.

NOVENA

en honor de la Antigua, Insigne y Real Cofradía de

Nuestro Padre Jesús Nazareno

y María Santísima de los Dolores, de Jaén.

Predicada por

Fr. Francisco Víctor López Fernández, ocd. Prior del Convento San Juan de la Cruz de Úbeda

 

DÍA 1º, viernes, 28 de Marzo

 

A) La novena en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno en esta cofradía de Jaén constituyen para todos nosotros una jornada de oración y práctica de virtudes que viene a ser como unos ejercicios espirituales, en que al caer la tarde de cada día venimos a darle gracias a Dios, por medio de la santa misa, a los pies de N. P. Jesús con su bendita Madre.

 

B) La Palabra de Dios que nos acompaña en este día como alimento para nuestra alma y caminar en la vida nos brinda ese primer grito de Cristo y que oímos en la imposición de la ceniza: “Conviértete”. Sí, es el tema de la conversión, lo que nos reclama el profeta Oseas (14, 2-10) orientando nuestra vida hacia el Señor y apartando las obras de nuestras manos, a las que con facilidad llamamos, a veces, dioses. Dios es amor, y por eso nos ama aunque su pueblo no se lo merezca.

Signos de ese amor, entre otras cosas, es la reconciliación. En el día de hoy se pone en práctica la Carta de nuestro Sr. Obispo: “24 horas para el Señor”, expresión patente del deseo del Papa y de nuestro Pastor en el ejercicio de la confesión. Preguntaba el  Papa en la Plaza de San Pedro, el día 19 de febrero: ¿Cuánto hace que no te confiesas? Esta es la ocasión que se presenta, sin perder tiempo. “No tardes ni un día más. Jesucristo te perdona”.  

Y de amor nos habla el evangelio (Mc 12, 28-34) ante la pregunta que hace el letrado, sobre el primer mandamiento, al Señor. Indicándole el Maestro que a Dios y al prójimo no se le pueden separar, porque este es el mandamiento principal, la clave y expresión del amor.

 

C) Una historia de amor: “escucha mi voz” como hemos repetido en el Salmo responsorial. Esa historia amorosa de Dios con su pueblo y que en nuestra tierra se ha visto enriquecida con la Orden del Carmen, en los inicios del siglo XVI.

 

 El origen de la Orden del  Carmen en Jaén se remonta al año de 1511 cuando se fundó el convento de la Coronada, extramuros de la ciudad, de la Puerta de Martos, cerca  de los ejidos de Santa Isabel; y barrio de la Magdalena. Fue trasladado el convento el año de 1621 al interior de la población, a la hoy denominada Plaza de los Rosales, en la calle de Martínez Molina, frente al “Cantón de la Ropa Vieja”, donde se mantuvieron los frailes hasta la exclaustración definitiva de 1835».  

A lo largo de la historia entre sus frutos populares, destacan:

  1. En el año 1556 se funda la cofradía de la Transfixión y Soledad de la Madre de Dios.  La Soledad realizaba sus procesiones en el campo, lo cual creó graves problemas entre los cofrades y miembros de la comunidad carmelita.
  2. La cofradía del Santo Sepulcro de Cristo se fundó en 1580 en el mismo Monasterio de Nuestra Señora Coronada, como respuesta de los Carmelitas calzados al pleito que mantenían con la cofradía de la Transfixión y Soledad de la Madre de Dios que había decidido marcharse del convento.
  3. Ya existía en 1600, radicada en el monasterio de Nª Sª de la Coronada,  con el título de “Cofradía de Nª Sª del Carmen y San Alberto”, ligada al gremio de curtidores y zapateros, la cofradía de la Virgen del Carmen de mayor renombre.

 

Ahora bien, esta la Cofradía siempre se ha sentido unida y así se ha manifestado, ostentando el escudo de la antigua Orden del Carmen y continuando una larga historia de relaciones fraternales con los frailes de la primera Orden.  «El Escapulario del Carmen, como sacramental de la Igle­sia, constituye un símbolo apropiado para expresar la devoción a la Biena­venturada Virgen María y la filiación de los fieles a la Familia Carmelita». Y al mismo tiempo que el santo escapulario es para todo cofrade un claro símbolo del hábito de la Orden, lo es también de consagración y de compromiso adquirido para con la Virgen Santísima.  

