieron instaurar en él la devoción a Jesús Nazareno tan propia de la Orden desde que, según tradición, en 1588 la efigie de Jesús cargado con la cruz figurada en una pintura existente en el convento de Segovia  le habló a San Juan de la Cruz. Con tal fin, los religiosos en unión con varios labradores del arrabal de la Puerta de Granada, recaudaron limosnas para hacerse con una imagen de Jesús Nazareno que colocaron en su iglesia y en torno a la que pronto prendió la devoción de los fieles, lo que dio lugar muy pronto a la fundación de la cofradía.

 

Para ello es muy posible que se tomaran del convento de Baeza las ordenanzas de la cofradía allí establecida, que a su vez se habían basado en las del convento de Granada, pues los carmelitas descalzos tenían unas reglas modelo a las que se acomodaban las que se iban fundando.

 

Si sabemos que el fundador fue Juan de Orozco Godoy, familiar del Santo Oficio y marido de Dª Ana de Barrionuevo y hermano del presbítero Licenciado Luis Orozco Godoy y del platero Diego Orozco Godoy. En un principio la cofradía se denominó “Cofradía de la bienaventurada Santa Elena” y también se conoció por “Cofradía de las Cruces” o de “los Nazarenos” en razón a que sus hermanos hacían penitencia caminando descalzos en la procesión de la madrugada del Viernes Santo, portando una pesada cruz al hombro y un ramal de esparto al cuello en señal de penitencia.

 

Sería muchos años después cuando dio en el uso de titularse “Cofradía de N. P. Jesús Nazareno”.    

 

En el siglo XVIII la devoción había aumentado de tal modo, que la acción conjunta de los Carmelitas Descalzos y la Cofradía consiguió que la imagen de N. P. Jesús se asociara habitualmente a las celebraciones públicas de la ciudad, lo que difundió su renombre, de forma tal que con el siglo XIX la Cofradía acabó por convertirse en la más significativa de Jaén, integrando en sus filas a todas las clases sociales y consiguiendo un especial carisma que todavía es perceptible.

*Nota: D. Rafael Ortega y Sagrista realizó este texto que fue publicado en el Boletín nº1 de la Cofradía. En su memoria, se ha transcrito literalmente el texto original en esta página Web.

ORIGENES DE LA IMAGEN Y COFRADÍA DE NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO

Por Rafael ORTEGA Y SAGRISTA (Consejero del Instituto de Estudios Giennenses).

La creación del Convento de Carmelitas Descalzos de Jaén; la hechura de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno y el origen de su Cofradía, están rodeados por un halo de misterio, de poesía, y de tan profunda piedad, que hacen ese todo diferente de las demás fundaciones de Hermandades análogas que conocemos en nuestra capital. Escribir sobre la historia de Nuestro Padre Jesús es difícil, es emocionante, y a la vez tan sentido y conmovedor que yo, señores, se lo confieso a ustedes, es preciso empezarlo de rodillas y a los pies de Jesús Nazareno.

Porque su historia es una historia de amor y milagro, de entrega y de favores, esos favores que todos hemos pedido, y a todos se nos han otorgado por los caminos más distintos. Cuatro siglos de historia, cuatro siglos recibiendo las súplicas de sus devotos y repartiéndoles beneficios y consuelos pesan mucho en el ánimo de generaciones y generaciones de giennenses. Pero centrémonos en la fundación del Convento de Carmelitas Descalzos, en la imagen de Jesús y en su Cofradía.

Yo podría darles a ustedes un resumen histórico de todo el tema. Pero prefiero ser más explícito y atenerme sólo a los orígenes de la fundación, exponiéndola a manera de tríptico y siguiendo este orden:  El Convento, la Sagrada Imagen y la antigua Cofradía. Queda pues el resto de la historia para un libro, que quién sabe si Nuestro Padre Jesús Nazareno me dé ánimos, tiempo y salud para componerlo.

I.- EL CONVENTO: UN ENTORNO CON LA POESIA, LA HUMILDAD Y EL PENSAMIENTO DE SAN JUAN DE LA CRUZ.

En todo el entorno que rodea la fundación del Convento y de la Hermandad nazarena, encontramos la poesía, la humildad y el pensamiento de San Juan de la Cruz, la callada influencia del místico frailecico que en unión de Santa Teresa de Jesús, reformó el Carmelo. En la vida de San Juan de la Cruz y en su muerte, hay una predilección por el Reino de Jaén, y un fuerte protagonismo desarrollado en sus campos, en sus desiertos y yermos, en sus ciudades y en sus pueblos. Viene el Santo buscando paz en 1573 a las ermitas de la Peñuela, en lo que hoy es la Carolina. Va y vuelve desde allí al convento de Beas, para asistir a sus monjas. Luego es destinado al poético y espiritual Convento-Vía Crucis del Monte Calvario, en un desierto cercano a Villanueva del Arzobispo.

Funda el Convento del Carmen de Baeza en 1579 y allí se queda dos años hasta que es nombrado prior del convento de los Mártires de Granada. Siete años pasa en Granada, pero desde allí está siempre atento a lo que ocurre en tierras de Jaén donde se crea el convento de frailes Carmelitas en Sabiote el año 1585. Y luego acude San Juan de la Cruz en persona a fundar en Mancha Real el 15 de Octubre de 1586.

Era entonces obispo de Jaén don Francisco Sarmiento de Mendoza, cuyo escudo campea en una de las portadas del palacio episcopal de la plaza de Santa María. La virtud y santidad tan florida siempre en la Qrden del Carmelo reformado, ganó la voluntad de este obispo, y así es que favoreció mucho a los padres Carmelitas Descalzos, y casi todos los conventos que tuvieron en la diócesis, se fundaron en el tiempo de este prelado, con gran beneplácito suyo.

Fue pues este obispo quien pidió al gran Capítulo de la Orden reformada que se reunió en Valladolid el 17 de Abril de 1587, que se fundasen dos comunidades de Carmelitas descalzos en su diócesis: Una en Úbeda y otra en Jaén. Asistían a este Capítulo San Juan de la Cruz, prior de los Mártires de Granada, y el padre Jerónimo Gracián, de la Madre de Dios que lo era del Convento de Lisboa, fraile éste por el cual sentía el obispo don Francisco Sarmiento de Mendoza una gran estima y amistad.

Admitió el gran Capítulo de Valladolid las dos fundaciones de Úbeda y de Jaén, y el obispo llamó al padre Gracián, que fue a Úbeda y estableció allí en 14 de Setiembre de 1587 el Convento que llamó de Nuestra Señora del Carmen, en el cual había de morir con el tiempo San Juan de la Cruz, permaneciendo el padre Gracián en Úbeda hasta finales de aquel año, fechas en que se desplazó a Jaén para tratar de la fundación de nuestro Convento. En Jaén, el padre Gracián tuvo la suerte de conocer y tratar a don Juan Pérez de Godoy, canónigo muy virtuoso, que deseaba emplear gran parte de su hacienda en alguna obra de provecho, así que decidió dotar generosamente la fundación de un convento de Carmelitas Descalzos.

A poco cayó gravemente enfermo el canónigo, y el 8 de enero de 1588 hizo testamento en el que dispuso que en "una posesión que tengo en el arrabal de Santa Ana, fuera de la puerta de Granada, que es de huertos con su agua, cuatro casas y molino de aceite de dos vigas, se haga e instituya un monasterio de frailes de la Orden de Descalzos del Carmen. Y mando que la capilla mayor de tal convento ha de ser mía y en ella se me ha de enterrar". Hecho esto, el 21 de marzo de 1588 compareció ante el notario don Pedro Ruiz de Piédrola el padre Jerónimo Gracían de la Madre de Dios, y en nombre del nuevo convento y de sus religiosos, aceptó la referida donación del canónigo. El 9 de mayo siguiente falleció don Juan Pérez de Godoy y se le enterró provisionalmente delante de la capilla del Santo Sepulcro de la Catedral, hasta que construida la iglesia del nuevo convento de Descalzos, se pudiesen trasladar sus restos a la capilla mayor, según había dispuesto.

Y el 5 de junio de 1588, después de algunos arreglos en las casas del canónigo, tomó posesión de ellas la comunidad y comenzó la vida de observancia en el nuevo convento. Dijo misa el obispo y se trajo con solemnidad el Santísimo Sacramento desde la Catedral. Además, y para ayuda, don Francisco Sarmiento dio mil ducados a los religiosos. Fue el primer vicario de la comunidad el padre Angel de San Gabriel, al que sustituyó pronto el padre Pedro de la Trinidad que también duró poco, y el 22 de julio de 1588, ya estaba de superior el padre Gaspar de San Pedro, granadino, buen predicador de la palabra de Dios y muy estimado por San Juan de la Cruz, tanto que estando el Santo en Segovia, le mandó un poder para ciertos asuntos fechado a 23 de setiembre de 1588, poder que con la firma de San Juan de la Cruz se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Jaén.

Tan extensa era la posesión donada por el canónigo Pérez de Godoy, que sobrándole espacio al nuevo convento arrendó desde el día de San Juan de aquel citado año, una de las cuatro casas a Francisco de Torres vecino del arrabal de Santa Ana, para que la viviese. El lugar era muy hermoso y ameno, tranquilo y melancólico, junto al barranco de los Escuderos o Senda de los Huertos. La arboleda espesa, los huertos frondosos, el rumor de las aguas que discurrían por el arroyo, orquestadas por los ruiseñores que acompañaban el silencio y la paz del sitio, fuera de la ciudad, cuyas murallas y torreones corrían a lo largo de lo que ahora es carrera de Jesús, entonces camino de ronda, fortificaciones que rodeaban la catedral, templo que entonces estaba comenzándose a construir por su parte del mediodía y hallábanse ya terminadas la sala capitular, la sacristía, la logia y la portada de la Asunción.

En la muralla se abría casi frente al Convento, una de las puertas principales de la ciudad, la llamada puerta de Granada, y un postigo conocido por el arco de San Sebastián, luego de los Dolores. Y algo más allá del monasterio de los descalzos alzábase el humilde y muy penitente Convento de Santa Ana, de monjas franciscanas, fundado unos años antes siendo obispo don Francisco Delgado, convento que una avenida impetuosa del arroyo contiguo a la cañada del castillo, se lo llevó por delante, arrasándolo el día 27 de Agosto de 1837, con varias casas y un molino aceitero, por lo que sus monjas tuvieron que buscar asilo en el Real Monasterio de Santa Clara.

También, por parte del huerto de los Carmelitas Descalzos, corría sobre arcos y entre palmeras y cipreses, el antiguo acueducto que canalizaba las aguas del raudal de Santa María. Con el transcurso de los años el convento del Carmen de la puerta de Granada fue poco a poco construyéndose. Se levantó su hermoso claustro y fuente; se cultivó su extenso huerto cercano, con su cementerio para los frailes y se alzó la iglesia de estilo barroco, de una sola nave y espadaña, templo del cual aún se conservan vestigios, próximos a derrumbarse. Luego, siendo vicario provencial de Andalucía fray Agustín de los Reyes declaró noviciado de la Orden a este Convento de Jaén, con el nombre de Colegio de San José de Carmelitas Descalzos.

En aquel noviciado se formaron para la vida religiosa, sujetos muy notables que descollaron en la descalcez. Así pues se erigió el Convento de Carmelitas Descalzos que había de ser cuna y origen de la humildísima imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de su primitiva Cofradía de Nazarenos con el título de la Cruz de Santa Elena.

II.- LA IMAGEN: LEYENDA PIADOSA Y REALIDAD DOCUMENTADA

Si del Convento de Carmelitas Descalzos conocemos la fundación y su fecha, respecto a la imagen y la Cofradía, sus orígenes siguen siendo un misterio, una incertidumbre. Incluso desconocemos si la imagen precedió a la Cofradía, o primero fue la cofradía y luego se hizo la imagen, como ocurrió en Mancha Real donde la Cofradía de Santa Elena se constituye el 22 de enero de 1595, y entonces se acuerda hacer la imagen.

En Jaén parece que primero se hace la imagen y la devoción que despierta da lugar a la Cofradía. Pero como decimos, sólo hay indicios, falta la prueba documental. En todo caso vamos a ocuparnos primero de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, sobre la cual hay dos versiones muy distintas: La leyenda y la realidad documentada.

La leyenda, piadosa leyenda o tradición tiene su encanto íntimo que trata de justificar su origen milagroso, el portento sobrenatural, diríamos, de su aparición. Leyenda que no es única, conozco al menos dos que tienen algún punto de coincidencia: el lugar donde se manifiesta, o casería de Jesús, aunque en la primera de ellas hay una variante menos difundida la cual dice que el lugar de la acción fue en un cortijillo que había próximo de la iglesia de la Merced. La casería de Jesús, cerca del puente de la Sierra, es una bella finca de olivar, cuyos dueños de entonces, dice la tradición, que vieron llegar una tarde a un hombre de edad con aspecto venerable, que al ver un grueso tronco de un árbol cortado que había a la entrada de la casa dijo:

-¡Qué hermoso Jesús se haría con él!

Y el recién llegado propuso que les llevaran el leño a una estancia apartada, y que pasado un día podrían contemplar el grueso tronco convertido en una imagen de Jesús Nazareno, siempre que le dejasen solo y no le interrumpiesen. Así se hizo y así transcurrió la noche y la mañana del siguiente día. Impacientes y curiosos, y no oyendo el menor rumor, el matrimonio y un mozo que tenían a su servicio, subieron hasta el desván, y al empujar la puerta que se hallaba entornada, encontraron la maravillosa imagen de Jesús Nazareno, hecha con toda perfección y primor. El viejo escultor había desaparecido y nunca volvió a saberse más de él.

La otra leyenda, menos conocida, pero no menos curiosa, es así como me la contaron:

En la cuadra de la referida casería de Jaén, cierta noche, una bestia que se hallaba asaz inquieta y revuelta, dio una coz en la pared que había frente a los pesebres, apareciendo entonces ante la vista del asombrado mulero, que había entrado con un candil a echarle un pienso a los animales, una habitación cuya existencia se ignoraba por los habitantes de la casa de campo y molino aceitero. Dentro de aquella estancia insospechada se encontró la maravillosa imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que estaba desnudo y sólo tenía puesto un sudario o paño de pureza. Junto a Jesús había una pequeña lámpara de plata que se conservó hasta 1936.

En ambas leyendas o tradiciones se dice que la portentosa imagen de Jesús Nazareno con la cruz a cuestas, fue trasladada al convento de Carmelitas Descalzos. Desde luego, en todos estos relatos hay un hecho cierto, y es que la casería de Jesús perteneció a los Carmelitas Descalzos, en cuya casa tenían un molino de aceite, con su prensa de viga y tinajas, conservándose todavía una puerta con el escudo de la orden tallado en su centro. Quizá era a veces residencia de los frailes que evangelizaban aquellos parajes y los de Puerto Alto.

Veamos ahora la realidad, en parte documentada, sobre el origen de la venerada imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. En la primera edición de la Novena de Jesús, impresa en 1826, se dice que animados los carmelitas descalzos del espíritu de sus gloriosos fundadores "han profesado en todo tiempo singular devoción a Jesús Nazareno, engrandeciendo sus iglesias con excelentes imágenes de Jesús llevando sobre sus hombros la cruz. Este cuidado y empeño de los padres Carmelitas Descalzos, trascendental en todas sus fundaciones, lo tuvieron muy particular en la fundación del convento de Jaén, y a lo más pronto que les fue posible, colocaron en su iglesia una imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, hecha con todo primor del arte, costeada con las limosnas que los religiosos recolectaron, acompañados por varios labradores de la puerta de Granada. Lo cual consta de la información jurídica que los padres conservan en su archivo".

Esta breve noticia de la novena era el único dato que se poseía sobre el origen de la escultura, hasta que hace bastantes años yo encontré en el archivo de la catedral, la información jurídica a que se aludía y de la cual tomé varios datos sobre el particular.

En efecto siendo prior del Colegio y Convento de San José de Carmelitas Descalzos de Jaén, fray Juan de la Resurrección, presentó pedimento el día 16 de enero 1703 ante el señor don Juan de Quiroga y Velarde, provisor y Vicario General del Obispado, ofreciendo información de los prodigios y milagros obrados por tan sagrada efigie de Jesús, informe en el que declararon diecisiete testigos, los cuales, tras de exponer detalladamente los milagros por ellos conocidos, dijeron saber en sus respectivas declaraciones "que a la imagen de Jesús la habían hecho a sus expensas entre cuatro o seis labradores de la Puerta de Granada donde estaba sito el Convento de San José, con las limosnas que dieron, y otras que juntaron tres o cuatro religiosos Carmelitas con su diligencia y agencia, en cuyo Convento colocaron dicha imagen".