Siguiendo con la cofradía del Carmen, ocupado Jaén por los franceses y cerrado el convento de la Coronada en 1810, a causa de las leyes desamortizadoras de José I, la cofradía llevó la imagen a la parroquia de San Pedro, de donde regresaría en triunfo al reabierto convento el 29 de mayo de 1814. Mas por poco tiempo, pues la desamortización de Mendizábal la obligó a retornar a San Pedro en 1837, donde se le dispuso una hermosa capilla.

La ruina de la parroquia de San Pedro, en 1904, llevó la imagen y cofradía a la iglesia auxiliar de San Juan. En 1913, tras el cierre definitivo de la parroquia debido a su precario estado, la imagen y cofradía se instalan definitivamente en San Juan. 

Y el  2.011 la Cofradía conmemoró  el V Centenario de la  Presencia Carmelita en Jaén, así como Quinientos años de la Formalización de la  devoción en  Jaén a la  Madre y Patrona del Carmelo, cuyo acto central fue el 1 de octubre en la S.I. Catedral con el XXIV Encuentro de la Familia Carmelita, para lo cual en ambos Encuentros fue traslada la imagen de Nuestra Señora del Carmen en solemnes traslados y procesiones.

DÍA 2º, sábado, 29 de Marzo

 

 

 

A) Estamos acostumbrados a celebrar los sábados de todo el año en honor de la Santísima  Virgen María. Como cofrades y carmelitas llevamos gravado en nuestra alma esta devoción, y con mayor relieve la manifestamos en este día dentro de la Novena a  N. P. Jesús Nazareno. Ella supo alabar al Señor, siempre, pero de modo especial con el magníficat, que no es otra cosa nuestra Eucaristía que el magníficat mariano de nuestra vida. Siempre, como la Madre hemos de alabar,  bendecir y glorificar a Dios.

 

 

 

B) La mirada del Señor no es como la de los hombres. Y se fijó en David: rubio, de bellos ojos y hermosa presencia (2 S 16, 1-13). Es la elección de un hombre, pastor, trabajador, joven, de buen aspecto. Parecería que Dios se fija en todo, que tiene buen gusto: el gusto divino. Cierto, Dios ama todo lo bueno.

 

Dios elige y unge. Unge con óleo, con lo mejor, con el oro líquido para que sea el rey de su pueblo. También, el cristiano, el cofrade, que ha de ser buen cristiano con su testimonio, es marcado en el bautismo para ser sacerdote, profeta y rey, no menos que David aunque la dimensión de lo material se diluya con la fuerza espiritual. De hecho, la vocación del cristiano, desde el bautismo es la de ser sacerdote (para ofrecerse al Señor), profeta (para anunciar, predicar e conducir hacia el Señor) y la de rey (para servir por el camino de la entrega y donación de sí mismo, algo más que el dar algo).

 

Evidentemente, David es anticipo de Cristo, y por eso es ungido, como elegido por Yahveh para conducir a su pueblo como rey.

 

 

 

C) La Orden de los Carmelitas Descalzos llega a Jaén cuando lleva 20 años de historia. Aún está en mantilla, en pañales la familia de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Cierto que las estructuras ya están consolidadas, pero aún no están fortalecidos sus hijos, en general. Sin embargo hay un gran proceso de expansión y crecimiento sin poder atender a todas las peticiones para levantar fundaciones por falta de religiosos para tales fines.

 

Desde la primera fundación en tierras de Ávila, en Duruelo (1568) hasta la de la ciudad de Jaén (1588) se han ejecutado muchas fundaciones. En esta tierra de nuestra provincia, en la que San Juan de la Cruz la recorre por todos los costados,  y conoció todos los conventos jienenses:

 

 

 

La Peñuela (1573)

 

El Calvario (1576)

 

Baeza (1579)

 

La Granja de Santa Ana,  en Castellar (1581)

 

La Fuensanta, en Villanueva del Arzobispo (1583)

 

La Manchuela, en Mancha Real (1586)

 

Úbeda (1587)

 

Jaén (1588), y siguió con

 

Alcaudete (1590)

 

Andújar (1590) y

 

[de paso, Cazorla (1768), trasladado desde La Peñuela].

 

En la diócesis de Jaén, el prelado D. Francisco Sarmiento de Mendoza (1580-1595) entablará excelente relación con el P. Jerónimo Gracián de la Madre de Dios, privilegiado amigo, superior, confesor y confidente de la Madre Teresa de Jesús, con quien enlazan buenas relaciones los Mendoza. Quizás por eso venga y proceda el amor del Obispo Francisco Sarmiento por la Familia de los Descalzos. Será él quien oriente al canónigo D. Juan Orozco Godoy para ejecutar la donación de los terrenos fundacionales en el Cantón de la Puerta de Granada, y el P. Gracián quien firme las escrituras y se encargue de la fundación, siendo su primer prior Fr. Ángel de San Gabriel (5-VI-1588). Sólo las expulsiones y desamortizaciones excluirán a los religiosos de su monasterio, dedicado a San José, llegando a su fin en 1836, después de 248 años al servicio del pueblo en Jaén. Y aquí queda la huella mejor marcada en el pueblo: el amor a Nuestro Padre Jesús Nazareno.

DÍA 3º, domingo, 30 de Marzo   A) A los pies de NP. Jesús Nazareno, en estos días, nuestras celebraciones son ante todo una gran oración de acción de gracias en la Eucaristía. ¿Cómo podemos agradecer mejor a Dios todos sus regalos sino devolviéndole, reconocido, lo que nos da y hace por nosotros? La Eucaristía es nuestro alimento para el camino, en unión de los hermanos y de toda la humanidad, desde la salida del sol hasta su ocaso, y en todas partes. La Eucaristía es nuestra alabanza unidos a todos los cofrades, a Jaén y al mundo entero.   B) El Señor es generoso y da el ciento por uno en esta vida, y además, en demasía, recompensa o premio: la vida eterna. Así lo vemos, ya, en el ciego de nacimiento. Aquí, como en tantas ocasiones, el Señor,  Todopoderoso, obra sin que nadie le diga ni le pida, ni le rece o suplique nada. Igual que hace salir el sol para buenos y malos, da la luz al ciego de nacimiento, para expresar su grandeza, su poder, su ser propio, su divinidad: es Dios y obra como Dios. Y como es la luz del mundo, da la luz para que nadie ande en tinieblas. Sin embargo hay quien se empeña en caminar y andar merodeando por las oscuridades y con nocturnidad. Dios permite la libertad del hombre y le deja que recorra su camino; quien le ha conocido se ha impregnado de su claridad y quiere empaparse de ella; lo sigue. Así como el ciego  de nacimiento, dice “Creo, Señor”, de la misma forma queremos obrar nosotros, de corazón. Seguir a Jesús es la pauta principal de nuestra vida, de la cofradía y de esta cuaresma. Es la clave en nuestra vida, de tal manera que aquí se nota si vemos o somos ciegos (como los que le rechazan, que no ven).   C) Hay una tradición fuerte en la piedad en la que se dice que la Virgen vio al Resucitado, que se le apareció en primer lugar a Ella. En verdad, cuando María ve a su Hijo morir y muerto en la cruz o descendido de la misma como puesto en sus brazos, sabe muy bien que su Hijo es Dios, y no necesita de más pruebas, argumentos o razonamientos. Creía en lo dicho por el ángel desde el principio, y lo demás, sobraba. Ella es el modelo de la viva presencia del Resucitado. Quizás, por eso, la Orden del Carmen ha querido ver a la Santísima Virgen  María, siempre, cercana en la vida como fiel seguidora de su  Hijo. Los  miembros de la Orden la contemplan como

Patrona-Señora. Madre-Maestra Hermana-Compañera. Vestida-Hábito-Escapulario. Orante-Suplicante.

A Ella le dedica todos los sábados, celebra sus fiestas y de modo especial las solemnidades con oraciones y actos particulares, de devoción y tradición, como son las plegarias, cantos, comidas y recreaciones. Pero de modo especial, se le quiere imitar revistiéndose de las virtudes con el mismo vestido mariano, cual es el Hábito del Carmelo, significado, de modo particular, en el Escapulario.

Imitar a María es parecernos cada vez más a su Hijo. Aquí descubrimos nuestra verdadera devoción, por el termómetro que marca el ritmo de amor a su Hijo. Si éste (su Hijo) es en mi, en nosotros, más conocido, amado, glorificado, de tal manera que cumplamos mejor los mandamientos (Cfr. LG 66); si esto es así, gozamos de verdadera devoción mariana.