Con esto queda claro que la imagen se hizo existiendo el Convento de los Padres Carmelitas Descalzos, según esta información que merece todo crédito. En cuanto al autor de la efigie, aún se desconoce, aunque cualquier día pueden encontrarse documentos que esclarezcan el misterio. Es de suponer que aquellos labradores que la costearon la encargarían a algún escultor de Jaén, que en aquellos años había varios y entre ellos dos muy buenos:

Sebastián de Solís y Salvador de Cuéllar, éste último autor del Cristo de la Clemencia y de la Santa Lucía que hay en San Ildefonso, entre las obras documentadas. También eran excelentes los escultores Cristóbal Téllez y Blas de Figueredo, de cuya existencia se tiene constancia.

Atribuir a uno de ellos determinado la talla de Jesús Nazareno sería atrevido y dudoso. Primero, porque las atribuciones no suelen confirmarse la mayor parte de las veces. Y lo segundo, porque la imagen de Jesús, después de haberla pintado de nuevo totalmente el valenciano don José Bodría en 1903, dificulta su identificación, ya que más asemeja haber salido de un taller de finales del XIX que ser una escultura de los últimos años del siglo XVI.

Dicha restauración fue precisa por estar muy deteriorada la faz de Jesús, y temerse que se perdiera del todo. Pero en 1903 no existían los criterios de restauración actuales, y al pintarla con una técnica tan distinta a la original, varió mucho su expresión humilde y devota, y muchos de sus fieles quedaron entonces disgustados. No obstante, todos los que vivimos la hemos conocido tal como está y es imposible opinar sobre el acierto o desacierto del pintor valenciano.

La talla de Jesús Nazareno que es completa, de todo el cuerpo, desnudo y macerado por los golpes de abrojos y disciplinas, diríamos que es bastante clásica y tiene los ojos tallados y no de cristal como luego se ponían en el barroco exaltado. Se hizo pues para ser vestida, y por eso tiene los brazos articulados en los hombros y en los codos para ajustarlos a la cruz. Me atrevería a opinar que el pelo de talla no es abundante, para permitir la peluca que desde tiempo inmemorial se le pone.

III.- LA COFRADIA: LARGA HISTORIA Y GRAN DEVOCIÓN A TRAVÉS DE LOS TIEMPOS

Se ha pensado que en principio, después de hacerse la imagen de N. P. Jesús no hubo cofradía. Y desde luego no pudo haberla con tal vocación, porque ya existía en la Catedral una Hermandad de Jesús Nazareno que no era de Semana Santa. Y sabido es que en la misma ciudad no podía haber más de una Cofradía con el mismo nombre. No obstante la cofradía se creó al tiempo de hacerse la imagen o poco después. El libro de actas de la que había en Mancha Real nos revela en Enero de 1595 que sus cofrades estimaron conveniente hacer "un pendón de tafetán morado de la forma que lo tiene la cofradía de la Bienaventurada Santa Elena de Jaén". He aquí la primera noticia que tenemos de la existencia de nuestra cofradía de Jesús Nazareno de Jaén y de su título original.

Este nombre de Cofradía de la Cruz de Santa Elena fue con el que se fundaron las de Granada, Baeza, Jaén, Mancha Real y otras, todas en Conventos de Carmelitas Descalzos. Pudo influir en ello la especial devoción pasionista de San Juan de la Cruz que, estando en el convento de Segovia, a finales del año 1588, cierto día que oraba ante una imagen de Jesús con la Cruz a Cuestas, díjole el Señor:

-"Juan, ¿qué quieres por los servicios que me has hecho?",

a lo que respondió el Santo:

-"Señor, padecer y ser menospreciado por Vos".

Sublime respuesta, en la que no cabe amor más desinteresado.

Por otra parte, el escoger este nombre o advocación se debió a que fue la emperatriz Santa Elena, la que encontró en Jerusalén la verdadera Cruz, "la Vera Cruz", en la cual expiró Jesucristo, y como estas cofradías encauzaban la penitencia llevando sus hermanos cruces al hombro durante la procesión de Semana Santa tomaron el título de la Cruz de Santa Elena. Lo que dio origen a que popularmente se les conociera por "Cofradía de las cruces" y, más tarde, de "los nazarenos", ya que sus penitentes llevaban túnicas moradas con una soga de esparto al cuello, que caía hasta los pies, y otra igual que les ceñía la cintura.

Por eso, en la Historia de Jaén, por Bartolomé Ximénez Patón, impresa en 1628, dice que en el Convento de los Descalzos de Jaén, "estaba la Cofradía de los nazarenos, de grande devoción".

Introdujeron por tanto estas Cofradías de Santa Elena, de las Cruces o de Los Nazarenos, una novedad con el color morado de las túnicas de Lienzo y en las penitencias: En lugar de las sangrientas procesiones de disciplinas en las que se azotaban sus hermanos, en las de Jesús Nazareno se llevaban cruces "de once cuartas de largo, y los brazos de dos varas", y la cara tapada con un capillo, a más de los pies descalzos. Pues siendo tan penitentes los carmelitas reformados, eran a la vez muy humildes y sencillos y no gustaban de ostentación, ni siquiera en dichas penitencias, sino que procuraban hacerlas del modo más natural posible. Aunque desconocemos si la cofradía de Jesús, con su nombre primitivo de la Cruz de Santa Elena tuvo Estatutos propios, deducimos por sus cultos y estilo de su procesión, que debió utilizar una copia de los de Baeza, igual que se hizo en la de Mancha Real.

Por otra parte, toda la documentación que conocemos sobre la cofradía de los nazarenos, reconoce que la imagen de Nuestro Padre Jesús jamás fue del Convento. Luego, desde un principio tuvo que haber una Cofradía propietaria de ella, pues no es lógico que perteneciese a aquellos cuatro o seis labradores de la Puerta de Granada que la costearon, aparte de las limosnas que recogieron los frailes Carmelitas.

El fervor que despertó la sagrada imagen desde que se expuso al culto en el convento de los Descalzos; los favores que por su intercesión recibían sus devotos, y el cuidado que se tuvo en la selección de cofrades, que debían ser hombres de buena vida, fama y costumbres, aparte de la acertada dirección que la hermandad recibió de sus religiosos, fueron las causas de que la Cofradía de la Cruz de Santa Elena tomase tal incremento, que logró ser una de las principales de la ciudad, destacando por su fervor y penitencia.

Fue muy peculiar de esta Hermandad, que se sostuviese exclusivamente de limosnas que se recogían sobre todo en el campo. Con limosnas se costeó la imagen de Jesús, y de limosnas que pedían sus cofrades o los frailes, se mantenía aún en 1704 la Cofradía desde su fundación, como se dice en el pleito que sostuvo ésta con el obispado entonces: "limosnas de trigo, cebada, seda, aceite, lino y maravedís que de orden del Gobernador y Mayordomó de dicha Cofradía salían a pedir diferentes demandantes así en la ciudad como en el campo de su término". Limosnas que las percibían y administraban el prior y religiosos del Convento, de tal forma que mediante ellas se pudieron "mantener muchos religiosos, y que sea dicho convento casa de estudios y hacer las obras que son notorias". Limosnas que a veces fueron en materiales de construcción, como cuando se hizo la capilla que se inició con el legado del capitán Poca Sangre.

Este buen entendimiento de la Cofradía de la Cruz de Sta. Elena con los Carmelitas Descalzos, se mantuvo durante los primeros veinticinco años de su existencia, saliendo sus procesiones del amanecer todos los viernes santos del convento de San José. Pero quizás, cuando los cofrades pretendieron legalizar ante el obispado la situación de la cofradía, chocaron con la rigurosa prohibición que se había impuesto la Orden Carmelita reformada, "pues por gravísimos motivos ha rehusado nuestra Religión Sagrada tener cofradías, ni aún la de la Virgen del Carmen que es tan propia de esta Religión, y así, no admite ninguna de nuevo y ha acortado las que ha podido y tenía", como explicó más tarde, el general de los carmelitas en una carta escrita en 1635 a la cofradía de Jesús. O puede que el motivo fuese un simple disgusto entre los hermanos y la comunidad del convento, cosa muy frecuente en todos los tiempos.

El caso es que "habiendo sacado de la iglesia de Carmelitas en procesión la sagrada imagen de Jesús, el viernes santo de 1617, las personas que asistieron, la dejaron en el convento de Nuestra Señora de la Merced", en lugar de restituirla al templo de los Descalzos "donde siempre había estado". Lo que confirma que la imagen no era propiedad del convento, sino de la Cofradía, cuando se permitieron sus hermanos disponer de ella, incluso llevándosela.

La cofradía se desligó, pues, de los carmelitas e incluso, estando ya en la Merced, abrió un libro de actas en 1617 que se cerró en 1677, libro de a folio, forrado en pergamino, que recogió sesenta años de la vida de la Cofradía de Jesús, y es el primero de ella del que hay memoria. Suponemos que fue entonces, desde 1617, cuando debió de dejarse de utilizar los estatutos de la Cruz de Santa Elena que le proporcionó la Orden Carmelita.

En tal libro constaba que la Cofradía de Jesús estuvo en el Convento de la Merced, así como sus sacras imágenes allí colocadas, desde el año 1617. Al referirse a "las imágenes" en plural, especificaba que eran "Jesús con la Cruz a cuestas, la Virgen Santísima su Madre y a San Juan Evangelista", que siguieron saliendo en procesión desde la Merced en la madrugada del Viernes Santo, hasta que, sin que sepamos los motivos, la Cofradía se reunió en cabildo el 28 de marzo de 1635 en la capilla de la Santa Vera Cruz del convento de San Francisco, y acordó por unanimidad mudarse y trasladar sus santas imágenes al convento de la Coronada, de padres Carmelitas Calzados. Comisionaron para entablar negociaciones con los religiosos de este convento a don Cristóbal Zerón de Almíndez, alférez de la Cofradía, lo que se llevó a cabo, reuniéndose nuevamente el cabildo el día primero de Abril del mismo año, pero esta vez ya en la Coronada, decidiéndose que saliese de esta iglesia la procesión de Jesús, como así lo hizo el Viernes Santo 9 de Abril de aquel año de 1635.

Poco tiempo estuvo la Cofradía de Jesús en la Coronada. Los cofrades y los carmelitas descalzos, todos deseaban volver a su primitiva sede, el convento de San José, y para ello habían escrito pidiendo licencia a fray Esteban de San José, General de la Orden de la Descalcez.

Así las cosas, el 3 de Junio de 1635, se juntó el cabildo general en la parroquia de San Lorenzo a fin de resolver el asiento y lugar definitivo donde se había de situar la Cofradía y sus imágenes. En esta reunión se dio lectura a la carta que el gobernador de la Hermandad había recibido "en la estafeta pasada", y en la cual el padre general de los descalzos, después de exponer las prevenciones ya referidas de su Orden acerca de las cofradías, decíales: "La carta tan religiosa y humilde de vuesas mercedes, su devoción y afecto y la instancia del padre Definidor de Andalucía, prior de Jaén, han sido tan poderosas para conmigo, que atropellando dificultades he venido en consolar a vuesas mercedes, dando lugar para que en ese nuestro Convento se les sirva como se hizo antiguamente; y así mando al Padre Prior y religiosos de él, acomoden las insignias como convenga y abracen a vuesas mercedes como hermanos y amigos antiguos y los sirvan con muy buena gracia". Fechaba la carta en Salamanca en 15 de Mayo de 1635.

Escuchada por el cabildo la licencia, se agradeció la merced y caridad con que su paternidad escribía, y aprobado por todos los cofrades el regreso a los Descalzos, se nombró una comisión para llevarla a cabo y agradecer a los padres de la Coronada el buen hospedaje que les habían dado, por haber tenido las imágenes, concediéndoles una limosna para la fábrica de su iglesia. La dicha comisión se entrevistó con el prior de los carmelitas descalzos fray Francisco de la Concepción, que dijo estaba presto a cumplir lo que le ordenaba el Padre General, y mandó abrir las puertas de su iglesia, por donde entraron las imágenes de la Cofradía de Jesús el Viernes, día 4 de Junio de 1635, "y luego el dicho prior abrazó a los cofrades, según como se le mandaba y ofreció hacer todo lo que por la carta se le mandaba".

Al año siguiente, la Cofradía estipuló un acuerdo con los frailes el 17 de febrero de 1636, en virtud del cual salió la procesión del convento de Carmelitas y se ajustaron en otros asuntos de interés para ambas partes.

Vuelto Jesús a los Descalzos, la cofradía cobró nuevas fuerzas, el culto a su venerada imagen se aumentó, extendiéndose a todas las clases sociales. A este auge del fervor popular parece que contribuyeron los milagros que por su sagrada imagen volvieron a obrarse a partir de su regreso a los Carmelitas, y que no se habían experimentado mientras estuvo en la Merced, porque el Señor no quiso manifestarse por el disgusto entre cofrades y frailes.

LA PROCESIÓN, SIEMPRE TAN EMOCIONANTE

Dentro de este tercer capítulo dedicado a la Cofradía, queremos hacer mención especial a la manera de como celebrábase la procesión de Jesús, en los primeros años de su existencia. Salía al amanecer del Viernes Santo, al principio sólo con la imagen del Nazareno, a la que luego se unieron las llamadas "de la Soledad" y la de San Juan Evangelista, que eran las que poseía en 1635 al volver a los Descalzos. Más tarde se añadió la de Santa Marcela o Mujer Verónica, y la de San Elías o la de San José que iban al frente del cortejo, representando bien al patrono de la Orden Carmelita o al titular del Convento.

En la Semana de Pasión se juntaba en cabildo la Cofradía para acordar la salida de la procesión. La hora de salida nos la dice un acta en la que se escribe "que siendo entre las cuatro o las cinco de la mañana, y habiendo entrado en la Iglesia de San José la Cofradía de Nuestro Padre Jesús a sacar la procesión de dicha imagen y demás insignias como acostumbran", se procedió a darle salida. Es decir que la hora de salida, siempre tan emocionante, fue en la madrugada nazarena y primaveral del Viernes Santo...

Estrellas del Viernes Santo tienen pálida su luz son como gotas de llanto por la muerte de Jesús.

Abrían marcha en la procesión el Alférez Mayor, cargo de máximo honor, llevando el pendón morado insignia de la Cofradía; la cruz de guía y los maceros. A continuación venia las filas de cofrades descalzos, vistiendo túnicas de lienzo morado, con una soga atada al cuello y otra a la cintura, la cara tapada con el capillo, portando cruces al hombro y guardando silencio. Cofrades guizqueros conducían las andas de San Elías y de la Verónica. Cofrades de luz, el gobernador y alcaldes con sus varas precedían a la imagen de Jesús, sin cirineo, y detrás la comunidad de Carmelitas y las escuadras de San Juan y de la Virgen, con su gallardete al frente, en andas negras y doradas con sus pirámides, acompañada por sus devotos. Llevaba la Virgen una corona imperial de plata con su sol o resplandor, un corazón con sus cuchillos, y una media luna a los pies, estos dos últimos atributos costeados por el ama de don Antonio Romero y un manto de felpa negro con guarnición de plata fina, que se hizo por disposición testamentaria de doña Leonarda de Lamas, sembrado de estrellas que donaron unos devotos.

Tras las imágenes de Jesús y de la Virgen iban sendos palios, símbolos de realeza, y previsión de aguaceros, portados por robustos mozos palieros que entendían de su manejo. Cerraba la procesión el clero de la parroquia.

Durante la procesión se representaba la ceremonia llamada de "el paso", ceremonia que aún se conserva en muchos pueblos y ciudades de España y que consistía en el encuentro de Jesús con su Madre en la calle de la Amargura.

A tal efecto, la imagen de la Virgen estaba articulada y tenía un "pasador de hierro con adelgas" para bajar y alzar el rostro, y en cuanto al movimiento de hombros y codos, "el tercio que le corresponde de brazo es de hierro -según declaraciones de Lucas Colmenero, maestro de carpintero- hecho de planchas con gonces abajo y arriba, precisos y necesarios para subir, bajar y abrir los brazos para abrazar a Nuestro Padre Jesús en dicho paso". En la cintura tenía otro pasador con su carrucha grande a fin de mover el medio cuerpo hacia arriba, por lo que este era todo hueco para que pasaran las cuerdas necesarias a los movimiento expresados; además, otro juego de carruchas conseguía que la Virgen avanzase por las andas lo suficiente para abrazar con facilidad a Jesús.

La ceremonia del "paso" que se hacía en las plazas públicas de esta ciudad, llamaba tanto la atención y requería tan especial cuidado, que hasta fue el origen de hacer la nueva Dolorosa en 1741 "por parecer que la antigua no estaba en su barniz, cara y manos con aquel ser que debía estar y requiere la contemplación del paso".

Pero a su vez, la nueva Dolorosa, que es la que se conserva hoy, fue la causa por la que dejó de representarse "el paso", pues hubo que quitarle los movimientos para que con ellos no se echase a perder la imagen que tanta admiración despertaba, y "que con tanto primor se construyó".

ITINERARIO, ENTRE LA DEVOCION DEL PUEBLO

En cuanto al itinerario, y salvo que a veces se variase un poco, se hacía subiendo los cantones a la Fuente Nueva, o plaza de la Merced, para seguir por la calle Maestra Alta. Pasaba la procesión bajo el arco de San Lorenzo, atravesaba la plaza de San Juan, y enfilaba el Corralaz para ir a desembocar en la plaza de la Magdalena. Se llevaba la imagen para que la viesen las monjas de Santa Úrsula, y la procesión volvió por la calle de Santo Domingo, plaza de las Ferrerías del Rey, Maestra Baja, (entrando Jesús en Santa Clara y en el convento de los Angeles para consolar a las religiosas) y tras cruzar la Audiencia, llegaba a la plaza de Santa María, y como esta plaza carecía de salida a la carrera de Jesús, se subía por la calle del Obispo, a la plaza del Conde, y saliendo por los cantones y la puerta de Granada, regresaba al Convento de los Descalzos.

Años más tarde, la procesión bajaba por la calle del Santo Cristo -hoy de las Campanas- atravesaba la Puerta de Santa María, que era la principal de Jaén, y por la plaza de San Francisco iba a la calle Ancha a visitar a las dominicas del convento de la Concepción que eran muy devotas de Jesús Nazareno.

 Estimo que lo esencial y más importante que deben conocer los cofrades de Nuestro Padre Jesús Nazareno, es el origen de su Hermandad, que siendo hoy la primera de Jaén por el número de afiliados y amor popular, es la única de Nuestra Semana Santa de la que se desconoce su fundación y originales estatutos.

Por tales motivos, he procurado contarles a ustedes lo que hasta hoy se sabe.

Sigamos pues estudiando e investigando en los archivos para aclarar cómo fueron sus comienzos, y si fuese posible, el autor de tan portentosa imagen. Cualquier día puede aparecer documentación que desvele el misterio. Pero mientras tanto, y como decía al principio, una niebla de poesía, de leyenda y de humildad, envuelve el amanecer de tan santa y antigua cofradía y de tan venerada imagen que, con la del Santo Rostro y la Virgen de la Capilla, completa las devociones más tradicionales y arraigadas en los hijos de Jaén.

Rafael ORTEGA Y SAGRISTA

 

 

CUERPO DE CAMARERAS

 

 

  •     Camarera Mayor  : Dª RAMONA MARTOS CRUZ
  •     Camarera  :   Dª RITA CARRILLO FERNANDEZ
  •      Camarera :  Dª CARMEN MARTINEZ BUENDIA
  •      Camarera:   Dª MARIA DOLORES TORRES ALMAZAN
  •       Camarera:  Dª MARIA DEL CARMEN REAL RACIONERO

Video que muestra el proceso de montaje del retablo del apostolado que preside el altar del Santuario Camarín.

 

SAN JUAN EVANGELISTA
 
 
 
 
La incorporación de la actual imagen de San Juan Evangelista a la cofradía es tardía e incierta, posiblemente fue ya bien avanzado el siglo XVIII.
 
 
La talla anónima de 1.64 metros, labrada en madera de pino.
 
 
En los años de su incorporación a la cofradía la imagen tuvo el carácter de imagen secundaria, no teniendo regularidad en su incorporación a la procesión. Llegándose a ofrecer para procesionarla incluso escuadras de otras cofradías, como la de la Cofradía de la Vera Cruz desde 1847 a 1850.
 
 
Fue en 1856 un grupo de cofrades encabezado por D Juan Burgos decidieron darle significancia en la procesión, mejorando el paso, dorándolo,y ofreciéndole una túnica y capa con galón para vestirla. Desde entonces su presencia cobró relevancia, si bien en el paso de los años siguieron los avatares en algunos momentos con la imagen.
 
 
En 1955 se le realizó un nuevo trono. 
 
 
La imagen en 1998 fue restaurada en los talleres de D Raimundo Cruz.
 

Video que muestra el proceso de montaje del retablo realizado en la zona de Camarín

 

SANTA MARCELA "LA VERONICA"
 
 
La incorporación de la imagen de Santa Marcela a la procesión de Jesús está documentada a partir de la segunda mitad del  siglo XVII. La talla actual, hubo una anterior de la que no hay imágenes, pero debió encontrarse muy deteriorada porque en el último tercio del XIX se manifiesta el deseo de la Cofradía de conseguir una nueva talla que entone con la categoría artística de las restantes imágenes, así  se adquirió en Valencia en 1883 a instancia del entonces gobernador de la Cofradía don Federico de Palma y Camacho, gran devoto de esta legendaria mujer.
 
Es talla de vestir, de 1.55 metros realizada en madera de pino, obra del escultor Modesto-Damián  astor y Juliá, natural de Albaida. Importó mil setecientos cuarenta reales.
 
Como era de preveer la mujer de Federico de Palma y Camacho, dª Adelina Moreno quedó designada como camarera de la imagen,la que atendió hasta su fallecimiento.
 
La imagen procesionaba en un modesto trono de reducidas dimensiones el cual fue 1892 dorado por D. Manuel de la Paz, estando en uso largos años, hasta que en 1955 se labró el  trono actual en los talleres sevillanos de Antonio Sánchez.
 
Durante la guerra civil la imagen pudo salvarse de una previsible destrucción al pasar a los almacenes del Tesoro Artístico sito en el convento de la Bernardas.
 
Ya en 1942 se limpió y restauró, se le remplazó en pañuelo por uno nuevo de la Santa Faz pintado por el artista D Luis Espinar pasando a una repisa altar para su veneración.
 
En julio de 1996 la imagen fue sometida en los talleres de D. Raimundo Cruz a una minuciosa restauración.

MARIA SANTISIMA DE LOS DOLORES
 
 
Existe constancia desde el siglo XVII la presencia de la imagen de la imagen de Nuestra Señora en la procesión, con la advocación en 1617 de la Soledad.
 
 
La talla estaba dotada de movimiento, con ello era posible durante la procesión que se celebraba la ceremonia llamada de el paso, donde se representaba el encuentro de Jesús con su Madre, y en que la imagen de María realizaba el movimiento con los brazos a modo de gesto . Los reiterados movimientos de esta ceremonia deterioraron la talla, por lo que se planteó el deseo de hacer una nueva.
 
 
En 1741 tras predicar el Sermón de pasión Fr Juan del Santísimo, manifestó su deseo de costear una nueva imagen de Nuestra Señora de los Dolores, ya que había advertido que la preparada para la procesión no reunía las debidas condiciones.
 
 
Una vez que pudo consensuar con la Cofradía su realización, se le concedió licencia a Fr. Juan, quien contrató el trabajo al escultor José de Medina para la realización de la hechura de la cabeza y manos.
 
 
La imagen se trabajó en la sala de profundis del convento de San Jose en 1742. La policromía corrió a cargo de Francisco Muñoz que cobró dos ducados.
 
 
Terminada la talla y vestida adecuadamente se colocó en el altar mayor para la celebración de una fiesta. Pasando posteriormente a una capilla y retirándose del culto la anterior imagen de la Soledad.
 
 
La imagen es de 1.54 metros de altura, el candelero de base cuadrada lo conforman cuatro listones. La cabeza ligeramente inclinada a la izquierda. Los ojos son de cristal y las pestañas postizas, tiendo figuradas cuatro  lágrimas. La boca lleva entreabierta observándose los dientes superiores.
 
 
La devoción prendió pronto por lo que Fr Juan solicitó autorización a la Cofradía para hacerle un camarín en el lateral izquierdo de la capilla de Ntro Padre Jesús, accediéndose y procediéndose a la realización.
 
 
Durante la guerra civil la imagen pasó por los almacenes del Tesoro Artístico perdiendo sus manos, la cuales les fueron repuestas en 1939 por el escultor Ramón Mateu.
 
 
María Santísima ha sido   restaurada en 1903 por el escultor  D.José Bodria y en 1993 por D. Raimundo Cruz.
 

El pasado 16 de septiembre, en la Iglesia de San José y Santuario Camarín de Nuestro Padre Jesús, tuvo lugar la presentación y bendición de una escultura de San José con en Niño Jesús, obra del alfar de Paco y Pablo Tito de Ubeda. Dicha imagen ha sido ubicada presidiendo la fachada de entrada del Santuario.

 

Para conocer más sobre la misma en palabras de Pablo Tito, nos dice        

 

 

"Se trata de una escultura  en terracota, modelada en hueco y de dos metros de altura. En ella San José, posa su mano sobre el hombro del Niño y este le agarra amorosamente la túnica que viste el padre, a la vez que se miran con dulzura fraternal. No faltan en la escena la vara de azucenas con que tradicionalmente se representa al Santo, ni el cenacho lleno de herramientas propias de un carpintero.

 

 

La escultura de San José con el niño Jesús, se comenzó el día 6 de marzo de 2013. Está realiza con barro o arcilla de Úbeda, seleccionando la mejor materia prima recogida en la cantera cercana al Santuario de Ntra. Sra. de Guadalupe, Patrona de Úbeda.

 

 

La técnica de modelado es única en el obrador de Paco y Pablo Tito, ya que la escultura en barro se modela en hueco desde su comienzo, una vez modelada, debido a sus grandes dimensiones tuvimos que cortar por los hombros el busto de San José, ya que no entraba por la puerta del horno y una vez dentro volverlo a unir bien el barro, cuando estuvo bien seca se coció en un horno árabe de leña el día 13 de agosto, la cochura duró 30 horas aproximadamente, hasta alcanzar 1000º de temperatura.

 

 

 

 

Pasados 3 días, cuando el horno había bajado de temperatura, fue cuando se sacó. Una vez fuera del horno se le hicieron los anclajes para la sujeción en la hornacina, también se le hicieron algunos elementos decorativos de la escultura, como la vara de azucenas que porta San José y la sierra que lleva en la mano derecha el Niño Jesús.

También se le dio una pátina de cera incolora para protegerlo de las inclemencias meteorológicas.

En este video puedes ver el proceso de elaboración, bendición y colocación en la fachada del Santuario.

 

 

 

 

NUESTRO PADRE JESUS NAZARENO

 

 

La venerada imagen de Jesús Nazareno es obra de talla  completa, de 1´45 m. de altura y parece tallada en madera de cedro. Se talló poco después de la fundación del convento de los Descalzos  a instancias de los religiosos junto con un grupo de vecinos del convento. Se pagó con las limosnas que se recogieron al efecto.

         

Por el momento la imagen de Nuestro Padre Jesús es obra de un escultor anónimo de finales del siglo XVI. La opinión general de los estudiosos es que se hizo en Jaén, por lo que centrando la cuestión en los talleres activos en la ciudad en los años finales del siglo XVI, había dos más señalados el de Salvador de Cuellar y Sebastián de Solís.

Ambos eran considerados excelentes escultores, el primero trabajó para la iglesia de San Andrés, y suyo es el Cristo de la Salud que se venera en el Convento de la Merced, mientras Sebastián de Solís trabajó para la Catedral, y las iglesias de  San Andrés, San Ildefonso y San Bartolomé entre otras, destacando como imaginero las tallas de la Congregación del Santo Sepulcro.

Del estudio de la imagen de Nuestro Padre Jesús con las obras de estos autores se advierten semejanzas con la obra conocida de Sebastián de Solís, de ahí que haya fundadas razones   para   adjudicarla a este taller.                        

 

Además   consta documentalmente que Sebastián de Solís fue el autor de   la   imagen de Jesús Nazareno  labrada para el convento y  cofradía de Mancha Real en 1598,  cofradía que se fundó  a imitación de la de Jaén. Pero la falta de testimonios documentales, hace considerar que lo más objetivo es seguir catalogando la imagen como talla anónima de finales del XVI.

 

Los continuos trasiegos a que se sometió la imagen, tanto con motivo de cultos y procesiones habituales, como una reiterada participación en rogativas públicas,  a lo largo de la historia han ocasionado bastantes desperfectos que han hecho que sean  precisas intervenciones restauradoras. 

 

Aunque  documentalmente constan pocas, entre las esenciales de las que hay constancia  son, la realizada en el año 1902 en la que tras varias vicisitudes, encuentros y desencuentros gracias a la intervención del obispo don Salvador Castellote Pizano, presentó a la Junta de la Cofradía a D. José Bodria, persona experta en esta materia, la cual tras examinar la imagen  en una habitación de convento de la Merced,  indicó se hacía necesaria una intervención en rostro, manos y pies, ofreciéndose hacer el trabajo sin cobrar honorarios, sólo los gastos de estancia. Accediéndose a la propuesta se instaló en la celda número 13 del convento donde trabajó hasta el 24 de marzo que entregó la imagen restaurada. 


Todos quedaron muy satisfechos con el trabajo de restauración realizado y una vez vestida la imagen estuvo expuesta al público durante tres días. Aprobándose en Junta de Gobierno pagar la estancia del Sr Bodria, y obsequiarle con una gratificación de 1000 pesetas, así como el título de Cofrade de Honor.

Después de las vicisitudes por las que pasó la imagen en 1936 primero en el convento de la Merced y luego en las dependencias de los almacenes de patrimonio Artístico, la imagen sufrió algunos deterioros  sobre todo en las manos.

 

Por ello una vez finalizada la guerra, y recuperada la imagen, en agosto de 1939 la Imagen fue nueva restaurada. En una habitación de la Catedral, D Ramón Mateu Montesinos, y D Luis Espinar Barranco procedieron a recomponer los daños sufridos en los años de la guerra civil, reparando en esta interveción las manos y  la policromía.

 

 

Lo precario de aquella restauración hizo que con el paso de los años se advirtiera la necesidad de realizar una nueva revisión de la imagen, así en 1978 en la sala de juntas de la Catedral el escultor D Constantino Unguetti Alamo procedió a revisar minuciosamente la talla, emitiendo un informe en el que aconsejaba se procediera a restaurar los desperfectos advertidos para evitar su aumento. Así aprobado el informe el 17 de septiembre de 1979 en la una sala de la Catedral acondicionada al efecto Unguetti dio comienzo con dichos trabajos, finalizando los mismos el 24 de septiembre de ese mismo año.

 

Con el deseo de hacer a la imagen una restauración científica, no sólo de asegurarse su conservación si no que permitiera localizar algún indico de su autoría, en 1990 se iniciaron las gestiones con el Ministerio de Cultura solicitándose  que la imagen fuera objeto de un amplio programa de restauración.  Estas gestiones fructificaron y en 1992 técnicos del instituto de Conservación y Restauración de Obras de Arte visitaron Jaén y dictaminaron la necesidad de realizar dicha restauración. Así con la preceptiva autoridad eclesiática la imagen en junio de 1992 fue trasladada a Madrid. Allí los técnicos D Raimundo Cruz Solís, Cristóbal López Romero e Isabel Pozas Villacañas llevaron a cabo la restauración. Habían transcurrido 7 meses desde que la venerada Imagen había salido de Jaén cuando el 26 de enero de 1993 regresó a Jaén.

 

 

 

La imagen de Nuestro Padre Jesús junto con el resto de las imágenes de la cofradía, han vivido a lo largo de la historia un continuo peregrinar por distintas iglesias y conventos de nuestra ciudad.

 

Desde la fundación de la cofradía permanecieron en el convento de San José, hasta 1835 que con la desamortización de Mendízábal tuvo que marcha, trasladándose en 1836 al Sagrario de la S.I. Catedral, allí permaneció hasta 1846 año que la cofradía con sus imágenes se trasladaron a la Iglesia de la Merced donde permaneció hasta 1936.

 

En este año debido a la guerra civil la Imagen de Nuestro Padre Jesús fue escondida en el convento de las Bernadas, donde permaneció hasta 1940, año en el que la cofradía y sus Imágenes volvía a la Iglesia de la Merced, en la que estarían hasta 1953.  En este año vuelven las Imágenes y la Cofradía a la Iglesia de El Sagrario de la S.I. Catedral para permanecer en la misma hasta 1961, año de que nuevo vuelve a la Iglesia de la Merced.

 

Ya en 1970 las Imágenes son trasladadas a la Santa Iglesia Catedral de Jáen donde permanecieron en la capilla de San Fernando hasta el 27 de noviembre de 2009, año en que la cofradía y las Imágenes volvían al convento de San José, hoy también Santuario.

 

 

 

 

 

 

 

 

EL CIRINEO

     
 
 
A partir del siglo XVIII comenzaron a ser frecuentes las procesiones con Nuestro Padre Jesús, por lo que se impuso la práctica de disponer tras la imagen una horquilla de hierro revestida de plata labrada, a la que por su función específica se denominaba “cirineo”.
 
Como tal horquilla resultaba antiestética y desmerecía de la valía de la talla,  por lo que se hacía de necesidad buscar la fórmula práctica que armonizase con la estética y diera seguridad en las procesiones.
 
 
A partir de la   segunda   mitad   del siglo XIX estuvo latente en la Cofradía el deseo  de reemplazarla por una escultura de Simón Cirineo que cumpliera idéntica función.
 
 
Después de varias polémicas sobre la adquisición de la talla, fue la Congregación de Soldados Romanos, que recientemente se había creado, la que decidió apadrinar el proyecto ofreciéndose a costear la escultura.  Así en 1892 costeó y donó la imagen del Cirineo. 
 
 
Es obra del escultor valenciano Luis Montesinos, quien  tomó como modelo de la talla del Cirinero, al capitán y fundador de dicha Congregación don Tomás Cobo Renedo (1829-1915). Realizada la talla y concluidas las vestiduras el 27 de marzo de 1892 se bendijo la talla en una solemne fiesta en la iglesia de la Merced.
 