DÍA 4º, lunes, 31 de Marzo

 

A) Nuestra celebración coincide con el lunes, jornada dedicado a las almas del purgatorio. Cada día vamos ofreciendo una misa por determinados difuntos, si bien el fin de la eucaristía es para servir, alimentar y sostener a toda la humanidad. Pedimos por todos los vivos y los difuntos, aunque incidamos de forma especial en alguna persona, como estamos acostumbrados desde siglos, bien de esta tierra o del más allá. Y a San José, abogado de la buena muerte, le suplicamos, el último día del mes de marzo dedicado a él, que nos ampare en la vida y nos socorra en la muerte.

 

B) De la Palabra de Dios nos fijamos en la curación del hijo del funcionario real (Cf. Jn 4, 43-54) en Galilea, en Cafarnaúm; vemos que el niño “estaba muriéndose”. Hay un forcejeo entre Jesús y el padre de la criatura durante la conversación dialogante. El papá insiste, y gana el corazón de Dios: “Anda, tu hijo está curado”, le dice Jesús. Y al constatarlo “creyó él con toda su familia”. En ese “toda su familia” entran todos los de la casa, incluidos los servidores, niños y adultos. La fe familiar. ¡Qué importante es la fe del padre, de los padres! A veces con el campo tan respetuoso de la libertad olvidamos lo mejor: los grandes ideales a los que nos llama Dios, a unirnos con Él y a ser como Él.

El funcionario no era creyente, pero como padre no dejó perder la ocasión para su hijo; movió el corazón de Jesús, y creyeron los de su casa, con el testimonio del arrastre. Quizás necesitamos personas arrojadizas y animosas ante Dios y los hombres, y menos  encogimiento y malsana prudencia, que se convierte en pusilanimidad y cobardía o apocamiento.

Hoy necesitamos ser  fuertes y robustos, al estilo de San José.

 

C) Concluimos el mes de San José, padre de Nuestro Señor Jesucristo y esposo de la Virgen María, el hombre justo, prudente y fiel. A él le tocó la misión paternal de educar y custodiar a Jesús y a su Madre. Parecería cosa idealista, pero a la hora de la verdad no podía faltar ni fallar lo más mínimo; estaba enseñando a Dios a ser hombre y un buen hombre, en el clima judío y en el ambiente hogareño, popular y laboral del taller.

La experiencia fuerte de San José la captarán muchas personas para sus sueños y proyectos. Ahí está Teresa de Jesús que se enamora de él de tal forma que se convierte en pregonera, no de semana santa o fiestas, sino de San José. ¿Razones? Es él el que le dio la vida estando más muerta que viva; quien le inspiró la idea de fundar el Carmelo Descalzo y llamar a su primer convento San José, en Ávila como San Juan de la Cruz hizo en 1579 con Baeza. De la misma manera hicieron los Descalzos en Jaén, a su primera fundación la llamaron: San José, el mismo que campea en la portada de este templo. San José nos enseña a saber tratar de amistad con Dios, y a ser excelentes orantes y custodios de Jesús, de nuestro prójimo.

DÍA 5º, martes, 1 de Abril

A) Volvemos a la alabanza a nuestro Dios. Pues ¿qué es la misa sino una oración de alabanza? “Te alabamos, te glorificamos, te damos gracias…” decimos en el gloria, en la celebración eucarística. En otro momento añadimos: “Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor”. La alabanza es el reconocimiento de la obra del Creador, y en la misa lo manifestamos, y le damos gracias, como María con el magníficat: Proclama mi alma la grandeza del Señor, canto modelo del cristiano que lo reza la iglesia al caer la tarde, en las vísperas, para alabar al Señor.

 

 

B) Observamos en la Palabra de Dios que las curaciones en sábado ponen nerviosos a los judíos como la que hizo Jesús con el  paralítico de la piscina de  Betesda. Podíamos interrogarnos a la luz del evangelio: ¿Cuándo debemos hacer el bien? ¿Nos molesta que otros hagan el bien semejante al nuestro? ¿Qué es más importante la persona o el cumplimiento de la ley? ¿Jesús ha muerto por el hombre o por cumplir las leyes? Nos surgen un sin fin de preguntas, fáciles de responder, con criterio cristiano y de seguimiento a Jesús. Al Señor lo acechan con malas artes; hay persecución, inquina y acoso, como le tenían a Jesús los judíos.