El viernes Santo 15 de abril de 1892 apareció por primera vez ante el público el nuevo grupo Nuestro Padre Jesús ayudado por Simón de Cirene, señalar que ese día la procesión no pudo salir hasta las 8 de la mañana, ya que durante la madrugada había llovido con intensidad.
 
 
La talla una vez salvado los avatares de la guerra civil, en 1943 el pintor  Luis Espinar restauró los desperfectos que había sufrido.  
 
En 1979 fue de nuevo restaurada por Constantino Unguetti.
 
En 1992   sería en el Instituto de Restauración y Conservación de Obras de Arte en Madrid, con la intervención de los técnicos que restauraron la imagen de Nuestro Padre Jesús quienes procedieron a su restauración.
 

El pasado día 19 de marzo, en el Teatro Darymelia de Jaén, tuvo lugar el XII Pregón "Madrugada" que estuvo a cargo del Ilmo. Sr. D. Francisco Antonio Carrasco Cuadros, y que fue presentado por D. José Luis García López, pregonero del año 2010.

En este mismo acto tuvo lugar la presentación del XII Cartel "Madrugada" 2011.

 

A continuación reproducimos el Pregón proclamado en este día.

 

Cuando el  Palio de las Siete Palabras se pierde por la Calle Campanas el sol del Jueves Santo va llegando a su ocaso y en Jaén se respira un ambiente de expectación. La luna se alinea con la Cruz del cerro de Santa Catalina. De la Mella baja viento primaveral todavía fresco con aroma a tomillo en flor. Una tórtola remolona del patio de la magdalena abandonando su arrullo amoroso sobrevuela San Juan y la Merced para encaramarse como una saetera en algún balcón cerrado de la calle Merced Alta. Del puente de la Sierra suben los labradores con su traje planchado y la camisa nueva a Jaén. Mientras las minorías devotas salen de los templos de rezar la Hora Santa, las turbas cofradieras se disponen a reponer fuerzas en las tascas.

Cómo los niños israelitas que en la cena pascual preguntan antes de la Haggada preguntan los niños en Jaén: - ¿Porqué esta noche es diferente de todas las otras noches? - Porque esta noche sale Jesús.  Responden los mayores. Es la noche del Abuelo, la Madrugada Jaenera. Un acontecimiento muy especial y principal para un hijo de esta Ciudad o para el felizmente acogido en ella.  La Estación de Penitencia de la Antigua, Insigne  y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores que lleva más de cuatrocientos años teniendo lugar, y que en este año 2011 me cabe el honor de pregonar.

Querido hermano Antonio Capellán de esta Cofradía

Sr. Hermano Mayor y demás miembros de la Junta de Gobierno de la Antigua, Insigne  y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores

Miembros de otras Juntas de Gobierno y de Cofradías hermanas

Hermanos cofrades

Señoras y señores:

Gracias José Luis por tus amables e inmerecidas palabras. También agradezco a la Juna de Gobierno de esta Real Cofradía el haberme invitado a ocupar esta tribuna nazarena. Cuando yo tenía 14 años veía a esta Cofradía como un club VIP alejado del resto del mundo cofrade. El tiempo ha ido haciendo que abandone esa percepción y más aún desde que José María Mariscal me invitó predicar la Novena de Jesús. Desde entonces no he dejado de relacionarme con vosotros y se han ido tejiendo lazos de auténtica fraternidad cofrade.

Este pregón lo dedico a mi Madre que guarda en las pupilas de su memoria la imagen de Jesús saliendo de la merced en los duros años del hambre y que en 2001, imagen el último día de mi Novena pudo refrescar palpando el rostro humilde y las manos grandes del carpintero de Nazaret. Madre sacerdotal que como la Virgen de los Dolores ha caminado detrás de su hijo por diferentes parroquias para alentarlo en la calle de la amargura que muchas veces es la vida sacerdotal.

“En otro tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor. Caminad pues como hijos de la luz cuyo fruto es la bondad, la rectitud y la verdad” (Ef 5, 8-9)

¿Qué es la Madrugada de Jaén? Si nos introducimos en cualquier casa podemos encontrarnos en la percha de los abrigos con una túnica negra, un cordón de lana amarilla. – ¿Me has preparado la túnica mamá?. Pregunta un joven. – Sí, la ha traído la tita antes de ir a ver la procesión de los civiles. Ah y ha dicho que te dejes de tonterías y le pongas a la vela por lo menos un cartón, como se ha hecho toda la vida de Dios, que no quiere que se la manches de cera. Pocas casas en Jaén son las que no tienen guardada alguna túnica de nazareno que ha sido utilizada por diferentes personas hasta generaciones para salir en la procesión. En 1989 salimos en la procesión mi amigo Gerardo y yo con unas túnicas que eran de sus tíos.

Esta noche, cuando yo era pequeño y era impensable que un adolescente estuviese en su casa después de las doce, era una de las primeras noches en las que mis hermanas mayores salían sin hora de volver. - ¿Vas a salir la noche del Abuelo? Pregunta una chica a otra el jueves de Pasión con las notas del segundo trimestre en la mano. - Si vienen mis primos de Madrid sí me dejará mi padre, como ellos no han visto la procesión nunca… - Pues a mí mi padre cuando vea las notas no va a haber quien lo  convenza. Contesta la otra.

No hay una noche como esta en Jaén. Ni la noche buena , ni una noche de feria, ni las celebraciones de victorias deportivas, movilizan a todo un pueblo. Desde el Polígono del Valle y Peñamefécit suben hacia el centro matrimonios mayores  cogidos del brazo: - Te acuerdas cuando veíamos la procesión desde el Balcón de la Tía Capilla junto al Arco San Lorenzo? De las Fuentezuelas y del Bulevar suben matrimonios que han dejado a los iños con los abuelos. - Que bien nos vendría ahora una café y una palomica como los que nos tomábamos en el Sanatorio haciendo tiempo para la salida. De la Glorieta y el Almendral van bajando hacia los cantones familias enteras orgullosas de que Jesús sea de nuevo de su barrio.

La primera Madrugada fue hace muchos, muchos años. Un Jueves Santo al salir del monumento de la Catedral, el chantre comentaba con dos beatas: - Esta noche sale una imagen de Jesús  Nazareno del Convento de San José. - Mi cuñada que la ha visto me ha referido que turba el alma contemplar su figura. Comenta una de las dos mujeres. Mientras, en la Sacristía del Convento dos frailes junto con dos labradores de la Puerta de Granada terminan de sujetar la Imagen a una sencilla parihuela que un carpintero ha fabricado sin cobrar. - ¿A qué hora empezará la procesión? Pregunta uno de los labradores. - Fray Bartolomé, (el Padre Prior) ha dispuesto que después de maitines. Contesta un fraile. - Pues no sé yo si los hachones que hemos comprado van a aguantar hasta que amanezca. Comenta el otro labrador mientras se fija en el rostro fino que tiene la imagen.

La preocupación por la duración de la cera era obvia.  Las velas de los promitentes cumplían una misión práctica: permitir el discurrir de la procesión por las calles a oscuras de un Jaén en el que no había alumbrado público. Aquella función práctica se ha convertido en un sacramental jaenero “alumbrar a Jesús”.

Cuando alguien entra en la droguería Flores unos días antes del Domingo de Ramos y pide velas todo el mundo sabe que son para alumbrar a Jesús. Cuando ves a alguien en esos días  por la calle con cirios intentas imaginarte cuáles serán las intenciones que representará la cera consumida. Alumbrar a Jesús es la experiencia religiosa más importante que muchos vecinos nuestros tienen a lo largo del año. No van a Misa y ni mucho menos a catequesis. Son como la hemorroisa que se acercaba a Jesús por detrás para tocar la orla de su manto. Alumbran a Jesús porque así se lo han enseñado sus padres. Suplican o agradecen a quien saben les escucha y es poderoso. Mientras las horas pasan y la vela se consume van pensando en personas con rostros e historias, en los problemas de su familia y de sus amigos y conocidos, en los que están y en los que ya no alumbran…

La cera que en El Cerro del Cabezo o en el Rocío se quema en el lugar de la ofrenda en la Madrugada se va derramando por los cantones, calle maestra, Almenas, Calle Ancha, San Ildefonso, Roldán y Marín, por Bernabé Soriano y por su Carrera, la Carrera de Jesús. La cera derramada es un reguero de oraciones y súplicas, de agradecimiento por la gracia otorgada. La cera sobre los adoquines o el asfalto nos recuerda el  Viernes Santo por la tarde que por allí ha pasado Jesús, el que pasa haciendo el bien, porque es la Pascua, el paso del Señor.

De noche iremos de noche

a alumbrar tu camino Jesús Nazareno.

Luz del mundo que en la madrugada

eres pábilo vacilante

capaz de prender en los corazones

que salen a tu encuentro.

Jabalcuz tiene montera:

el aceite no sube,

las empresas cierran,

los sueldos vienen a menos.

Hay una crisis más profunda,

crisis de valores

no de bolsa precisamente

y esa es la que no vemos.

La locura del consumo

especulación feroz

endeudamiento sin control

gastar  lo que no tenemos.

Las finanzas irresponsables

porque ante nadie responden

el cuento de la lechera

la idolatría del dinero.

Nosotros seguimos a un hombre

que renunció al gozo inmediato

soportó la cruz

y con su sufrimiento

venció al pecado.

Treinta monedas fue su precio

pero no se dejó comprar.

Al César lo que es del César

a Dios lo que es de Dios.

Se puso en el último lugar

correspondiéndole el primero.

Hermanos este es el camino

el que nos va marcando

cada madrugada

Jesús Rey Nazareno.

Los demás caminos nos destruyen,

nos esclavizan, nos atan,

nos engañan con caramelillos,

no son más que un cuento.

Nuestros cirios se consumen

en la madrugada que soñamos

siguiendo la senda centenaria

que nos legaron tantos jaeneros.

No permitas Jesús

que sigamos caminando en tinieblas,

pues tiene la luz de la vida

el que  te sigue Ti Maestro.

En nuestra oscuridad

enciende la llama de tu amor

para  romper las tinieblas

de la indiferencia y el relativismo

que hacen noche sobre nosotros

y nos llevan a sentir  miedo.

Miedo por caminar sin meta,

por no reconocer nuestras raíces,

por construir sin cimiento.

Como tu Camarín que ha aguantado

casi dos siglos de abandono

por tener cimiento firme,

ser cristianos recios  queremos,

y conservar la esencia

de la madrugada que no es la magia

ni la cultura ni el turismo

sino Nuestro Padre Jesús Nazareno.

La Imagen sagrada

que cansarse vemos

cada madrugada y

por eso Jaén lo aclama

¡Viva nuestro Padre Jesús!

¡Viva el Abuelo!

Reza el Salmo 88 “Dichoso el pueblo que sabe aclamarte, caminará a la luz de tu rostro, Señor, todo el día gozan en tu nombre, se alegran por tu fuerza salvadora (v.v. 16-17)”

Cuando Jesús entra de nuevo en su Camarín, no termina todo. Empieza la hora definitiva en la que el Hijo va a ser glorificado. “Cristo a través del sufrimiento y de la muerte en cruz ha resucitado a la vida nueva y ha sido glorificado a tu derecha” (Plegaria Eucarística V). La Madrugada no se acaba el Viernes Santo a medio día. Cuando Jesús es bajado de su trono sigue entronizado en el corazón de los jaeneros que en la mañana del Viernes Santo nos saciamos de su misericordia, y toda nuestra vida es alegría y júbilo (Ps 89, 14). Hay multitud de detalles de la devoción en torno a Nuestro Padre Jesús aquí expongo algunos. Los cabos de las velas se guardan como un preciado tesoro. Cuando vas a dar la comunión a un enfermo en el barrio de Santa Isabel te sacan un cabo de vela “renegrío” y te cuentan “esta vela es de alumbrar a Jesús, la tenemos para cuando hay tormentas”. En los hospitales hay estampas de Nuestro Padre Jesús en las cabeceras de las camas, debajo de las almohadas, en las manos de los moribundos. ¿En cuántas casas no hay un cuadro grande de Nuestro Padre Jesús presidiendo el salón o encima de la cama? ¿En cuántos bares y comercios no hay una imagen del Abuelo? En miles de carteras y monederos hay una estampa de Jesús. Cuando le preguntas a un enfermo si se acuerda del Señor te responde: - Mire usted ahí tengo a Jesús y siempre le tengo puesta su luz, ya que no puedo ir a verlo. «Ir a ver a Jesús». Hay devotos de Madrugada, de los que sólo ven a Jesús en su  paso mecido a los sones de la marcha de Cebrián. Algunos de estos son por obligación porque viven lejos y se hacen cientos de kilómetros para cumplir con la cita que tienen con el Abuelo cada viernes santo. Y hay devotos que todo el año practican otro sacramental que es “ir a ver a Jesús”. Cuando estaba en la Catedral no se sabía muy bien los que iban ex profeso a verlo, o los que de camino que entro a la Catedral a otra cosa me paso por su capilla. También estaba más a mano del Mercado, de las oficinas y los bancos. Ahora, exceptuando a los vecinos de los barrios que viven la espalda del Castillo, para ir a ver Jesús hay que  hacer un camino que lleva hasta él. Subir por su carrera pasando bajo el Torreón del Conde de Torralba. Al entrar en el Santuario pocos pasan por el Sagrario porque no han descubierto aún que allí está vivo el que veneran en la imagen. Algunos se quedan de pie, sobre todo los que vienen más apurados que se acercan lo más que pueden y mirando hacia arriba suspiran y derraman  lágrimas. Otros se sientan para conversar tranquilamente con él como con un amigo. Así me decía el padre de un niño que bauticé en la parroquia que era su oración. Se encienden velas, se dejan flores, y sobre todo oraciones.  Plegarias templadas y confiadas, salmos populares de peregrinación “ya están pisando nuestros pies tus umbrales” (Ps 121), súplicas ardientes como la de Bartimeo  “Jesús, Hijo de David ten compasión de mí” (Mc 10, 46-52),  himnos de acción de gracias, confidencias de amigos…

¿Qué tienen los nazarenos que despiertan tantas devociones? Qué bien acertaron los padres carmelitas al adoptar esta iconografía del Cristo vivo cargando con la cruz para conectar con el pueblo llano. Cristo con la cruz a cuestas que dialoga con el labrador y con el místico. Bendita sea la hora en que por la puerta del Convento de San José entró esta imagen menuda de Jesús que pronto conquistó el fervor de esta muy noble y muy leal ciudad de Jaén.

El crucificado muestra el amor extremo y sin condición del que da la vida por sus amigos. Es la muestra suprema del amor de Dios que se hace hombre y se rebaja hasta la muerte y muerte de cruz para redimir a la humanidad. Es la oblación del cordero manso que quita el pecado del mundo. Es la sabiduría de Dios necedad para los sabios de este mundo. La cruz quizá es demasiado sublime, profunda, misteriosa. El nazareno en cambio conecta más fácilmente con nosotros porque mirándolo brota la compasión como en las mujeres de Jerusalén que lloraban por Jesús, por la condena del justo (Lc 23, 27-31). El nazareno provoca solidaridad, ganas de ser cirineo para ayudarle a cargar con el suave yugo del madero (Mc 15, 21). El nazareno nos hace experimentar compunción porque sabemos que carga con nuestros pecados. Es una compunción llena de agradecimiento. “Gracias Jesús por cargar con mis pecados”.

La imagen es, además, epifanía de lo sagrado. Nuestro Padre Jesús Nazareno no es simplemente algo material, madrea tallada. Es mucho más que una obra de arte. Como decía en mi Pregón de Semana Santa «La imagen es un sacramental de la Iglesia que la bendice para que tenga una fuerza expresiva en la gracia y la presencia que comunica(…)porque es presencia de las realidades eternas, nos lleva más allá del mundo empírico, el material, que es mera apariencia».  La imagen no es milagrosa, caeríamos en la superstición si le atribuyéramos poderes sobrenaturales.  Es cierto que hay imágenes que como los iconos bizantinos, “adquieren gracia” al ser veneradas por multitud de devotos. Son como los lugares de peregrinación. Donde se concentran tantos peregrinos que oran lo más normal es que haya manifestaciones extraordinarias  del amor de Dios: conversiones, curaciones, milagros, en definitiva signos de la acción del Espíritu Santo.  Este fenómeno es siempre un don. No es la consecuencia automática de la acción de los seres humanos. Caeríamos entonces en la magia, en la tentación de pretender dominar a Dios.  No es el pueblo el que elige una imagen y le confiere esas cualidades. Es Dios el que decide que una imagen capte la atención y la devoción de los fieles para hacerse presente en sus vidas a través de ella. Como cuando prediqué la Novena de Nuestro Padre Jesús bendigo de nuevo Dios por haber querido obrar tantos signos de su amor por Jaén a través de esta bendita imagen. De epidemias, sequías, temporales se ha visto libre la ciudad y son testimonio las llaves, el escudo y las espigas que acompañan a Jesús. Gracias también Señor por tantos y tantos milagros particulares y anónimos: auxilio en peligro de muerte, curaciones de enfermedades, reconciliaciones de familias y esposos, conversiones de extraviados, salidas de la ruina, liberación de la droga o el alcohol… Testimonio de estos milagros son multitud de donaciones, los exvotos, y desde el siglo pasado los miles  de promitentes que a lo largo de los años han acompañado y acompañan a Jesús.

Que tienes Jesús mío

que seduces los corazones

y provocas ríos de pasión

en devotos fervorosos

y hasta de duros impenitentes

sabes sacar lo mejor.

¿Quién te hizo a ti Abuelo

que provocas la ternura

de los niños y pequeños

y en el frio delincuente

eres capaz de poner calor?

¿Qué manos son esas

que abrazan el madero

y acarician dulcemente

al que viene arrepentido

suplicándote perdón?

Beso tus pies nazarenos

que solo en Cuaresma vemos,

que llevan cuatro siglos caminando

por cantones y olivares

esperando que salga el sol.

Vivo pendiente de tus labios

que un día a la orilla del lago

mi nombre pronunciaron sonrientes

invitándome a seguirte

y ser contigo pescador.

Benditos sean tus ojos Maestro

que al cruzarse con los nuestros

traspasan el alma,

provocan lágrimas,

se desborda la emoción.

¿Tienes corazón Padre mío?

Tallado no desde luego,

tu corazón es el nuestro.

Palpitas en el pecho de Jaén

que  rendido te profesa

su mayor devoción.

Y bendice a Dios por la gracia

de tener en Jaén casa,

tenerte por vecino

y experimentar por tu medio

tan grandes muestras de amor.

Bendito sea Jesús Nazareno

el mejor de los jaeneros,

que anda en amor y no se cansa

de gobernar esta ciudad

y conquistarle el corazón.

«El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo» (Lc 9, 24)

Jesús decía esto a sus discípulos subiendo hacia Jerusalén. Jesús de los Descalzos va diciendo esto también en cada madrugada.  Invita a muchos de los que se le acercan a no conformarse con buscar en él la solución a sus problemas.  Jesús hablaba a la multitud de la que se compadecía porque andaban como ovejas sin pastor y luego aparte formaba a los que buscaban en él algo más, a los que lo habían dejado todo para seguirle.  Nuestro Padre Jesús no sólo tiene una masa de devotos tiene discípulos, como los ha tenido a lo largo de la historia. Los discípulos de Jesús son su Cofradía. Institución que a lo largo de los siglos y viviendo no pocas  vicisitudes ha sido la depositaria del tesoro que es Nuestro Padre Jesús. Una Cofradía singular al tener como titular una imagen que trasciende las fronteras de lo cofrade. Si preguntásemos a nuestros vecinos quién es el propietario  de Jesús una mayoría considerable nos diría que es «el Pueblo de Jaén».  Pero este Pueblo no se ha encargado a lo largo de los siglos de su mantenimiento en sucesivas restauraciones, ni de organizar y encauzar todo lo que se refiere a su culto tanto en las procesiones como en las novenas y otras fiestas religiosas. A la Cofradía le ha correspondido administrar el patrimonio de Jesús, mantenerlo y engrandecerlo y alentar múltiples formas de caridad con el sello de Nuestro Padre Jesús. Y ahora, además, gestionar dentro de la Junta Rectora su Santuario. Sin duda es mucha la responsabilidad que supone asumir formar parte de esta Junta de Gobierno. Se entiende muy bien esto que quiero expresar cuando se lee el escrito de D. Inocente Fe al presentar su dimisión después de sacar la procesión en 1932 en contra de un acuerdo de la Junta General. Refleja perfectamente lo que siente un responsable de esta Cofradía ante el fenómeno desbordante en tantos aspectos que es Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Quiero ahora profundizar en la responsabilidad añadida que tienen los discípulos de Jesús. Los que se niegan en muchos aspectos de la vida familiar y personal para prestar un servicio gratuito, una forma peculiar de voluntariado. Los que quieren seguir al Señor han de hacerlo cargando con su cruz. Con la suya de cada uno, la propia del discípulo, la del cofrade de Jesús. Precisamente esta Cofradía en sus orígenes se llamaba “la de las cruces” porque los hermanos acompañaban así a la sagrada imagen. Estas reflexiones que vienen a continuación son fruto del Año de San Pablo que celebramos hace un par de años. Profundizando sobre la cruz y San Pablo descubrí que cuando Jesús habla de seguirlo con la cruz no se refiere a cualquier cruz. Devotamente llamamos cruz a todo lo que nos hace sufrir: la enfermedad, la pérdida de un ser querido, un hijo en la cárcel o que se pierde en la droga…

San Pablo Apóstol «crucificado con Cristo» (Gal. 2,19) y «configurado a su muerte» (Fil. 3,10) dice varias veces  «Llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús» (Gal. 6,17). Algunos han interpretado que estaba hablando de los estigmas de la Pasión. No lo sabemos con certeza pero sí podemos afirmar que su cuerpo estaba señalado por todos los malos tratos sufridos por Cristo. En 2 Cor. 11,24-27 nos da incluso una lista detallada de pruebas por las que había tenido que pasar. Podemos pensar que esto sucedía porque era San Pablo, por sus circunstancias. Jesús advirtió a los discípulos “os odiarán por mi nombre” (Lc 21,27). En la última cena Jesús previno a los discípulos sobre el aspecto de la persecución. Dos de las bienaventuranzas son sobre este tema. De tal modo que podemos afirmar que no hay discipulado sin persecución. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! (Lc 6, 26).

San Pablo vive en la debilidad el misterio de la fuerza de Dios (2Cor 12,9), experimenta en las pruebas que todo lo puede en aquel que lo conforta (Flp 4, 13). Así se ve libre de gloriarse en sus logros, se gloría en la cruz de Jesucristo (Gal. 6,14). Pablo llega, además a tener conciencia de que el sufrimiento por las comunidades es redentor. Le escribe a los de Colosas «Completo  en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su cuerpo, que es la Iglesia» (Col. 1,24). De ese modo, mediante su sufrimiento apostólico -padecido por amor- el enviado de Cristo hace presente en el tiempo y el espacio la cruz del Señor, la única que salva. Lo mismo que en el Maestro, se opera en el discípulo una suerte de sustitución vicaria: «De este modo la muerte actúa en nosotros, más en vosotros la vida» (2 Cor. 4,12). Sufriendo por los hombres, el apóstol lleva en sí «la muerte de Jesús»; «continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús», los apóstoles transmiten a los hombres «la vida de Jesús» (2 Cor. 4,10-11).

Se ha predicado que los enfermos se unen a la cruz de Cristo y la completan. Es una idea piadosa pero impropia porque la cruz del discípulo, la específicamente suya es la cruz de ser testigo del Señor, apóstol. La Cofradía, y más en concreto sus dirigentes tienen la responsabilidad de cargar con esta cruz, la cruz que supone chocar con el mundo, porque lo cristianos estamos en el mundo pero hemos sido sacados de él por Jesucristo  (Jn. 15,20). El mundo en el lenguaje de San Juan es lo que se opone a Dios. Por eso los cristianos nunca hemos sido del mundo y menos de uno tan secularizado como el actual donde se dan cada vez más actitudes intolerantes de laicismo radical. En mi parroquia he hecho varios certificados de bautismo para promitentes. No sé si ya se ha dado el caso, pero puede suceder que quiera salir de promitente alguien que haya apostatado de la Fe Católica y lleve en la Partida de Bautismo anotación marginal de este abandono de la Iglesia mediante acto formal. A la Cofradía tiene el deber de decirle a esta persona que no puede ser promitente. Es sólo un ejemplo de lo que implica que ninguna Cofradía, menos aún ésta, puede casarse y avenirse con todo el mundo. No podéis permitir que se utilice a Jesús de los Descalzos so pretexto de que es un símbolo de identidad de la ciudad para intereses que no tengan que ver con el la evangelización. Transigir, a lo sumo, en iniciativas  culturales desprovistas de cualquier afán de lucro económico o político.

Estos son los tiempos que nos han tocado vivir. Y como San Pablo, la Cofradía debe sentirse orgullosa de sufrir por mantener la devoción a Jesús con toda su esencia, tal y como nos la han trasmitido nuestros mayores que, por otro lado, también chocaban como cuando tuvieron que decidir  impopularmente suprimir los convites del Gobernador tan inapropiados en día de ayuno. Debéis vivir la persecución que esta tarea acarrea con alegría, sabiendo que el fruto de vuestro sufrimiento  es grande.

Jesús nos invita también a cargar con su yugo y a aprender de él que es manso y humilde de corazón (Mt 11, 29). El rostro fino y sencillo de Jesús rezuma mansedumbre. «Aprended de  mí» nos dice «a cargar con la cruz del rechazo de la buena noticia de mi Reino de paz y amor. No respondáis a las provocaciones con violencia». Ya se oyen voces que dicen que hagamos las procesiones en el ferial para no obstaculizar la vida normal y ordinaria de la Ciudad. Llegarán días  en que tengamos que solicitar la ayuda de la policía para hacer estación de penitencia en orden y con paz.  Debemos ir templando nuestro talante cristiano para saber estar en esos momentos y vencer al enemigo con las armas de nuestro Salvador que son el amor y el perdón. Así murieron por Cristo los Padres Claretianos de la Merced, más de 150 sacerdotes y hasta seminaristas de nuestra Diócesis con su Obispo a la cabeza en la persecución religiosa de 1936. Entregaron la vida perdonando a sus verdugos y con el convencimiento de que su sangre no se derramaba en balde.  La Cofradía tuvo que suspender la procesión en 1933 y la Imagen de Jesús también sufrió la persecución aunque se salvó finalmente de la destrucción por la hábil intervención de algunos cofrades y devotos.

Quiero elevar mi oración esta noche

por esta tu, Antigua e Insigne Cofradía.

con raíces labradoras y carmelitanas

Ramas claretianas y capitulares y

Y siempre frutos de vida apostólica.

Reúne a tu grey cofrade Jesús

Con el cayado de tu cruz gloriosa,

renueva su vocación de discípulos

escogidos por tu voluntad soberana

de entre la turba que te sigue

el Viernes Santo de madrugada.

Ellos son los que para servir

han dejado casa, mujer,

hijos, padres y hermanos,

diversión, planes,  aficiones,

dinero, ganancias y trabajo.

A ellos no los llamas siervos sino amigos

Ellos disfrutan de tu intimidad como nadie

Privilegio de los que llamas a estar contigo.

En los tiempos que corren de pasión,

como en la Santa Cena rogabas por nosotros

te ruego hoy: “guárdalos del enemigo”.

Que las glorias de este mundo no los cieguen

y te vendan por treinta monedas como Judas.

Que el miedo a perder la vida no los lleve

a negarte como Simón en la noche oscura.

A remar mar adentro los llamas,

a pescar donde no hay peces,

a navegar con viento en contra,

a nadar contra corriente.

Los has llamado a compartir tu misión,

tu proyecto de hacer del mundo

una universal cofradía

donde se viva en el día a día

el mandato del amor.

Quieres laicos militantes,

apóstoles y testigos,

que en publico y en privado

llevan vida de cristianos

y no viven fe vergonzante.

Que amen a la Iglesia de Jaén

peregrina entre olivares.

Amen al pastor diocesano.

Y a su capellán mi hermano

escuchen y acojan. Amén.

«Todo lo hago nuevo» (Ap. 21, 5)

Creo que el recuerdo más antiguo que tengo de la Madrugada es el «encuentro». Mi madre comentaba con mi padre: “¿Por qué no vamos a ver el encuentro y nos llevamos al nene?” Ya tenía la edad suficiente para pegarme el madrugón. Con qué ilusión subía con mis padres camino de la Catedral para ver como la Virgen de los Dolores salía del Templo Mayor para encontrarse con su Hijo que venía por la Carrera de Jesús.  Esta estación del Viacrucis sin base bíblica es una de las devociones más extendidas por toda la geografía española junto con el “Entierro de Cristo”. Hasta la segunda mitad del s. XVIII este encuentro contaba con la imagen plástica de una Dolorosa que mediante mecanismos abrazaba al Nazareno. En esa época la estética cofrade jaenera era muy sencilla, como de pueblo, algo parecido a lo que vimos el pasado Miércoles de ceniza.  La envergadura de los actuales tronos impide ese realismo, aunque precisamente fue la imposibilidad de que el paso de Palio siguiera a Jesús por la Merced lo que hizo recuperar el encuentro. De una forma o de otra este momento de la Madrugada conmueve porque todos tenemos una madre. Si empatizamos con Jesús, más lo hacemos con su Madre Santísima, con su pena y aflicción.  No hay amor humano más parecido al de Dios que el de las madres, y por eso no hay mayor sufrimiento que el de una madre por el fruto de sus entrañas.  Aunque los ojos capten la imagen de una Dolorosa con toda la parafernalia que implica un paso de Palio, no nos cuesta trabajo contemplar con los ojos del alma a una sencilla nazarena entrada en años, con un rostro curtido y dulce a la vez, que se mete entre las filas de legionarios para llegar hasta el condenado a muerte para besarlo. Besarlo como tantas veces lo había hecho en Nazaret acurrucado entre sus brazos con pocos años o ya maduro colocándole el «talit» antes de ir a la sinagoga los sábados.

La Virgen de los Dolores ocupa un segundo lugar en la Madrugada. Como no puede ser de otro modo. La Santísima Virgen está encantada con ocupar ese puesto. Recuerdo una Señora que ante la Virgen del Rosario Patrona de Carchelejo recién restaurada, no podía dejar de fijarse en el Niño Jesús y al piropearlo decía “que me perdone la Virgen, pero que precioso es el Niño”. ¿Cómo se va a molestar la Madre cuando alaban a su Hijo? En las bodas de Caná María tomó la iniciativa. Y cuando les dijo a los sirvientes “Haced lo que él os diga” (Jn. 2,5) se quitó de en medio y dejó el protagonismo a Jesús.  He escuchado quejarse a alguien de lo poco que aparece María en los Evangelios. Aparece lo que justo y necesario para que comprendamos su papel en la Historia de la Salvación. María es la que hace posible el encuentro entre Dios y la humanidad. En su seno virginal se unieron en la persona de Jesús las dos naturalezas: la divina y la humana. La encarnación marca una forma de actuar de Dios. El Dios que andaba buscando al hombre en el paraíso después de la caída de Adán preguntando: ¿dónde estás? (Gen. 3,9).  El Dios que, compadecido del extravío de los hombres que éramos incapaces de volver a él, salió a nuestro encuentro. Eva provocó el desencuentro, la Nueva Eva el encuentro definitivo. Y esto del encuentro no es una manera de hablar. Jesús no sólo predicaba a las masas o enseñaba a los discípulos. Se encontraba con personas concretas, con sus vidas, sus interrogantes, sus gozos y sus miserias. Un diálogo de corazón a corazón. Se encontró con Nicodemo en la noche, con la Samaritana junto al poco, con Zaqueo en Jericó. El encuentro personal de tú a tú es la plenitud de la experiencia cristiana. Jesús resucitado sigue encontrándose con los hombres que buscan a Dios como le sucedió a San Pablo camino de Damasco. Ese encuentro cambió radicalmente su vida y todo lo que hasta entonces valoraba pasó a ser basura comparado con el conocimiento de Jesús; no un conocimiento teórico intelectual sino personal, experiencial.

¿Hemos tenido ese encuentro con Jesucristo? Cuando hablamos de Jesús ¿lo hacemos como de alguien del que hemos oído hablar, alguien que hemos estudiado, en quien somos expertos investigadores? ¿Podemos hablar de él como hablamos de un amigo al que conocemos bien porque lo tratamos y compartimos con él la vida? ¿Es para cada uno de nosotros Jesucristo quien tiene mayor amor porque ha dado su vida por nosotros sus amigos?

Jesús Nazareno, de los Descalzos, de Jaén y mío,

que saliste de las manos del que te hizo inspirado por Dios,

don divino para el Pueblo de Jaén aceitunero altivo.

Buscan los afligidos en ti amparo y consuelo.

Los desdichados en sus problemas alivio.

Estandarte de salud que izado bajo el cielo

que quien lo mira con fe encuentra luz y abrigo.

¿Qué buscas tú Jesús cuando cada madrugada

sales en cortejo oscuro cargando tu castigo?

Tú el más inocente de los hombres

condenado por nuestro desatino.

¿Buscas Jesús denunciar nuestra culpa

devolvernos el castigo?

Quien piense así yerra pues no fue para condena

para salvar al mundo envió Dios a su Hijo.

¿A qué sales entonces Jesús: a hacer mercedes

a imponer tu ley, a predicarnos? ¿No? ¡Dinos!

Salgo a vuestro encuentro, a buscar a cada uno

llamando y ofreciendo, que yo no exijo, pido.

Porque el amor no se impone se propone

y yo de amistad me he hecho mendigo.