 

Esta es la razón de que leamos estos evangelios en cuaresma, en que se prepara la muerte de Cristo por hacer el bien, que hay quien no lo resiste, ni lo soporta.

 

Recuerda Santa Teresa de Jesús al paralítico de la piscina en sus escritos doctrinales (las Fundaciones), y lo asocio a la oración comparándolo en la lección que ella da: Las almas que no tienen oración son como el paralítico, que no se pueden mover ni obrar por sí misma sino dependiendo de otros, esto es, sin libertad para la acción.

 

C) Comenzaron bien pronto los Carmelitas Descalzos a trabajar con el pueblo de Jaén en el Barrio de la Puerta de Granada echando mano de Jesús cargado con la cruz. De cuna le venía a los Descalzos el amor y devoción popular a Jesús Nazareno.

 

Santa Teresa de Jesús ante los millones de almas de indios que se perdían se refugia ante un Señor atado a la columna; y ante la necesidad de entregarse de veras a él ve en un Ecce-Homo lo mal que ha pagado las llagas de Cristo por ella.

 

San Juan de la Cruz será si cabe más preciso con el cuadro de Jesús Nazareno del convento de Segovia, que gracias a su hermano Francisco, de sangre, es el elemento biográfico más llevado a las artes y más comentado. Quizás sea de contraste su altura doctrinal y mística con la sencillez de la enseñanza de lo que Jesús hace por el hombre y el alma ha de hacer por Dios: “padecer y ser despreciado por vos”.

 

Y se quedó anónimamente Jesús con los Descalzos y con su pueblo; y echó raíces en la nomenclatura callejera: Jesús, Cañuelo de Jesús, Frente a Jesús, Camarín de Jesús, Carrera de Jesús, Santuario de Nuestro Padre Jesús, y en los vítores catedralicios: “Viva NP. Jesús”.

 

Agradecido el pueblo ha sabido expresarle su amor con la devoción que a veces se ha condensado en objetos de piedad, como en la adquisición de una cruz, túnica, corona, potencias, ceñidor… fruto del amor, como esta misma iglesia santuario de NP. Jesús.

 

DÍA 6º, miércoles, 2 de Abril

A) El acto penitencial de pedir perdón en la Eucaristía está dispuesto al inicio de la misa desde hace siglos. No siempre existió en este lugar de inicio, pero siempre se contó con este rito de reconocer los pecados propios. A veces estaba antes de la Sagrada Comunión y ahí quedó como unas letanías o recuerdo el “Cordero de Dios”; también existió antes de las ofrendas o presentación de los dones para el ofertorio, recordando aquello de que cuando vayas a presentar tu ofrenda al altar, si tienes algo contra tu hermanos, deja allí la ofrenda, y primero ve a reconciliarte con tu hermano. Viene bien aquello de misericordia quiero y no ofrendas, holocaustos, sacrificios vacíos e inútiles. Por eso, conviene que seamos sinceros pidiendo perdón al Señor de nuestros pecados y confesándolos ante el sacerdote en el momento oportuno.

 

B) La Palabra de Dios de esta miércoles de la cuarta semana de cuaresma en la que encontramos a Jesús que llama a Dios Padre (Jn 5, 17-30). Esta gran novedad de la doctrina del Señor es lo que descompone a los judíos. Un camino nuevo nos viene a comunicar, enseñar y a trabajar para alcanzar el Buen Jesús: la filiación divina, esto es: que somos hijos de Dios. Filiación no exenta de exigencias como la de la responsabilidad, conciencia, respuesta y comportamiento. Dios nos ha de reconocer como hijos si lo reconocemos a Él como Padre.

Hay una clave: la igualdad de amor con el Padre; la misma de la que acusan a Jesús los judíos.

A nivel humano podríamos responder ¿Puedo yo amar a mi esposo o esposa como él o ella me ama?  ¿Debo amar menos que la otra persona? ¿Debo amar más que la otra persona? También la otra desea amar más. Por eso, he de procurar amar con el mismo amor que Dios me ama, esto es: la igualdad de amor, de la que tanto nos hablan los míticos, y de la que acusan a Jesús: el hacerse igual al Padre. No sólo están hartos de él porque quebranta el sábado, sino que llama, además, a Dios Padre.

Esto es una gran novedad, semejante al cielo nuevo y a la tierra nueva de la que nos habla la primera lectura, en la que Dios consuela a su pueblo y se compadece de los desamparados (Cfr Is 49, 8-15), como Padre que es.

¿Existen desamparados a nuestro alrededor?  Nadie me impide a ejercer la misericordia con ellos ni con nadie. Los fundadores de las órdenes, congregaciones, institutos y asociaciones religiosas han escuchado el evangelio de un modo singular con la mirada puesta en el necesitado, y lo han ejecutado con su propia vida y contagiando a otros, los primeros seguidores en la fundación.

 

C)  Hemos escuchado un texto sagrado de San Juan. De él os quiero hablar, algo hoy. Las cofradías con varias imágenes tienen sus complicaciones y dificultades a la hora de poner la procesión en la calle. Con el paso del tiempo se van sumando años y haciendo su propia historia, como la presencia de San Juan Evangelista. A mediados     del S. XVIII ya aparece la imagen y presencia del  discípulo amado en la Cofradía. La imagen que posee es de tiempos recientes, con su trono nuevo (1955).

El Apóstol, porque lo eligió el Señor para formar parte del grupo de los Doce, y evangelista, porque escribió el llamado cuarto evangelio, es personaje de los más importantes en la pasión, muerte y resurrección del Señor.  Siempre en primera fila. Claro, después de Cristo y su Madre, junto con San Pedro.

El evangelista es símbolo de la juventud, del amor, de la fidelidad, del marianismo, de la alta teología, de la mística, del más elevado espíritu, con vuelos como el del águila. A esto somos llamados: a vuelos altos, a donde no se le dé a la caza alcance, en clave mística.

DÍA 7º, jueves, 3 de Abril

 

A) Cuando venimos a la celebración eucarística tenemos tres posturas para participar como asamblea: De pie, sentados y de rodillas. Cada una corresponde a un momento y circunstancia diferente.

De pié: Todas las oraciones en voz alta se realizan en esta posición, sean de los fieles o del sacerdote, en nombre propio o en nombre de la asamblea; igual que  los cantos oracionales: kyrie, gloria, sanctus, agnus Dei y aclamaciones cantadas. También, durante las procesiones de entrada, salida, ofertorio y comunión.

Sentados: Cuando escuchamos la Palabra de Dios (excepto el evangelio que es de pie),  la predicación, los avisos, la realización del ofertorio y acción de gracias.

De rodillas: durante la consagración como señal de respeto y reconocimiento a Dios Nuestro Señor que se hace  alimento para nuestra salvación, en esta presencia de modo especial: vere, realiter et sustancialiter.

 

B) La Palabra de Dios de este jueves de la cuarta semana es riquísima. Nos presenta desde el Éxodo (32, 7-14) la infidelidad de un pueblo. Es un tema durísimo. Es un tema que parecería imperdonable en la persona o personas como el pueblo de Israel. Se olvidan de Dios y se hacen otro, fabricando un becerro de oro. Dios arremete para liquidarlo. Moisés implora a favor del pueblo por las muchas promesas de Dios. Le gana el corazón al  Señor, y este se arrepiente a pesar de haber jurado la aniquilación. Siempre hay una oportunidad.

Si fuese necesario ¿Damos oportunidad en la vida? Esto es para que aprendamos de Dios, de quien tenemos que aprender.

Para ello, lo mejor es el testimonio de la verdad, por delante, con las obras, que es lo que el Padre me ha encomendado realizar. Así es como se  evangeliza, realizando lo que Dios manda, cada uno en su campo y en su casa.

 

C) En la cofradía se goza de Santa Marcela o Mujer Verónica, desde antiguo, pues en el S. XVII ya salía detrás de San Elías abriendo la procesión. Es la Verónica, la de la piedad y el consuelo a Jesús en la dureza del camino del Calvario. Es como un respiro para seguir caminando sin volver la vista atrás, siempre para adelante. Es como un refrigerio, como un descanso en la dureza de la vida. Un verdadero sosiego.

Con la devoción del Santo Rostro en Jaén se potenció el amor a la Verónica a mediados del S. XIX, y con su trono nuevo (1955) es una realidad que cargan-portan las mujeres de la cofradías en cuatro cuadrillas de relevos. Estamos llamados a ser “verónicas” con el pueblo, con el cofrade, con el hermano.