El que me abre me recibe, entro y ceno

lo que gustosamente se me ha ofrecido.

Yo le invito a otra cena que recrea y enamora

donde mi carne es pan y mi sangre vino.

Y se enciende una llama de amor viva

y en el que me come moro y vivo.

No quiero ser solo consuelo y asidero,

en los problemas refugio y castillo.

Quiero ser la palabra que te guía en la vida,

que sin mí en tu vida no haya camino.

Quiero que te abras a la presencia

para la que no valen los sentidos,

la fuente que mana y corre aunque es de noche

en la que veramente  estoy escondido.

Cada madrugada no busco sólo a mi Madre,

salgo a buscarte, quiero encontrarme contigo.

Aunque una madre del hijo se olvidara,

tenlo claro, yo de ti nunca me olvido.

Soy tu  Pastor y tu nombre conozco,

te llamo con amorosos silbos.

Entre la multitud busco tu rostro

y que tus ojos se crucen con los míos,

para ofrecerte mi persona entera

y que tú más que devoto seas mi amigo.

Hermanos: Una nube ingente de testigos nos rodea: por tanto, quitémonos lo que nos estorba y el pecado que nos ata, y corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios (Hebreos 12, 1-4).

La Carrera que nos toca es la vida y una etapa de la misma la Madrugada de este 2011. Ritual de siglos que volverá a repetirse ante la mirada de una multitud de testigos que nos rodea y que ya han llegado a la meta. Entre los que podemos citar a Fray Juan del Santísimo, Francisco Coello de Portugal, D. Manuel Muñoz Garnica, El Padre Serafín Guinda, D. Bernardo López García, D. Cándido Carpio, D. Antonio Alcalá Venceslada, D. Felipe Molina Verdejo, D. Manuel Mozas, D. José Nogué, D. Antonio Delgado Anguita, D. Inocente Fe, D. Andrés Chamorro Lozano…

Todos ellos veneraron a Jesús, predicaron sus glorias, con versos le cantaron, lo plasmaron con pinceladas, le dedicaron su vida y energías, con ellos y  como tantos y tantos devotos decimos: Pues del humano furor fuiste Jesús Abatido, quien te venera afligido, sienta siempre tu favor.

No me mueve mi Dios, para quererte

el cielo que me tienes prometido,

ni me mueve el infierno tan temido,

para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves Señor, muéveme el verte

clavado en una cruz y escarnecido,

muéveme ver tu cuerpo tan herido,

muéveme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme en fin tu amor y en tal manera,

que aunque no hubiera cielo yo te amara,

y aunque no hubiera infierno te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,

pues aunque lo que espero no esperara,

lo mismo que te quiero te quisiera,

Preciosa oración, de la que a día de hoy y a pesar de los muchos intentos que han existido a lo largo de varios siglos, no ha podido determinarse exactamente su autoría. San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, el Padre Franciscano Antonio Panes, o el Capuchino Padre Torres se han barajado, sin éxito alguno, en varias ocasiones como autores, pero está considerado como el soneto más hermoso para descubrir y explicar el amor desinteresado, y creo poder afirmar que nunca el amor a Cristo Jesús, ha alcanzado tal grado de pureza e intensidad en la sensibilidad de la expresión poética dentro de la piedad popular que nace limpia y honda de la dolorosa contemplación del martirio con que Jesús rescató al hombre de las tinieblas, iniciándolo en una vida nueva. Es una oración directa, enérgica y casi penitencial porque expresa la fuerza de quien renunció a todo por amor a la humanidad.

Muy Ilustre Sr..D. Antonio Aranda Calvo Capellán de la Cofradía y del Santuario. Amigos sacerdotes.

Reverendo Padre D. Francisco Antonio Carrasco Cuadros, pregonero 2011 y mi presentador

Sr. Hermano Mayor y de miembros de la Junta de Gobierno y gobierno de esta Cofradía, Camareras, adjuntos y colaboradores.

Sr. Presidente y miembros del pleno de la Agrupación de Cofradías y Hermandades de la ciudad de Jaén.

Dª Cristina Nestares García-Trevijano, Concejal de Cultura del Excmo. Ayuntamiento y resto de autoridades civiles.

Hermanos mayores y miembros de juntas de Gobierno de las cofradías y hermandades de la ciudad.

Querida familia,

Hermanos cofrades, amigos todos. Buenas Noches

Quiero en primer lugar agradecer a D. Francisco Carrasco, mi amigo Paco, sacerdote, cofrade y costalero, la presentación que ha hecho de mi persona, estoy seguro que para ello ha primado la amistad y sobre todo la generosidad que como cura le acompaña siempre, eres Paco, para todo el mundo cofrade un ejemplo de compromiso y entrega para con la Iglesia. Muchas gracias

PROLOGO

La escena que les voy a relatar, bien podría producirse en cualquier hogar de nuestra querida ciudad, donde un padre con su hijo, en edad de comprender y sentado a su lado, le diría:

Mira hijo, voy a contarte una bonita historia que es tradición heredada en nuestra familia y que a mí me contó mi padre cuando tenía más o menos tu edad.

En un lugar cercano del Puente de la Sierra, existe una finca denominada “Casería de Jesús” y cuentan que cierto atardecer llegó a ella un venerable anciano peregrino, que por caridad solicitó hospedaje para pasar la noche.

Acogido amablemente por los caseros, pues en aquellos tiempos la hospitalidad era un deber sagrado, al entrar en la casería observó un grueso tronco de encina depositado en la lonja que le hizo exclamar:

¡Qué buena imagen de Jesús se haría con él!

Tras breve acuerdo con los caseros, se ofreció a tallar una imagen con aquel tronco, a condición de que no le molestasen mientras trabajaba. Le llevaron el tronco a una habitación apartada y tras una pobre cena, se encerró bajo llave.

Al día siguiente, al observar los caseros, que ni el anciano salía de la habitación, ni se escuchaba el menor ruido, forzaron la puerta, encontrando en el centro de la estancia la Imagen de Nuestro Padre Jesús, advirtiendo a su vez con sorpresa que el venerable anciano había desaparecido y que el rostro de Jesús tenía un indudable parecido con el del misterioso peregrino.

La Imagen se trasladó al Convento de San José al que pertenecía la Casería y desde entonces fue generándose una intensa y creciente corriente de religiosidad popular hacia tan prodigioso Nazareno, que a partir de las décadas primeras del siglo XIX adquirió fortísimo arraigo en la conciencia colectiva de los hijos de Jaén, quienes sin distinción de clases, ideologías o sentimientos, ven en esta querida Imagen a un Dios tan cercano como humanizado, muchos, aún viviendo en lejanas tierras, no dudan en gastar los ahorros de todo un año de trabajo y hacer largos y penosos viajes solo por estar en Jaén el Viernes Santo y tener el consuelo de ver a Nuestro Padre Jesús para encontrar en la mansedumbre de su mirada y en la decorosa conformidad con la que porta la cruz, el viático necesario para el azaroso camino de la vida.

Éste fue el prólogo del discurso que pronuncié el día de la inauguración de la Antigua Iglesia Conventual de San José de los Carmelitas Descalzos y Camarín de Jesús y he querido relatarla de nuevo, pues aunque hace ya muchos años que me fue contada, más o menos en estos términos por mi difunto Padre, permanece viva en mis recuerdos y fue sin duda el inicio de mi devoción y vinculación con esta Imagen y Cofradía a la que tanto quiero y con la que siempre me sentiré en deuda.

NIÑEZ, INFANCIA Y JUVENTUD

Desde una edad muy temprana quien les habla, vivió intensamente las mañanas de Viernes Santo. Recuerdo a mi madre que nos despertaba con el comentario “levantaos que ya viene Jesús”, el paso de la procesión por casa de mi Abuela Pilar en la Calle Campanas y cuando, después de haberla dejado en la Catedral, los promitentes encabezados por mi padre llegaban allí, a reponer fuerzas con el chocolate de mi Tía Juanita y las deliciosas magdalenas del horno de Paz, y también porque no, un traguito de anís La Magdalena que mi Tío Pedro aportaba siempre para la ocasión.

Un gran sentimiento de admiración me embargaba al ver ese grupo de esforzados hombres, felices, sudorosos y cansados, comentando las incidencias de la madrugada y felicitándose mutuamente por haber podido cumplir esa dura promesa un año más. En mi mente aún conservo grabados los rostros de los que eran del círculo más íntimo de mi padre. D. Julio Roig Angosto. D. Leopoldo Cámara Cabrera. D. Juan Segovia Cuenca, D. Manuel Pérez Burgos, D. Francisco Marín García, y estoy seguro que olvido alguno mas, pero comprenderán que estas imágenes tienen ya muchos años.

Y los he mencionado, con el único objetivo de rendir públicamente, un homenaje de profunda admiración hacia ellos, que eran capaces año tras año de completar todo el itinerario en un solo turno. El máximo responsable de todo era D. Antonio Delgado Anguita, Fabricano ejemplar de ese grupo, y a quien mi padre admiraba profundamente, sobre todo, su arrojo y valentía cuando una noche, seguro que sin pensar las graves consecuencias que de su acción se podían desprender, dejó el calor de su hogar y a una familia numerosa y temerosa, para rescatar y así librar a nuestra bendita Imagen de la destrucción por el saqueo que se había producido en la Iglesia conventual de la Merced.

Antonio fue una de esas personas de las uno podía pensar que Dios lo trajo al mundo para hacer más grande a esta Cofradía de sus amores y a la que sirvió durante cincuenta años. Buen cofrade y magnífico Fabricano en la Cofradía encontraba el espacio para expresar su fe y devoción durante todo el año, pero muy especialmente, cuando por el olor a incienso y las fechas se anunciaba la inminente llegada de la Semana Santa y el ajetreo consiguiente. Después, durante la procesión, con el oído pegado al trono, escuchaba y aprendía, dándose cuenta de la dureza de la vida, del dolor y la alegría, de la dicha de vivir. Escuchaba y aprendía de las sensaciones que trasmitían los promitentes ya que lo que llevaban sobre sus hombros era mucho más grande y misterioso de lo que parece y perseveraba para ir arrancando respuestas paso a paso sin ahorrar esfuerzos, con una entrega plena. Era consciente de que Jaén entero se identificaba con el Nazareno y con el sufrimiento de los promitentes que cargando su trono, estaban inmersos en un profundo acto penitencial pues lo que portaban, era dolor, llanto, padecimiento y angustia. Después, con el paso de los años y antes de llegar a la ancianidad, supo transmitir estos sentimientos a sus hijos, que continuaron con tan meritoria labor.

Vinieron después, muchos años participando junto con otros niños, entre ellos mis hermanos y primos en la procesión, en el sitio que fuese siempre éramos felices y vivíamos intensamente este acontecimiento. Años más tarde, mi padre y su círculo de amigos ya jubilados de su misión como promitentes y con alguno de ellos en el seno de la junta de gobierno, iniciaron lo que hoy conocemos como bolsas de caridad, para recaudar fondos y así atender a los necesitados y a la Cofradía. Ni que decir tiene que todos nosotros ya chavales ayudábamos en estos menesteres. Siguieron unos años más como cofrade de vela, hasta que con la mayoría de edad decidí retomar el testigo de mi padre ya enfermo, y ayudar como un cirineo más a portar la cruz de Jesús bajo su inmenso trono, sin promesa alguna definida, pero a pesar de lo cual, año tras año, nacía una aplicación, (trabajo, oposiciones, servicio militar, matrimonio, nacimiento de hijos, estudios o alguna enfermedad,). Así durante veintidós años en los que ansiosamente esperaba hasta que llegaba el deseado momento en que D. Juan Calatayud, el listero pronunciaba mi nombre y podía ofrecerle mis hombros.

SENTIMIENTOS

Comenzaba entonces Señor, nuestra pequeña historia, la que sabemos Tú y yo, me propuse quererte siempre, y así fuimos creciendo, Tú en tus cosas y yo también en las tuyas. Iba casi a diario a verte a la Catedral, soñaba pasearte por las calles con ese paso lento de la procesión, soñaba el amanecer de otro viernes santo que año a año pasaba para poder darte a conocer al mundo entero gritando tu nombre.

Poco a poco me di cuenta que estábamos tan unidos, que nada tendría sentido sin Ti, que lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena, que siempre con el favor de una mirada tuya sería feliz, que mi meta era llegar al final satisfecho y en paz conmigo mismo. Y así han ido pasando los días y sigo abrigando una tortuosa senda de sentimientos que me llevan siempre a Ti, y ante Ti estoy al igual que siempre para decírtelo pausadamente, con cada palabra que brote de mi boca.

Soy un hombre feliz porque te adoro.

Porque espero siempre en tu palabra

La ayuda que preciso y tanto añoro

Para apreciar el amor que hay en tu mirada.

Gracias Señor por permitirme que en tantas y tantas horas, soportando el peso de las viejas maderas de tu trono, pudiera hacerte tantas confesiones y solicitudes que sólo Tú conociste. Cuántos recuerdos y sensaciones vividas durante ese espacio de tiempo hasta que llegó el triste momento de la jubilación, un Jueves Santo diferente, vivido intensamente junto a mi familia y con la inmensa satisfacción del deber cumplido. Ya no podría portarte más, pero nada ni nadie me privarían de tu presencia continua y así soportar el gran vacío que me produjo este acontecimiento.

Les he hablado de la Madrugada del año 1990, y en el mes de octubre entré a formar parte de la Junta de Gobierno, de la que no me apartado ni espero hacerlo nunca.

Sabes Señor que fui muy afortunado con la mujer que muy joven pusiste en mi camino y que fue mi novia y esposa durante cuarenta y un años. Ella me unió aún más a ti, ya que te tenía si cabe mayor devoción que yo y cuando con motivo o no, el desánimo me embargaba y las fuerzas flaqueaban, allí estaba siempre para, con la palabra adecuada, infundirme el ánimo que precisaba. Aún resuenan en mis oídos las palabras de la Madre Teresa de Calcuta, a la cual admiraba profundamente y a la que se refería continuamente para decirme:

“Cuando no puedas correr, camina.

Cuando no puedas caminar, usa el bastón.

Pero jamás te detengas, no abandones, no te rindas nunca.”

Después de perderla, y ante tanta adversidad, sólo me quedó la Fe, la que consuela territorios anegados por el llanto, y la que brinda al hombre la esperanza de cada amanecer, porque los golpes duros de la vida me enseñaron a crecer con suaves retoques en el alma. Por eso y recordándola, pongo en mi boca otras frases maravillosas de la citada Teresa de Calcuta:

La vida es una oportunidad, aprovéchala.

La vida es belleza, admírala.

También la vida es un sueño, hazlo realidad.

La vida es un desafío, enfréntalo.

Tómala como un deber, y cúmplelo.

La vida es un tesoro, cuídalo.

También es una riqueza, consérvala.

La vida es amor, gózalo

Siempre, siempre es un misterio, descúbrelo.

Es una promesa, realízala.

La vida es una constante lucha, acéptala.

Pero también es tristeza, supérala

Del mismo modo, la vida es felicidad, merécela.

En definitiva, la vida es vida, defiéndela.

Porque desde entonces, contemplar tu rostro, Jesús, con la pesada carga de la Cruz, llenó toda mi vida, sobre todo ese primer año de angustia contenida, ya que comencé a apreciar con más profundidad que antes, el contacto con las gentes de esta ciudad, y pude observar que Nuestro Padre Jesús, lo es todo en esta tierra, y que los ojos de Jaén, tienen siempre como punto de referencia su divino rostro.

Ya he sentido Señor, tu voz amante

en el misterio de las noches bellas,

y el suave rotar de las estrellas,

gozando la armonía de tu semblante.

Es obligatorio, expresar mi agradecimiento al ofrecimiento que me hicieron en su día, tanto mi hermano Francis, ahora y por tu voluntad “Jesús” mi Hermano Mayor, como el Vocal de Manifestaciones Publicas, mi hermano Felipe, responsable de este acto, al que tengo en mi corazón como a un hijo. Y como no, el apoyo sin fisuras de todos mis compañeros y también hermanos de la Junta de Gobierno.

Me habéis otorgado el mayor de los privilegios y honores que se pueden conceder a un cofrade, en palabras de otro hermano, de negro y amarillo, pronunciar el Pregón Madrugada del presente año. Gracias a todos por vuestra confianza en el encargo de esta misión. Por cierto, habréis observado la redundancia, ya que he mencionado, en cuatro líneas cinco veces la palabra hermano, lo he hecho adrede y se debe a que he aprendido perfectamente la lección de nuestro querido Capellán, que cuando hace una ligera explicación del Padrenuestro durante la misa, nos recuerda que todos somos hijos de un mismo Padre celestial, y por lo tanto hermanos. ¡Qué gran suerte tenemos!