DÍA 8º, viernes, 4 de Abril

A) El viernes penitencial de cuaresma. Todos los viernes del año son días de  penitencia. En ellos hacemos algo que nos cuesta y redunda en beneficio del otro, como suele ser suprimir el postre o ciertas comidas de placer singular, o entre las bebidas el vino u otras semejantes; visitar  enfermos, potenciar la oración, atender de modo singular a los necesitados… Sin embargo, los viernes de la octava de pascua como los de solemnidades litúrgicas están libres de la penitencia. Pero, en la cuaresma, todos los  viernes son día de penitencia, entendida por la abstinencia de carne y de sus derivados, para aquellos que ya hemos cumplido los 14 años, hasta…que el cuerpo aguante. Y no se muere nadie por suprimir ciertos alimentos. Quizás pueda parecer que eso no significa nada; se entra en el ritmo ascético y penitencial de la Iglesia saboreando sus normas y leyes, que para quien ama a la Iglesia son normas suaves y ligeras. Lugar singular es el viernes santo donde se dedica el día al ayuno y a la abstinencia, conforme manda la santa madre Iglesia en su cuarto  mandamiento.

 

 

B) La Palabra de Dios de este viernes de la cuarta semana nos brinda  los ataques y acechanzas al justo, por parte de los impíos. El hombre justo, cabal, honrado, bueno es o resulta como un bofetón para los malos; les denuncia su pecado, maldad, trampas e injusticias; pretenden eliminar al justo para justificar su comportamiento, porque “los ciega su maldad”, pues “no conocen los secretos de Dios, ni esperan el premio de la virtud, ni estiman la recompensa de una vida intachable” (Sb 2, 1a. 12-22).

No saben los impíos que el Señor está cerca de los atribulados, de los abatidos, de sus siervos y de quien se acoge a él.

Y como hombre justo se nos presenta Jesús en el Evangelio (Cfr Jn 7) escapándose de los judíos que querían matarlo, por eso se mueve por Galilea, no por Judea. Pero lo reconocen y se interrogan sobre él. Quieren quitarlo de en medio. Sabe Jesús que ha de guardar, proteger y defender su vida, pues aun no ha llegado su hora. Es el quinto mandamiento se pone en evidencia, en Jesús mismo; no es necesario hablar ni del aborto ni de la defensa de la vida, sino de poner la vida como la causa más importante de esta vida entre las cosas efímeras, caducas y limitadas. Y esta actitud y comportamiento de la defensa de la vida nos ha de acompañar y trabajar siempre.

 

 

C) De alguna manera Simón de Cirene, el Cireneo, realiza la defensa de la vida ayudando a Jesús a descansar, a evitarle el peso del madero, a cambiarse por Jesús para que él descanse. Cierto que lo obligaron, pero, también, es cierto que ayudó al Señor. Pues a obedecer se aprende obedeciendo, y esto requiere sufrimiento al no hacer la propia voluntad sino la de Dios o la persona a la que se obedece.

En la cofradía se añadió el personaje del Cirineo a finales del Siglo XIX, al ser reformada la cruz de Nuestro Padre Jesús, haciéndola más larga para incorporar la presencia de Simón de Cirene. No cabe duda que su presencia acompañando a Jesús a llevar el peso del madero nos ayuda e invita a ser cireneos en la vida, ayudando al prójimo como a uno mismo. ¡Cuántas formas de servicio, de ayuda, de descanso podemos realizar los cofrades obrando como el cirineo con los demás!.

 

DÍA 9º, sábado, 5 de Abril

A) Concluyendo la novena y en su último día nos encontramos con este sábado en la víspera del quinto domingo de cuaresma o primero de pasión. Es la fiesta de nuestra cofradía. Es el día más grande y principal, y la liturgia es la obra principal que el  Señor nos permite realizar en este día y año, para los cofrades de N. P. Jesús.

También el domingo es el día principal y primero de la semana, en honor a la resurrección del Señor; mas en una sociedad donde se pierde, opaca u oculta la dimensión religiosa del día de Señor, el domingo ya no es domingo, para muchísima gente; se ha convertido en un día en el que no hay obligación de fichar, currar o trabajar. Es día para el culto al cuerpo, lavar el coche, no hacer nada o no parar de hacer comidas y trabajar en la casa. Es como una vivencia del ayer, pero al revés.

Tenemos necesidad de confesar nuestra fe y expresarla con los que son creyentes como yo, en un cuerpo de creyentes como es la Iglesia, que se reúne para festejar e incrementar en todos y cada uno la fe de sus hijos.