También quiero dar las gracias a todos los que con su labor responsable y su dedicación apasionada, trabajan para la Cofradía, logrando que funcione a la perfección su complicada maquinaria durante todo el año. Del mismo modo, gracias también a los que durante todo este tiempo de duda, (familiares, cofrades y amigos), me habéis hecho presente vuestro afecto con las palabras de animo y en la mayoría de los casos, con vuestras oraciones, las que, sin duda alguna, han constituido el firme apoyo tan necesario en el desarrollo de la labor que se me ha encomendado y como no a todos por vuestra presencia

Una vez expresado mi reconocimiento por esta deferencia, debo haceros una confesión por algunos conocida, y es que en un principio dije ante este ofrecimiento varias veces que no. Yo siempre he sido y con mis años no creo que pueda cambiar, un hombre de números, me decanté por las “ciencias”, y por el contrario, las “letras” siempre me han costado un trabajo enorme. Me abruma no ser capaz de manifestar, con las palabras adecuadas y la debida claridad, lo que mi corazón siente, pero no tuve valor para mantener esta decisión, ya que no podía negarme a colaborar en la medida de mis posibilidades con lo que me era solicitado tan intensamente, y sobre todo por personas que con mucho amor, gran capacidad de esfuerzo y total desinterés dedican su tiempo, al noble trabajo de servir a la Iglesia desde una Cofradía.

Sin embargo, desde que acepté, otras tantas me he arrepentido de no ser capaz de mantener esa negativa, por ello me he sentido muy agobiado, pues la responsabilidad que adquirí fue enorme, no sólo por lo que significa estar aquí, sino porque como he mencionado antes, creo no poseer las cualidades que adornan a mis antecesores en esta misión de pregonar la Madrugada.

Fue entonces, después de decidirme cuando, en un momento de silencio, de soledad y de oración, te pedí Señor:

Dame método y facultad para aprender

Capacidad y silencio para retener

Fe para interpretar mis sentimientos

Gracia y abundancia para hablar

Dame acierto al comenzar

Dirección al progresar

Y perfección al terminar.

Porque el silencio es necesario para activar la capacidad de pensar, de volar sin alas, de centrar la capacidad de observar sin perturbar, y acrecentar la facultad de escuchar sin interrumpir, y sobre todo de entrar en ti, en tu corazón y ver tu realidad, pero no sólo es necesario el silencio de afuera, más necesario aún lo es el silencio interior.

Si al cerrar los ojos, tu mente está en silencio, tienes la puerta abierta para conocer la realidad que te anima a vivir y esa única realidad debe llenar tu alma de luz y claridad. Sin el silencio, tu alma no tiene claridad, no tiene luz, por eso, es necesario para crear la atmósfera ideal, que tu alma se abra, y que tus preguntas estén listas para ser respondidas, sin importar cuan profundas sean.

Simplemente entra en la paz del silencio, calma ese mar de desilusiones y deja que la serenidad te invada, deja que la tranquilidad y la fe te posean. En ese momento lo viejo desaparece y lo nuevo comienza a nacer en ti, entonces es donde encontrarás la fuerza para continuar.

Siéntate cómodamente y deja tus preocupaciones a un lado, reza con fuerza y observa a tu alrededor, detén tus afanes, ofrece convencido tu vida a Dios y entonces comprenderás que la vida que has ofrecido es un tesoro que se te ha regalado y tienes todo lo que necesitas para continuar el viaje.

Deja el temor y permite que el silencio te posea. Sólo en ese oasis de paz podrás escuchar la voz de Jesús dentro de ti llamándote a vivir plenamente, tocando tu corazón para darte a conocer su gloria y el secreto de la vida eterna. Deja de creer en falsas promesas y haz que esa luz se convierta en tu única realidad. Sólo en profundo silencio, podrás comprender lo que significa todo y agradecer a Dios el estar vivo para poder ganar la batalla.

Observa lo que tienes y olvida lo que te duele. Lucha por lo que quieres y valora lo que posees. Perdona a los que te hieren y disfruta de los que te aman, pues si nos pasamos la vida esperando a que pase algo, lo único que pasa es la vida, y no entendemos el valor de los momentos que se nos presentan hasta que se han convertido en recuerdos.

Por eso, nunca es tarde para comenzar de nuevo. Haz lo quieres hacer antes de que se convierta en lo que te gustaría haber hecho.

LA MADUREZ

Nunca hasta que tuve el inmenso honor de ser Hermano Mayor, y salvo las obligadas cartas diarias estando en el servicio militar y en el periodo en que mis obligaciones profesionales me alejaron de esta bendita tierra, había escrito nada.

Me presento ante vosotros tras este atril que nunca anhelé y que bien podría hoy ocupar alguien con muchas más razones que yo para pregonar la Madrugada. Sólo tengo el mérito de estar enamorado desde siempre del encanto de esta Venerada Imagen, de esta ciudad y de mi Cofradía. Os abriré mi corazón, mis pensamientos, mis sensaciones, mis experiencias y mis reflexiones, que es todo lo que poseo. Hoy quiero hacerte una declaración pública de amor…. A Ti, que para esta ciudad eres un auténtico patriarca, un Padre capaz de convocar a todos los jiennenses que son tu familia. Un padre humanizado que ejerces tu paternal autoridad sobre este pueblo tuyo sin excepción alguna. Eres nuestro Redentor que todas las Madrugada y mañanas de Viernes Santo, avanzas por la vía dolorosa de las calles de tu barrio y tu ciudad, para consumar con tu muerte y resurrección la salvación de toda la humanidad.

No eres Abuelo, y nunca creo haberte llamado de esta forma, pues no tienes el rostro rugoso ni los cabellos blancos, solamente tienes la figura encorvada por el peso de tu enorme Cruz. Eres el hijo de Dios que sufriste tu dura pasión con treinta y tres años, y con el único objetivo de salvarnos a todos tus hijos. Pero, permíteme, por una sola vez, y aunque no te lo haya dicho nunca antes, que también ahora te llame Abuelo, si, eres Abuelo, el único, el verdadero “Abuelo” por que con la autoridad de tu bondad eres capaz de aglutinar a tu alrededor a todo el pueblo de Jaén.

Soy consciente y asumo la responsabilidad de sostener sobre mis hombros ese trono que tantos años he portado, un trono muy poderoso pues en el descansa la joya más valiosa de esta ciudad, el tesoro mejor custodiado durante siglos y que es guía para todos los jienenses. Trataré por lo tanto de no perder el paso, de meter el hombro con el coraje que mis tantos años puedan aportarme, con cariño y humildad, pero también con la firme determinación de quien se siente muy orgulloso de lo que es.

LA MADRUGADA

Termina uno de esos tres jueves por excelencia, que nuestra tradición dice que brillan más que el sol. El Jueves Santo en que se conmemora la institución de la Eucaristía, el admirable Sacramento por el que el Señor quiso quedarse perpetuamente con nosotros para ser el alimento vital de nuestras pobres almas y objeto de constante adoración. Éste es el día por excelencia para rendir culto al infinito amor de Dios para con los hombres. Día de fiesta en todas las Iglesias y Conventos que con sus monumentos causan siempre admiración entre nuestros ciudadanos y visitantes.

La Eucaristía es un bien, una bendición que Dios nos dio a conocer en Semana Santa. La de su amor infinito recordando la Pasión de Jesús, para comprender el triunfo de la vida sobre la muerte. Todo es obra de Dios, hasta su pasión sufrida por amor a la humanidad. Sin ella, sin la fe, no se puede comprender la verdadera dimensión del Viernes Santo en nuestra tierra. Es única para ofrecer la luz, el sonido, el olor y el contacto con nuestras auténticas raíces.

Se aproxima la Madrugada, los nazarenos de túnica negra y cíngulo amarillo, portan cirios de diversos tipos y tamaños, y comienzan a inundar nuestras calles y se van aglutinando en los alrededores de tu Santuario Camarín, hoy convertido en una feliz realidad, por tu voluntad, no podía ser de otra manera. Fueron muchos cofrades y devotos los que vivieron con la esperanza de que volvieras a tu casa, y hoy estarán felices de comprobar que se ha convertido en un verdadero Santuario de devoción, fe y esperanza, porque: Esperanza es el deseo ilusionado de conseguir lo que se anhela, de ver hecho realidad lo que nuestra mente y nuestro corazón ansía.

Y con esta esperanza, Jaén aguarda que cada nueva madrugada de Viernes Santo le traiga el beso del sol, para que ilumine sus calles, reviviendo el colorido de las flores de la primavera en sus jardines, y llenando de brillo nuestras calles y sobre todo la fachada de nuestra grandiosa Catedral, sin duda alguna y   aunque aún no lo sea de manera oficial, auténtico Patrimonio de la humanidad.

Comienza a generarse la explosión de fervores, va a salir en procesión el Señor de Jaén, meta clara de la devoción de un pueblo que sabe perfectamente que el Dios que permanece en el Sagrario y que vemos con los ojos del alma, se nos representa en esta Imagen maravillosa para que podamos contemplarlo con nuestros propios ojos. Y así lo ven y lo verán todos los hijos de Jaén, que lo visitan cada día, que hacen largas colas, en algunas ocasiones interminables, para besar su pie y llenan las calles y plazas de su ciudad, como siempre lo han hecho y seguramente seguirán haciendo.

Quiero destacar especialmente, al que vive la Madrugada de forma callada, al nazareno de vela que renuncia a su identidad personal para formar parte de una identidad colectiva, a tantas y tantas personas, invisibles nazarenos anónimos, sin distinción de clases sociales o profesión porque todos sin excepción, necesitan el consuelo, la esperanza, el amor y la dicha de acompañarlo. A las gentes de nuestro bendito Jaén, que se santiguan emocionadas al paso de Jesús o de su Madre, a los que caminan tras el trono portando una pesada cruz en busca de alivio, consuelo y las fuerzas necesarias para entregarse en cuerpo y alma a ese ritual único, ese desafío espiritual, esa montaña de emociones que significa acompañarle durante su recorrido por las calles de esta ciudad. Todo está preparado en nuestro Santuario, vas a salir a recoger las lágrimas de amor y las plegarias de tu pueblo, pero ahora, estamos solos y en silencio, por eso te digo:

Viéndote en tu trono, percibo que se acerca la hora,

porque antes de amanecer y de la aurora,

siento en mi piel la frescura

y noto en mi alma tu presencia triunfadora.

Percibo tu voz que me sobresalta,

algo bulle en mí que me enamora,

me acerco a mirar tu cara elevada,

para ver la hermosura de tu mirada.

EL CARTEL

Para interpretar plenamente el contenido del Cartel Madrugada de este año y que nos acompaña en este escenario, sólo os pido que lo miréis, que os quedéis contemplando esta magnífica fotografía y que vuestra imaginación haga el resto. Sobrarán entonces las palabras, porque contemplar esta bella estampa nos sitúa en lo negro de la noche y en la soledad de María.

El cartel refleja el misterio de una madrugada, la noche profunda del Jueves Santo, momento para el encuentro, momento para creer, momento para soñar. Es una ventana abierta para todos los que desean vivir en plenitud esa noche mágica. Pero el cartel es también una llamada de atención y anuncio, ya que la suave luz de los cirios que iluminan a María Santísima de los Dolores, deben iluminar también los pasos que debemos seguir para descubrir la expresión más grande del amor, de la entrega total. De esta forma, María nos invita a conocer esa forma de amar, mostrándonos el misterio que encierra nuestra Madrugada.

Este cartel es una invitación y un compromiso. Ojala que nos sirva de ventana por la que nos asomemos a contemplar y a vivir sobre todo una vida nueva, para que se renueve nuestra fe y nuestros sentimientos. Que la contemplación del divino rostro de María, haga nacer en nuestro interior los más profundos fervores.

Virgen de los Dolores, no encuentro palabras para describir suficientemente tu belleza, la pena de ese dolor que sólo en Ti, puede transformarse en hermosura. Tu rostro arrastra el dolor que corre por el valle inmenso y húmedo de tus ojos mientras la cera de tus cirios llora contigo en perfecta armonía “Virgen del Dolor inmenso”, con el corazón traspasado por las siete espadas que profetizó el anciano Simeón. Dolor intenso y profundo y que a pesar de tu serenidad, no puedes contener las lágrimas de tu inmensa pena, Madre mía, tú que acompañaste a tu Divino Hijo, sabemos de tu entereza ante el dolor y quiero que seas el santo y seña de tantas cruces personales como son, las mujeres que sufren maltrato, las que ven a sus hijos atrapados en la droga, la agonía de muchas familias por la falta de trabajo, la de tantos y tantos hogares donde no tienen recursos ni tan siquiera para hacer frente a las necesidades más imprescindibles. Y tantas y tantas cruces más ante las que los hombres y mujeres de nuestro Jaén contienen el llanto como tú lo haces.

Al igual que va Ella tras los pasos de Jesús, debemos seguir nosotros también sus pasos todos los días, ya que continuamente nos está manifestando la grandeza de su amor e invitando a toda la humanidad como cuando dijo “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame (Mt 16.24) “.

LA CRUZ

Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte de pecador,

                           es justa e ilumina, la senda de la vida y de la muerte,

                                   del hombre que en la fe lucha y camina.

Nos dice San Juan de la Cruz que el que no quiere tomar la cruz de Cristo, no quiere la gloria de Cristo. Tomar la cruz, es optar por el amor y la vida, y os digo, ¿por qué desperdiciar esta oportunidad tan grande de seguir a Jesús?, ayudémosle a llevar tan pesada carga, para parecernos más y ser semejantes a Él, porque la cruz, o es expresión de amor profundo, o no es nada. La Cruz con fe, no oprime a quien la lleva, sino que levanta al mundo, y así, el árbol de la muerte se transforma en árbol de vida. Aceptar la cruz de Cristo es seguirlo, es dar testimonio de vida y esperanza a los demás. Porque esperanza es también el instinto que nos lleva a seguir aguardando la llegada del final deseado, y nos hace ver la luz al final de la larga oscuridad del túnel.

Pero no hay que ser hipócrita, se mire como se mire, la Cruz nunca viene bien. Todos tenemos nuestras exigencias particulares, y por el contrario la Cruz desgarra, magulla, araña, aplasta, doblega, humilla, hunde…. Por ello, seamos sinceros, una Cruz nunca es bien aceptada. Pero, no se puede elegir, si te llega es que es para ti. La Cruz te viene encima en el momento menos esperado, (una enfermedad grave, una minusvalía, un fallecimiento, son situaciones muy dolorosas, son cruces pesadas), ¿pero acaso no son también cruces menores para quien las sufre?, (una pequeña dolencia, una frase hiriente, una calumnia, una incomprensión, un falso testimonio, una desilusión, un engaño cobarde y miserable, un golpe traicionero, la envidia, el dolor, el paro, la desesperanza, la marginación, la soledad.)….,Por ello, nunca, nunca hay que tener dudas, esa es tu Cruz, es para ti, y aunque tengas los lógicos temores y recelos, aunque estés a oscuras, abrázala y cárgala con todo el cariño que puedas y que tus fuerzas te permitan. Porque una cruz no es aquello que limita la vida, que solamente hace sufrir y dificulta el andar, no. Si escuchas a tu corazón, Jesús te sigue diciendo “sígueme, y la fe te ratificará, no te hundas, muévete, no te pares, continúa, sigue mis pasos, despeja tus temores y te sentirás aliviado, pues encontrarás en mí, el consuelo, la fuerza y la esperanza”.

Si la ves demasiado pesada, es que Dios quiere que busques ayuda para llevarla, mira a tu alrededor, seguro que encontraras personas que estén dispuestas a acompañarte. Y si por el contrario, la ves ligera, es porque El quiere que seas Cirineo y así ayudar a otro hermano a llevar la suya. Por ello, sal al encuentro de los demás, comparte su dolor y encontrarás consuelo para el tuyo. Entrégale a Dios tu espíritu para que lo reconforte, ya que todos tenemos necesidad de amistad, consuelo y ternura. Asume el dolor, el fracaso, el abandono, el vacío, la injusticia y la desesperación,…como única vía. Porque la fe cristiana siempre une dos estaciones, y de la tristeza del Calvario y lo que significa el paso por el Sepulcro, que es sólo un tránsito, se llega necesaria e irremediablemente a la alegría de la esperada Resurrección…, y del dolor profundo del Viernes Santo pasamos a la inmensa alegría de la mañana de Pascua, disipando todas las tinieblas, incluyendo también los golpes duros de la vida.

No existe piedra en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento. Por ello aprovecha todos los obstáculos para aprender, para engrandecer tu destino. Nunca duermas sin un sueño ni despiertes sin un motivo. Vive por lo que amas y recuerda que un día no se parece a otro. Cada día es una bendición de Dios en el que la luz de la fe ilumina al mundo y la fuerza de tu aliento vital, es tu ayuda para soportar las cruces de tu vida.

Coger la cruz como Cristo lo hizo, significa solidarizarse con muchos crucificados de este mundo, los que sufren violencia, los que son empobrecidos por la sociedad, deshumanizados, ofendidos o privados de sus derechos.

Sufre sin odiar, soporta la cruz sin huir de ella y cárgala con amor, no podemos asistir al drama humano de la Cruz silenciosos e impotentes, porque cada palabra de consuelo y cada gesto de solidaridad pueden hacer mucho bien y con ayuda de la fe, siempre existe una salida digna.