  

B) A las puertas de la pasión viene ya la resurrección de Lázaro (Jn 11, 1-45), es un anticipo de la muerte y resurrección del Señor. A esto somos llamados: a resucitar con él; pero primero hay que morir, con muertes que engendren vida, que den fruto, que produzcan alegría; no muertes de resentimientos, cobardías, desánimos o tristezas. Muerte que da paso a la vida como la del Señor, como la del grano de trigo que engendra algo nuevo y positivo, frutos para el hombre.

Si en Jesús creyeron muchos judíos por lo que él hacía, como ante el caso de la resurrección de su amigo Lázaro, es evidente que la cercanía con Jesús nos ha de llevar a creer más y mejor en él. En cualificar nuestra fe, dando pruebas de vida, en esta vida y apuntando a la vida eterna, es el proyecto de todo caminante hacia la patricia celeste en esta vida, para alcanzar la vida eterna.

 

C) La estación de penitencia viene a ser como el ejercicio del via crucis. No en vano son muchas las cofradías que durante su salida procesional hacen este acto oracional de piedad. No es que se haya silenciado el via crucis en la cofradía y en este novenario; nada de esto, sin embargo se acentúa el dolor de la Santísima Virgen María, rezando y recorriendo todos los días los siete dolores de la Virgen, para hacernos más al temple y aire de ella, también en el sufrimiento y en los dolores. Estos son los dolores de la Virgen Santísima:

 

1º La profecía de Simeón (Lc. 2, 22-35) ¡Dulce Madre mía! Al presentar a Jesús en el templo, la profecía del anciano Simeón te sumergió en profundo dolor al oírle decir: “Este Niño está puesto para ruina y resurrección de muchos de Israel, y una espada traspasará tu alma”. De este modo quiso el Señor mezclar tu gozo con tan triste recuerdo.

2º La persecución de Herodes y la huída a Egipto (Mt. 2, 13-15) ¡Oh Virgen querida!, quiero acompañarte en las fatigas, trabajos y sobresaltos que sufriste al huir a Egipto en compañía de San José para poner a salvo la vida del Niño Dios.

3º Jesús perdido en el Templo (Lc. 2, 41-50) ¡Virgen Inmaculada! ¿Quién podrá pasar y calcular el tormento que ocasionó la pérdida de Jesús y las lágrimas derramadas en aquellos tres largos días? Déjame, Virgen mía, que yo las recoja, las guarde en mi corazón y me sirva de holocausto y agradecimiento para contigo.

4º María encuentra a Jesús, cargado con la Cruz (Vía Crucis, 4ª estación) Verdaderamente, calle de la amargura fue aquella en que encontraste a Jesús tan sucio, afeado y desgarrado, cargado con la cruz que se hizo responsable de todos los pecados de los hombres, cometidos y por cometer. ¡Pobre Madre! Quiero consolarte enjugando tus lágrimas con mi amor.

5º La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor (Jn. 19, 17-30) María, Reina de los mártires, el dolor y el amor son la fuerza que los lleva tras Jesús, ¡qué horrible tormento al contemplar la crueldad de aquellos esbirros del infierno traspasando con duros clavos los pies y manos del salvador! Todo lo sufriste por mi amor. Gracias, Madre mía, gracias.

6º María recibe a Jesús bajado de la Cruz (Mc. 15, 42-46) Jesús muerto en brazos de María. ¿Qué sentías Madre? ¿Recordabas cuando Él era pequeño y lo acurrucabas en tus brazos? Por este dolor te pido, Madre mía, morir entre tus brazos.

7  La sepultura de Jesús (Jn. 19, 38-42)Acompañas a tu Hijo al sepulcro y debes dejarlo allí, solo. Ahora tu dolor aumenta, tienes que volver entre los hombres, los que te hemos matado al Hijo, porque Él murió por todos nuestros pecados. Y Tú nos perdonas y nos amas.

Aquí hay que recordar, también, al abrigo del dolor y de María,  aquellos versos que le cantaron a San Juan de la Cruz las monjas de Beas que forman parte de la vida como verdadera:

“Quien no sabe de penas

en este valle de dolores,

no sabe de cosas buenas,

ni ha gustado de amores,

pues penas es el traje de amadores”.

Fr. Francisco Víctor López Fernández, ocd.

Prior del Convento San Juan de la Cruz de Úbeda