San Pablo dijo: “Dios me libre de gloriarme, si no es en la cruz de de Cristo” por todo ello, las cruces personales brotadas en el seno de una familia, no son símbolo de humillación, derrota y muerte, muy al contrario son signo de vida, ya que Jesús cambia la derrota en victoria, la muerte en vida y la cruz en camino de luz y salvación.

¡Oh Dios! Que no busque yo tanto

Ser consolado como consolar.

Ser comprendido como comprender.

Ser amado como amar.

Porque dando es como se recibe.

Olvidando como se encuentra.

Perdonando como se es perdonado.

Y muriendo como se alcanza la vida eterna.

LA PROCESIÓN

Jesús es condenado a muerte. Dicen las sagradas escrituras, que después de haberse burlado de Jesús, los soldados le quitaron el manto de púrpura que le habían echado encima, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle. Al salir encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón y le obligaron a llevar la Cruz. Le seguía una gran muchedumbre, pero las únicas personas que protestaron públicamente fueron las piadosas mujeres, y cuenta la tradición, que fue una de ellas, llamada Verónica, la que abriéndose paso entre la multitud, limpió, llena de piedad, el rostro del Señor con un velo en el que Jesús, dejó grabada su Santa Faz.

Son las dos de la madrugada, y te vemos Verónica con el velo en las manos marchando con el pausado, lento y armonioso caminar de tu grupo de promitentes, esas valientes mujeres que te prestan sus hombros para que inicies el cortejo sagrado y anuncies, mostrándonos, al Hijo de Dios, ese manso cordero abrazado al leño de su pesada Cruz, siguiendo su sendero hasta el final con la clara aceptación del sacrificio y la dulce mansedumbre de su divino rostro. El pueblo sencillo le está esperando y rompe en aplausos cuando adivina su salida en el dintel de la puerta grande del Santuario, esa puerta que tanto trabajo costó conseguir. …Sabe muy bien que nuestra madrugada no es una fiesta a celebrar jocosamente, sino todo lo contrario, una forma de conmemorar con la más profunda religiosidad la pasión de Jesús y los Dolores de su Bendita Madre.

Todos saben que es Dios quien comienza a cruzar la ciudad, desde la particular vía dolorosa de su barrio mercedario que siempre le acoge con cariño y la emoción desbordada en lo más profundo de la noche y en la estrechez de sus calles centenarias. Su pueblo le ofrece constantemente ayuda para que siga avanzando a pesar de las dificultades de sus calles, hasta que llegados a la plaza de Santa María se encuentre con su bendita Madre y una explosión de júbilo nos embargue.

Simón de Cirene, ayudándote a llevar la Cruz y en representación de tus promitentes, te dice, Señor, han venido tus hijos dispersos por otras tierras, en masa acuden a Ti, esos muchos que un día y por distintas circunstancias tuvieron que alejarse y no escatiman esfuerzos para acudir puntualmente a la cita de cada Viernes Santo, por todo ello y como premio a este esfuerzo, debes buscar constantemente a tus Cirineos en tu caminar, y ellos te ayudarán a llevar la Cruz con el mismo cariño que reciben siempre de Ti.

Comienza a romper el día, pronto nos encontramos con la Capilla, que conmemora el descenso de tu bendita madre a esta ciudad, nuestra Basílica de San Ildefonso que alberga en su seno a la Patrona de esta ciudad. Cuánto bullicio y expectación cuando el desfile llega a las calles mas amplias y comerciales, nuestra Carrera, camino obligado hasta tu nuevo hogar, Plaza de San Francisco que es un hervidero por la compañía multitudinaria de todos tus hijos, la recordada calle campanas, cuna de mi infancia y la esplendorosa Plaza de Santa María.

Enfila el cortejo la Carrera de Jesús alejándose de la Catedral, todo el pueblo comienza a sufrir la pena de lo que significa el regreso y se agolpan en los alrededores de tu Santuario para darte el último adiós. Ha sido otro Viernes Santo, otro día de dolor reprimido, de lagrimas y nudo en la garganta, vivido fervorosamente y cómo no, amenizado por los sones de la marcha del inolvidable Maestro Cebrián, y que nuestra querida Banda Municipal ha interpretado sin desfallecer acompañadote durante tantas horas en las que has estado manifestándote y bendiciendo las calles de esta ciudad.

Por cierto: ¿Cómo podemos olvidar tan alegremente que esta banda municipal de Jaén tiene un lazo irrompible contigo el Viernes Santo?.

¿Cómo se puede consentir, como ha ocurrido algunos años, que no te ha acompañado, alegando que no sólo Tú lo mereces?, ¿Quién en base a una tradición de siglos, se atreve a impedirlo?,¿Será por ignorancia?, no es fácil que sea ignorancia, ya que no es válida esta excusa, teniendo al alcance la posibilidad de documentarse.

Por ello, no seamos o mejor aún no pretendamos ser ciegos. Este nexo de unión quedó irremediablemente sellado hace más de cien años, mucho antes que nuestro añorado Emilio Cebrián viniese a Jaén y te compusiera, exclusivamente, a Ti, esta maravillosa partitura. Para entonces, nuestra querida banda municipal, ya seguía tus pasos todos los años y en todas las ocasiones que salías a las calles de nuestra ciudad. Por eso, ¿porqué ahora, tan dados a cargarnos tradiciones ancestrales se pretende romper también esta costumbre?. Nadie está legitimado, en mi modesta opinión, para hacerlo y mucho menos aún, desde que la Corporación Municipal te concedió la Medalla de Oro de esta ciudad.

¿O acaso, alguien se atreve a cuestionar la participación de la Guardia Civil, La Legión, El Ejercito, Los Cuerpos de Policía, la Aviación, la Armada y otras Bandas Municipales, acompañando a las Imágenes de su devoción y que año a año realizan en tantas y tantas ciudades españolas, y siempre en base a una tradición que se ha repetido durante generaciones?. ¿Por qué no tratamos de imponerles a esos colectivos militares y civiles, que para una buena distribución de la justicia sería preciso que cada año, y por turno rotatorio, lo hicieran acompañando a otras Imágenes de la localidad? ¿Quién tendría el valor suficiente para romper estos compromisos?, nadie, y si algún día, y por las circunstancias que sea, se rompieran, que no sería muy extraño, desaparecerán para siempre de nuestras ciudades y no acompañarán a ninguna.

También permanecen ilusionadas y expectantes aguardando tu paso por su convento, nuestras Hermanas Carmelitas Descalzas, las que te adoran y velan continuamente orando por los más necesitados, las cuidadoras imprescindibles del ajuar de tu Iglesia Santuario, ese grupo de generosas y trabajadoras hermanas, que hace un año vieron cumplido su gran anhelo y tuvieron la gran fortuna de que visitases por vez primera su casa y en un rato de fervorosa oración, pudieran transmitirte tantas y tantas cosas como salieron de sus dulces corazones.

Asimismo, dicen las Sagradas Escrituras, que junto a la Cruz de Jesús, estaban su Madre y la hermana de su Madre, María mujer de Cleofás y María Magdalena, además del discípulo amado, y antes de expirar Jesús les dijo: “Mujer ahí tienes a tu hijo”, luego dirigiéndose al discípulo. “ahí tienes a tu Madre”. Por ello llega María, acompañada toda la noche del discípulo fiel San Juan. El discípulo amado de Jesús, patrón de nuestra juventud cofrade, en el que nos tenemos que ver representados todos los cristianos ya que nuestro Maestro le encomendó, aceptarnos y representarnos como nuestro hermano.

Como decía llega María, cansada pero feliz de haber acompañado a su Hijo en el camino del dolor. Feliz de haber remediado tantos dolores y soledades como sufren los que en sus últimos años de vida, son objeto de mofa y no encuentran ni el cariño ni la compañía de aquellos con los que se volcaron en sus años de juventud y madurez o la de los marginados injustamente por la sociedad que los desprecia. La de los enfermos que pasan sus días atados al lecho del dolor, la de los injustamente privados de libertad y la de tantos y tantos como sienten la pena inmensa de la soledad.

Ella ha ido repartiendo sus hermosas flores para que sean compañía de los que se sienten enfermos y solos, auxilio y esperanza para los necesitados, consuelo de los abatidos, mano tendida para los desamparados y rayo de luz para los que viven en tinieblas. Ahora ha de volver a la capilla de su Santuario que durante un año volverá a ser relicario de su Divinidad.

LA COFRADÍA

Y antes de enfilar la recta final de este pregón, me gustaría hacer una mención especial a tres pilares básicos de todas las cofradías, pero refiriéndome especialmente a la nuestra. El primero la Caridad, que mantiene su llama viva durante todo el año, por eso es admirable la labor que presta, desde hace tanto tiempo, este grupo de cofrades que con sus bolsas ayudan a que nuestra Hermandad asista a tantas personas necesitadas y que cada vez en mas número tenemos tan cercanas. Es una labor ignorada por muchos y un trabajo con muchos silencios por aquello de que “una mano no sepa lo que hace la otra”. Pero Jesús, Nuestro Padre Jesús lo sabe todo, y por lo tanto no es necesario citar con detalle lo que en este sentido se realiza.

Me gustaría remarcar nuestro compromiso cofrade con aquellos que mas lo necesitan, aquellos que no son iluminados por el sol de la justicia, y los que viven permanentemente al otro lado de la frontera de la dignidad humana. Hay que alzar la voz y hacer un llamamiento para que el mundo se movilice aun más en el terreno del altruismo y del pensamiento más puramente cristiano.

A los católicos, por compromiso, nos sienta bien la Caridad, pero también convendría que buscásemos la justicia social, que no es lo mismo, aunque tenga mucho que ver. Debemos involucrarnos decididamente en la sociedad para, con la cara erguida, sin avergonzarnos de nada, proclamar a los cuatro vientos nuestro compromiso en base a nuestra fe y devoción por un Dios, tan humano como divino que es faro y guía de nuestras vidas.

Ayudemos también a nuestros hermanos proclamando nuestra fe en Jesús, porque cuando un hombre tiene fe, nunca está solo, y ayudemos a quitarnos tanto Judas de encima, tanto odio escondido y tanto daño encubierto, todo esto también es Caridad.

Cómo no la Juventud, se erige como otro pilar fundamental. Los jóvenes son los que dan luz y vida a nuestra Cofradía augurando un futuro prometedor. Son los llamados a hacerse cargo de la antorcha viva y encendida de la fe que hemos recibido de quienes nos precedieron, para que una vez recogida la sepan trasmitir a futuras generaciones. Nuestra juventud precisa una sólida formación en valores, ya que serán los hombres y mujeres del mañana. Sed responsables pues de vosotros depende el futuro del valioso legado de siglos que se os entregará y que no debéis dejar perder.

Tenéis una gran misión, armonizar el valor de la tradición con la innovación necesaria para una continua adaptación a nuevos tiempos, pero no olvidéis nunca que sin tradición y costumbres, la innovación no puede funcionar. También es necesario que estéis preparados para soportar las críticas de los que buscan la pureza estética y devocional de un ordenado desfile procesional, y sobre todo, debéis saber que ser cofrade es formar parte de la Iglesia y como tal sentiros en todo momento, llevando ese mensaje de esperanza a familiares, amigos, trabajo y a toda la sociedad. Tenéis que dar testimonio valiente de vuestras creencias, con ejemplos de humildad y sencillez. Y como he mencionado fomentar hasta el extremo la formación cofrade.

Y para conseguirlo, el tercer pilar debe de ser la formación, es imprescindible tener un buen programa formativo y una oferta de espacios bien preparados para el silencio y la meditación, debemos conseguir con una iniciativa progresiva que esos momentos de ruido se conviertan en momentos de encuentro con Jesús, tarea harto difícil, pues vienen, venimos, de un mundo lleno de ruidos. Con la formación debemos poco a poco y en base a nuestra experiencia personal, llenar de fe sus corazones, no imponiendo a cualquier precio un código de dogmas sino recuperando y exponiendo lo que sabemos, que Jesús es el Salvador del mundo y así concretar un proyecto de vida cristiana, para que poco a poco el hablar de Dios, se convierta en hablar de situaciones concretas, de personas, de acciones y de vivencias.

Los jóvenes necesitan una Cofradía y una Iglesia en la que sentirse protagonistas participando día a día en su vida interna. Pues el joven que participa en alguna responsabilidad, crece en implicación, se siente útil y valioso. Por todo ello, la Cofradía debe tener un espacio cálido de acogida haciendo posible unas relaciones cercanas, solidarias y fraternas. Nosotros debemos formarles para ello y adaptar su lenguaje joven al ámbito de las celebraciones, inculcándoles siempre lo que significa ser seguidor de Cristo, motivándoles, acompañándoles y no escatimando esfuerzos en esta labor.

EPILOGO

Y ya termino. Señor, Tú sales a las calles para todos, no tengas en cuenta a los que jamás han salido a tu encuentro. A los que jamás se acercan a Ti. No Señor, nunca te vieron y por eso dudan, no tiene otra explicación lógica, ya que si alguna vez se encontraron contigo y siguen sin creer, es porque tienen la enorme desgracia de ser ciegos. Ciegos del cuerpo y ciegos de los ojos del alma que es aún peor.

Señor Cristo bendito, estamos asistiendo a la desaparición progresiva de la Cruz, desaparece de las casas de los vivos y de las tumbas de los muertos y desaparece sobre todo de los corazones de muchas personas. Dicen que sobras en los centros oficiales, que tu presencia molesta en las clases, dicen que han retirado tu Imagen de tantos lugares y que en las aulas se prescinde de Ti, dicen, dicen…. Pero yo te digo, que en casi todos los hogares de esta bendita tierra, en comercios, bares, oficinas y despachos, etc. Todos de un modo u otro cuentan con tu presencia icnográfica, bien en un gran cuadro, un almanaque, cartel, o una simple estampa, porque a pesar de lo que dicen, o hacen algunos, somos una aplastante mayoría los que te llevamos siempre con nosotros. Y aunque exista alguien que quiera hacerte desaparecer, debemos tener en cuenta que nunca ha habido nadie como Tú, haciendo tanto bien a todos. Nunca.

El pregón toca necesariamente a su fin, en pocos días viviremos una nueva madrugada, en la que nuestra ciudad será su templo, con la bóveda inmensa de su cielo, el olor a incienso y el aroma de la flor tras el celestial cortejo y el sonido de la música que acompaña los tronos de nuestras Veneradas Imágenes.

Jesús, tu pueblo enamorado, lo encuentra todo en Ti, y te hace centro de todas sus cosas. Ante Ti, se postra cada día en tu Camarín, donde nunca estás solo, y espera impaciente para que en una nueva madrugada se aceleren los pulsos y los latidos de todos los corazones. Jaén te condecoró con el oro puro de la Medalla de la ciudad significando con ello, el gran amor y la profunda devoción que siente por Ti.

Y yo desde mi atribulada experiencia de dichas, gozos, soledad, silencios y dolor, te digo:

Por cuanto soy

Señor, gracias te doy.

por el milagro de vivir

y por poder ver

en cada nuevo amanecer,

el encantamiento de existir.

Cómo olvidar los días grises

si han sido los que me han traído el brillo del sol.

Cómo olvidar las derrotas

si son las que me han proporcionado las victorias.

Cómo olvidar los errores cometidos

si han sido los que me han dado las lecciones.

Cómo olvidar la soledad

si fue ella la que me hizo conocer a mis verdaderos amigos.

Cómo olvidar las tristezas

si ellas hicieron que en mi todo cambiara.

Cómo olvidar los fracasos

si así aprendí a soñar.

Cómo olvidarte Señor de cielo y tierra

si siempre me sostienes como un Padre.

Por todo ello:

Gracias Señor por todo lo que me has dado,

salud, felicidad y prosperidad.

Gracias por las duras lecciones que me han ayudado

a conocerte mejor y conocerme a mí mismo.

Gracias por enseñarme que la cobardía no es paz.

Que no se es feliz sólo por sonreír

Que peor que mentir, es silenciar la verdad.

Gracias por los fracasos vividos,

pues me enseñaron la humildad para así

comprender a los demás y ofrecerles

la ayuda que necesitaban.

Gracias por todas esas ocasiones

que a lo largo de la vida se me presentaron

para cultivar la paciencia, la tolerancia y la esperanza.

Gracias por las oportunidades que aproveché,

las desgracias que evité,

las soluciones que encontré,

los talentos que desarrollé, las victorias

que obtuve y los días maravillosos que he vivido.

Gracias por los padres que conocí,

la gran familia que con tu ayuda forjé y los amigos que encontré.

Todos ellos, han sido abrigo para el frío, Luz para la oscuridad. Refugio para el miedo y Esperanza para la adversidad.

Gracias por la vida, los paisajes que he admirado,

las flores que he contemplado, el sol que me ha calentado,

y el aire que he respirado.

Gracias por que cada vez eres más grande,

velas por mí, me proteges a pesar de mis debilidades,

me amas a pesar de mis defectos y me das

soluciones a pesar de mis obstinaciones.

Gracias Dios mío, por estar siempre conmigo

y haberme dado todo, no me abandones nunca.

Muchas gracias por vuestra atención

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